sábado, 27 de abril de 2024

gloria portugal / visa










Ah, si se pudiera fiar nuestra felicidad
y llevarla a casa ya,
a sola firma de un papel,
solo con el DNI,
como se hace con una refrigeradora
o un televisor.
Y olfatearla como a un libro nuevo,
y palparla de cuando en cuando
para asegurar su existencia,
y alegrarnos porque el dinero
lo gastamos bien.
Aunque tal vez
tengamos que entristecernos
porque se echó a perder muy pronto
y aún no terminamos
de pagar las cuotas.

***
Gloria Portugal (Trujillo, 1976)

viernes, 26 de abril de 2024

carmen luz bejarano / imagen sideral









Nos pueblan los antiguos
Lovecraft
tus pingüinos del alba casi ciegos
las nebulosas del terror
tus cangrejos asmáticos
las simas donde el hombre
se acuclilla con la muerte
las garras de los bosques
sus dislocados árboles
y lo invisible
ataca
golpea
desde el ojo del pez
o el tentáculo de agua

Sólo un sueño fugaz distrae las esferas
el horror de los tiempos
acecha las estrellas

permanece

desboca las montañas
se retuerce en los vientos

cae el color del cielo
y un tiempo sin agujas
acuchilla el espacio

A través de las sombras
las cerebrales pulpas
la red de los insomnios
sólo huella y latido

Pululan los antiguos
Lovecraft

y no en tus ojos perfil de las montañas
ni en tu soledad acerada de espejos
ni en las rutas del mar
que abrasaron tus algas

sus huellas contenidas
en un clamor de estrellas
más allá de tus pasos recorrieron caminos

Pululan los antiguos
y sus huellas atacan
la diaria condición del espejo
y su faz de reflejos
sus faros invisibles
fotografían gestos y silencios
Lovecraft
Lovecraft
tus antiguos distantes
agazapados en cáscaras astrales
de vez en cuando tan sólo
sus pezuñas hendían en celo el universo

Ahora nos habitan

Corpúsculos de luna amasijan la arcilla
y las algas trascienden
y el pez lunar aguarda

Ahora
invernaderos de cristal donde las vísceras
son universos de espera
Atado el cordón umbilical de los cohetes
alguien se bebe a sorbos las noches
del espacio
descascara los astros

Se derrumban los cielos en espirales
diáfanas
pero no hay inocencia en el color del cielo
nadie pone en el fuego su mano
por la hierba
por el río
o la imagen
por la silla
o el pez

En los frutos del árbol se alimentó
la especie
y el fuego de la espada
nos abre el infinito

escama el aire
un ovni
la sibila espacial
quién sabe
una gaviota
tal vez
sólo el silencio
que talla sus cristales

Lovecraft
Lovecraft
nos pueblan los antiguos
la medusa innombrable

mientras Narciso bebe en aguas siderales

(1970)

***
Carmen Luz Bejarano (Acarí, 1933-Lima, 2002)

jueves, 25 de abril de 2024

rossella di paolo / la noche oscura










En una noche oscura

seis cajas de libros, un vestido, la máquina

de escribir con ansias, en amores inflamada.

Mi madre gritando en la escalera, mis hermanos

los pelos arrancados

¡que no lo sepa nadie!

¡oh dichosa ventura!

una mujer sola, en Lima, qué dirán

salí sin ser notada

qué dirán: puta en cierne

estando ya mi casa sosegada.

 

En la noche dichosa

en secreto que nadie me veía

en un taxi negro hacia otra habitación

sin otra luz que mi rabia por vivir

y escribir lo que viviera

y esas clases que dictar ajustándome a la lengua

lo que en el corazón ardía:

una mujer sola, en Lima, qué dirán

qué dirán, puta en cierne.

Puta con burdel tapizado de libros

mi cama de combate con tantas palabras que poner

y enderezar

el poema en mi cuello

y todos mis sentidos suspendidos.

 

Todos no, que allí tuve yo los ojos para verte

de lejos la cabeza, tu adelantada frente

oh noche que guiaste la habitación al lado

oh noche amable más que el alborada

hombros bravos de toro, suaves ojos de toro

oh noche que juntaste

su risa con la mía, su leche en mi café

amado con amada

y el beso en el abismo, los círculos de fuego

amada en el amado transformada.

 

Quedeme y olvideme

el rostro recliné sobre ti

el rostro, el vientre, los muslos…

Cesó todo y déjeme

dejando mi cuidado, el llanto del domingo,

la honra de mi casa

todo

entre las azucenas olvidado.


***
Rossella Di Paolo (Lima, 1960)

miércoles, 24 de abril de 2024

josé santos chocano / el sueño del caimán













Enorme tronco que arrastró la ola,
yace el caimán varado en la ribera;
espinazo de abrupta cordillera,
fauces de abismo y formidable cola.

El sol lo envuelve en fúlgida aureola;
y parece lucir cota y cimera,
cual monstruo de metal que reverbera
y que al reverberar se tornasola.

Inmóvil como un ídolo sagrado,
ceñido en mallas de compacto acero,
está ante el agua estático y sombrío,

a manera de un príncipe encantado
que vive eternamente prisionero
en el palacio de cristal de un río.

***
José Santos Chocano (Lima, 1875-Santiago de Chile, 1934)

martes, 23 de abril de 2024

rocío silva santisteban / asuntos circunstanciales











Cada noche cuando saco una píldora y me la trago tengo
irremediablemente 
que pensar en ti 

y al secarme la cara o mojarme los ojos para disimular un tanto las
ojeras 
te vuelvo a pensar 

aún evitando distracciones 
no puedo dejar de escuchar tus pasos derrumbando el universo 
no puedo dejar de latir.

