jueves, 30 de noviembre de 2023

carolina o. fernández / dos poemas













Vía Láctea

*

No sé si alguna vez leerás estas quilcas
En el vendaval que las alberga
ellas siguen la banda sonora de la Vía Láctea

Escribo en la lengua que se impuso
preñada de las galanías propias de la lengua de mi madre
melodía en rumi viva de las bellas Cahuillaca y Chaupiñamca
melodía fina como dirían el Inca Garcilaso y Gamaliel

En piedra viva se escribe lo inconmensurable
para renombrar lo impuesto a las magnolias

~

Altazor

*

Entre la bugambilia diviso el rostro sonriente de Juanita la vecina
lleva bastón y canasto de flores
A su lado     Hölderlin saluda con un suave ademán de su brazo en alto

Respondo los afectuosos gestos con un ramo de hortalizas
y un Altazor que corro a depositar en sus manos

Mas allá encuentro a la vecina con el regazo acongojado
me habla de la biopsia de los lunes
de los fines de semana sumergida entre los animes
celebrando a su heroína

En el quiosco de periódicos doña Ceci no podrá continuar repartiéndolos
los pasajes están por las nubes

***
Carolina O. Fernández (Lima, Perú) Bordando quilcas. Lima: Hipatía, 2023.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

mircea cărtărescu / nubes sobre el edificio de enfrente













No puedo mover la aguja de la brújula sólo concentrándome.
Lo he intentado. No soy capaz.
No puedo transmitir la imagen de un naipe. Lo he intentado.
Quise levitar y, echado boca arriba, en el sudor de la cama, inmóvil,
me concentré media hora hasta sentir que enloquecía
En el metro intenté hacer que una chica me mirara
y por supuesto que no me miró.
¡Dios, no soy tu elegido!

Mi mente no puede cambiar el mundo.
No tengo bastante amor, bastante fe.
No tengo un aura alrededor de la cabeza.
No te me has mostrado ni me has dado alguna señal.

Palpo el mantel de hule:
no cede, no se convierte en vapor rojizo.
Toco los rizos de mi hija:
son suaves de un dorado intenso.
Nada es distinto a lo que me dicen los sentidos. La ilusión no existe.
Mi mente es el espejo plano del mundo.

Plano, llano. Ningún rasguño
Ninguna vida anterior, ningún ser ectoplasmático.
Ni Agarthi, ni Shambala
ni Maya, en cuanto a los sueños
son sólo cosméticos sobre nada.

Miro hacia la llama de la hornalla como si estuviera hipnotizado.
Sé que estuve en un útero.
Sé que estaré en un féretro. O que mancharé la tierra con mi sangre.
No entraré yo a la fisura.
No voltearé yo la cabeza en la fotografía del grupo.

***
Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956)
Versión de Gabriela Căprăroiu

martes, 28 de noviembre de 2023

alfonso chase / tres poemas










Maneras de la carne

*

El objeto desea, el sujeto seduce.
La palabra no sirve ya para decir
lo que antiguamente estaba detenido
en el vasto horizonte.
La vulgaridad enseña sus dientes
sin metáforas y todo repite
un canto en monosílabas.
Escribir no es solo ordenar las palabras.
El poema seduce, el objeto desea.
Ambos se enfilan hacia la imagen viva
del entierro del Conde de Orgaz.
Sobre la negra lasitud, el Greco
nos muestra la extraña palidez
de sus criaturas. Eso podría ser
la imagen más delicada de un infierno.
¡Que un efecto óptico me acerque
y me separe de ti! Pero estás allí:
levísimo, como sale el vampiro de la cripta
para beber la sangre de mi cuello.
El objeto habla como la noche.
El sujeto se entrega, a ras de sol,
el último destello del crepúsculo.

~

Replica

*

Envejecer es tarea desagradable, no lo niego.     
Rodeado de objetos comunes, vajillas plásticas,   
cornamentas colgando en el vestíbulo,             
trajes tenuemente coloreados por el tiempo       
y un reloj reluciente, señalando el paso.         
Envejecer puede ser oficio digno                 
cuando se tiene cerca la mano de la muerte       
y se aprende a ser su amigo y nunca el adversario.
Es importante amar para saber envejecer.         
En singular, o en plural, la vida adquiere       
un tono diferente.                               
Se vive para morir, abierta la sonrisa.            
Como si la muerte fuera una mariposa             
y el seguir erguido, entre la muchedumbre,       
el dulce oficio de saberse eterno                 
bajo el rocío de la mañana.

~

He sido lo que pude ser

*

He sido lo que pude ser.
Yo, el diluido.
El ectoplasma miedoso de un fantasma
que logra percibirse en el espejo.
Pensé que ya nada habría de ocurrir.
Ni siquiera encontrarte. Percibirte
entre las brumas del parque,
no en las extrañas neblinas, sino en la opaca luz
de algo que allí ya había ocurrido.
Los fantasmas no logran encontrarse nunca.
Solo pueden ser vistos
por los ojos de alguien
que espera a una estrella de mar.
Voy a ocultarme en el silencio.
Para que me abandones.
A mí, el diluido
en la basura solitaria de algún parque.
Tus zapatos, grises y rojos,
guardan todavía el calor de mis pies,
evanescentes.

