jueves, 28 de marzo de 2024

marie ponsot / uno es uno


Corazón, matón, gamberro, estoy hundida
tiesa. Y tú? Tú te empeñas en gobernar el mundo, aunque
te tengo: identificado, muerto de hambre, encerrado
en una jaula de la que no podrás salir vivo,
por mucho que la odies, aporrees las paredes
y llenes de mensajes los corredores.

Bruto. Espía. Confiaba en ti. Ahora das vueltas y gritas
en tu celda, pero no oigo tus rabietas, 
tus ansias de lanzarte en solitario, tus elocuentes
amenazas de cosas horribles que (conociéndome)
podrías hacer.
Me asustas, alardeando de ser un agente doble
pues los carceleros también son prisioneros
de los prisioneros.
¡Piensa! ¡Refórmate! Seamos uno. Únete a nosotros,
que reine la alegría y experimente con nosotros.

***
Marie Ponsot (Nueva York, 1921-2019)
Versión de Raquel Vázquez Ramil

/

One is one

*

Heart, you bully, you punk, I’m wrecked, I’m shocked
stiff. You? you still try to rule the world–though
I’ve got you: identified, starving, locked
in a cage you will not leave alive, no
matter how you hate it, pound its walls,
& thrill its corridors with messages.

Brute. Spy. I trusted you. Now you reel & brawl
in your cell but I’m deaf to your rages,
your greed to go solo, your eloquent
threats of worse things you (knowing me) could do.
You scare me, bragging you’re a double agent

since jailers are prisoners’ prisoners too.
Think! Reform! Make us one. Join the rest of us,
and joy may come, and make its test of us.

miércoles, 27 de marzo de 2024

louise glück / celinda











No es la luna, te aseguro.
Son esas flores
que encienden el patio.
Las odio.
Las odio como odio el sexo,
la boca del hombre
sellando mi boca,
el cuerpo paralizante del hombre,
y el grito que siempre se escapa,
la sorda y humillante
promesa de unión.
Esta noche en mi mente
oigo la pregunta y subsiguiente respuesta
fundida en un sonido
que crece y crece
hasta que se rompe en las viejas identidades,
los cansados antagonismos. ¿Lo ves?
Hemos hecho el ridículo.
Y el olor de la celinda
se cuela por la ventana.
¿Cómo puedo descansar?
¿Cómo puedo ser feliz
cuando aún existe
ese aroma en el mundo?

***
Louise Glück (Nueva York, 1943-2023)
Versión de Raquel Vázquez Ramil

/

Mock orange

*

It is not the moon, I tell you.
It is these flowers
lighting the yard.
I hate them.
I hate them as I hate sex,
the man's mouth
sealing my mouth, the man's
paralyzing body
and the cry that always escapes,
the low, humiliating
premise of union
In my mind tonight
I hear the question and pursuing answer
fused in one sound
that mounts and mounts and then
is split into the old selves,
the tired antagonisms. Do you see?
We were made fools of.
And the scent of mock orange
drifts through the window.
How can I rest?
How can I be content
when there is still
that odor in the world?

martes, 26 de marzo de 2024

wislawa szymborska / a algunos les gusta la poesía










A algunos,
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas.

Les gusta,
como también les gusta la sopa de fideos,
como les gustan los cumplidos y el color azul,
como les gusta la vieja bufanda,
como les gusta salirse con la suya,
como les gusta acariciar al perro.

La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
Y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos.

***
Wislawa Szymborska (Prowent, 1923-Cracovia, 2012)
Versión de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia

/

Niektórzy lubią poezję

*

Niektórzy –
czyli nie wszyscy.
Nawet nie większość wszystkich, ale mniejszość.
Nie licząc szkół, gdzie się musi,
i samych poetów,
będzie tych osób chyba dwie na tysiąc.

Lubią –
ale lubi się także rosół z makaronem,
lubi się komplementy i kolor niebieski,
lubi się stary szalik,
lubi się stawiać na swoim,
lubi się głaskać psa.