Cada noche soy y me reconozco 
debajo de las sábanas 
debajo de la insistencia de volver a soñar y dormir tranquila

-sin baños termales-

sin necesidad de recontar a las noventa y una ovejas y tener,
al mismo tiempo,
que pedirle permiso al pastor 

yo no soy quien para ser más 
ni menos 

soy la exacta imagen del espejo, pero al revés 

y también descontando los segundos que fui cayendo 
y tú no te atreviste a tropezar conmigo


cada noche trato de hilar la maraña que fui y que seré 
si a un buen plazo puedo saldar las distancias
inimaginables, es cierto,

pero posibles de enhebrar con un poco de esperanza 

aún no caigo en el juego y ya estoy aterrada hasta la última carta 
hasta la última hoguera que quizás nunca prenderé

lo he dicho y no hay remedio para tratar de impedirlo 
a cada noche su píldora, a cada mujer 
su madrugada.

***
Rocío Silva Santisteban (Lima, 1963)

lunes, 22 de abril de 2024

martín adán / aloysius acker (fragmentos)













¡Aloysius Acker está naciendo
llenando de gritos la casa, el cielo!
¡Aloysius Acker está naciendo!
¡Aloysius Acker, hermano mío,
el hermano mayor, el hermano pequeño!
-¡Para ti son plumas todas las almohadas,
y con uno que no parece todos los sueños,
y con aire todos los caminos
y con voces todos los versos!
[...]

Mi identidad hostil, mi hermano verdadero
según seno incapaz de la propia natura!...
¡Ay, echado, nonato, el ternísimo cero
a cenagosa estrella de inmediata ternura!...
[...]

¿Quemaré la casa paterna?... ¿partiré de la patria?...
¿Seré un monje en un monasterio?...
¿Me echaré a marear, tatuado, barbudo, descalzo,
en el último de los veleros?...
¡Todo me es igual, Aloysius Acker!...
¡Sólo tú me eres idéntico!
[...]

Cómo morirá el que nunca ha vivido,
el hermano mayor, el hermano pequeño!...
Y cómo morirá tu hermano Aloysius Acker,
yo, el hermano mayor, el hermano pequeño!...
No más. Es necio.
Hemos de ser vivos.
Nada es más allá de nuestro juego.
Y aquí estamos, en la vida y en la muerte,
entre tanto vivo, sobre tanto muerto.
El que no eres tú, no es nadie.
El que no eres tú, es alguien,
Aloysius Acker.
Me basta andar contigo
en un mismo suelo,
en un mismo paso.
Me basta correr a comer contigo
con el mismo hambre, en el mismo plato.
hasta acariciar al niño
y sentirme con el otro extraño.
El otro nos odia.
El otro no tiene hermano.
El otro es el que se embriaga el sábado.
El otro es el canta misa.
El otro es un muchacho.
El otro es una vieja.
El otro eres tú y soy yo, si nos separamos.
¡Aloysius Acker ha nacido!
¡En todo instante está naciendo!

Tú eres el que me es idéntico.
Naces de mí como el desconocido
que tanto amamos en los sueños,
que siempre conocimos en los sueños,
que es uno mismo en los sueños.

De mí te apartas y eres como la imagen
en el espejo.
¿Cuándo no eres yo mismo Aloysius Acker?
el esperado, el compañero,
el que me sorprende, el que no conozco,
aquél por quien soy alguno y muero.

El que no eres tú es el otro,
el cavador del cementerio,
el taquígrafo, el mecanógrafo,
el que me espanta, el que no temo.
¡Vivir es estar tú cogido de mi mano!
¡Vivir es estar yo cogido de tu mano!
A veces te sueltas;
y andas solo por la ciudad y el campo!

***
Martín Adán (Lima, 1908-1985)

domingo, 21 de abril de 2024

arnold francia torres / poema escrito para ser leído en Plaza San Martín a la 1:30 de la mañana mientras tú y yo nos abrazamos mucho













                “Yo quería morir pero te me acercaste
                Mi amor te pertenece”
                                                    Yaxkin Melchy

Cielo amarillo en tu mirada sobre el campo amarillo de tu voz. Un corazón se une al hado de otro en pos de la desaparición de la materia. Desaparición del cuerpo. Desaparición del Sol. Desaparición de las condiciones de existencia del más infinito elemento. El tiempo es una necesidad norteamericana. Una antigua especulación. Una línea que se traza sobre las espaldas de los transeúntes, sobre las membranas de los miedos. Amor en el átomo. Amor en la travesía lunar. Amor cósmico en circulación sobre los confines arteriales. Amor en las más imposibles fronteras de los pensamientos, donde un poema es un pequeño niño que alegremente danza con las estrellas.

El amor es semántico. El amor is you. El amor es genial como entrar en movimiento al compás de una sinfonía de lunas. En la cálida asimilación del provocador libro de lo eterno, los capítulos de tu corazón fluyen como un poema de Enrique. Hermosa señora de los campos de fruta. Inauguras esta dimensión con la palabra de tu cuerpo. Y mi espíritu de cartón se aferra a ti como a la idea de existencia. Y tus manos luminosas rebuscando mi sexo. Hay una cueva abierta por la lengua de tus emociones ubicada espacialmente en el lado B del mundo. Y me hablas a la velocidad de la luz. Y entonces corro como un niño a abrazarte con los costados del cuerpo coloreados de alegrías. Pero no puedo hacer mucho para poder encontrarte. Mi corazón quedó varado en encomienda porque están en huelga los funcionarios de Serpost. El estar es una vez más irrumpir y ahora estás en mi sangre. De nuevo. Conmigo. Dándome de tu aliento. Vámonos a bailar. Soy un maldito romántico que todavía cree que el amor algún día sonará en todas las radios del mundo. Soy un maldito romántico que todavía cree que el amor algún día sonará en todas las radios del mundo. Soy un maldito romántico que todavía cree que el amor algún día sonará en todas las radios del mundo. Mundo del radios las todas en sonará día algún amor el que cree todavía que romántico maldito un soy.