***
Alfonso Chase (Cártago, 1944)

lunes, 27 de noviembre de 2023

elsa morante / sólo quien ama conoce










Sólo quien ama conoce. ¡Pobre del que no ama.
Como a miradas  no consagradas las hostias santas,
comunes y desnudas son para él las mil vidas.
Sólo a quien ama el Diverso enciende sus esplendores
y le abre la casa de los dos misterios:
el misterio doloroso y el misterio gozoso.
Yo te amo. Dichoso el instante
en que me enamoré de ti.
¿Cuál es tu nombre? Parecido al firmamento
él cambia con la hora. ¿Eres tú Julieta? ¿o eres Teodora?
¿te llamas Arturo? o Niso te llamas? El nombre
a ti te sirve sólo para jugar, como una máscara.
Quisiera llamarte: Fiel; pero no se te parece.
Tu gracia convierte
en jactancia el escándalo que te ciñe.
Tú eres la abeja y eres la rosa.
Tú eres la suerte que colorea las alas
y riza los cabellos.
Tu reverencia es graciosa como el arcoíris.
Son tus días un césped reluciente
donde te encuentras con los ángeles fraternales:
el santo, adulto Quirón,
el inocente Sileno, y los niños con los pies de cabra,
y las niñas ‒ delfín de frías armaduras.
Por la noche, a tu pobre habitación regresas
y miras tu destino urdido de figuras,
el oscuro compañero durmiente
con su cuerpo tatuado.
Tú eras el paje favorito en la corte de Oriente,
tú eras el astro mellizo hijo de Leda,
eras el más hermoso marinero en el barco fenicio,
eras Alejandro glorioso en su tienda real.
Tú eras el encarcelado de quien se hacen siervos los esbirros.
Eras el compañero valiente, la gracia del campo,
sobre el que llora como una madre
el enemigo que le cierra los ojos.
Tú eres la dogaresa que suelta al sol sus cabellos
purpúreos, en la alta terraza, entre catedrales y estandartes.
Eras la primera bailarina del lago de los cisnes,
eras Briseida, la esclava con el rostro de rosas.
Tú eras la santa que cantaba, escondida en el coro,
con una voz dulce de contralto.
Eras la princesa china con el pie infantil:
el Hijo del Cielo la vio, y se enamoró.
Como un diamante es tu palacio
que en cada habitación tiene un tesoro
y todas las ventanas encendidas.
Tu morada es una colmena encantada:
narcisos lejanos te envían sus mieles.
Para tus fiestas, desde lejanas épocas
llegan luces, como al firmamento.
Pero tú al exilio vas, solo y descontento.
Mi muchacho no tiene casa
ni país.
La hermosa trama, adorada de mi corazón,
para ti es una jaula amarga.
Y no vendrá nunca a salvarte la esposa
reina del labirinto.
Para el sabor extraño del bien y del mal
tu boca es demasiado arisca.
Tú eres el cuento extremo. ¡Oh flor de jacinto
cien corimbos de una única solitaria flor!
La muchedumbre de oro vestida de tu hermoso juego de espejos
para ti es desierto e impostura.
¿Pero adónde vas? ¿qué buscas? En vano gata-niña,
el paso de Edipo en tu camino esperas.
Oh fabulosa pregunta, a tu delirio
no hay respuesta humana.
Descansa un rato cerca de quien te ama,
ángel mío.
Cuando estás cerca de mí, me pareces sólo un niño.
Mis brazos encerrados bastan para hacerte un nido
y para dormir una camita te basta.
Pero cuando estás lejos, para mí te vuelves enorme.
Tu cuerpo es tan grande como Asia, tu respiración
es tan grande como las mareas.
Dispersas mis negros fútiles días
como el huracán a la arena negra.
Corro gritando tus distintos nombres
por el sordo golfo de la muerte.
Descansa un rato cerca de quien te ama.
Deja que te mire. Mi habitación recorres arrogante
como un galán que pasa
por un estrago de corazones.
En el espejo miras tus largas pestañas
ríes como un jinete volando hacia la meta.
¡Oh hijo mío dilecto, rosa nocturna!
Pobre como el gato de los callejones napolitanos
como el pordiosero y el pobre carterista.
y en elegancia superas a duques y a soberanos
resplandeces como gema de mina
cambias de diadema cada noche
te vistes de oro como los otoños.
Pasa la cazadora lunar con sus blancos alanos…
Duermes.
La noche que a la infancia nos devuelve
y como fiera defiende a sus dilectos
de las ofensas del día, extiende sobre nosotros
su toldo historiado.
En la fúnebre morada, también de ti me olvido.
Tu corazón que late es todo el tiempo.
Tú eres la noche negra.
Tu cuerpo materno es mi descanso.

***
Elsa Morante (Roma, 1912-1985)
Versión de Emilio Coco

/

Solo chi ama conosce

*

Solo chi ama conosce. Povero chi non ama!
Come a sguardi inconsacrati le ostie sante,
comuni e spoglie sono per lui le mille vite.
Solo a chi ama il Diverso accende i suoi splendori
e gli si apre la casa dei due misteri:
il mistero doloroso e il mistero gaudioso.
o t’amo. Beato l’istante
che mi sono innamorata di te.
Qual è il tuo nome? Simile al firmamento
esso muta con l’ora. Sei tu Giulietta? o sei Teodora?
ti chiami Artù? o Niso ti chiami? Il nome
a te serve solo per giocare, come una bautta.
Vorrei chiamarti: Fedele; ma non ti somiglia.
La tua grazia tramuta
in un vanto lo scandalo che ti cinge.
Tu sei l’ape e sei la rosa.
Tu sei la sorte che fa i colori alle ali
e i riccioli ai capelli.
La tua riverenza è graziosa come l’arcobaleno.
Sono i tuoi giorni un prato lucente
dove t’incontri con gli angeli fraterni:
il santo, adulto Chirone,
l’innocente Sileno, e i fanciulli dai piedi di capra,
e le fanciulle – delfino dalle fredde armature.
La sera, alla tua povera cameretta ritorni
e miri il tuo destino tramato di figure,
l’oscuro compagno dormiente
dal corpo tatuato.
Tu eri il paggio favorito alla corte d’Oriente,
tu eri l’astro gemello figlio di Leda,
eri il più bel marinaio sulla nave fenicia,
eri Alessandro il glorioso nella sua tenda regale.
Tu eri l’incarcerato a cui si fan servi gli sbirri.
Eri il compagno prode, la grazia del campo,
su cui piange come una madre
il nemico che gli chiude gli occhi.
Tu eri la dogaressa che scioglie al sole i capelli
purpurei, sull’alto terrazzo, tra duomi e stendardi.
Eri la prima ballerina del lago dei cigni,
eri Briseide, la schiava dal volto di rose.
Tu eri la santa che cantava, nascosta nel coro,
con una dolce voce di contralto.
Eri la principessa cinese dal piede infantile:
il Figlio del Cielo la vide, e si innamorò.
Come un diamante è il tuo palazzo
che in ogni stanza ha un tesoro
e tutte le finestre accese.
La tua dimora è un’arnia fatata:
narcisi lontani ti mandano i loro mieli.
Per le tue feste, da lontani evi
giungono luci, come al firmamento.
Ma tu in esilio vai, solo e scontento.
Il mio ragazzo non ha casa
né paese.
La bella trama, adorata dal mio cuore,
a te è una gabbia amara.
E in tua salvezza non verrà mai la sposa
regina del labirinto.
Per il sapore strano del bene e del male
la tua bocca è troppo scontrosa.
Tu sei la fiaba estrema. O fiore di giacinto
cento corimbi d’un unico solitario fiore!
La folla aureovestita del tuo bel gioco di specchi
a te è deserto e impostura.
Ma dove vai? che mai cerchi? invano, gatta-fanciulla,
il passaggio d’Edipo sul tuo cammino aspetti.
O favolosa domanda, al tuo delirio
non v’è risposta umana.
Riposa un poco vicino a chi t’ama,
angelo mio.
Quando mi sei vicino, non più che un fanciullo m’appari.
Le mie braccia rinchiuse bastano a farti nido
e per dormire un lettuccio ti basta.
Ma quando sei lontano, immane per me diventi.
Il tuo corpo è grande come l’Asia, il tuo respiro
è grande come le maree.
Sperdi i miei neri futili giorni
come l’uragano la sabbia nera.
Corro gridando i tuoi diversi nomi
lungo il sordo golfo della morte.
Riposa un poco vicino a chi t’ama.
Lascia ch’io ti riguardi. La mia stanza percorri spavaldo
come un galante che passa
in una strage di cuori.
Allo specchio ti miri i lunghi cigli,
ridi come un fantino volato al traguardo.
O figlio mio diletto, rosa notturna!
Povero come il gatto dei vicoli napoletani
come il mendico e il povero borsaiolo,
e in eleganza sorpassi duchi e sovrani
risplendi come gemma di miniera
cambi diadema ogni sera
ti vesti d’oro come gli autunni.
Passa la cacciatrice lunare con i suoi bianchi alani…
Dormi.
La notte che all’infanzia ci riporta
e come belva difende i suoi diletti
dalle offese del giorno, distende su noi
la sua tenda istoriata.
Nella funerea dimora, anche di te mi scordo.
Il tuo cuore che batte è tutto il tempo.
Tu sei la notte nera.
Il tuo corpo materno è il mio riposo.

domingo, 26 de noviembre de 2023

javier sologuren / vida continua













Árbol que eres un penoso relámpago,
viento que arrebatas una ardiente materia,
bosques de rayos entre el agua nocturna:
¿he de decirles que para mí se está forjando
una pesada joya en mi corazón, una hoja
que hiende como una estrella el refugio de la sangre?

Ignoro otra mirada que no sea como un vuelo
reposado y profundo, ignoro otro paso lejano,
ola que fuese más clara que la vida en mi pecho.

