sábado, 31 de julio de 2021

tamara kamenszain / tres poemas










¿Ya hablé de la muerte?

*

¿Ya hablé de la muerte?
murió mi hermano
murieron mis padres
murió el padre de mis hijos 
tantos amigos murieron
y dije y digo que no están más.

¿Eso es hablar de la muerte?

Dejé anotado que se fueron
Les dediqué libros los nombré
por sus nombres me anoticié
de que nadie me contestaba.

¿Eso es hablar de la muerte?

Ensayé todo lo que pude
insistí con estribillos ajenos
“debajo estoy yo” “debajo estoy yo”
pero Pizarnik ya había nacido
enterrada Alejandra Alejandra
se hizo llamar desde chica
y eso sí que es hablar de la muerte.
Yo solamente la cito
porque nací en una generación
y eso no es hablar de la muerte
si el cuerpo camina solo
plegarse con otros al paso del tiempo
es un deporte literario:
“La muerte y la vida estaban
En un cuaderno a rayas".

~

Cuando le cuento un sueño

*

Cuando le cuento un sueño a la analista de hoy
casi no dice nada una vez más se calla la boca
como si buscara que en el silencio de mi propia novela
hable mi realidad yo sin embargo
persisto no acabo de despertar
parece que necesito encontrarle un sentido freudiano
a lo que no tiene, ya lo dije, no tiene
vuelta atrás.
Eso me obliga a escribir sobre mí
y cada vez que una servilleta blanca se abre de su función
el bar transforma la indiferencia de los que me rodean
en una oportunidad voy bien me digo estoy escribiendo algo
después en casa lo paso lo imprimo y un día
si me llego a comprar un cuaderno por cansancio
voy a terminar cayendo en el diario íntimo y la poesía
tendrá que versar sobre otros asuntos
porque hay otra línea, tiene que haber otra.

~
 
​La palabra femicidio

*

La palabra femicidio
no la teníamos
la palabra muso
no la teníamos
la palabra vata
no la queremos.
Pero la palabra poetisa sí
aunque nos avergonzaba.
Yo no soy poetisa soy poeta
me dije una y mil veces a mí misma
a los 20 años
no soy Tamara soy Kamenszain
me quejé siempre que alguien por escrito
aludía a mi obra llamándome por el nombre.
Cuando las poetisas uruguayas ya eran
puro nombre
cuando en Argentina no había divorcio
cuando en Argentina todavía ni hay aborto legal
Uruguay pequeño paraíso vintage
se sigue adelantando a nosotras
porque las poetisas con nombre son
Jóvenes viejas que si las leemos a nuevo
nos guiñarán el ojo más actual
para que la poesía de amor
renazca como renace
en unos versos de Cecilia Pavón
que dicen: "cuando voy en el colectivo, ex novio,
qué lindo es recordarte".
Alfonsina volvió ex al suyo
en una operación tan coloquial
que anticipo a Pavón mientras escandalizaba
la sobriedad borgiana:
"si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido"
escribió con un pie en el mar
porque parece ser que lo que empieza como poesía
está destinado a terminar como novela.

***
Tamara Kamenszain (Buenos Aires, 1947-2021)

viernes, 30 de julio de 2021

pedro tamen / cuatro poemas











En aquel tiempo

*

En aquel tiempo, vivir era la mejor cosa del mundo.
Cuando nacía el sol todas las personas lo veían
y los hombres eran niños más allá de los montes.
Era una planicie, grande como conviene a todas las planicies
Y plana porque todo estaba cierto.
En aquel tiempo habíamos sido creados y éramos iguales a las hierbas y a las flores.
Tú,
tan perfecta que era imposible que no fueras,
tan erguida como una sonrisa de golondrina,
tú estabas a mi lado, naturalmente fresca,
y no había motivos ni razones porque lo sabíamos todo.
Nuestra teología era el beso del niño más cercano
y al acostarnos en la tierra como hojas de la misma planta,
gratos, reducidos, conscientes.
Mirando hacia arriba, el cielo se abría y todos los Ángeles venían a sentarse en el borde
Y se reían como nosotros pequeñas carcajadas.
Yo cantaba canciones más bellas que no teniendo palabras
Y me oías en silencio y con los ojos abiertos exactamente como a todos los sueños

~

Te escribo de cerca, como si la mano

*

Te escribo de cerca, como si la mano
te fuese objeto breve aflorado,
como si de la calle te llegase
la certeza pequeña para la compra
de los minutos siguientes. De cerca
como el sol, como la cigarra.
Como un silencio lleno
que te viniese a los ojos por la mañana
y amarte fuese la ropa
escogida al comenzar el día.

~

Y en eso haber. Y en eso persistir.

*

Y en eso haber. Y en eso persistir.
Pensar perderme en nada diluido
Por la bola de nieve que me dieses
instantánea pero blanca. Conseguir
amores de bruma y de estampido
en un espacio que no sé y donde tejes
tu tempestad.

Correr la mano
por el cuerpo que tienes en tiempos quedos,
dejarla ir por los agostos hartos
por las horas de siegas y de verano.
Dejar que tu piel me guíe los dedos
para llegar a los ojos y cerrártelos.

~

El mar está lejos, somos nosotros el viento

*

El mar está lejos, somos nosotros el viento;
y el recuerdo que quita, hasta ser él,
es de otro el mismo, es aire de tu boca
donde el silencio pace y la noche acepta.
¿Dónde estás, qué niebla me perturba
más que no ver los ojos de la mañana
con que tú misma la ves y te conviene?
Cabellos, dedos, sal y la amplia piel,
donde se esconden tu vida los da;
y es con manos solemnes, fugitivas,
que te recojo viva y me concedo
la hora en que las olas se confunden
y nada es necesario junto al mar.

***
Pedro Tamen (Lisboa, 1934-Setúbal, 2021)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

Naquele tempo

*

Naquele tempo, viver era a melhor coisa do mundo.
Quando nascia o sol todas as pessoas viam
e os homens eram crianças para além dos montes.
Era uma planície, grande como convém a todas as planícies
E plana porque tudo estava certo.
Naquele tempo tínhamos sido criados e éramos iguais às ervas e às flores.
Tu,
tão perfeita que era impossível não seres,
tão erguida como um riso de andorinha,
tu estavas ao meu lado, naturalmente fresca,
e não havia motivos nem razões porque sabíamos tudo.
A nossa teologia era o beijo da criança mais próxima
e ao deitarmo-nos na terra como folhas da mesma planta,
gratos, reduzidos, conscientes.
Olhando para cima, o céu abria-se e todos os Anjos vinham sentar-se no rebordo
e riam como nós pequenas gargalhadas.
Eu cantava canções mais belas do que não tendo palavras
e ouvias-me em silêncio e de olhos abertos exactamente como a todos os sons.

~

Escrevo-te de perto, como se a mão

*

Escrevo-te de perto, como se a mão
te fosse objecto breve aflorado,
como se da rua te chegasse
a certeza pequena para a compra
dos minutos seguintes. De perto
como o sol, como a cigarra.
Como um silêncio cheio
que te viesse aos olhos de manhã
e amar-te fosse a roupa
escolhida ao começar o dia.

~

E nisso haver. E nisso persistir.

*

E nisso haver. E nisso persistir.
Pensar perder-me em nada diluído
pela bola de neve que me desses
instantânea mas branca. Conseguir
amores de bruma e de estampido
num espaço que não sei e onde teces
a tua tempestade.

Correr a mão
pelo corpo que tens em tempos quedos,
deixá-la ir pelos agostos fartos
pelas horas de ceifas e de verão.
Deixar que a tua pele me guie os dedos
para chegar aos olhos e fechar-tos.

~

O mar é longe, mas somos nós o vento

*

O mar é longe, mas somos nós o vento;
e a lembrança que tira, até ser ele,
é doutro e mesmo, é ar da tua boca
onde o silêncio pasce e a noite aceita.
Donde estás, que névoa me perturba
mais que não ver os olhos da manhã
com que tu mesma a vês e te convém?
Cabelos, dedos, sal e a longa pele,
onde se escondem a tua vida os dá;
e é com mãos solenes, fugitivas,
que te recolho viva e me concedo
a hora em que as ondas se confundem
e nada é necessário ao pé do mar.

jueves, 29 de julio de 2021

percy bysshe shelley / ozymandias













Conocí a un viajero de una tierra antigua,
Que dijo "Dos inmensas piernas de piedra
sin tronco, se levantan en el desierto... Cerca de ellas, 
en la arena, a medio hundir, un rostro yace destrozado
su ceño y labio arrugado y su mueca de fría orden
dice que su escultor leyó bien estas pasiones
y que sobrevivirán, estampadas en estas cosas sin vida,
la mano se mofó de ellas y el corazón que alimentó;
y en el pedestal, estas palabras aparecieron:
Mi nombre es Ozymandias, Rey de Reyes;
Miren mis Obras, poderosos y ¡desespérense!
No queda nada más. Sobre la decadencia
de ese colosal naufragio, sin límite y desnudo
las arenas solitarias y planas se extienden lejos.