***
Arnold Francia Torres (Lima, 1996)

sábado, 20 de abril de 2024

giovanna pollarolo / después de los 30











Dicen
que después de los 30 las mujeres envejecen pronto
malhumoradas
sufren de males jamás pensados
no se resignan
y sufren comparándose con la rosa marchita
pétalos caídos, belleza acabándose
o se resignan
y voltean los espejos
prefieren las veladas a media luz
huyen de las vidrieras
hasta de los charcos de agua
cuando hay luna llena.
Dicen que
después de los 30 las mujeres
aprenden a hacer el amor
y su ansiedad espanta
ávidas de orgasmos
ninfómanas
son suplentes en camas ajenas
mujeres fáciles
o se empiezan a secar
asqueadas y temerosas
de sus deseos (ávidos, urgentes)
les falta hombre comentan.
Putas o reprimidas
es a la larga lo mismo. Así dicen.

***
Giovanna Pollarolo (Tacna, 1952)

viernes, 19 de abril de 2024

enrique verástegui / de "tratado sobre la yerbaluisa"










El arte de la yerbaluisa 

Beber un sorbo, después otro sorbo, como si probara suspiros limeños. El primer sorbo, no muy caliente, llena todo el paladar, impregnándolo de un sabor delicado mientras se escurre por la garganta hacia el estómago. Ese primer sorbo, definitivo, como el big bang, llena de excelsitud al ser y ayuda a comprender la estetización mental de la biología. El segundo sorbo, probado cuando se ha llegado a la excelsitud del ser, rememora el sabor del primero y ayuda a comprender la infinitud del universo. El tercer sorbo, y los siguientes, hasta agotar la taza de porcelana oriental, sitúan la mente en el mundo y al cuerpo en su máximo de comodidad. Esta planta se puede recortar y, colocada bajo los rayos del sol, ponerse a secar para utilizar luego en la infusión. Un puñado de trozos de oro en la mano. Si se desea, se puede echar en la taza de yerbaluisa tres cucharaditas de azúcar.

~

II
Arte / Ciencia 

El arte de preparar la yerbaluisa es también una ciencia exquisita que permite contemplar el burbujear del agua cuando hierve, llenando la olla entonces con hojas de yerbaluisa cortadas que, al instante, apenas se ha entremezclado con el agua hirviente, producen un color dorado intenso que recuerda el oro líquido que bebían los incas en Machu Picchu, e impregna los ambientes de la cocina donde se lleva a cabo el ritual de la yerbaluisa. 
    Se hace necesario recortar la yerbaluisa en trozos agradables de modo que, si no se agota con el uso constante, la planta al secarse recuerda los trozos de oro que constituyen nuestro patrimonio. 

La yerbaluisa brota espontáneamente en todos los canales y acequias de Cañete, lo mismo que en todas las tierras cultivables del Perú. 
    La yerbaluisa, lo mismo que este no tan farragoso escrito, es patrimonio cultural del Perú y de la humanidad. 

~

III 
Perú / Tahuatinsuyo 

Tomar yerbaluisa -una acción que, por lo demás, llena de placer nuestra existencia y produce buena suerte- forma parte del ritual de la élite incaica que, en sus momentos de máximo poder -el momento en que se contempla la infinitud del mundo, desde lo más alto de los Andes-, contemplaba ondear el arcoíris en el horizonte y reflexionaba sonbre el líquido que serenaba la consciencia. 

~

VII 
El arte del sexo 

Cuando, debido a que tienes que trabajar, alejarte de tu casa, viajar porque eres agente médico, ingeniero en la especialización que sea, técnico, revolucionario, ama de casa, militar, profesional liberada; dejas de hacer el amor y la consciencia que ello implica, aunque sin perder el tedioso instinto sexual que lleva a la conquista sexual del universo, desnudarse, amplia sonrisa de felicidad en los labios, y mientras la amante se va arrodillando ante el enamorado con las puntas de los pezones erotizadas bajando rítmicamente por el cuerpo del amado, prepararse mentalmente para hacer el amor como si nunca se hubiera hecho. Ese acto necesita un ritual que, como todo ritual, está basado en la proporción matemática del ADN, lo mismo que de todo el cuerpo. Descrito de muchas maneras, al hacer el amor, siempre habrá -como un sol distinto cada día, según dice Heráclito-, lo quieras como no, un coito novedoso diferente a lo largo de tu vida. Bajo el pubis, existe un músculo maravilloso que -si no has hecho el amor durante años, o durante meses-, una vez terminado el furioso acto sexual, produce la sensación extrañísima de dolor, cansancio y placer, mientras se percibe la fresca brisa de primavera modelándote el rostro. Ese músculo, diseñado bajo el pubis, descubierto por los médicos y erotólogos, ciencia sofistas/krisolistas, se llama la conciencia del plexo solar, y significa la radiación del falo erecto si puede haber orgasmos sin eyaculación, como dice el taoísmo, también es verdad que ello se reproduce por retención del semen. De ese modo el descubrimiento de la consciencia del plexo solar es percepción, análisis, y aporte peruano, como la ceremonia de la yerbaluisa.

