Cuando te mientes a ti mismo
tú eres el enemigo
y no cuando reconoces que el enemigo
tenía en parte la razón: pues solamente de este modo
lo aniquilas y con el peso de tu vergüenza lo desarmas.
Pero no habrá perdón para quienes sólo ahora
decimos "sí, es verdad lo que él ha dicho",
y sin embargo hasta ayer manteníamos un silencio cómplice
por temor a que lo supiera el enemigo.
Hernán Lavín Cerda (Santiago de Chile, 1939)
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