***
Percy Bysshe Shelley (Horsham, 1792-Lerici, 1822)
Versión de Nicolás López-Pérez
Pintura por Alfred Clint

/

Ozymandias

*

I met a traveller from an antique land,
Who said—“Two vast and trunkless legs of stone
Stand in the desert. . . . Near them, on the sand,
Half sunk a shattered visage lies, whose frown,
And wrinkled lip, and sneer of cold command,
Tell that its sculptor well those passions read
Which yet survive, stamped on these lifeless things,
The hand that mocked them, and the heart that fed;
And on the pedestal, these words appear:
My name is Ozymandias, King of Kings;
Look on my Works, ye Mighty, and despair!
Nothing beside remains. Round the decay
Of that colossal Wreck, boundless and bare
The lone and level sands stretch far away.”

miércoles, 28 de julio de 2021

carmen ollé / dos poemas













AMOR – suciedad de las partes – regocijo de los genitales
¿nuestros hermosos vacíos son de índole melancólica?
o bajas de presión – elevación de temperatura – aceleración
del pulso – oh materia fisiológica – orgánica del despertar:
aliento seco y ácido – topología del sufrir inflamaciones
hepáticas – filosofía del morir: nostalgia que rebalsa
la noche y su dinámica – embolia – abandono – ancianos
al cristal de una ventana lluviosa
y risa – carcajada – cascajo – fierro – óxido
distensión de los músculos bucales
alteración de la retina – hinchazón del vientre
y crisis: ¡CRAC!
y CRAC:
rotura de la imagen.

~

De mis contemporáneas me alejan las dificultades de no ser trivial.
En la Gare du Nord cerré los ojos muy fuerte.
Vi París después de un viaje largamente sentada
En la butaca del ferrocarril con la pequeña en brazos
y la torre Eiffel partida por la niebla.
¿Qué son los Campos Elíseo o la Gioconda sine el ménage
delgado a las jóvenes muchachas del tercer mundo?
Lavar pisos
refregar las estrellas.

En un café del metro Odeón: una amante de Neruda
se divorcia y va en busca de una vida auténtica.
Su ex -marido un solvente ingeniero la manda a paseo
y el pintor vagabundo y la dama burguesa nos filman
unos instantes de llanto y risa que encuadran
matemáticamente con el capuchino y el croissant al paso.
Evelyne era más suave
en su taller la madura holandesa nos mostró sus cueros
mi compañero dijo: - el grado cero de la pintura-
Figuras de piel oscura
tonalidades de gris
y naranja
formas de vientre
de arco iris
África en pleno
Picasso decadentoso
o más tocable
claroscuro sobre
materia – materia
Venus estreñida arte analítico ubicar la vagina
y proyectarse en la página o en el pellejo del burro
lanzar dados
abrir el esfínter de la Venus
Evelyne no trabaja la materia alusión
Evelyne: - el arte es mi droga –
el “para sí” es obsceno.

¿Escribir es una veleidad que dice o disiente
para una mujer casada?
¿Silvia Plath y su Hollywood sin ventanas
o las cartas revolucionarias de Diane di Prima?
La tierra pide ayuda, nuestros hermanos/
y hermanas arrinconan su infancia, se pre-
paran / a la lucha, qué opción tenemos si
no la unirnos a ellos, en sus manos /
está la supervivencia del planeta
la salvación / del sistema solar

¿la liberación del planeta parte de mi liberación?
y ¿esta necesidad es elitista?
un cuerpo que sufre insoportablemente exige
al margen del sistema solar y las estrellas
su liberación inmediata.

***
Carmen Ollé (Lima, 1947)

martes, 27 de julio de 2021

florencia pinar / canción de una dama que se dice florencia pinar













¡Ay! que hay quien mas no vive
porque no hay quien d'ay se duele,
y si hay, ¡ay! que recele
hay un ay con que s'esquive
quien sin ay vivir no suele.

Hay placeres, hay pesares,
hay glorias, hay mil dolores,
hay, donde hay penas de amores,
muy gran bien si dél gozares.

Aunque vida se cative
si hay quien tal ay consuele
no hay razón porque se cele,
aunque ay con que se esquive
quien sin ay vivir no suele.

***
Florencia Pinar (Corona de Castilla, 1470-Imperio Español, 1530)

lunes, 26 de julio de 2021

octavio paz / trabajos del poeta










I

A LAS TRES y veinte como a las nueve y cuarenta y cuatro, desgreñados al alba y pálidos a medianoche, pero siempre puntualmente inesperados, sin trompetas, calzados de silencio, en general de negro, dientes feroces, voces roncas, todos ojos de bocaza, se presentan Tedevoro y Tevomito, Tli, Mundoinmundo, Carnaza, Carroña y Escarnio. Ninguno y los otros, que son mil y nadie, un minuto y jamás. Finjo no verlos y sigo mi trabajo, la conversación un instante suspendida, las sumas y las restas, la vida cotidiana. Secreta y activamente me ocupo de ellos. La nube preñada de palabras viene, dócil y sombría, a suspenderse sobre mi cabeza, balanceándose, mugiendo como un animal herido. Hundo la mano en ese saco caliginoso y extraigo lo que encuentro: un cuerno astillado, un rayo enmohecido, un hueso mondo. Con esos trastos me defiendo, apaleo a los visitantes, corto orejas, combato a brazo partido largas horas de silencio al raso. Crujir de dientes, huesos rotos, un miembro de menos, uno de más, en suma un juego —si logro tener los ojos bien abiertos y la cabeza fría. Pero no hay que mostrar demasiada habilidad: una superioridad manifiesta los desanima. y tampoco excesiva confianza; podrían aprovecharse, y entonces ¿quién responde de las consecuencias?

II

HE DICHO que en general se presentan de negro. Debo añadir que de negro espeso, parecido al humo del carbón. Esta circunstancia les permite cópulas, aglutinaciones, separaciones, ramificaciones. Algunos, hechos de una materia parecida a la mica, se quiebran fácilmente. Basta un manotazo. Heridos, dejan escapar una sustancia pardusca, que no dura mucho tiempo regada en el suelo, porque los demás se apresuran a lamerla con avidez. Seguramente lo hacen para reparar energías. Los hay de una sola cabeza y quince patas. Otros son nada más rostro y cuello. Terminan en un triángulo afilado. Cuando vuelan, silban como silba en el aire el cuchillo. Los jorobados son orquestas ambulantes e infinitas: en cada jiba esconden otro, que toca el tambor y que a su vez esconde otro, también músico, que por su parte esconde otro, que por la suya… Las bellas arrastran con majestad largas colas de babas. Hay los jirones flotantes, los flecos que cuelgan de una gran bola pastosa, que salta pesadamente en la alfombra; los puntiagudos, los orejudos, los cuchicheantes, los desdentados que se pegan al cuerpo como sanguijuelas, los que repiten durante horas una misma palabra, una misma palabra. Son innumerables e innombrables. También debo decir que ciertos días arden, brillan ondulan, se despliegan o repliegan (como una capa de torear), se afilan: los azules, que florecen en la punta del tallo de la corriente eléctrica; los rojos, que vibran o se expanden o chisporrotean; los amarillos de clarín, los erguidos, porque los suntuosos se tienden y los sensuales se extienden; las plumas frescas de los verdes, los siempre agudos y siempre fríos, los esbeltos, puntos sobre las íes de blancos y grises. ¿Son los enviados de Alguien que no se atreve a presentarse o vienen simplemente por su voluntad, porque les nace?

III

TODOS habían salido de casa. A eso de las once advertí que me había fumado el último cigarrillo. Como no deseaba exponerme al viento y al frío, busqué por todos los rincones una cajetilla, sin encontrarla. No tuve más remedio que ponerme el abrigo y descender la escalera (vivo en un quinto piso). La calle, una hermosa calle de altos edificios de piedra gris y dos hileras de castaños desnudos, estaba desierta. Caminé unos trescientos metros contra el viento helado y la niebla amarillenta, sólo para encontrar cerrado el estanco. Dirigí mis pasos hacia un café próximo, en donde estaba seguro de hallar un poco de calor, de música y sobre todo los cigarrillos, objeto de mi salida. Recorrí dos calles más, tiritando, cuando de pronto sentí —no, no sentí: pasó, rauda, la Palabra. Lo inesperado del encuentro me paralizó por un segundo, que fue suficiente para darle tiempo de volver a la noche. Repuesto, alcancé a cogerla por las puntas del pelo flotante. Tiré desesperadamente de esas hebras que se alargaban hacia el infinito, hilos de telégrafo que se alejan irremediablemente con un paisaje entrevisto, nota que sube, se adelgaza, se estira, se estira… Me quedé solo en mitad de la calle, con un pluma roja entre las manos amoratadas.

IV

ECHADO en la cama, pido el sueño bruto, el sueño de la momia. Cierro los ojos y procuro no oír el tam-tam que suena en no sé qué rincón de la pieza. “El silencio está lleno de ruidos me digo y lo que oyes, no lo oyes de verdad. Oyes al silencio.” y el tam-tam continúa, cada vez más fuerte: es un ruido de cascos de caballo galopando en un campo de piedra; es una hacha que no acaba de derribar un árbol gigante; una prensa de imprenta imprimiendo un solo verso inmenso, hecho nada más de una sílaba, que rima con el golpe de mi corazón; es mi corazón que golpea la roca y la cubre con una andrajosa túnica de espuma; es el mar, la resaca del mar encadenado, que cae y se levanta, que se levanta y cae, que cae y se levanta; son las grandes paletadas del silencio cayendo en el silencio.