~

Simetría 

Tan bello como hacer el amor es pensar simétricamente al mover las piezas del ajedrez: 64 cuadros fundan la variación infinita de la mente, tanto como el placer causado por las 64 posturas fundamentales del Kamasutra. Tanto el perfume francés Chanel como el pachulí hindú, convenientemente usados, constituyen un despertar espléndido de la poderosa sexualidad armonizada en todas las chakras del cuerpo humano. Si mis trabajos filosóficos son superiores a Platón y Aristóteles no es por otra cosa más que por la invención magnánima de mis matemáticas que expresa la riqueza hecha universo.

***
Enrique Verástegui (Lima, 1950-2018) Tratado sobre la yerbaluisa. Lima: Caja Negra, 2012.

jueves, 18 de abril de 2024

magda portal / canto proletario









"la vida es de los felices"
amanece en todos los pregones callejeros —
rueda la mañana sobre el asfalto de
la tierra ululante y caliente
 
al extremo de la ciudad
los árboles saludan al obrero
con sus ramas estremecidas
por la alegría del viento vagabundo
               el gran libertario
 
como un dolor sigue la sombra
la silueta del hombre
que desemboca en la ancha
puerta de la fábrica
allí —el humano acecido de las máquinas
el gemido de las poleas
bajo la presión del pensamiento humano
 
balcones a la eternidad
los ojos siguen la labor constructora
i toda la fábrica es una sola
maquinaria de empuje formidable
como un titánico organismo
que mueve "el motor maravilloso"
de los cerebros de 100 hombres unidos
el hermoso espectáculo del cerebro
I el músculo en acción!
 
el sudor se decora la cara
como otra sonrisa
que se tuesta en los labios apretados
de anhelo
la fábrica lo es todo:
               la ESPERANZA i la CARCEL
 
Todos los días son MAÑANA
para el obrero que los lleva apretados
al corazón
                 como la imagen de la madre
 
L I B E R T A D!
        estandarte del Hombre!
 
                                   —
 
el Sol espera la salida de la fábrica
desde el horizonte sus anchos brazos de luz
saludan el dolor del obrero
                 vencedor de la Vida

***
Magda Portal (Barranco, 1900-Lima, 1989)

miércoles, 17 de abril de 2024

victoria guerrero peirano / dos poemas









Rompecabezas de mí

*

He regresado a Lima y estoy montada sobre una bicicleta rosa
Alguien me dijo a la volada que la poesía había muerto
Y yo me sonreí
Porque era como decir que yo también estaba muerta
O que todo lo que me acontecía era falso

Yo seguí pedaleando
Siempre por las veredas o por los parques
Porque me recuerdan mi infancia
Aprender a montar bicicleta
Tener fe ciega en aquel que va detrás de ti
Y mantiene tu equilibrio
Y tú sigues y sigues pedaleando hasta que te das cuenta
Que ya nadie te sostiene

Exactamente en ese punto es cuando caes a tierra

La poesía ha muerto
Volví a escuchar sus palabras
Ya nadie me sostenía
Era una mujer independiente
Y me derrumbé en la puerta de la casa familiar
Y mis vecinos se rieron al verme caer

Hay caídas que son graciosas
Hay gente que ríe sobre los caídos
Y gente también que llora

Recogí mis partes y metí mi bicicleta a casa
Allí va tomando el color del óxido
Secretamente se resiste a salir
Porque el futuro está lleno de sentencias de muerte en las calles
De automóviles que pasan raudos a tu lado
De escritores que alguna vez soñaron con escribir

La poesía ha muerto
Repiten
Aquellos que cambiaron
un paseo en bicicleta
por la fama

~

La casa roja

*

La casa roja es un poema:
Tuve un esposo que se fue a la guerra
Trajo cosas de ella
Cosas antiguas de un saqueo
Entre ellas un libro de Anna
Anna Ajmátova
Todo estaba en ruso
Él sabía ruso
Era la época
Todos querían estar en la guerrilla
Escribir poemas
Hacer una película irse a Moscú
Yo no hice ninguno
Bueno a veces escribía poemas
Pero me fui a los Estados Unidos
A Nueva Inglaterra
Con gran culpa después de todo

En las calles de mi juventud
Las paredes decían “Yankees go home”
Esa era la consigna
El inglés machacado a la fuerza
El francés fue mi lengua
El uniforme plomo de escuela mi traje de batalla
Y los sueños de la Comuna mi bandera

No hice la guerra
Ni aprendí ruso ni llegué a Moscú
Pero leí a Anna Ajmátova

Hablaban francés en San Petersburgo
Ciudad de derroche y refinamiento
Allí empezó la revolución

Allí también me perdí con Roxana en la estación del metro
En camino a la casa de Dostoievski
(El alfabeto cirílico me mareaba)

La familia de Anna fue perseguida
Asesinado su esposo
Se pasaba horas al pie de la cárcel
Para visitar a su hijo en Leningrado
Igual le pasó a Marina
Marina Tsvietáieva
Los hijos muertos
El esposo deportado

Yo escribo ahora después de un siglo
La poesía ha muerto
Mi esposo ha muerto
Y la casa roja está llena de cosas antiguas
Objetos de guerra
Objetos de vida & poesía
Mi inglés es absurdo
Y los dueños del mundo ya no nos temen

***
Victoria Guerrero Peirano (Lima, 1971)

martes, 16 de abril de 2024

violeta barrientos / las imposibles orquídeas









Vago sobre un vientre andrógino criador de bestias
guardián secreto de grutas negras
escondrijos en que hurgo buscando aromas subterráneos
perdiéndome en el fondo más oscuro y húmedo.
Orquídeas bajo tierra
donde manos no alcanzan sus venas violáceas.