Sepan que estoy viviendo, nubes, sepan que canto,
bajo la gloria confusa de la tarde, solitario.

Sepan que estoy viviendo, que me aprieta el cielo,
que mi frente ha de caer como lámpara vacía
a los pies de una estatua que vela tenazmente.

***
Javier Sologuren (Lima, 1921-2004)

sábado, 25 de noviembre de 2023

héctor hernández montecinos / tres poemas













Torrevieja-Alicante

*

Por la ventana se ve un lago y por el otro lado el mar
y la sal carcome el sol de este atardecer sobre la carretera.
Atrás mío dos chicos murmuran frente a una pantalla
que no es la del teléfono sino la ventana donde se miran
tan jóvenes y hermosos el uno para el otro.
Luego del resplandor de un silencio donde seguro se tomaron las manos
uno dice que ha escrito una poesía pero bajan la voz
para que nadie en el universo abra un refrigerador o se ponga a barrer.
Yo me quito los audífonos lentamente y apoyo mi cabeza en el asiento
como si fuera la de quien oye imaginándose en el regazo de su amado.

Gente llena de amor que se viste tan bonito
para ir a pasear al perro junto a los autos que en una semana lo matarán
Gente llena de amor que repite el nombre del otro
como si fuera una contraseña para salir del laberinto de las deudas
Gente llena de amor rodeada de sudacas, negros, chinos y moros
que juntan sus rodillitas para susurrarse poemas al oído.

Ninguno de los dos entendió. Digo yo y el otro enamorado
cuando dijo gracia yo entendí desgracia
y la metáfora de la espuma parecía de desengrasante para la loza
un solo verso tenía las palabras: alabastro, clepsidra, mármol
y terminaba con algo de un pantalón y un desodorante.
Todos los objetos del mundo son posibles para los enamorados
porque el mundo para los enamorados es ellos mismos incluido el diccionario
sin embargo casi al final distinguí nítidamente la palabra gracias
y me pareció sin duda que ese chico era el mejor poeta del autobús.


29 de enero de 2022

~

Fóbetor

*

Un parque de diversiones no es un parque y tampoco divierte
todos los resultados son obtenidos, los regalos son gratis
las sorpresas son inesperadas y postizas las pelucas
no hay destino que no sea final ni lava que no sea volcánica
en sí bajamos para abajo por el lenguaje
y nos hacemos sordos sobre lo que los caballos pisan en el asfalto.

Hace tiempo se decía que las cosas perdidas paraban en la luna
la pregunta es cómo llegaban allí
uno quería saber eso y muchas cosas más sobre los ovnis
pero la palabrería es un comercio 24/7 que atiende un señor de mala gana
los amantes esperan afuera para entrar a robar más verbos de los que ya tienen
y las señoras murmuran mutuamente murmullos sobre todo lo que se repite.

Si las personas tuvieran en la boca rabia de verdad
echarían el mundo abajo desde sus propias ventanas cada amanecer:
los sueños lo llenan todo y traen de regreso las imágenes
que uno ve cuando se duerme mirando las estrellas y no el techo.

Perdóname Dios por este poema tan pedante
con los pantalones abajo y la marea alta.

Hablo solo en mi casa sola
encamado en una silla y cobijado con un gorro
pensando en la lengua dentro de mi cabeza y la que está fuera de ella.

Bueno, hay plazas que son bonitas
y los resultados negativos casi siempre son positivos
los descuentos son buenos en el súper cualquier día de la semana
el pelo, los dientes, el culo no escatiman en gastos.

Uno se consuela de que los mares antes eran desiertos
y los cráteres, campings llenos de dinosaurios.

El mundo está dentro de la cabeza de uno
afuera hay solo palabras mal explicadas, mal dichas
mal entendidas y mal intencionadas;
lo que uno cree que conoce es en definitiva lo que conoció
y atrás queda todo lo que tiene nombre por suerte.

El universo está congelado y el planeta arde
esto demuestra que lo amargo no es tan solo la ciencia
que ciertamente jamás ha sido neutral.

No se me ocurre qué más antes de dormirme
debo buscar mejores maneras para conciliar los sueños
que pensar en el paisaje del fondo de pantalla de Windows
que es una fotografía que se tomó en el Valle de Napa en 1996.

En fin, escribir un poema es mirar desde otro libro
añorar otra familia e imaginarse en otra casa
la vida que a uno le tocó son las palabras con que podemos enunciarla
ni fu ni fa
por su parte las cosas abren y cierran los ojos cuando las miramos bien
yo les hablo, agradezco y hasta hago funerales a los cuadernos y lápices
es un modo de darle bombo a eso de que la vida es sueño: sí y no.

Listo.
Desenchufar las córneas de los códigos de barra
bajar las cortinas del teléfono.

Torrevieja, 8 de enero, 2022

~

Cadáver

*

I

Un poema se abre cuando se cierra la boca
los fluidos se secan y todos se han ido
en las universidades y las morgues han suturado los cuerpos
y los cerros vuelven a estar oscuras como las iglesias
es decir cuando los sonidos son los de la sobrevivencia.
Por allá en un bar alguien hace figuras frente al espejo de un baño
que posiblemente ha sido más veces lugar de reunión
que la propia esquina donde está el poema.
Hace bien olvidarse de todo esto
de la lengua, las manos y los ojos
tan expertos en imitar las contorsiones del ganado
que es lo que uno se come antes que lo maten a ellos.
Siempre hablo de la guerra
que hizo volar en pedazos a las películas de guerra
que son la publicidad y no solo la de los objetos
que se miran hacia atrás sino también
de los que se olvidan hacia adelante.
Frente a los poemas somos siempre turistas
de esos que huyen al primer chispazo en la fantasía
o que pagan demás por la imaginación.

II

Un poema se abre y las vísceras se contraen
sobre todo las de la madre que tararea los tonos del rostro
y más aun los huesos estrangulados que es uno mismo en una cama.
El pasado se columpia en la economía de los fermentos
entre la ropa vieja que huele ya a cadáver y las señales de humo
que salen del televisor a leña en el horizonte.
Acá es invierno cuando allá los perros mueven la cola
y es primavera cuando se quedan en blanco.
Nadie piensa en realidad en la realidad
ella solita se ha buscado esa mala fama
de cartel de cine pintado con caca.
Jubilados y demases que escribimos
ya no le debemos nada ni al aire
que respiran los funcionarios dentro de los aviones
cuando caen como gotas de lluvia en el mar.

III

Un poema se abre cuando se acaba su botella
y aparece jugando a la pelota el único genio posible
con una cuchara en la boca y la nariz llena de harina.
No es tiempo de lámparas ni de introspección
ni de lobos de mar o nuevos continentes.
Mejor olvidarse de la estación y seguir de largo
por esta misma carretera al invierno.
La escenografía es la misma que la extinción
y de eso se trata siempre el poema:
desperdicios y aguafiestas.

Rumbo a Madrid, 15 de enero, 2022

***
Héctor Hernández Montecinos (Santiago de Chile, 1979)

viernes, 24 de noviembre de 2023

marie-claire bancquart / dos poemas










Lo desconocido

*

Camino por la soledad de los libros:
mi corazón helado
con estas memorias heladas.

El viento golpea las contraventanas.

Noviembre.

Ha sido necesaria toda una vida para que el crujido de la madera
suscite una espera esencial.

Más allá del jardín
más allá del tiempo ante nosotros
están los erizos caídos de las castañas
el fuego de las hojas en la bruma
las ventanas violetas.