V

JADEO, viscoso aleteo. Buceo, voceo, clamoreo por el descampado. Vaya malachanza. Esta vez te vacío la panza, te tuerzo, te retuerzo, te volteo y voltibocabajeo, te rompo el pico, te refriego el hocico, te arranco el pito, te hundo el esternón. Broncabroncabrón. Doña campamocha se come en escamocho el miembro mocho de don campamocho. Tli, saltarín cojo, baila sobre mi ojo. Ninguno a la vista. Todos de mil modos, todos vestidos el de inmundos apodos, todos y uno: Ninguno. Te desfondo a fondo, te desfundo de tu fundamento. Traquetea mi ráquea aquea. El carrascaloso se rasca la costra de caspa. Doña campamocha se atasca, tarasca. El sinuoso, el lo ilbante babeante, al pozo con el gozo. Al pozo de ceniza. El erizo se irisa, se eriza, se riza de risa. Sopa de sapos, cepo de pedos, todos a una, bola de sílabas de estropajo, bola de gargajo, bola de vísceras de sílabas, sílabas, sibilas, badajo, sordo badajo. Jadeo, penduleo desguanguilado, jadeo.

VI

AHORA, después de los años, me pregunto si fue verdad o un engendro de mi adolescencia exaltada: los ojos que no se cierran nunca, ni en el momento de la caricia; ese cuerpo demasiado vivo (antes sólo la muerte me había parecido tan rotunda, tan totalmente ella misma, quizá porque en lo que llamamos vida hay siempre trozos y partículas de no-vida); ese amor tiránico, aunque no pide nada, y que no está hecho a la medida de nuestra flaqueza. Su amor a la vida obliga a desertar la vida; su amor al lenguaje lleva al desprecio de las palabras; su amor al juego conduce a pisotear las reglas, a inventar otras, a jugarse la vida en una palabra. Se pierde el gusto por los amigos, por las mujeres razonables, por la literatura, la moral, las buenas compañías, los bellos versos, la psicología, las novelas. Abstraído en una meditación que consiste en ser una meditación sobre la inutilidad de las meditaciones, una contemplación en la que el que contempla es contemplado por lo que contempla y ambos por la Contemplación, hasta que los tres son uno se rompen los lazos con el mundo la razón y el lenguaje. Sobre todo con el lenguaje —ese cordón umbilical que nos ata al abominable vientre rumiante. Te atreves a decir No, para un día poder decir mejor Si. Vacías tu ser de todo la que los Otros la rellenaron: grandes y pequeñas naderías, todas las naderías de que está hecho el mundo de los Otros. Y luego te vacías de ti mismo, porque tú —lo que llamamos yo o persona— también es imagen, también es Otro, también es nadería. Vaciado, limpiado de la nada purulenta del yo, vaciado de tu imagen, ya no eres sino espera y aguardar. Vienen eras de silencio, eras de sequía y de piedra. A veces, una tarde cualquiera, un día sin nombre, cae una Palabra, que se posa levemente sobre esa tierra sin pasado. El pájaro es feroz y acaso te sacará los ojos. Acaso, más tarde, vendrán otros.

VII

ESCRIBO sobre la mesa crepuscular, apoyando fuerte la pluma sobre su pecho casi vivo, que gime y recuerda al bosque natal. La tinta negra abre sus grandes alas. La lámpara estalla y cubre mis palabras una capa de cristales rotos. Un fragmento afilado de luz me corta la mano derecha. Continúo escribiendo con ese muñón que mana sombra. La noche entra en el cuarto, el muro de enfrente adelanta su jeta de piedra, grandes témpanos de aire se interponen entre la pluma y el papel. Ah, un simple monosílabo bastaría para hacer saltar al mundo. Pero esta noche no hay sitio para una sola palabra más.

VIII

ME TIENDO en la cama pero no puedo dormir. Mis ojos giran en el centro de un cuarto negro, en donde todo duerme con ese dormir final y desamparado con un que duermen los objetos cuyos dueños se han muerto o se han ido de pronto y para siempre, sueño obtuso de objeto entregado a su propia pesadez inanimada, sin calor de mano que lo acaricie o lo pula. Mis ojos palpan inútilmente el ropero, la silla, la mesa, objetos que me deben la vida pero que se niegan a reconocerme y compartir conmigo estas horas. Me quedo quieto en medio de la gran explanada egipcia. Pirámides y conos de sombra me fingen una inmortalidad de momia. Nunca podré levantarme. Nunca será otro día. Estoy muerto. Estoy vivo. No estoy aquí. Nunca me he movido de este lecho. Jamás podré levantarme. Soy una plaza donde te embisto capas ilusorias que me tienden toreros enlutados. Don Tancredo se yergue en el centro, relámpago de yeso. Lo ataco, mas cuando estoy apunto de derribarlo siempre hay alguien que llega al quite. Embisto de nuevo, bajo la rechifla de mis labios inmensos, que ocupan todos los tendidos. Ah, nunca acabo de matar al toro, nunca acabo de ser arrastrado por esas mulas tristes que dan vueltas y vueltas al ruedo, bajo el ala fría de ese silbido que decapita la tarde como una navaja inexorable. Me incorporo: apenas es la una. Me estiro, mis pies salen de mi cuarto, mi cabeza horada las paredes. Me extiendo por lo inmenso como las raíces de un árbol. sagrado, como la música, como el mar. La noche se llena de patas, dientes, garras, ventosas. ¿Cómo defender este cuerpo demasiado grande? ¿Qué harán, a kilómetros de distancia, los dedos de mis pies, los de mis manos, mis orejas? Me encojo lentamente. Cruje la cama, cruje mi esqueleto, rechinan los goznes del mundo. Muros, excavaciones, marchas forzadas sobre la inmensidad de un espejo, velas nocturnas, altos y jadeos a la orilla de un pozo cegado. Zumba el enjambre de engendros. Copulan coplas cojas. ¡Tambores en mi vientre y un rumor apagado de caballos que se hunden en la arena de mi pecho! Me repliego. Entro en mí por mi oreja izquierda. Mis pasos retumban en el abandono de mi cráneo, alumbrado sólo por una constelación granate. Recorro a tientas el enorme salón desmantelado. Puertas tapiadas, ventanas ciegas. Penosamente, a rastras, salgo por mi oreja derecha a la luz engañosa de las cuatro y media de la mañana. Oigo los pasos quedos de la madrugada que se insinúa por las rendijas, muchacha flaca y perversa que arroja una carta llena de insidias y calumnias. Las cuatro y treinta, las cuatro y treinta, las cuatro y treinta. El día se me echa encima con su sentencia: habrá que levantarse y afrontar el trabajo diario, los saludos matinales, las sonrisas torcidas, los amores en lechos de agujas, las penas y las diversiones que dejan cicatrices imborrables. y todo sin haber reposado un instante, pues ahora que estoy muerto de sueño y cierro los ojos pesadamente, el reloj me llama: son las ocho, ya es hora.

IX

LO MÁS fácil es quebrar una palabra en dos. A veces los fragmentos siguen viviendo, con vida frenética, feroz, monosilábica. Es delicioso echar ese puñado de recién nacidos al circo: saltan, danzan, botan y rebotan, gritan incansablemente, levantando sus coloridos estandartes. Pero cuando salen los leones hay un gran silencio, interrumpido sólo por las incansables, majestuosas mandíbulas… Los injertos ofrecen ciertas dificultades. Resultan casi siempre monstruos débiles: dos cabezas rivales que se mordisquean y extraen toda la sangre aun mediocuerpo; águilas con picos de paloma que se destrozan cada vez que atacan; palomas con picos de águila, que desgarran cada vez que besan; mariposas paralíticas. El incesto es ley común. Nada les gusta tanto como las reuniones en el seno de una misma familia. Pero es una superstición sin fundamento atribuir a esta circunstancia la pobreza de los resultados. Llevado por el entusiasmo de los experimentos abro en canal a una, saco los ojos a otra, corto piernas, agrego brazos, picos, cuernos. Colecciono manadas, que someto aun régimen de colegio, de cuartel, de cuadra, de . convento. Adulo instintos, corto y recorto tendencias y alas. Hago picudo lo redondo, espinoso lo blando, reblandezco huesos, osifico vísceras. Pongo diques a las inclinaciones naturales. y así creo seres graciosos y de poca vida. A la palabra torre le abro un agujero rojo en la frente. A la palabra odio la alimento con basuras durante años, hasta que estalla en una hermosa explosión purulenta, que infecta por un siglo el lenguaje. Mato de hambre al amor, para que devore lo que encuentre. A la hermosura le sale una joroba en la u. Y la palabra talón, al fin en libertad, aplasta cabezas con una alegría regular, mecánica. Lleno de arena la boca de las exclamaciones. Suelto a las remilgadas en la cueva donde gruñen los pedos. En suma, en mi sótano se corta, se despedaza, se degüella, se pega, se cose y recose. Hay tantas combinaciones como gustos. Pero esos juegos acaban por cansar. Y entonces no queda sino el Gran Recurso: de una manotada. aplastas seis o siete —o diez o mil millones— y con esa masa blanda haces una bola que dejas a la intemperie hasta que se endurezca y brille como una partícula de astro. Una vez que esté bien fría, arrójala con fuerza contra esos ojos fijos que te contemplan desde que naciste. Si tienes tino, fuerza y suerte, quizá destroces algo, quizá le rompas la cara al mundo, quizá tu proyectil estalle contra el muro y le arranque unas breves chispas que iluminen un instante el silencio.