Poezję –
tylko co to takiego poezja.
Niejedna chwiejna odpowiedź
na to pytanie już padła.
A ja nie wiem i nie wiem i trzymam się tego
jak zbawiennej poręczy.

lunes, 25 de marzo de 2024

ken smith / poema para traducir













Él ama a una mujer. Si ella viviera
al otro lado de la calle
él cruzaría el tránsito hacia ella.
Si viviera en la otra punta de la ciudad
tomaría un autobús, un tren, llamaría a un taxi.
Si viviera al otro lado del río
él tomaría el ferry, remaría una barca, podría nadar
hacia ella, esperándola en la orilla al llegar,
empapado, con una flor entre los dientes,
con su lengua trabajando en las primeras palabras de su idioma.
Si viviera al otro lado del océano
él trabajaría, limosnearía, pediría prestado o robaría,
y volaría hasta ella. Pero no es así.
Ella vive al otro lado de una frontera cerrada,
en un país sin visados ni pasaportes
ni ningún tipo de papeleo. Estarían
más cerca si ella viviera al otro lado de la luna.
Estaría más viva para él si estuviera muerta.
Es como si ella existiera al otro lado de la música
o el canto de los pájaros, al otro lado del espejo,
cerca pero lejos, como un eco. Ella es la canción
para la que no tiene palabras, las palabras que no tienen música,
casi la melodía que él apenas puede oír.

***
Ken Smith (Rudston, 1938-Londres, 2003)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

Poem for Translation

*

He loves a woman. If she lived
on the other side of the street
he would cross the traffic to her.
If she lived on the other side of the city
herd take a bus, take a train, call a taxi.
If she lived on the other side of the river
he’d take the ferry, row a boat, he could swim
to her, waiting on the riverbank as he arrives,
dripping wet, with a flower in his teeth,
his tongue working at the first words of her language.
If she lived on the other side of the ocean
he would work, beg, borrow or steal,
and fly to her. But it’s not like that.
She lives on the other side of a closed border,
in a country without visas or passports
or any kind of paperwork. They would be
closer if she lived on the other side of the moon.
She would be more alive to him if she were dead.
It’s as if she exists on the other side of music
or birdsong, on the other side the mirror,
close but far away, like an echo. She’s the song
he doesn’t have words to, the words he has no tune for,
almost the melody he can almost hear.

domingo, 24 de marzo de 2024

joseph brodsky / fin de una época maravillosa








Así como la poesía exige palabras,
yo -sordo y pelado, taciturno mensajero de una potencia de segunda
categoría- sin querer esforzar mi cerebro,
me pongo el abrigo
y bajo al kiosco por un periódico.


El viento moviliza las hojas.
En estos tristes lugares
el opaco calor de viejas ampolletas
produce -con la ayuda de algunos charcos-
efectos de abundancia.
Hasta los ladrones cuando roban una mandarina
se encuentran con una envoltura luminosa.[1]

En realidad, ya se me olvido hasta el sentimiento con que me contemplo a mí mismo.
En estos tristes parajes todo está planificado para el invierno:
sueños, paredes de cárceles, abrigos, vestidos de novia, bebidas y
minuteros del reloj.
Los gorriones y el barro parecen oxidados, costumbres puritanas. Ropa interior. Y en las manos de los violinistas guateros de madera.

Este lugar es inmóvil.
Al imaginar la producción quinquenal de
hierro y plomo, uno queda con la mente abobada,
y añora el antiguo poder cosaco de bayonetas y látigos.
Las águilas imperiales, sin embargo, son atraídas como un imán por el fierro.
Hasta las sillas trenzadas están hechas con pernos y tuercas.
Solo los peces en el mar conocen el precio de la libertad,
pero su silencio nos obliga a construir nuevas categorías
y el espacio se despliega como una lista de precios.

El tiempo está construido por la muerte.
Cuando requiere cuerpos y objetos busca verduras frescas.
El gallo imita al carillón;
para quien tiene un carácter sublime
resulta lamentablemente difícil
vivir en una época de proezas.

Al levantarle el vestido a una mujer bonita encuentras lo que buscas y no un prodigio.
Y no ocurre así por seguir los pasos de Lobachevsky[2],
sucede porque el mundo abierto tiene que angostarse en alguna parte,
y es aquí
dónde yace el fin de la perspectiva.

Tal vez el mapa de Europa fue robado por los agentes del poder,
quizás los otros continentes están demasiado lejos
o tal vez una hada bondadosa me esta hechizando,
y no puedo arrancarme de aquí.
Para no llamar a la sirviente me sirvo vino, acaricio el gato.