Puntualmente noviembre.

Cada cosa en su sitio.

Sin embargo lo desconocido está próximo
como un pájaro inquieto.

~

Mis propios comienzos

*

Mis propios comienzos: en un mundo que no era el de hoy. Sin frigoríficos, sin
lavavajillas ni lavadoras; la colada se hacía en grandes barreños, en cuyo centro
una alcachofa metálica escupía agua. Los autos se arrancaban con
manivela. Los textos se escribían enérgicamente en máquinas de escribir
mecánicas.

Nos hablábamos con naturalidad. No teníamos tanto miedo unos de otros.
Tocábamos las cosas. Por la noche, no dudábamos en coger un tren de
cercanías, un metro interminable.

Billetes de metro olvidados
que resbalan inesperadamente de la tapa de un libro
con el agujero perforado hace treinta años
por un revisor envuelto en confeti
(amarillos para “segunda”, verdes para “primera”)

billetes entregados entonces maquinalmente
y que el tiempo cubrió de extrañeza
rehabilitándolos como reclamos para productos desaparecidos.

El olor del metro en pleno verano no es el mismo,
y los pasajeros de esa línea, transformados en fantasmas
la mayor parte

se alejan
en un puerto distante de nuestra memoria.

No se trata de añorar ese mundo desaparecido.
Sino de decir, según la expresión de mi abuela. De decir
que hemos sido insertados en una cadena. Ya es bastante insólito haber nacido:
para además nacer totalmente desprovistos de historias y de historia.

***
Marie-Claire Bancquart (Aveyron, 1932-París, 2019)
Versiones de Ángela Serna

/

L'inconnu

*

Je marche dans la solitude des livres:
mon coeur gelé
avec ces mémoires gelées.

Le vent tape au volet.

Novembre.

Il a fallu toute une vie pour que le craquement du bois
suscite une attente essentielle.

Au-delà du jardin
au-delà du temps devant nous
il y a les bogues tombées de châtaignes
le feu des feuilles dans la brume
les fenêtres violettes.

Exactement novembre.

Toute chose à sa place.

Cependant l´inconnu est proche
comme un oiseau inquiet.

~

Mes propres débuts

*

Mes propres débuts: dans un monde qui n´était pas celui d´aujourd´hui. Sans réfrigérateurs, sans machines à laver la vaisselle ou le linge; et la lessive se faisait dans les hautes bassines, aux centres desquelles un champignon métallique crachait l´eau. On mettait en marche les autos à la manivelle. On tapait durement les textes sur les machines mécaniques.

On se parlait plus volontiers. On n´avait pas tellement peur les uns des autres. On touchait les choses. On n´hésitait pas à prendre la nuit un train de
banlieue, un métro à n´en plus finir.

Tickets de métro qu´on négligea
glissant soudain de la couverture d´un livre
avec leur trou percé voici trente ans
par un poinçonneur entouré de confetti
(jaunes pour les «seconde», verts pour les «premières»)

tickets alors machinalement tendus
et que le temps marqua d´étrange
restituant des réclames pour produits disparus.

L´odeur du métro en plein été, ce n´est plus la même,
et les passagers de la rame devenus fantômes
pour la plupart

s´éloignent
dans un port distant de notre mémoire

Ce n´est pas pour regretter ce monde disparu.
Mais c´est pour dire, selon l´expression de ma grand-mère. Pour dire
qu´on a été inséré dans une chaîne. C´est bien assez bizarre d´être né:
s´il fallait être né tout nu d´histoires et d´histoire!

jueves, 23 de noviembre de 2023

marta bocek / la esencia













Una poeta amiga cuenta,
como de madrugada, antes del alba,
intercambiaba miradas con un corzo.
Se contemplaron durante largo rato.
No pudo dormir, la nieve centelleaba,
el silencio hacía vibrar el camino en medio.
Luego el corzo la invitó a la lejanía
que se extendía sobre el dique. Se alejó corriendo.

Dice que escribió muchos poemas,
ahora prefiere observar a los animales,
sacar fotos, admirar, sin palabras.

También es poesía, la originaria.
Y su esencia:
algo está y se aleja.

***
Marta Bocek (Czeski Cieszyn, 1990)
Versión de Ada Trzeciakowska

/

Istota

*

Znajoma poetka opowiada,
jak wczesnym rankiem, przed świtem,
wymieniała spojrzenia z sarną.
Patrzyły na siebie długo.
Nie mogła spać, śnieg iskrzył,
droga pomiędzy wibrowała ciszą.
Potem sarna zaprosiła ją w dal
rozciągającą się nad zaporą. Odbiegła.

Mówi, że napisała wiele wierszy,
teraz woli oglądać zwierzęta,
robić zdjęcia, podziwiać, bez słów.

To też poezja, najwcześniejsza.
Jej istota:
coś jest i odbiega.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

t. e. hulme / dos poemas













Imágenes

*

Yazgo solo en el pequeño valle, en el calor del mediodía,
en el reino de sonidos amortiguados.
El aire caliente susurra con lascivia.
Los signos de las alondras como el sonido de distantes
inalcanzables arroyos.


Por encima del muelle

*

Por encima del callado muelle a medianoche,
enredada en las cuerdas en lo más alto del mástil,
cuelga la luna. Qué distante parece
lo que sólo es un globo que un niño olvidó después de jugar.

***
T. E. Hulme (Endon, 1883-Oostduinkerke, 1917)
Versiones de Jonio González

/

Images

*

I lie alone in the little valley, in the noon heat
In the kingdom of little sounds.
The hot air whispers lasciviously.
The larks sings like the sound of distant
Unattainable brooks.


Above the dock

*

Above the quiet dock in mid night,
Tangled in the tall mast’s corded height,
Hangs the moon. What seemed so far away
Is but a child’s balloon, forgotten after play.

martes, 21 de noviembre de 2023

david rosenmann-taub / dos poemas













Creación

*

Víscera, fruto vagando en la niebla,
entre mil soles vagando en la niebla,
víscera, fruto vagando sin tiempo,
entrevenoso, ascendiendo insolado,
cántico, bosque de astros, estepa,
¿de qué región tropezando, cayendo?
Bloque de semen, radiante, aguerrido,
¿por qué designio vienes a ser mío?

Cuando el ovario amoroso te ansiaba,
cuando el rosal de la carne te ansiaba,
¿cómo saltaste el no ser de tu espacio
para mezclarte al sudor, al deseo,
al tifón térreo, al jadeo, a la fragua?.
¿cómo rompiste la malla sin días?,
¿cómo te hundiste en el mar del abrazo?
Golpe de ascua, relámpago vivo,
¿por qué designio vienes a ser mío?

En la vertiente crucial derramado,
cima triunfante, temblor derramado,
brote sagrado, bastión, red sufriente,
vasto aletazo: te sé poderoso
como la dicha del surco más grávido,
como cascada en la piedra sedienta.
Limo fragante: despunta, no ceses.
Colma mis huesos, enjambre, racimo.
Crece en lo amado para ser mi hijo.


Alumbramiento

*

Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
abre las alas: suma claridad
rodea la granada.

Asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas;
manantial esperado, entrega el ronco
bramido: ciega lanza.

Oh bendita placenta nacarada.
Oh tempestuosa calma asiendo calma.
Oh hijo, desarraiga,
asoma, despiadado y escarlata.

Mármol, mármol que mana.
Piernas sangrientas: oh bullente escala.
Sube, hijo mío, hasta
que subida no haya.