X

NO BASTAN los sapos y culebras que pronuncian las bocas de albañal. Vómito de palabras, purgación del idioma infecto, comido y recomido por unos dientes cariados, basca donde nadan trozos de todos los alimentos que nos dieron en la escuela y de todos los que, solos o en compañía, hemos masticado desde hace siglos. Devuelvo todas las palabras, todas las creencias, toda esa comida fría con que desde el principio nos atragantan. Hubo un tiempo en que me preguntaba: ¿dónde está el mal? , ¿dónde empezó la infección, en la palabra o en la cosa? Hoy sueño un lenguaje de cuchillos y picos, de ácidos y llamas. Un lenguaje de látigos. Para execrar, exasperar, excomulgar, expulsar, exheredar, expeler, exturbar, excopiar, expurgar, excoriar, expilar, exprimir, expectorar, exulcerar, excrementar (los sacramentos), extorsionar, extenuar (el silencio), expiar. Un lenguaje que corte el resuello. Rasante, tajante, cortante. Un ejército de sables. Un lenguaje de aceros exactos, de relámpagos afilados, de esdrújulos y agudos, incansables, relucientes, metódicas navajas. Un lenguaje guillotina. Una dentadura trituradora, que haga una masa del yotúélnosotrosvosotrosellos. Un viento de cuchillos que desgarre y desarraigue y descuaje y deshonre las familias, los templos, las bibliotecas, las cárceles, los burdeles, los colegios, los manicomios, las fábricas, las academias, los juzgados, los bancos, las amistades, las tabernas, la esperanza, la revolución, la caridad, la justicia, las creencias, los errores, las verdades, la fe.

XI

RONDA, se insinúa, se acerca, se aleja, vuelve de puntillas y, si alargo la mano, desaparece, una Palabra. Sólo distingo su cresta orgullosa: Cri. ¿Cristo, cristal, crimen, Crimea, crítica, Cristina, criterio? Y zarpa de mi frente una piragua, con un hombre armado de un lanza. La leve y frágil embarcación corta veloz las olas negras, las oleadas de sangre negra de mis sienes. y se aleja hacia dentro. El cazador-pescador escruta la masa sombría y anubarrada del horizonte, henchido de amenazas hunde los ojos sagaces en la rencorosa espuma, aguza el oído, olfatea. A veces cruza la oscuridad un destello vivaz, un aletazo verde y escamado. Es el Cri, que sale un momento al aire, respira y se sumerge de nuevo en las profundidades. El cazador sopla el cuerno que lleva atado al pecho, pero su enlutado mugido se pierde en el desierto de agua. No hay nadie en el inmenso lago salado. Y está muy lejos ya la playa rocallosa, muy lejos las débiles luces de las casuchas de sus compañeros. De cuando en cuando el Cri reaparece, deja ver su aleta nefasta y se hunde. El remero fascinado lo sigue, hacia dentro, cada vez más hacia dentro.

XII

LUEGO de haber cortado todos los brazos que se tendían hacia mí; luego de haber tapiado todas las ventanas y puertas; luego de haber inundado con agua envenenada los fosos; luego de haber edificado mi casa en la roca de un No inaccesible a los halagos y al miedo; luego de haberme cortado la lengua y luego de haberla devorado; luego de haber arrojado puñados de silencio y monosílabos de desprecio a mis amores; luego de haber olvidado mi nombre y el nombre de mi lugar natal y el nombre de mi estirpe; luego de haberme juzgado y haberme sentenciado a perpetua espera ya soledad perpetua, oí contra las piedras de mi calabozo de silogismos la embestida húmeda, tierna, insistente, de la primavera.

XIII

HACE AÑOS, con piedrecitas, basuras y yerbas, edifiqué Tilantlán. Recuerdo la muralla, las puertas amarillas con el signo digital, las calles estrechas y malolientes que habitaba una plebe ruidosa, el verde Palacio del Gobierno y la roja Casa de los Sacrificios, abierta como una mano, con sus cinco grandes templos y sus calzadas innumerables. Tilantlán, ciudad gris al pie de la piedra blanca, ciudad agarrada al suelo con uñas y dientes, ciudad de polvo y plegarias. Sus moradores —astutos, ceremoniosos y coléricos— adoraban a las Manos, que los habían hecho, pero temían a los Pies, que podrían destruirlos. Su teología, y los renovados sacrificios con que intentaron comprar el amor de las Primeras y asegurarse la benevolencia de los Últimos, no evitaron que una alegre mañana mi pie derecho los aplastara, con su historia, su aristocracia feroz, sus motines, su lenguaje sagrado, sus canciones populares y su teatro ritual. y sus sacerdotes jamás sospecharon que Pies y Manos no eran sino las extremidades de un mismo dios.

XIV

DIFÍCILMENTE, avanzando milímetros por año, me hago un camino entre la roca. Desde hace milenios mis dientes se gastan y mis uñas se rompen para llegar allá, al otro lado, a la luz y el aire libre. y ahora que mis manos sangran y mis dientes tiemblan, inseguros, en una cavidad rajada por la sed y el polvo, me detengo y contemplo mi obra: he pasado la segunda parte de mi vida rompiendo las piedras, perforando las murallas, taladrando las puertas y apartando los obstáculos que interpuse entre la luz y yo durante la primera parte de mi vida.

XV

¡PUEBLO mío, pueblo que mis magros pensamientos alimentan con migajas, con exhaustas imágenes penosamente extraídas de la piedra! Hace siglos que no llueve. Hasta la yerba rala de mi pecho ha sido secada por el sol. El cielo, limpio de estrellas y de nubes, está cada día más alto. Mi sangre se extenúa entre venas endurecidas. Nadie te aplaca ya, Cólera, centella que te rompes los dientes contra el Muro; nada a vosotras, Virgen, Estrella Airada, hermosuras con alas, hermosuras con garras. Todas las palabras han muerto de sed. Nadie podrá alimentarse con estos restos pulidos, ni siquiera mis perros, mis vicios. Esperanza, águila famélica, déjame sobre esta roca parecida al silencio. y tú, viento que soplas del Pasado, sopla con fuerza, dispersa estas pocas sílabas y hazlas aire y transparencia. ¡Ser al fin una Palabra, un poco de aire en una boca pura, un poco de agua en unos labios ávidos! Pero ya el olvido pronuncia mi nombre: míralo brillar entre sus labios como el hueso que brilla un instante en el hocico de la noche de negro pelaje. Los cantos que no dije, los cantos del arenal, los dice el viento de una sola vez, en una sola frase interminable, sin principio, sin fin y sin sentido.

XVI

COMO un dolor que avanza y se abre paso entre vísceras que ceden y huesos que resisten, como una lima que lima los nervios que nos atan a la vida, sí, pero también como una alegría súbita, como abrir una puerta que da al mar, como asomarse al abismo y como llegar a la cumbre, como el río de diamante que horada la roca y como la cascada azul que cae en un derrumbe de estatuas y templos blanquísimos, como el pájaro que sube y el relámpago que desciende, batir de alas, pico que desgarra y entreabre al fin el fruto, tú, mi Grito, surtidor de plumas de fuego, herida resonante y vasta como el desprendimiento de un planeta del cuerpo de una estrella, caída infinita en un cielo de ecos, en un cielo de espejos que te repiten y destrozan y te vuelven innumerable, infinito y anónimo.

***
Octavio Paz (Ciudad de México, 1914-1998) ¿Águila o sol? Ciudad de México: FCE, 2016.

domingo, 25 de julio de 2021

alda merini / de "clínica del abandono"










Naviglio al anochecer

*

Se entra en estas casas sin demora con la idea
precisa y la esperanza de encontrar la fatalidad el destino
se consideran las piedras los habitantes los lugares
las esperanzas caídas sobre las piedras las voces de los niños
que en un tiempo se alzaban sobre los árboles y parece
escucharse el parloteo de esos ángeles que han dado
la medida del más allá esos pequeños amorcitos que vibran
al atardecer sobre el corazón de los muchachos que buscan
una segunda una tercera infancia o una madurez plena
de halagos muchachos que no quieren crecer
que no buscan ni el pasado ni el porvenir
un florilegio de muchachas bellísimas y prodigiosas 
que cantan el espacio de nuestra alma.