Contemplo el jardín de mi deseo insatisfecho:
leves mentiras como un beso robado y devuelto
fugaces caricias corriendo bajo la piel.
Mas en el fondo voy de bruces
enredándome en cabellos, melenas,
anchos brazos como ríos, troncos, curvas ramas
hasta cubrirme de maleza y ya no ver
las simples florecillas,
cuerpos amables ofreciéndose a mis pies.

Se entumecieron mis dedos tras lo imposible de tocar
y sin ojos de ver, creyéndome diosa desde mi altura,
comparé distancias
pareciéndome cada cual más corta,
más fácil de superar.
Perdió el mundo su color, las flores,
se hizo de sombras
y creció mi abismo dejándome en roca desnuda
de rara vegetación.
Dormida en el agobio de esa soledad
soñé permanecer en una flor intensa,
en la fragancia carnosa de una orquídea enterrada
introducirme en pisadas nocturnas sin ser descubierta
alimentando mis fuerzas de sus entrañas
Y ya no comparé distancias,
no existían nombres ni medidas
y la única belleza fue la imposible de tocar,
de contemplar, de retener
porque el deseo, no se puede nombrar
sólo padecer.

***
Violeta Barrientos (Lima, 1963)

lunes, 15 de abril de 2024

césar vallejo / la paz, la avispa











La paz, la avispa, el taco, las vertientes,
el muerto, los decílitros, el búho,
los lugares, la tiña, los sarcófagos, el vaso, las morenas,
el desconocimiento, la olla, el monaguillo,
las gotas, el olvido,
la potestad, los primos, los arcángeles, la aguja,
los párrocos, el ébano, el desaire,
la parte, el tipo, el estupor, el alma...
 
Dúctil, azafranado, externo, nítido,
portátil, viejo, trece, ensangrentado,
fotografiadas, listas, tumefactas,
conexas, largas, encintadas, pérfidas...
 
Ardiendo, comparando,
viviendo, enfureciéndose,
golpeando, analizando, oyendo, estremeciéndose,
muriendo, sosteniéndose, situándose, llorando...
 
Después, éstos, aquí,
después, encima,
quizá, mientras, detrás, tanto, tan nunca,
debajo, acaso, lejos,
siempre, aquello, mañana, cuánto,
¡cuánto!...
 
Lo horrible, lo suntuario, lo lentísimo,
lo augusto, lo infructuoso,
lo aciago, lo crispante, lo mojado, lo fatal.
lo todo, lo purísimo, lo lóbrego,
lo acerbo, lo satánico, lo táctil, lo profundo...

***
César Vallejo (Santiago de Chuco, 1892-París, 1938)

domingo, 14 de abril de 2024

francisco bendezú / dos poemas










Máscaras

*

¿Qué baila detrás de nuestras frentes?

¿Quién vela al otro lado? ¿Qué nos espera?
Nadie. Nada

Solamente una luz fuliginosa.
O nuestros brazos como remos de inmóviles mareas.

Ni punto ni círculo ni línea
ni la barca del tiempo.

(Yo no sé si la voz no es más que un sueño
Ni si el amor es un casto paroxismo de amapolas.)

Yo sé que las estatuas sorben llanto en la arboleda.
Yo sé que el otoño acumula silencio en las botellas.
Yo sé que en la estación los guardagujas duermen.

Solamente un solsticio de sordas mariposas,
o inútiles carruajes con teas de tinieblas,
o esqueletos de gallos
cantando eternamente por albas que no rayan.

Mujeres sin sombra, apariciones,
espejos insondables con lentos naufragios a distancia,
y fuegos fatuos, y en las landas
el tierno gemido de las mandrágoras recién arrancadas,
y el siempre y el jamás ardiendo juntos.

Ni torres ni molinos
ni el tórax misterioso de las tardes.

¿Para qué las cabelleras desplegadas
como estelas sobre el mundo?

¿Para qué los púlpitos, las bazas,
los óvulos, los cascos, los marbetes?
(¿Y las águilas inmunes de alta mar?
¿Y los granos - óleo y luz – de los sarcófagos?)

¿Para que los mástiles, los cables,
las epístolas, las gafas, las briznas de los nidos,
el agua magnetizada, los muñones,
las escuadras de cuencas vacías, los gramiles,
las sinuosas membranas briscadas de los armarios,
las filacterias , la sal, los meteoros?

¿Es caso, inútil la esperanza?

¡Embestid contra las rodillas doradas de la muerte!
¡Combatidla cuerpo a cuerpo!
¡Ella corta con su espada el alambre que nos ata al fuego puro!

¡Nuestra insomne navaja de alaridos
contra su hilo indestructible de silencio!

~

Twilight

*

                                          A Mercedes

Yo soy el granizo
que entra aullando
por tu pecho desquiciado.
Soy tu boca.

Yo atesoré a ras del sueño,
debajo de las horas,
el latido de tus pasos por el polvo de Santiago,
y tu densa fragancia de magnolia,
y tu lenta cabellera
con perfil de éxtasis o algas,
y el ardor fulmíneo de tus ojos, que de noche,
como naves sobre el mar,
la bruma iluminaban.

Como guijarros de playa,
o nostálgicos boletos entre cintas y violetas olvidados,
enterré en mi corazón la línea de tu frente,
la piedra gastada de tus codos, tus sílabas nocturnas,
el fulgor de tus uñas, tus sonrisas,
la loca luz de tus sienes.
¿No sientes trasminar mi dolor a través de tu cuchara?
Mi memoria quedó tal vez en ti
como las ediciones vespertinas
en las bancas de los parques desahuciadas.

Tu sombra es mi tintero.
Juventud.
¡Juventud mía!
¿Qué tumbos socavaron
la torre más alta de mi vida?