Aviva, aviva, rasga
la telaraña, rasga;
hijo mío, raudal,
vendaval, trepa, asalta.

El cielo anhela contemplarte:
contempla el cielo cara a cara:
eres el día abriéndose en torrentes:
¡espuma!, ¡roca!, ¡jarcia!

Junta la herida con la herida,
junta la noche con el alba.
Hijo tendido hacia lo alto:
junta el pañal con la mortaja.

Oh jarcia, oh roca: arriba;
más arriba, campana;
más arriba, más arriba,
vendaval, trepa, asalta.

Quiero que encuentres a mi padre
como en encuentro de montañas:
el cielo anhela contemplarte:
contempla el cielo cara a cara.

Amado cuerpo de cansancio,
dolor amado, siembra amada,
funde en tus brazos a los que se han ido,
junta la noche con el alba.

Junta la herida con la herida,
junta mi carne con tu alma,
junta la herida con la herida,
contempla el cielo cara a cara.

Aviva, aviva, rasga
la telaraña, rasga;
hijo mío, raudal,
vendaval, trepa, asalta.

Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas.

Abre las alas: suma claridad
rodea la granada.
Manantial esperado, entrega el ronco
bramido: ciega lanza.

Oh bendita placenta nacarada.
Oh tempestuosa calma asiendo calma.
Mármol, mármol que mana.
Piernas sangrientas: oh bullente escala.

Oh hijo, desarraiga,
asoma, despiadado y escarlata.
Sube, hijo mío, hasta
que subida no haya.

Manantial esperado, sube, sube,
abre las alas, sube, abre las alas,
asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas.

Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
abre las alas: suma claridad
rodea la granada.

***
David Rosenmann-Taub (Santiago de Chile, 1927-2023)

lunes, 20 de noviembre de 2023

román reyes / algunos textos inéditos













Fui la melodía de un sueño, sin partituras. Ni pentagramas posibles.

La circunstancia es la medida de la inestabilidad del sujeto. Predica de sí lo que no quiere ser. Aquello que la acción predicada oculta o prohíbe.

~

Era. (Nunca fui, salvo el relato de lo que era). Era. Ignorando que el instante del ser es fugaz paso. Ahora soy, ignorando lo que era como era. Mis sueños eran. Pero eran en ese instante en el que me reconocía siendo soñador. Ahora soy. 

Porque era en instantes que fueron. Ahora eres, porque eras ajeno a lo que yo era. Ahora eres, con el relato de lo que yo era. Que no es mi relato.

Y estoy. Sobrevolando el abismo. Desde el ahora que dejará de ser cuando, al destino de mi salto, será el siguiente estar.

Y no estoy en el mundo. Porque el mundo es la ficción del estar. Era lo que el en mundo hice. Para sin saber que estar era sólo registro de un paso. Ahora estoy, sin que esos registros determinen mi estar en el mundo.

Tiempos gramaticalmente incoativos, que obligan al que es o era a serlo en el momento de saberse siendo. Una cree estar mientras sea consciente del tránsito.

Una era, sin ser en ese tiempo del ser. Una estaba, sin ser en este tiempo, que ahora es. Que dejará de ser, tan pronto como me leas. 

~

La vida es un jardín. De sueños de la memoria. En medio de un bosque de relatos, ordenadamente salvaje. La vida es el jardín de los relatos del sueño. Dentro de un bosque de sueños, que crece al ritmo del color de la humedad. Pasión futura de pasado. Al ritmo. Del anuncio de otro sueño, naciendo a la muerte. La vida es el sueño de esos bosques. Y el relato de (la muerte de) ese sueño. El jardín de mi vida es un desesperado sueño. El confuso relato de mi locura.

Mi vida es un jardín de pasiones. Que eros administra. Al ritmo de la duda. Conocer es desvelar el juego. Saber el nombre de lo oculto. Ganar la partida al destino. Sin voluntad de sintaxis. Despejando posiciones. Desde la contradicción. Saber el nombre es descubrir cosas que, a su vez, el nombre oculta. Lo oculto es lo innombrable, la imagen de lo sagrado. Los destellos de la memoria.

La pasión por la pasión de lo mismo es un huésped incómodo. Está ahí. Como la homosexualidad. El deseo de tener, para poseer su belleza, es el deseo de la propia imagen. La pasión huidiza, que el cuerpo del otro me recuerda.

La memoria de cosas es registro de relatos confusos. Fragmentos, desgarros de historias, que mi cuerpo escribe. Tienen la vida de quien hace memoria. La memoria de las cosas es la lectura de la memoria de cosas. De quienes me precedieron. Haciendo memoria. La mirada sobre las cosas es, por tanto, antropológica. Historia. Y cultura. La estética de la ambigüedad.

Pero las cosas tienen también su propia memoria. Aquello que le hacen cosa y no eco o imagen. Del sueño de una cosa. Aquello que hace de la cosa la memoria que yo hago de las cosas es la acción del medio natural sobre las mismas. Siendo, como soy, memoria no natural.

La vida es descubrir pasajes. O trazar senderos. Domesticar el tránsito. O la pérdida. Los pasos de la memoria. Desde la actualidad al instante. Que también es sólo paso. Fugaz fragmento. Pretexto. Silencios del lenguaje. Pasión. Belleza prometida. Entre la palabra pronunciada y el nombre del deseo. Y la palabra jamás escrita (hacia el pasado). Leyes del devenir actualidad soñada. Ideología.

~

Volver al origen. A ese punto en el que lo sagrado hablaba una lengua que era bella. Porque su belleza no era mundana. Porque sagrado era lo oculto de las cosas. Y la naturaleza era cosa salvaje.

~

Nunca serían mis dedos. 

Un mundo velado. Trágicamente oculto. Sin posibilidad alguna de recrear cuerpos. Todo es velos y combinaciones de velos. Juego de velos. Y hasta la lengua es velo. El diseño rural o urbano es velo.

Mirar es correr un velo sobre las cosas. Tu cuerpo es cosa. Sagrada, pero cosa. Mirar y ser mirado. Como hablar y escuchar. Como representar y ser representado. Amar es amar el uso de los velos. Como ser (o saberse) amada. Incluso, des-velar es otra forma de cubrir con velos.

Abría a menudo aquella puerta. Hasta que ya no había puerta. Y besaba los mismos labios. a cada instante. Hasta que ya no había labios. Era mi secreto, garantía para saberme. Presente. Tu presente. 

La actualidad de las cosas se apaga. Pierde la luz del instante. Para dejarme solo frente a mi propio espejo. Y yo me miraba a ese espejo. Me devolvía la imagen que yo esperaba ver. La palabra que yo esperaba escuchar. El sueño de una cosa.

Pero ese espejo dejó de ser mi espejo. Mi cómplice. Porque llegó el otoño. Y soñaba un tren de sueños que no se detenía en estación alguna. Hasta que un día el tren se hizo sueño, que yo jamás podría soñar. Después.

No eran mis labios, ni mi puerta, ni mis dedos. Nunca atrapé a Proserpina. Porque nunca pude huir, de mi mundo velado

***
Román Reyes (Gran Canaria, 1953-Roma, 2022)

domingo, 19 de noviembre de 2023

adriana paredes pinda / tres poemas










Relámpago

*

Heme aquí atravesada por el
Relámpago.
Muge el toro del amanecer sus presagios tibios.
"Meli pu pillan meli pu pillan" - dice
la dueña de mi furia y de mi nieve.