~

Mientras la vida gime atrapada en las prisiones
se alzan las velas del bellísimo canto
y todas esas orillas que fueron ya cerradas
zarpan como el mar y tiemblan de ondas
huele la nuca del tonto enemigo
y la paz lo muerde en el pie como serpiente
luto y espanto y rígido color de montaña
y Vanni parte y halla sede en el regazo de los dioses
como hijo de Venus hermano de Minerva
habla turbación a Júpiter que lo ve agraciado
y se buscan las diosas una dentro de la otra heridas
por una única muerte, se buscan las diosas
encuentran el escalpelo para el buen perfil
y no dejan huellas en el cielo de las ideas

~

Era él la feliz conclusión de la nada
del alma fosca que quiere demandar pan
era lo que todos olvidaban, el sonido
de las horas perdidas
era la diéresis del frontispicio
y cuando quería el néctar del amor
rogaba que todas las puertas fueran abiertas
para que le germinase el alma
Era él el escondite de mi loba
de esa que se demora en las noches
sobre la frente delicada de todos 
aquellos que entran en el sueño y ven
madonnas coloridas y relámpagos
y sueñan con ser diferentes
de cualquier sonido de cualquier tormento.

Era el fulgor en cielo sereno
y después del amor era la paz inmensa
la terraza colorida del Nilo.

~

Como brota el llanto de un solemne acantilado
así copiosa la sangre ha roto cada estación
y fecundado poetas limosnas de amor
y toda esa felpa que cubría la roca
un sentido de pantano que parecía resuelto
un sentido de resaca que fluye en el mar
o doble balance de una vista que sube
la cima de la colina y anima la pantalla
de la blanca pena que rompe las pasiones
como el germen se ahoga dentro de los viejos dedos
que ávidos del Padre vienen a buscar la muerte.

~

Así haciendo la noche morada dentro de la noche
el dolor en el dolor el genio y su extravagancia
la religiosidad es muda y calla trayéndose
consigo lúgubres llamas que no piden gracias
sino sólo el sentido del fuego sino sólo el ardor
del sentimiento
se comen aguas por todas partes
como si ninguno hubiera jamás asesinado
un cordero o hallado buena la carne
se comen cosas absurdas
sobre una fingida servilleta donde cada cosa está
por extravagancia y no
por hambre sola.

***
Alda Merini (Milán, 1931-2009) Clínica del abandono. Buenos Aires: bajo la luna, 2008.
Versiones de Delfina Muschietti

/

Naviglio di sera

*

Si entra in queste case senza dimora con l'idea
precisa e la speranza di trovare la fatalità il destino
si considerano le pietre gli abitanti i luofhi
le speranze cadute sulle pietre le voci dei bimbi
che un tempo salivano sopra gli alberi e sembra
di sentire cinguettare quegli angeli che hanno dato
la misura dell'aldilà qieo ´piccoli amorini che vibrano
la sera sul cuore di questi ragazzi che cercano
una seconda una terza infanzia o una maturità piena
di lusinghe ragazzi che non vogliono crescere
che non cercano né il passato né l'avvenire
un florilegio di ragazze bellissime e prodigiose
che cantan lo spazio della nostra anima

~

Mentre la vita geme rattratta nelle prigioni
si alzano le vele del bellisimo canto
e tutte quelle rive che furono già chiuse
salpano come il mare e tremano di flutti
odora la cervice dello stolto nemico
e la pace lo morde al piede come serpe
lutto e spavento e rigido colore di montagna
e Vanni parte e ha sede nel grembo degli dèi 
come figlio di Venere fratello di Minerva
parla sgomento a Giove che lo vede leggiadro
e si cercan le dee l'una entro l'altra ferite
per un'unica morte, si cercan le dee
trovano lo scalpello per il bel profilo
e non lasciano traccia nel cielo delle idee.

~

Era lui la felice conclusione del niente
dall'anima fosca che vuole domandare pane
era ciò che tutti dimenticano, il suono
delle ore perdute
era la dieresi del frontespizio
e quando voleva il nettare dell' amore
pregava che tutte le porte fossero aperte
perché gli germogliasse l'anima.
Era lui il nascondiglio della mia volpe
di quella che si attarda la notte
sulla fronte delicata di tutti
quelli che entrano nel sogno e vedono
madonne colorate e lampi
e sognano di essere diversi
da qualsiasi suono da qualsiasi tormento.

Era la folgore a ciel sereno
e dopo l'amore era la pace immensa
la terrazza colorata del Nilo.

~

Come sgorga il pianto da una rupe solenne
cosí copioso il sangue ruppe ogni stagione
e fecondò poeti elemosine di amore
e tutto quel fustagno che copriva la roccia
un senso di palude che pareva risolto
un senso di risacca che fluisce nel mare
o doppio rendiconto di una vista che sale
in cima alla collina e anima lo schermo
della bianca pena che rompe le passioni
come il germe affoga dentro le vecchie dita
che avide del Padre ricercano la morte.

~

Cosí facendo la notte dimora dentro la notte
il dolore nel dolore il genio è la sua stravaganza
la religiosità è muta e tace traendosi
dietro lugubri fiamme che non chiedono grazie
ma solo il senso del fuoco ma solo l'ardore
del sentimento
si magniano acque dovunque
come se nessuno avesse mai ammazzato
un vitello o trovato buona la carne
si magiano cose assurde
su un finto tovagliolo dove ogni cosa sta
per stravaganza e non
per sola fame.

sábado, 24 de julio de 2021

ricardo domeneck / dos poemas










Solo en caso de emergencia

*

para el caso
de un trasplante
yo te donaría
un pulmón un riñón
medio hígado fallido
y si estás en la cárcel
sin plata para la fianza
cobraría los gastos
o robaría un banco
en gran estilo-bonnie
desde que tú
me desclydificaste
& te hiciste rehén
del pentágono
de al-qaeda
de los aliens
de la yakuza
yo voy al rescate
con derecho a 
un caballo un estandarte
y mil trompetas
pero no
no tengo tiempo
para el cine
no no
tengo tiempo
para un café
no no tengo
tiempo
cómo estai
estoy bien

~

Industria cultural

*

Las distracciones
para las familias del campo
exigen recursos humanos
propios.

Aquí
no se ve actuar
a grandes actores
aquí
no se ve leer
a los grandes poetas
aquí
no se ve cantar
a los grandes cantantes
aquí
no se dignan
a las interpretaciones
ni a la inteligencia

Aquí 
las iglesias evangélicas
y las academias de gimnasia
fomentan la implementación
del Mens sana in corpore sano

Las visitas a la heladería
que antes fue una pizzería
y antes, una cafetería
solo cambian las paredes
que no traen
ni una foto ni una pintura
de tradiciones centenarias.

El espacio público
-ni Ágora ni Ecclesia-
pide variaciones
-ahora los susurros-
de viejos resentimientos 
de pequeñas irritaciones 
que se acumulan
y palpitan como pústulas-

Las frustraciones del padre
las frustraciones de la madre
y así, en una escalera
las frustraciones que nacen
de todos los que vienen, en pérdidas
crecientes.

En la mesa
reina nuestra misma
falta de tema al cenar
o el tema repetido
hasta el cansancio. Las deudas
con Dios y con el César.

Y sí, el silencio
sobre los únicos temas
que quizás nos salven.
Si solo, en un instante
de lucidez repentina
ahora regaríamos
los helados, las pizzas, las comidas
con lágrimas, goteando juntos
en la cuneta. Pero, ¿qué dirían
los vecinos?

En las capitales
lloran los intelectuales
- ¡el pueblo! ¡el pueblo!-
mientras el moho y el musgo
cubren de a poco
nuestra no-boca, nuestra no-alma.

***
Ricardo Domeneck (Bebedouro, 1977)
Versiones de Nicolás López-Pérez

/

Só em caso de emergência

*

na precisão
de um transplante
eu doaria a você
um pulmão um rim
meio fígado falido
& se no presídio
sem grana de fiança
acarretaria os custos
ou roubaria um banco
em alto estilo-bonnie
desde que você
me desclydeficou
& se feito refém
do pentágono
da al-qaeda
de aliens
da yakuza
eu em resgate
com direito a
cavalo estandarte
e mil trombetas
mas não
não tenho tempo
para o cinema
não não
tenho tempo
para um café
não não tenho
tempo
como vai
tudo bem

~

Industria cultural

*

 As distrações 
para as famílias do interior
exigem recursos humanos
próprios.

Aqui 
não vêm atuar
os grandes atores,
aqui 
não vêm ler
os grandes poetas,
aqui 
não vêm cantar 
os grandes cantores,
aqui 
não se digna
a interpretações 
a intelligentsia.

Aqui, 
às igrejas evangélicas 
e às academias de ginástica 
pertence a implementação 
do Mens sana in corpore sano.

As visitas à sorveteria
que antes fora uma pizzaria
e antes, uma lanchonete, 
apenas mudam as paredes,
que não trazem 
nem fotografia nem pintura
de tradições centenárias.

O espaço público 
— nem Ágora nem Eclésia —
incita variações 
— agora aos sussurros —
dos ressentimentos velhos,
das irritações pequenas
que se acumulam
e latejam como pústulas.

As frustrações do pai,
as frustrações da mãe,
e assim, em escadinha,
as frustrações nascentes 
da prole toda, em perdas
crescentes.

À mesa 
reina nossa mesma 
falta de assunto da janta
ou o assunto repetido 
à exaustão. As dívidas 
com Deus e com César.