¡No habrá nunca
hilo más puro
                        que tu larga mirada
desde lo alto de las escaleras,
ni lampo de cometa comparable
a la curva nevada de tus dientes!
Cantaba la mañana
en las pálidas cortinas y la hierba.
El tiempo cintilaba en tus vidrieras
como sólo una vez el tiempo parpadea.
Ya no estás entre las flores. Ni volverás
jamás a estarlo. ¿Qué tu amor sino labios
que escrituras en el viento fueron?

¡Yo quiero que me digan
si el amor, como los pájaros,
se va a morir al cielo!

Me acuerdo de una noche de trenzas y peldaños,
y óxido, y collares,
me acuerdo, como ayer, de lo futuro.

¡Quiero acuñar, como el otoño,
medallas en las calles,
o beberme llorando tu ausencia en los teléfonos,
o correr, correr a ciegas por
los tejados de todas las ciudades
hasta perderme para siempre o encontrarte!
¡Otra vuelta estar contigo!
¡Oh día de verano
extraviado en alta mar
como una mariposa!
Contra el flujo incoercible de los años
los días, uno a uno,
absurdamente buscan tu lámpara en las sombras,
no la penumbra, no el espejo de la muerte,
sino el cristal de la esperanza:
tu ventana que sólo está en la Tierra.

¡Aspersiones de ceniza para tu boca cerrada!
Otra vez tengo veinte años, y sonámbulo, y en llanto
a la puerta de tu casa estoy llamando,
al pie de tu reja, como antaño,
bajo la lluvia sin telón ni máscaras ni agua.
¡Oh zumbantes calendarios
que en vano el cierzo,
como a encinas,
deshojara!

¡No me digas que te quise! Te quiero.
Te debía este lamento, y aunque un grito
mi sangre apenas sea,
también te lo debía: un solo interminable
de un corazón en las tinieblas.

***
Francisco Bendezú (Lima, 1928-2004)

sábado, 13 de abril de 2024

jorge eduardo eielson / dos poemas








Foro romano

*

todas las mañanas cuando me despierto
el sol arde fijo en el cielo
el café con leche humea en la cocina
yo le pregunto a quien me acompaña
¿cuántas horas he dormido?
pero nadie me responde

abro los ojos y los brazos buscando un apoyo
toco mi mesa de madera y la noche cae con violencia
un relámpago apaga la luz del sol
como la luz de una vela
vuelvo a preguntar
¿el café con leche de hace siglos humea aún en el polvo?
pero nadie me responde

en la oscuridad me levanto y lo bebo
pero compruebo que la leche está helada
y el café encendido yace como el petróleo
a varios kilómetros bajo tierra:
una silenciosa columna se desploma entre mis brazos
convertida en cenizas
bruscamente el sol vuelve a elevarse
y a declinar rápidamente
en una tempestad de hojas y pájaros rojizos
dentro de mi habitación el crepúsculo brilla un instante
con sus cuatro sillas de oro en las esquinas
trato de recordar mi infancia con las manos
dibujo árboles y pájaros en el aire como un idiota
silbo canciones de hace mil años
pero otra columna de cenizas se desploma entre mis brazos
y mis manos caen cubiertas de repentinas arrugas

claramente ahora el agua del lavabo
me recuerda mis primeros baños en el río
vagos rumores desnudez perfumes viento
cerdos empapados bajo la sombra de los naranjos
¿mi memoria es quizás tan inmortal como tu cuerpo
cuando te desnudas ante mí
tú que no eres sino un pedazo de mármol
montaña de polvo
columna
reloj de ceniza
hueso sobre hueso que el tiempo avienta en mis ojos?
¿no recuerdo acaso las últimas horas de la noche
cuando te besaba enfurecido sobre mi catre de hierro
como si besara un cadáver?
yo le pregunto a quien me acompaña
amor mío velocísimo
¿cuánto tiempo ha pasado desde entonces
cuántas horas
cuántos siglos he dormido sin contemplarte?
pero nadie me responde


Me gustaría escribir

*

Me gustaría escribir
Como si cantara como si bailara
Como si subiera y bajara
Una escalera cualquiera
En una ciudad cualquiera
Me gustaría escribir
Como si durmiera como si jugara
No escribo yo sin embargo
Sino el otro el que verdaderamente
Canta y baila sube y baja
Una escalera cualquiera
En una ciudad cualquiera
Siempre rodeado de espuma
De palpitantes objetos rosados
Que sollozan y que gozan
Siempre provisto de una pluma
Una hoja de papel inmaculado
Miserable criatura
Que parece de carne y hueso
Porque respira tose se desespera
Escribe versos sombríos
Sin razón y sin sentido
Vetustos adjetivos y verbos
Que ya nadie conjuga
Que hace millares de años
Eran quizás estrellas
Que ahora son palabras
Puntos comas y latidos
Quizás poesía

***
Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924-Milán, 2006)

viernes, 12 de abril de 2024

manuel gonzález prada / ritmo soñado










(Reproducción bárbara del metro alkmánico.)

Sueño con ritmos domados al yugo del rígido acento,
libres del rudo carcán de la rima.

Ritmos sedosos que efloren la idea, cual plumas de un cisne
rozan el agua tranquila de un lago.

Ritmos que arrullen con fuentes y ríos, y en el Sol de apoteosis
vuelen con alas de nube y alondra.

Ritmos que encierren dulzor de pañales, susurro de abejas,
juego de auroras y nieve de ocasos.

Ritmos que en griego crisol atesoren sonrojos de virgen,
leche de lirios y sangre de rosas.