Muchos escaparon al silabario de la estirpe
enterraron sus cabellos en casas extranjeras.
hora que viene
el mar
montado en las blancas caderas de la luna

a pedir niños febriles, cerros vírgenes
dónde iremos, kai-kai filu,
para no ahogarnos en tu rito de miedo y espesura?

Mi abuela me dio de comer
cuando todo estaba enterrado
sorbió mi corazón
quiso sembrarlo junto al suyo.

Los volcanes hambrientos de luciérnagas

amamantan
niños que se resisten a morir. Desmigajando
sueñan el pan de las primeras estrellas. Dormidos
nos hablaron. Tantas lunas que anduvimos perdidos
ustedes con sus toros, sus pumas, sus culebras.
El tatuaje del miedo
quemadura en el ojo mendigo del tiempo. Yo,
Oreja de Treile,
no sabía del bosque incendiado por los durmientes.

Fue tomado nuestro árbol
Bajamos entonces con metawe. Abrieron
sus gallos balbuceantes
las vertientes. "Traigan mvrke, muzay, traigan.
Prepárenme una cazuela, una conversación
buenas palabras. Son muchas las lunas
que nos separan". Dime ahora
Relámpago perdido entre pluma y pewma
si el último mate fue cebado por la noche
dime
si no tiene cueros mi alma
y a punto de ponerse el sol entrego
mis cabellos.

¿Cómo tejo la flor del yuyo
en estas montañas
que obligadas fueron a perderse sin sus pájaros?

La tierra arde Tranamil "nos vamos
a hundir en juego o agua". Ya no
hay bosques que empujen las vertientes.

El Trapial pide su monte, sorbe
desde Icalma
Llvfken su semilla ciega. Somos
un Rewe abrazado por la furia.
Foye Newen Kvsé Foye Newen Fvchá
fuego de Kultrúng
al amanecer mis ojos sueñan. Veo
a mi padre montado en su lanza
es un niño verde en las frutas del copihue.
"Kvlapang" es quien viene-me cuenta
amanece la Puigua montada en sus tres pumas
Ralum noctámbulo alumbra
sus pálidas torcazas. La rabia está anunciando
torva
sus pardos ríos nupciales. Venga
a danzar-me dice-venga
y mientras ardemos
vuelva a reunirse con su padre enmontañado por el
"Trueno"


Del exilio

*

Untada a mi cordón sin estrella
vine al mundo. Parí mis brotes
no tuve siete venas ni chaiwe
se me negó deshojar canelos junto
a mis hermanas. Sabiendo que una exiliada
no merece el poder. Me di.

A mi madre no le dijo la comadrona
que en su tripa de los sueños
habían doce nudos. No la atendió la méica
por chiñurra. Y a pesar de Doralisa
Huenuleo
alumbró a sus doce
"la mala yerba"
como venía escrito con semen williche
en el cordón nupcial de los amaneceres.

Ya no sueño mamita
desde la última vez que me vi
untada y me vino la enfermedad. Ya no huelo la espesura
ni me invitan a ver la nieve. Yo quería
subir al cerro como mi abuela
pero ni una vkvlla me dejaron.

¿Y ahora me pides que vuelva?

Te dijo que amor en williche
se dice Lemunantu.
Lemünantu, el olvido está primero que la muerte.
Lemiinantu.

~

Sanación

*

Fuchotun
es lo que falta. Laurel limpie estos aires
aclare los caminos.
La que me guía
vuelca foye en la penumbra erupciona
una luna mordiendo los espíritus. Ella dirá cuándo.
Por ahora tengo los olores
despierto con la nariz pegajosa
a las vertientes
la lamedura del sueño.
Fuchotu fuchotu
pieyfey tañi ñaña
amulerkeita pu chollvñ mamvll.

Cantará la niña su canto antiguo si conoce
la madre de su raíz si llena su boca
con yerbas sanadoras. Tusílago
para la pena que se le derrama
en tos asmática por el pecho, palke
para la cabeza afiebrada sin trarilonko
matico cicatrizará herida de parturienta
cuando venga su luz.
Ahora los ojos se le quedan en cementos
no hay lunas maternales en los edificios
no entra sol ni aire ni fuego.
La muchacha tendrá que hacer machitún.
Los brotes de las maderas
pujan en su lengua
un pewen de aroma en parto.

Se le había ido el espíritu, dicen.
Le hicimos fuego con luna llena a su ruka
sus brazos no querían mapuche por eso la pena
pero se rendió con foye
mientras cantábamos. Trutruka
pvfvllka trompe antiguo con raulí
para enamorarla.
Un muchacho pedía por su regreso
porque la libráramos de los perros negros.
Ya no quería ser secuestrada la muchacha
en otro mundo, pero su corazón estaba partido
en dos
por eso la pena y piojos blancos.
Pedimos a la mamita le sobara la partidura
allí donde moría. Vinieron entonces buenos olores
tierra de Treng-Treng llenó sus manos
volvía espíritu de chiquilla enferma
porque la madre fue por él.
"Tuve que ir a buscarlo por donde se perdió"

Algo le falta a esta casa -me han dicho.
Habrá pues que habitarla
la ronda el tigre viejo.
Pu aliwen.
Abran las piezas murmurantes déjenlo
tomar lo suyo. Enmontañarse
en los pulsos secretos.
Que venga Kvtral nos consuma en su rescoldo vivo
el humo las secreciones milenarias.

Yo te permito tigre viejo peinarme los cabellos.

***
Adriana Paredes Pinda (Osorno, 1970)

sábado, 18 de noviembre de 2023

janine pommy vega / del otro lado de la mesa











Estoy leyendo tus poemas
y aparece un enorme edificio desvencijado, la luz de cien velas
se derrama sobre la nieve. Dentro, en la larga mesa bolcheviques corpulentos
como grifos, llevan adelante sus discusiones con jóvenes dostoievskianos
y socialistas de una veintena de países.
La piel negra y azul del cantante tuareg resplandece con las constelaciones saharianas mientras canta la lengua del viento,
la que le enseñó su madre, la prohibida en la escuela.
Los poetas a tientas levantan sus copas de grappa y cantan juntos.
En el otro extremo, los intelectuales reflexionan sobre los detalles, las referencias ocultas y los temas profundos, alguien se chupa los dedos.
La mujer sudamericana con la voz de un tren ululando
a través de las pequeñas ciudades de los desaparecidos se inclina hacia
el sij y sus sílabas de Guru Nanak.
La chamana siberiana crea en su canto una máscara de cuerda anudada a través de la cual observamos la procesión de animales sobre
la vastedad septentrional. Una danza de cortejo de manzanas comienza al amanecer.
Tres jóvenes con una banda sonora chillona gritan simultáneamente
historias personales de los horrores de la guerra.
Hay algo en el corazón cavernoso
donde se reúnen todas las canciones,
Bella Ciao, la Internacional, el riff de jazz y la canción de cuna
el drama de las manos sobre una mesa entre los sordos y el canto.
La llave está en el diamante de la puerta,
Abrid que soy yo.
En el poema que sostiene la puerta entreabierta,
Ahh, estábamos esperando.