E sim, o silêncio 
sobre os únicos assuntos
que quiçá nos salvassem.
Quem-nos-dera, num instante 
de lucidez repentina,
aguássemos agora
os sorvetes, as pizzas, os lanches 
com lágrimas, esgoelando juntos
na sarjeta. Mas o que diriam
os vizinhos?

Nas capitais
lacrimeja a intelligentsia 
— o povo! o povo! — 
enquanto o mofo e o musgo
cobrem aos poucos 
a nossa não-boca, a nossa não-alma.

viernes, 23 de julio de 2021

wislawa szymborska / dos poemas













Falta de atención

*

Ayer me porté mal en el cosmos.
Viví todo el día sin preguntar por nada,
sin sorprenderme de nada.

Realicé acciones cotidianas,
como si fuera lo único que tenía que hacer.

Aspirar, espirar, un paso tras otro, obligaciones,
pero sin pensamientos que fueran más allá
de salir de casa y volver a casa.

El mundo podría ser tenido por un mundo loco
y yo lo tuve para mi propio y trivial uso.

Ningún cómo, ningún por qué,
o de dónde ha salido éste,
o para qué quiere tantos impacientes detalles.

Fui como un clavo superficialmente clavado a la pared,
o
(aquí una comparación que no se me ha ocurrido).

Uno tras otro se fueron sucediendo cambios
incluso en el limitado campo de un abrir y cerrar de ojos.

En la mesa más joven, con una mano un día más joven
había pan de ayer cortado de forma distinta.

Las nubes como nunca y la lluvia como nunca,
porque era con otras gotas que llovía.

La Tierra giraba sobre su eje
pero en un espacio abandonado para siempre.

Duró sus buenas 24 horas.
1.440 minutos de ocasiones.
86.400 segundos que mirar.

El cósmico savoir-vivre
aunque calla sobre nuestro asunto,
exige, sin embargo, algo de nosotros:
una cierta atención, un par de frases de Pascal
y una sorprendente participación en este juego
de reglas desconocidas.

~

Reseña de un poema jamás escrito

*

En las palabras iniciales de la obra
la autora sostiene que la tierra es pequeña,
en cambio el cielo es grande hasta la exageración,
y en él hay, cito literalmente, «más estrellas de lo debido».

La descripción del cielo denota perplejidad,
la autora se pierde en espacios sobrecogedores,
la inercia de tanto planeta la impacta
y, acto seguido, en su mente (imprecisa, justo es decirlo)
comienza a formularse la pregunta:
¿estamos solos
bajo la capa del sol y de todos los soles del universo?

¡A pesar del cálculo de probabilidades!
Y de la convicción hoy universalmente compartida!
¡En contra de las irrefutables pruebas que de un momento a otro
caerán en poder del hombre! ¡Ay, la poesía!

Por de pronto nuestra vate vuelve a ser tierra,
planeta que puede «seguir su curso sin testigos»
la única «ciencia ficción que el cosmos puede permitirse».
La desesperación de Pascal (1623-1662, la nota es mía),
según la autora, no halla rival
en ninguna, digamos, Andrómeda ni Casiopea.
La exclusividad magnifica y obliga,
de ahí el problema acerca de cómo vivir, etcétera,
puesto que «el vacío no lo solucionará por nosotros».
«Dios mío», clama el hombre a Sí Mismo,
«ten piedad de mí, ilumíname»…

Atormenta a la autora la idea de una vida derrochada,
como si la vida contara con reservas sin fondo.
De las guerras, siempre —en su provocadora opinión—
derrotas de ambos bandos.
De la «brutestatalidad» (sic) de la gente para con la gente.
La obra exhala una intención moralista que
en pluma menos ingenua tal vez hubiera resultado luminosa.

Por desgracia, no es así. La tesis, tremendamente osada
(¿acaso estamos solos
bajo la capa del sol y de todos los soles del universo?),
está planteada con un estilo descuidado
(una mezcla de sublimidad y lenguaje cotidiano),
que abre un interrogante: ¿a quién convencerá?
A nadie, seguro. Con lo dicho basta.

***
Wislawa Szymborska (Prowent, 1923-Cracovia, 2012)
Versiones de Abel Murcia y Gerardo Beltrán & Jerzy Sławomirski y Ana María Moix respectivamente.

/

Nieuwaga

*

Źle sprawowałam się wczoraj w kosmosie.
Przeżyłam całą dobę nie pytając o nic,
nie dziwiąc się niczemu.

Wykonywałam czynności codzienne,
jakby to było wszystko, co powinnam.

Wdech, wydech, krok za krokiem, obowiązki,
ale bez myśli sięgającej dalej
niż wyjście z domu i powrót do domu.

Świat mógł być odbierany jako świat szalony,
a ja brałam go tylko na zwykły użytek.

Żadnych – jak – i dlaczego –
i skąd się taki tu wziął –
i na co mu aż tyle ruchliwych szczegółów.

Byłam jak gwóźdź zbyt płytko wbity w ścianę
albo
(tu porównanie, którego mi brakło).

Jedna za drugą zachodziły zmiany
nawet w ograniczonym polu okamgnienia.

Przy stole młodszym, ręką o dzień młodszą
był chleb wczorajszy inaczej krajany.

Chmury jak nigdy i deszcz był jak nigdy,
bo padał przecież innymi kroplami.

Ziemia się obróciła wokół swojej osi,
ale już w opuszczonej na zawsze przestrzeni.

Trwało to dobre 24 godziny.
1440 minut okazji.
86 400 sekund do wglądu.

Kosmiczny savoir-vivre
choć milczy na nasz temat,
to jednak czegoś od nas się domaga:
trochę uwagi, kilku zdań z Pascala
i zdumionego udziału w tej grze
o regułach nieznanych.

~

Recenzja z nienapisanego wiersza

*

W pierw­szych sło­wach utwo­ru
au­tor­ka stwier­dza, ze Zie­mia jest mała,
nie­bo na­to­miast duże do prze­sa­dy,
a gwiazd, cy­tu­ję: „wię­cej w nim niż trze­ba”.

W opi­sie nie­ba czuć pew­ną bez­rad­ność,
au­tor­ka gubi się w strasz­nym prze­stwo­rze,
ude­rza ją mar­two­ta wie­lu pla­net
i wkrót­ce w jej umy­śle (do­daj­my: nie­ści­słym)
za­czy­na ro­dzić się py­ta­nie,
czy aby jed­nak nie je­ste­śmy sami
pod słoń­cem, pod wszyst­ki­mi na świe­cie słoń­ca­mi?

Na prze­kór ra­chun­ko­wi praw­do­po­do­bień­stwa!
I po­wszech­ne­mu dzi­siaj prze­ko­na­niu!
Wbrew nie­zbi­tym do­wo­dom, któ­re lada dzień
mogą wpaść w ludz­kie ręce! Ach, po­ezja.

Tym­cza­sem na­sza wieszcz­ka po­wra­ca na Zie­mię,
pla­ne­tę, któ­ra może „to­czy się bez świad­ków”,
je­dy­ną „scien­ce fic­tion, na jaką stać ko­smos”.
Roz­pacz Pas­ca­la (1623-1662, przyp. nasz)
wy­da­je się au­tor­ce nie mieć kon­ku­ren­cji
na żad­nej An­dro­me­dzie ani Ka­sjo­pei.
Wy­łącz­ność wy­ol­brzy­mia i zo­bo­wią­zu­je,
wy­ła­nia się więc pro­blem jak żyć et ce­te­ra,
al­bo­wiem „pust­ka tego za nas nie roz­strzy­gnie”.
„Mój Boże, woła czło­wiek do Sa­me­go Sie­bie,
uli­tuj się nade mną, oświeć mnie”...

Au­tor­kę gnę­bi myśl o ży­ciu trwo­nio­nym tak lek­ko,
jak­by go było w za­pa­sie bez dna.
O woj­nach, któ­re ‒ jej prze­kor­nym zda­niem ‒
prze­gry­wa­ne są za­wsze po oby­dwu stro­nach.
O „pań­stwie­niu się” (sic!) lu­dzi nad ludź­mi.
Przez utwór prze­świ­tu­je in­ten­cja mo­ral­na.
Pod mniej na­iw­nym pió­rem roz­bły­sła­by może.

Nie­ste­ty, cóż. Ta z grun­tu ry­zy­kow­na teza
(czy aby jed­nak nie je­ste­śmy sami
pod słoń­cem, pod wszyst­ki­mi na świe­cie słoń­ca­mi)
i roz­wi­nię­cie jej w nie­fra­so­bli­wym sty­lu
(mie­sza­ni­na wznio­sło­ści z mową po­spo­li­tą)
spra­wia­ją, że któż temu wia­rę da?
Z pew­no­ścią nikt. No wła­śnie.

jueves, 22 de julio de 2021

miguel torga / cinco poemas













Súplica
Ahora que el silencio es un mar sin olas,
Y que en él puedo navegar sin rumbo,
No respondas
A las urgentes preguntas
Que te hice.
Déjame ser feliz
Así,
Ya tan lejos de ti como de mí.
Se pierde la vida deseándola tanto.
Sólo supimos sufrir, mientras
Nuestro amor
Duró.
Pero el tiempo pasó,
Hay calmaría…
No perturbes la paz que me fue dada.
Oír de nuevo tu voz sería
Matar la sed con agua salada.