Ritmos, oh Amada, que envuelvan tu pecho, cual lianas tupidas
cubren de verdes cadenas al árbol.

***
Manuel González Prada (Lima, 1844-1919)

jueves, 11 de abril de 2024

marcela robles / y ahora a quién le doy mi amor










Y qué hacer ahora con toda esta belleza.
Cómo colocarla sin premura
En su lugar.
Cómo vigilarla sin que sienta mi presencia.
Sin oprimirla, sin asustarla.
Y qué hacer con el resto de mi vida
(aunque fuera sólo un día)
qué hacer con estas ganas locas
de vivir.
Cómo amarte sin perderte,
cómo no perderte nunca
(aunque nunca dure poco).

Y qué hacer amigos míos,
con todos estos amores.
Saludar.
o despedirme para siempre.

***
Marcela Robles (Lima, 1952)

miércoles, 10 de abril de 2024

leoncio bueno / tres poemas










Poema para una nueva época

*

Dentro de diez años
vendrán al Túngar nuevos poetas jóvenes
a buscar a Ragnut.
Nuevamente desfilará la cólera,
alguno tal vez traiga su carrandanga,
pedirá que Ragnut le eche un lente.
Como en el 50, como en el 60,
el Túngar escuchará el rugido de los bardos,
en sus paredes alguno trazará la efigie
de un Guevara III.
Como en el 70,
nuevos jóvenes enseñarán los puños
a los ya situados, exclamando:
“¡Nos han entregado una catástrofe
para poetizarla!”.                                                  
Y Ragnut arderá de entusiasmo, 
una vez más se sentirá un asno joven.

~

Techo propio

*

Mi techo es pequeño
rico de polvo y paja
construido de esteras y otros
deshechos inflamables.

Deja pasar los bichos y la lluvia,
deja que se cuele la luz,
el aire, las chirimachas
y los orines de los gatos.

Soy el dueño de un techo excitante:
puede caerme encima
sin hacerme daño.

~

Padre nuestro

*

Padre nuestro que estás en tu moña
(burócrata lustroso de tocino)
taita rico, manitas de marica,
señor de los ejércitos rentados,
Tovarich que moras siempre arriba,
Ñato con los de arriba
(becarios vitalicios de la coima),
dueño de varas, llaves y palancas
haciendo cada día
más vivos a los vivos
y más tontos a los que trabajan.
Taita, cuco de la gran trenza,
pura pinta, si a todos nos hiciste
a tu imagen y semejanza,
¡mal rayo nos parta!
vete al Cosmos y ojalá que te cale un astronauta.

***
Leoncio Bueno (La Constancia, 1920)

martes, 9 de abril de 2024

óscar málaga / salmo a la gran madre guanyin













Solo deseo la felicidad de mis vecinos. El mundo es demasiado grande
Su brillo insoportable sobre mis parpados. Los faros de los autos
me señalan miles de destinos distintos. Implacables
como Xie Pei despertandome a las cinco de  la madrugada.
Aspiro a estar ahi donde siempre estoy estraviado
No me canso de mirar los arboles. Escucharlos crecer es mi deseo.
Subiendo al templo de San-Fen-Shan he llegado al cielo
Para eso basta la mano de Xie Pei y mil escalones
Y el aire es verde brillante, una luz invisible, miles de peonias en flor.
Aullo en la cima de esta montaña. Tan dulce es tu mano.
Tan dulce el vacio que vertiginoso se deja rozar por la luz del sol.
Diez mil turistas no comprenden mi esplendor. Yo no se lo que espero.
Y mis ojos observan detenidamente la lejania.
Desde dieciocho infiernos mil Budas me sonrien
No he nacido para pagar por mi felicidad. Ella pertenece a mis ojos
La ruta no existe. Nunca siento nostalgia. Esta montaña                                                                                             
soy yo trepando a mi corazon. La silueta del horizonte no es el horizonte.
Ninguna revelacion en ello. Este es el unico viaje.
Pero sucede que no hay regreso. Eso nos infunde cierta alegria.
Construimos un horno y nos entregamos a su fuego.

Qian shou GuanYin, Qian shou GuanYin
Y nos entregamos a su fuego.

Siempre vivimos en el mismo lugar pero con mas manos, mas ojos,
el alma como un campo inesperado de rosas humedas.
Unos labios tatuados en nuestra piel ardiendo: Todo
lo que conservaremos de esta deriva. Nadie comprende nada
No es necesario comprender. Comprender es una trampa
Todos los reinos han perecido pero el hombre sigue sonriendo
Como los mil brazos de Qian shou GuanYin señalando la ruta
Y el agua es siempre la misma que eterna fluye,
se agita, que en su quietud no implora un destino.
Multiples desacuerdos para ser cumplidos es lo que nos ofrece la vida.
Flor atrapada como un destello en la quietud de un rio oscuro.
En cada latido sin desfallecer mi rostro se fatiga.
No comprendo lo que escribo. He olvidado todo.
Nunca tuve sueños. Con ellos son imposibles los arboles,
subir mil escalones, aferrarme a tu mano y descubrir el cielo.
Mis vecinos tienen sueños y dioses.
Los mios se ahogan en los bares y erran bajo el sol sin buscar guarida.