***
Janine Pommy Vega (Jersey City, 1942-Woodstock, 2010)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

Across the table

*

I’m reading your poems
and a huge ramshackle building appears, the light from a hundred candles
spills out on the snow. Inside at the long table Bolsheviks built
like fireplugs hammer out their arguments with Dostoevsky youths
and socialists from a score of countries.
The blue black skin of the Tuareg singer gleams with Saharan
constellations as he sings the language of the wind,
the one his mother taught him, the one forbidden in school.
Poets groped together lift their glasses of grappa and sing along.
At the far end, intellectuals cozy up over the finer points, the hidden
references and underlying themes, somebody licks his fingers.
The South American woman with the voice of a train wailing
through small towns of the disappeared leans in toward
the Sikh and his syllables of Guru Nanak.
The Siberian shamaness creates in her song a mask of knotted
string through which we watch the procession of animals over
the northern vastland. A courtship dance of apples begins at dawn.
Three youths with a shrieking soundtrack shout simultaneous
personal histories of the horrors of war.
There’s something about the cavernous heart
where all songs gather,
Bella Ciao, the Internationale, the jazz riff and the lullaby
the drama of hands over a table among the deaf and the singing.
The key is in the diamond in the door,
Open up it’s me.
In the poem that holds the door ajar,
Ahh, we’ve been waiting.

viernes, 17 de noviembre de 2023

alessio brandolini / la estrategia del sueño












                    La rebelión consiste en mirar una rosa
                    hasta pulverizarse los ojos

                                                    Alejandra Pizarnik

La acción inesperada de la ola
anula la tenacidad del silencio
se parece más a la muerte que
a la hierba que crece en los faroles.

En el mar las horas van mejor
uno se viste de salina
uno se pone las aletas y en poco
rato uno se encuentra fuera del desierto.

Así que el espacio en blanco no termina
en los pozos de tinta, intenta
estirarse hacia el sur;
deslizar los sueños en los bolsillos del viento.

La estrategia del sueño, aislado en el vacío
atrapado en el arpón, sustraído a la oscuridad
es la memoria lavada del mal. Ahora brilla
la imagen de la rosa destrozada por el rencor.

***
Alessio Brandolini (Frascati, 1958)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

La strategia del sogno

*

                        La ribellione consiste nel guardare una rosa
                        fino a polverizzarsi gli occhi.

                                                        Alejandra Pizarnik

L’azione imprevista dell’onda
annulla la tenacia del silenzio
più simile alla morte che all’erba
cresciuta sui lampioni delle strade.

Al mare le ore procedono meglio
ci si riveste di salsedine
si mettono le pinne e in pochi
istanti ci si ritrova fuori dal deserto.

Così lo spazio bianco non finisce
nei pozzi d’inchiostro, prova
ad allungarsi verso il meridione
a infilare i sogni nelle tasche del vento.

La strategia del sogno, isolata nel vuoto
presa all’arpione, sottratta alle tenebre
è la memoria lavata dal male. Ora brilla
l’immagine della rosa triturata dal rancore.

jueves, 16 de noviembre de 2023

marisa martínez pérsico / las palabras y las cosas













Visitamos, María, un país ajeno
ahora que sabes leer.
No hay cartel que no infrinja la aduana de tus ojos:
«Bistro Viena» «Muzeul de Istorie» «Anticariat»

 Vas deletreando el mundo con sorpresa,
cansada y balbuciente mientras fundas
una antigua ciudad por la palabra.

«Sa-tu / ma-re» «Ba-ia / ma-re» «Stru-del / me-re»

Sentirás en el cuerpo el desengaño,
que es un arco tendido
entre el verbo y la idea,
lo arbitrario que anuda los nombres a las cosas
en futuros destinos que te aguardan.

¿Qué nos dice una imagen acústica de un sueño?
¿De la risa?  ¿El silencio? ¿Las mentiras?
¿De un perfume?
¿Del color azafrán?

«Biserica» «Patimilor» «Catedrala»

De la mano cruzamos las esquinas de un idioma extranjero.
No basta un alfabeto
para encontrar sentido.

***
Marisa Martínez Pérsico (Lomas de Zamora, 1978)

miércoles, 15 de noviembre de 2023

ramón palomares / adiós









                           para Antonio Luis


Llovió y ha vuelto a llover
y cayeron las hojas y el sol las abrazó y el viento vino
y arrastró las hojas y sonó la hojarasca
y otra vez cayeron las hojas y el sol las abrazó y vino el viento
y el rocío se hizo en la yerba y se fue
y abrieron los capullos y el insecto rompió la húmeda cascara y voló
y otra vez el pájaro que cantaba en la cuerda
bajó a jugar bajo el rosal y volvió a su cielo
y cantó y la mariposa estuvo dormida al amanecer y con el sol caliente subía dando ligeros golpes
y la lluvia la heló y otra mariposa voló por el jardín y el jardín de ayer
quedó yerto y enrojeció y volvió a quedar yerto y pálido y las ramitas secas
chasquearon y cayeron al césped y el sapo cambió de sombra y volvió a cambiar
y ha buscado otra sombra húmeda
y el gusano ha terminado de hilar y ya voló y ya volvió a hilar y el viento
mueve la hoja que lo hospeda
y los jejenes han ascendido en el vaho caluroso y caído con las aguas del cielo
y se han levantado de nuevo porque otra vez ha sido el día caluroso
y la hilera de hormigas corta el campo en el claro seco y boronoso y ahora regresa al patio sembrado
y el ratón de monte ha dormido largamente en su cueva y ha despertado por muchos días corriendo en secreto
lejos del búho, y ha caído lejos de las garras del búho y el búho comió y pasó noches de hambre y volvió a su comida
y duerme este día y se despertó de nuevo y cazó la rata gris
y un hombre encontró su pareja y se amaron y el hijo que nació encontró su pareja y la amó
y el hijo que de allí naciera encontró su pareja y la amó y de allí nació un hijo
y el hombre murió y volvió otra muerte y se llevó otra vida y otra vida se apagó al entretanto
y vinieron hermosas costumbres y cambiaron las
viejas costumbres y otras costumbres y modales se cambiaron
y se levantaron templos prodigiosos y los templos prodigiosos se fueron y llegaron nuevos templos prodigiosos.
Y se levantaron los ídolos todos de metal noble y refulgente y dieron vuelta y otro rostro cubrió el rostro de ellos
y otra vuelta cambió este rostro por otro de otra forma
y el polvo hundió los ídolos y salieron flores del polvo y el desierto llegó a cantar un largo silencio
y las ciudades despertaron y se durmieron y se ocultaron y desaparecieron
y volvieron a nacer con sus comercios y sus tiendas y sus reyes y príncipes
y poetas y bellas mujeres y mártires y guerreros y sacerdotes y santos y maestros
y muchachos atarantados y viejos
y la luna estaba dando vueltas y se encendía toda y se adelgazaba y se hacía tenue
y se llenaba y se vaciaba de plata y volvía a llenarse y a subir tarde y tarde bajando tarde y tarde y noche y noche
y la tierra corría y corría y regresaba y corría y la tierra en la noche en la oscuridad dando su cara negra
y rodando su cara deslumbrante y su azul ligero y su azul negro y sus nubes y alados
y sus nubes estrepitosas y deshechas con el mar que saltaba hacia su madre y saltaba desde el pecho de su madre
y con el viento que lloraba y cantaba como un niño y lloraba y cantaba como una mujer
y lloraba y cantaba como un anciano y como un perro
y como un mar hasta que era otra vez viento y lloraba y cantaba
y la tierra iba loca y bella entre sus madres entre sus padres loca como una jovencita y loca como una mujer en una fiesta
y como un paso de baile y como una caída de flores y como un beso
iba  y venía mientras las grandes redes de estrellas subían y
aleteaban como insectos desesperados de amor y como
chispas que volaban desde la raza áspera y como cabelleras solas y como fuego solo y como
oro raptado y oro yéndose y oro viniendo y oro jugando en todas partes y moscas plateadas y anillos perdidos y collares
y cuellos y rostros de mujeres exquisitamente desenvueltas y allí las noches
soltaban sus amarras y se aprisionaban y amaban la noche hembra y la noche viril
y el tiempo hembra y el tiempo varón y la vastedad toda y los círculos de vastedad
que iban y venían a sí mismo y de sí mismos alejándose y entregándose
y frotándose como dos hocicos de hembra y macho encelados, tigres, lobos en celo.
Y ha vuelto a llover y dime qué sol ha venido y qué canción has oído y qué mariposa baja hasta la flor del patio
y duerme y
dame ese perfume que todo es un perfume y una esencia y una vaga brisa que llega y se mueve anda y desanda
y dime si adentro de ti no oyes tu corazón partir
y si de ti todo se ha ido y todo está por llegar y todo está en viaje y todo es nuevo y vuelve.
Adiós Salud Adiós.