~

Sísifo
Recomienza…
Si puedes
Sin angustia
Y sin prisa.
Y los pasos que des,
En ese camino duro
Del futuro
Dalos en libertad.
Mientras no alcances
No descanses.
De ningún fruto quieras sólo la mitad.
Y, nunca saciado,
Ve recogiendo ilusiones sucesivas en el pomar.
Siempre soñando y viendo
El logro de la aventura.
¡Eres hombre, no te olvides!
Sólo es tuya la locura
Donde, con lucidez, te reconozcas…

~

Inocencia
Voy aquí como un ángel, ¡y cargado
De crímenes!
Con alas de poeta se vuela en el cielo…
De todo me redimes,
Penitencia
¡De ser artista!
Nada sé,
Nada valgo,
Nada hago,
¡Y se abre en mí la fuerza de este abrazo
Que abarca el mundo!
Todo amo, admiro y comprendo.
Soy como un sol fecundo
Que endulza y dora, teniendo
Calor apenas.
Puro,
Divino
Y humano como mis otros hermanos,
Camino en esta ingenua confianza
De niño
Que hace milagros golpeando las manos.

~

Casi un poema de amor
Hace mucho tiempo ya que no escribo un poema
De amor.
¡Y es lo que yo sé hacer con más delicadeza!
Nuestra naturaleza
Lusitana
Tiene esa humana
Gracia
Hechicera
De convertir en cristal
La más sentimental
Y opaca
Borrachera.
Pero sea porque voy envejeciendo
Y nadie me desea enamorado,
O porque la antigua pasión
Me mantiene callado
El corazón
En un íntimo pudor,
Hace mucho tiempo ya que no escribo un poema
De amor.

~

Conquista
Libre no soy, que ni la propia vida
Me lo consiente.
Pero mi aguerrida
Testarudez
Es quebrar día a día
Un grillete de la cadena.
Libre no soy, pero quiero la libertad.
La traigo dentro de mí como un destino.
¡A ver quién desdice el sueño del niño
Que se ahogó y flota
Entre nenúfares de serenidad
Después de tener la luna!

***
Miguel Torga (São Martinho de Anta, 1907-Coímbra, 1995)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

Súplica
Agora que o silêncio é um mar sem ondas,
E que nele posso navegar sem rumo,
Não respondas
Às urgentes perguntas
Que te fiz.
Deixa-me ser feliz
Assim,
Já tão longe de ti como de mim.
Perde-se a vida a desejá-la tanto.
Só soubemos sofrer, enquanto
O nosso amor
Durou.
Mas o tempo passou,
Há calmaria…
Não perturbes a paz que me foi dada.
Ouvir de novo a tua voz seria
Matar a sede com água salgada.

~

Sísifo
Recomeça….
Se puderes
Sem angústia
E sem pressa.
E os passos que deres,
Nesse caminho duro
Do futuro
Dá-os em liberdade.
Enquanto não alcances
Não descanses.
De nenhum fruto queiras só metade.
E, nunca saciado,
Vai colhendo ilusões sucessivas no pomar.
Sempre a sonhar e vendo
O logro da aventura.
És homem, não te esqueças!
Só é tua a loucura
Onde, com lucidez, te reconheças…

~

Inocência
Vou aqui como um anjo, e carregado
De crimes!
Com asas de poeta voa-se no céu…
De tudo me redimes,
Penitência
De ser artista!
Nada sei,
Nada valho,
Nada faço,
E abre-se em mim a força deste abraço
Que abarca o mundo!
Tudo amo, admiro e compreendo.
Sou como um sol fecundo
Que adoça e doira, tendo
Calor apenas.
Puro,
Divino
E humano como os outros meus irmãos,
Caminho nesta ingénua confiança
De criança
Que faz milagres a bater as mãos.

~

Quase um poema de amor
Há muito tempo já que não escrevo um poema
De amor.
E é o que eu sei fazer com mais delicadeza!
A nossa natureza
Lusitana
Tem essa humana
Graça
Feiticeira
De tornar de cristal
A mais sentimental
E baça
Bebedeira.
Mas ou seja que vou envelhecendo
E ninguém me deseje apaixonado,
Ou que a antiga paixão
Me mantenha calado
O coração
Num íntimo pudor,
Há muito tempo já que não escrevo um poema
De amor

~

Conquista
Livre não sou, que nem a própria vida
Mo consente.
Mas a minha aguerrida
Teimosia
É quebrar dia a dia
Um grilhão da corrente.
Livre não sou, mas quero a liberdade.
Trago-a dentro de mim como um destino.
E vão lá desdizer o sonho do menino
Que se afogou e flutua
Entre nenúfares de serenidade
Depois de ter a lua!

miércoles, 21 de julio de 2021

begoña ugalde / dos poemas










Batalla silenciosa

*

Primero en el sexo la experiencia alucinada
los días siguientes ese brillo de obsidiana
que recorre el cuerpo y hace que todo vibre
hasta que el calendario rectangular proyecta
una sombra inmensa sobre mi casa
la cordillera es una madre enojada
la humedad avanza en las paredes
se desata esa batalla silenciosa
que oscurece aún más la perspectiva
de un futuro ya incierto
porque no llega la sangre
cuando yo espero esa sangre
como el recado más urgente
para que mi corazón deje de repetir
su monótona advertencia:
la destreza física no basta
el amor necesita tiempo para florecer.

~

Sistema solar

*

El viernes me quedo dormida
mirando el fuego tenue de la estufa
mientras Patti Smith grita ¡Horses! ¡Horses!
sueño con peces y caballos brillantes
que cruzan el cielo como un cometa que agoniza.

Al despertar decido escribir poemas en las paredes
con temperas que mi hijo guarda en su mochila
para hacer una maqueta del cielo.

Mi idea es leerlos en voz alta
mientras pintamos pelotas de plumavit
que representen los planetas orbitando
en torno a un sol irreal.

Lo cierto es que estoy muy cansada
apenas puedo hacer el desayuno
los panes se incendian sobre el tostador
la leche hierve hasta hacerse espuma
mi hijo pregunta cosas sobre la galaxia
los hámsteres giran en su rueda
luego se aparean frenéticamente.

¿De qué están hechos los anillos de Saturno?
¿Cómo es posible que en un comienzo todo fuera materia
oscura?
¿Qué es lo que sujeta a los planetas en el cielo?
¿Y cómo funciona la ley de gravedad?

La vida es frágil en sus inicios
dependemos tanto de otros y luego negamos todo
nos gusta el desorden o al menos la atemporalidad
ir drogados al cine para reírnos de manera salvaje
sentir el poder de la ficción hasta la mañana siguiente.

No nos detenemos a mirar las pocas estrellas
que todavía brillan débilmente entre los aviones
olvidamos llamar a los amigos que cuentan monedas
para comprar una caja de vino que acabarán de a poco
mientras ven documentales sobre el fin del mundo.

Pero todo está bien así
Patti Smith enviudó y se mantuvo diez años
alejada de la música para criar a sus hijos
luego se convirtió en una estrella de rock
y yo soy quien soy ahora
y el sistema solar un día se apagará
seremos de nuevo solo un cuerpo celeste.

***
Begoña Ugalde (Santiago de Chile, 1984) Poemas sobre mi normalidad. Santiago de Chile: RIL Editores, 2018.

martes, 20 de julio de 2021

juan eduardo cirlot / tres poemas













Introducción

*

Todos los pasos tienen la forma del pasado,
la forma de las formas donde todo se muere
cayendo en su recinto de plata desbordada,
elegida en el borde de las sombras azules.

Debajo de los días de mis contestaciones
a todas las murallas que la noche reparte
en torno a mi tristeza de roto alucinado
donde el sol no golpea con sus labios en flor.

Debajo de esas causas de elemento remoto:
de esos pasos perdidos que mis manos soportan,
escribo dulcemente con el rostro vertido
hacia la extensa tierra que se eleva ante mí.

Es una tierra lenta de rosas muy oscuras,
una tierra de nombres y puñados de vidrio,
una tierra de grana con estaño incendiario,
una tierra de paja con trenzas de aceite.

Todos sus movimientos me consultan ardiendo,
todas sus invasiones se me acercan de pronto;
cuando de mi agonía resurjo hacia las calles
y paso por mis sangres escucho sus lamentos.

Voy a estar concordando las cuerdas de esa luz
que el aire petrifica rondándome los ojos.
Voy a poner sus arpas encima de mi mesa
donde escribo despacio su forma desgraciada.

Son rediles de polvo mezclado con topacios,
pescados hacinados sobre la cal deshecha
son hombros de jacintos y caderas de sábana
donde todo amontona su rumor de maderos.

Todos los pasos tienen la forma del pasado;
de un pasado sin boca para besar la orilla
de otra existencia hermosa que nunca se ha tenido
a pesar de las fiestas del corazón en llamas.

Entonces a lo largo de mi paciencia nacen
las tibias caravanas de las blancas cisternas,
los amores redondos de los pozos ocultos,
las banderas inscritas en le mármol salvaje.