A lo mejor sería preferible una bala en la sien,
así como se apunta con el dedo al error.
Tal vez huir de acá a través del mar, como un nuevo Cristo.
Borracho y atontado por el frío, no es extraño confundir un tren con un barco,
no hay motivo para sonrojarse o para sentir vergüenza:
el tren - como una canoa en el agua- no deja huellas en los rieles.

¿Qué dicen los periódicos en la sección de tribunales?
Fue ejecutada la sentencia, al imaginar eso el ciudadano percibe -a través de lentes con marcos de estaño- a un hombre acostado cara abajo al lado de un muro de ladrillo.
Pero no está dormido, ya que los sueños tienen derecho a despreciar las cúpulas baleadas.
Perspicacia de esta época
que con sus raíces entrelaza los tiempos,
incapaces -en su ceguera común- de distinguir
entre los caídos de la cuna y las cunas caídas.

Ese prodigio de ojos claros
no quiere ver más allá de la muerte,
que pena, hay muchos naipes
pero no hay con quien interpelarlos
para ver el futuro.

El punto de vista de estos tiempos,
es la perspicacia hacia los objetos de una vía sin salida;
todavía no ha llegado el momento
de derramar la inteligencia,
solo un escupo en la pared.
Y no despertar al príncipe, sino al dinosaurio.

Para el último párrafo ¡Ay! no arrancaría la pluma a un pájaro.
A la cabeza inocente
no le queda mas que esperar el hacha y el laurel.

N. de los T.
[1] En Rusia las mandarinas son escasas y caras, se venden por unidad envueltas en celofán.
[2] Ni. Lobachevsky (1792-1856) matemático ruso que construyo una geometría no euclidiana.

***
Joseph Brodsky (Leningrado, 1940-Nueva York, 1996)
Versión de Tatiana Zentsova y Bernardo Subercaseaux
Cyber Humanitatis

sábado, 23 de marzo de 2024

carolina lorca / dos poemas









El cielo

*

Trozos de azul venidos de todas partes
danzan para el que sale  a  escondidas
de la escuela,  para el que sabe que un mar
una estrella
trastornan  secretamente
la redonda cerrazón del cielo.

~

Materia

*

De allá para acá, vengo a buscar lazarillo en ciernes.
Apenas engendrado vine, lo pido para mi mano, mi cuerpo
ciego, a calentar inviernos.

 Nada más esto dicho, se le contesta. Doloroso,
de reojo, con sonrisa de niño buscado, explica: que sea
ancla para quien los siete años ha navegado, y viene.

El mundo así no más, conocido por conocer, no
es novedad ninguna. Sí, la profundidad turbia del molo de
abrigo; ahí ha de anclar el lazarillo urgente.

Entonces y sólo entonces, desata su lengua,
engendrada en su cuerpo hermafrodita: cuenta
                su vida.

***
Carolina Lorca (Viña del Mar, 1954)

viernes, 22 de marzo de 2024

dalia ravikovitch / recuerdas, seguramente













Cuando ya se han ido todos
me quedo a solas con los poemas:
algunos míos, otros no.

Los poemas escritos por otros
son los que más me gustan.
Me quedo en silencio
y la garganta se libera del ahogo.

Me quedo.
A veces quisiera que todos se fueran.

Escribir poemas es algo grato.
Estás en una habitación cuyos muros se elevan.
Los colores se agravan.
Un pañuelo azul se vuelve profundísimo valle.

Quieres que se vayan todos.
No entiendes qué pasa contigo.
Quizás pienses en dos o más cosas.
Luego pasará todo y serás cristal claro

y tras eso, el amor.
Tanto se amó a sí mismo, Narciso.
Necio quien no comprenda que también amó al río.

Estás solo.
Te duele el corazón, pero no ha de quebrarse.
De a poco se diluyen las figuras lavadas
para borrarse luego las heridas.

Llega después el sol, en mitad de la noche.
También recuerdas unas flores oscuras.
Necio es el que le permite al sol ocultarse cuando así lo desea.
El sol prosigue su derrota, siempre, hacia las islas,
y te visitarán astros y lunas, inviernos y veranos.

Tesoros incontables.

***
Dalia Ravikovitch (Ramat Gan, 1936-Tel Aviv, 2005)
Versión de Gerardo Lewin