***
Ramón Palomares (Escuque, 1935-Mérida, 2016)

martes, 14 de noviembre de 2023

armando romero / dos poemas













Brisa

*

El sólo movimiento de una hoja en el limonero puso en actividad
toda la casa
A ras de suelo un leve humo disipó sus sombras y dejó al descubierto
el dulce ladrillo de los antepasados
El antiguo fantasmero de caoba fue puras risas entrecortadas y pasos blandos
como guantes
Las vigas en el techo y el soporte de las arañas temblaron como una trapecista
en celo de tendones
Apagada estaba ya la vela en el altar contra el rincón y no se movía¬-
Al borde y al centro de una pantalla de adobe habían ahora puertas
y ventanas en vaivenes de secos golpes y monótonos
Paso tuvo el sol que quedaba restando y sumando por los postigos
y los portillos
En la fragilidad de sus lazos y la corredera del hilambre la hamaca dijo sí
o dijo no
Corrió veloz la mariposa única hasta el escaño deshuesado y sólido
que esperaba en el corredor
Y desde allí la ahumada cocina hizo leve muestreo de rescoldos y cenizas
Viejas ollas en depósito de sentencias y perfumes
Desierto de áridos granos y legumbres florecidas
Leña ya en el musgo y el renacimiento de las parásitas
Tardo hueco del fogón y su encanto
Platos y tazas desportillados por un constante repique de los usos
Pocillos en la pared como una interrogación colgando
Por el patio donde se desvanecía el acento trinitario y el punto aparte
de las gallinas
caminó como un murmullo que no era sino roce y frotación de pieles
desnudas por la hierba
El cielo se sostenía en un meridiano preciso que era una nube gris
y muchas blancas más azul
Fue sólo un múltiple movimiento de pies como las hojas cortadas
del plátano
Un sólo movimiento en esa tarde
Pero al detenerse el limonero
Todo en aquel sitio continuó como antes

~

Strip Tease

*

A veces pienso que la vida lo va desnudando a uno. Yo, por lo menos, me he quedado sin ese zapato que caminó por la avenida séptima de Bogotá una noche salida del interior de un tiempo adelgazado por las esperas; la chaqueta de cuero, de origen dudoso, se despedazó contra el respaldar del bar donde el bohemio infiel empalidecía de aguardiente todas las noches; una camisa que no había pintado Rolf, el alemán, acabó como trapo sucio en un apartamento de Valle Abajo; mis pantalones de vaquero murieron congelados en los páramos de Mérida todavía con la bragueta en perfectas condiciones; un roto de bala en el pecho tenía la camiseta a rayas cuando la perdí de vista en Puerto La Cruz; los pantaloncillos terminaron haciendo cama para Agapi, la gata blanca de Sebucán. Es extraña esta vida que nos desnuda y nos viste de otro, tiempo tras tiempo.

***
Armando Romero (Calí, 1944)

lunes, 13 de noviembre de 2023

laura crespi / un poema













Fuera del hecho natural de construir,
hipnotizarse en el reflejo de la luna sobre el mar
ancho y brillante,
todo amor es ilusorio.

Los personas pasan a lo largo,
admiran una estructura de superficie
y lo llaman escritura, paisaje lunático, poema.

Pero el amor tiene su realidad, su cuerpo,
su exaltación, su tela sin aberturas.
Y es por afuera alegre y leve.

***
Laura Crespi (Buenos Aires, 1973)

domingo, 12 de noviembre de 2023

felipe garcía quintero / el vacío del aire











1.

En la muerte las palabras a la muerte.

Humo de victoria, huesos y más huesos el tributo.

A la cima del aire, el eco roto de un cielo interrogo.

2.

El silencio del cuerpo:
la desnudez en que duermes. El sueño que te cubre.

3.

Si el eco del sendero respondiera a nuestro silencio de ser piedras del río abandonado por sus aguas.

Si la muerte se alejara con el canto. Me digo.

4.

Al camino de la voz vacía. Mi silencio de ti, tuyo.
Perfecto deseo de ser nada.

5.

Un gesto es apenas el nombre. Otro el rostro.

Y en la suma del vacío, la resta del cuerpo brilla.

Mas, si lo que se despide de las manos, de las manos brota ¿Es la ausencia la escritura?

6.

Sí, miro mis ojos: vicio de oscuridad.

Y el cuerpo en que insiste la vida —agua primera, fuente antigua— el único camino escrito por la noche.

7.

Cruz del infinito
¿Quién puso el cielo en tu nombre?

8.

La muerte te hace animal humilde. Repito.

9.

Si todo lo que calla es un perfume, en la rosa de la espera florece la espina.

10.

Como fiebre de río, ahora vagar desnudo, de piedra en piedra, sin al cabo tocar las puertas de una oración.

11.

¡Oh!, el viento en la piedra: silencio del aire.

12.

Y feliz va el niño que fui entre la multitud perdido.

A la sombra del mediodía juega en el laberinto de una ronda.

Con la oración viene mi noche. Llega con el llanto del cuerpo mudo.

13.

Donde la infancia sueña, la mirada despierta junto a las piedras.

Y el miedo entre los árboles, otro follaje.

14.

Recibe la ausencia de esa mano que espera.
Escucha tu mano sembrar en el miedo tu cuerpo.

Rodar de piedras: música humana.

15.

¿Casa, el lenguaje?
¿Vivos, la vida?

16.

Cuando las cosas acallan la voz de las cosas, sólo quien retirado del mundo habla de su mundo entiende tanto silencio:

el vacío del aire.

Cuando el lenguaje —agua de ruego— es piedra de sacrificio.

17.

Soplo a soplo la piedra es viento
y arde el aire soplo a soplo
en la sangre las llamas del cuerpo.

18.

Vuelve la pregunta lejana en su eco. Me digo.
Como el espejo no cesa de mentir que estamos vivos. Repito.

19.

Saber de las alturas: un animal más

el aire.

20.

Qué es una oración de domingo, sino la voz acallada del que enciende la cerilla de la vida en las manos, como una luz de ceniza, para los labios, donde el rojo no quema.

21.

Y muerto flota el río sobre el agua.

22.

Pregunto a mis ojos por mí.

Con mi voz —pastor del aire— me abrazo en silencio a este corazón cansado de repetir sin cesar su fin.

23.

Pero ¿A quién entregar, piedra por piedra, las ruinas de la voz?

Ese rostro donde jamás estamos.

24.

Cuerpo deshojado
el aire que respiro.

25.

La voz oscura entre los pasos camina.
Y mi sombra —vacío encendido— es la espera del cuerpo.

26.

El vacío, esa montaña del aire.

***
Felipe García Quintero (Bolívar, 1973)