Miro con mis recuerdos la zona de ese campo
en el que un gran sollozo persiste de rodillas.
Desde la tarde o noche donde un árbol violeta
esparce su mirada, también contemplo el tiempo.

Miro su vestidura de brillo y crisantemos,
su peligrosa fuerza de ventana cortada,
su pensamiento vivo creciendo con las zarzas
entre las alabanzas de los cánticos solos.

Debajo de esas causas de elemento perdido
hay una tierra suave que palpita ante mí.
Es una tierra echada sobre su propio vientre
lleno de estrellas negras y de voces lejanas.

Cuando todo lo mío se muere y despedaza
partido por el ansia de lo que me traiciona,
del crimen cometido por mí contra mis cielos
yo miro ese terreno de temblor y ternura.

Escribo para oírme vivir sobre sus tersas
orillas renacidas en un sarcófago rojo.
De sus sonidos de oro tomo mis instrumentos
hechos de siemprevivas y cabellos heridos.

Todos los pasos tienen la forma del pasado
donde todo se ahonda cayendo hacia el amor,
que es la perfecta nada de todo lo que canta
con la mirada aguda que el diamante describe.

Ya sé que me repito como un muerto que avanza
desde sus pobres ropas deshechas y en la sombra,
hacia la caja enorme donde el mundo le estrecha
para guardar la esencia de su ser miserable.

No me importa la gloria que grita en las paredes
con garfios de tormento la aurora de los días.
No obstante, reconozco la causa de mi origen
atado a la salmodia de los nombres que crujen.

Debo cantar las ansias de la roca extasiada,
las ansias de los peces que lloran su océano,
las ansias de los signos escritos con zafiros
en las llagas inmensas de las naciones secas.

No me importa la gloria, pero adoro mi voz;
mi voz hecha de torres y relámpagos negros
mi voz de combatiente por una guerra antigua,
mi voz de sacerdote con ojos de jaguar.

Es donde mi tristeza se transforma en países,
en lo que todo estalla en floras de riquezas,
en las que me sumerjo con las venas abiertas
para llenar mi espalda de tatuajes eternos.

~

Todo se ha muerto ya cuando contemplo...

*

Todo se ha muerto ya cuando contemplo
tus senos de ceniza entre las hojas
doradas de un silencio
grave como la espada vertical
con que todo se corta.

Cuando contemplo el cáliz de tu rostro,
mi graal absoluto,
tan lejos en espacio como en tiempo
y en su combinación de alejamiento
intrínseco.
Cuando contemplo el fuego de tus brazos
ardiendo entre los dólmenes que sueñan
bajo la luz verdosa de los claros
del bosque.

Toco tu corazón con mis palabras
que apenas son humanas por tan ciegas
y mudas en lo inútil;
porque grabar estelas es trabajo
de enterrador y no de amante.

~

Los cisnes son las alas del alma

*

Los cisnes son las alas de las almas,
las alas de las alas,
las alas de las almas de las alas,
los álamos del alma,
las almas de los álamos,
las alas de las almas de los álamos
las almas de los álamos del alma,
las almas de las almas,
las alas en las alas de las alas,
las alas en las almas de las alas,
las olas de las almas,
las olas desoladas de las almas,
las olas de las alas,
las olas de las alas de las almas,
las alas de las olas de las alas,
las alas de las olas de las almas,
las almas de las olas de las alas,
las almas de las alas de las olas,
las olas de las olas,
las alas,
las olas,
las alas.

1971

***
Juan Eduardo Cirlot (Barcelona, 1916-1973)

lunes, 19 de julio de 2021

emily dickinson / tres poemas



1741

*

Lo que nunca volverá otra vez
Es lo que hace tan dulce la vida
Creer lo que no creemos
No nos entusiasma

Que si es, es en el mejor de los casos
Un estado ablativo -
Esto incita un apetito
Precisamente, lo contrario

~

67

*

El éxito es considerado lo más dulce
Por aquellos que nunca tuvieron éxito.
Para comprender un néctar
Requiere la más severa necesidad.

Ni uno solo de toda la horda púrpura
Que haya tomado la bandera hoy
Puede decir la definición,
Tan clara, de la victoria,

Como él, derrotado, moribundo,
En cuyo oído prohibido
Los lejanos acordes del triunfo
Rompen, agonizantes y claros.

~

214

*

Pruebo un licor nunca destilado,
De los pitchers nacarados;
¡Ni todas las tinajas del Rin
Dan semejante alcohol!

Borracha de aire estoy,
Y embriagada del rocío,
Me tambaleo, por días de verano interminables,
De las posadas de azul fundido.

Cuando los propietarios hacen salir a la abeja borracha
Fuera de la puerta de la dedalera,
Cuando las mariposas renuncien a sus tragos,
¡Tanto más beberé!

Hasta que los serafines agiten sus sombreros nevados,
Y los santos corran a las ventanas,
¡Para ver a la pequeña bebedora
Apoyada en el sol!

***
Emily Dickinson (Amherst, 1830-1886)
Versiones de Nicolás López-Pérez
Imagen, la poeta en un daguerrotipo de 1850.
Wikisource, todos sus poemas en lengua materna.

/

1741

*

That it will never come again
Is what makes life so sweet.
Believing what we don't believe
Does not exhilarate.

That if it be, it be at best
An ablative estate —
This instigates an appetite
Precisely opposite.

~

67

*

Sucess is counted sweetest
By those who ne'er succeed.
To comprehend a nectar
Requires sorest need.

Not one of all the purple host
Who took the flag to-day
Can tell the definition,
So clear, of victory,

As he, defeated, dying,
On whose forbidden ear
The distant strains of triumph
Break, agonized and clear.

~

214

*

I taste a liquor never brewed,
From tankards scooped in pearl;
Not all the vats upon the Rhine
Yield such an alcohol!

Inebriate of air am I,
And debauchee of dew,
Reeling, through endless summer days,
From inns of molten blue.

When landlords turn the drunken bee
Out of the foxglove's door,
When butterflies renounce their drams,
I shall but drink the more!

Till seraphs swing their snowy hats,
And saints to windows run,
To see the little tippler
Leaning against the sun!

domingo, 18 de julio de 2021

pasquale mesolella / de "cantos de amor"













XI

Otras noches grises que mis ojos no verán:
más allá de la oscuridad de los tuyos color esmeralda.

Con dedos ligeros marqué
todo el camino de tu cuerpo aterciopelado
y en movimiento como una ola de mar.

Conté una a una las dunas
misteriosas de tus sentimientos
en el desierto sin límites de tu mente
distante e inalcanzable:
para recuperar el coraje
y caminar a pies descalzos,
a lo largo del inaccesible santuario de tu amor
como un mendigo angustiado: peregrino arrepentido.

Como un dromedario cansado y sediento
me tendí por unos pocos segundos
frente al pozo inextinguible del deseo
me llené de agua dulce
en el oasis de los suspiros de tu corazón.

Y como un loco desesperado
me precipité hacia el peligroso
abismo de la liberación
para arrebatarte a ti, orgullosa
y misteriosa estrella de la mañana,
¡para alcanzarte imposible
y desesperado amor mío!

~

XVI

Esa dulce
melancolía
de las tardes
que pasamos
hablando
con palabras
impregnadas
en llanto.

No soy más
que la pálida
sonrisa
de mi
sufrimiento
vivido
a gotas.

~

XXII

Hace tiempo
aprendí
a olvidar
lo que aprendí
de tantos libros
buenos y más o menos
que no me supieron dar
momentos de felicidad.

He aprendido
a leer
en las miradas indiscretas
de una mujer
mi felicidad y la suya.

***
Pasquale Mesolella (Teano, 1949) 
Versiones de Felipe López Pérez








Pasquale Mesolella
Canti d'amore / Cantos de amor
Chile/Italia: Astronómica, 2021.

/

XI

Altre notti grigie gli occhi non vedranno:
oltre il buio la luce dei tuoi di smeraldo.

Con dita leggere ho segnato
l’intero cammino del tuo corpo vellutato
e mobile come l’onda del mare.

Una a una ho contato le dune
misteriose dei tuoi sentimenti
nel deserto sconfinato della mente
tua lontana e irraggiungibile:
per riprendere coraggio
e camminare a piedi scalzi,
lungo il santuario inaccessibile dell’amore
come un mendicante afflitto: pellegrino pentito.

Dromedario stanco e assetato
per pochi attimi mi sono adagiato
davanti al pozzo inestinguibile del desiderio
per riempirmi d’acqua fresca,
nell’oasi sospirata del tuo cuore.

E come un pazzo disperato
mi sono spinto fin sopra al baratro
pericoloso della liberazione
per rapire te stella orgogliosa
e misteriosa del mattino,
per raggiungere te, impossibile
e disperato amore mio!

~

XVI

Quella dolce
malinconia
di sere
passate
a parlarsi
parole
intrise
di pianto.

Non sono
che il pallido
sorriso
della mia
sofferenza
patita
a gocce.

~

XXII

Da tempo
ho imparato
a dimenticare
quello che ho appreso
su tanti libri
buoni più o meno
che non mi sanno regalare
attimi di felicità.

Ho imparato
a leggere
negli occhi indiscreti
di una donna
la mia e la sua
felicità.