Qian shou GuanYi, Qian shou GuanYin
Y erran bajo el sol sin buscar guarida

Cuando ries la montaña se ensombrece.
Quiero vivir sin saber nada.
Dejenme estos escalones, este cielo, esta mano
tan dulce que no soporta ninguna verdad.
Tan dulce que me ensombrece.
La boca del oceano es el universo que mis vecinos alimentan,
le ofrecen ese sudor y lagrimas que empaña sus noches frente al televisor,
y asi sacrifican este universo vivo
a esa boca ancha del oceano que en su  terror construyen                                                                                                                                                              
En sus pupilas ruge la muerte como un transeunte
asustado por la niebla de la ciudad.
Para ellos deseo una conversacion amable, una maceta llena de flores
y despues del amor un hijo con una hermosa cola de leon,
tan parecido a mi que pueda llamarle hermano.
Nada mas pido..Es necesario tener propositos claros.
Tan claros que podamos perdernos en ellos.
Que escuchemos la hierba humeda bajo nuestros pies.
Aparte de eso me gustaria descansar un poco.
Abandonar los bares y los parques y mirar silencioso el horizonte
Mirar silencioso el horizonte ha sido el deseo de toda mi vida.
Sin decir una palabra desaparecer en el viento
para volver a aparecer siempre en el vientre de mi madre.
Con la misma cola de leon, los mismos zapatos,
el mismo corazon sin brujula.

Qian shou GuanYin, Qian shou GuanYin
Y el mismo Corazon sin brujula.

El horizonte es un rio lejano.
Me inquieta esta colina tan escarpada.
Y de tu mano me acerco a todos los abismos.
Y escribo para quedar desnudo.
Para ser la brisa que humedece tu frente.
El borde del cielo que roza tus mejillas.
¿Arrasare este instante solo porque mis vecinos me miran desconfiados?
Quiero ir a la muerte con la alegria
que llego a una fiesta bajo el crepusculo.
No se si podre vivir de otro modo.
Mis pensamientos me complacen.    
Basta despertarme para saber que existo.
Imagino que alli hay una verdad sin el artificio de la razon.                 
Siempre me pregunto ¿porque debo de levantarme en las mañanas?
Y mi extrañeza crece como un huesped
asustado en una casa que desconoce.
Pero las aves revolotean en mi ventana,
el telefono suena, la radio se enciende.
Siento los ruidos que hacen mis vecinos.
El mundo se despierta muy temprano y yo quisiera seguir durmiendo
El movimiento nos acerca a la muerte igual que la quietud.
No tenemos otra eternidad.
Sucede que ya nos despedimos y tenemos que partir.

Qian shou GuanYin, Qian shou GuanYin
Y tenemos que partir.

Toda nuestra libertad es no poder evitar este gran desorden.
Ajenos a nosotros somos. No se si experimento simpatia por mi.
Por mis vecinos. La perspectiva se ensancha.
En todos nosotros ruge el terror.
Ya no hablare de mis vecinos. Todos estamos cansados.
Pero no apagare la luz.  Seguire escribiendo.
Demasiados esfuerzos para escapar a nuestro destino.
Y el guardian que me exige mis documentos en la puerta del templo
solo intenta convencerse que es util en este planeta.
Pero la muerte lo acecha igual que a mi;
como el amor, el aburrimiento, los ruidos callejeros.
Nada es necesario conquistar.
El verano es corto y nadie va a quedarse mucho tiempo.

Qian shou GuanYin, Qian shou GuanYin
Y nadie va a quedarse mucho tiempo.

Todo existe porque su gozo nos pertenece.
Compartimos el mismo desconcierto.
Y la hierba fresca de esta montaña tiene miles de destinos
Y su voz en el viento del otoño es mas poderoso
que nuestro mas desgarrado canto.
Somos dioses cansados, encadenados, divididos,
viviendo en  un planeta esplendoroso
Los otros dioses son los bosques, las montañas, los rios, el mar.
El mar es un dios azul sobre el que flota la tierra.
Que se repite, se imita, 
que no se cansa de ser igual a sus destinos.
No aspiro a convertirme en un planeta
Los planetas tienen la vida corta
Los hombres tambien. A pesar de mi cola de leon
a veces sucumbo a los sueños. El unico dios que me interesa es el mar.
Xie Pei tiene unas manos carnosas y calientes
La boca como una flor entrecerrada
alumbrada por el brillo de sus dientes
y no tiene edad porque cada mañana descubre el universo
Hemos subido solo mil escalones y hemos llegado al cielo
Y ahi estamos, sin temor, de la mano, sorprendidos,
navegando silenciosos
en el rio quieto de nuestra sombra                        
hundiendose
en el horizonte.

Qian shou GuanYin, Qian shou GuanYin
Y nos entregamos a su fuego.
                                                                                          Beijing, 1993.

***
Óscar Málaga (Lima, 1947)

lunes, 8 de abril de 2024

julia ferrer / de "la olvidada lección de las cosas olvidadas"












XIV

Todo lo que se muere
nos traiciona
porque
si me muero hoy
por ejemplo
¿qué podría hacer mañana?
 
tu risa
no me engaña calavera
cualquier animal feroz
comparte tus ilusiones
pero es más honrado
 
Todo lo que se deja convencer
por la muerte
nos traiciona
olvida a sus hermanos
se repantiga
bostezando
hay que amar a la vida
tan vorazmente
que nada pueda separarnos de ella
y si nos vuelven fetos
insistir
convencer
salirse con la suya
reptando ágilmente por las piedras
 
Y si por fin algún día
nos morimos
es nuestro deber
ocultarlo cuidadosamente
 
para que jamás pueda decirse de nosotros
de ti
de mí
“descansa en paz”.

***
Julia Ferrer (Lima, 1925-1995)

domingo, 7 de abril de 2024

washington delgado / héroe del pueblo











Yo construyo mi país con palabras,
digo cielo cuando miro el cielo
digo luz, agua, corazón y lo demás ignoro.
 
El silencio es profundo pero amo las alturas.
Hombres son y mujeres los que que alumbran mis ojos
y ni voz está con ellos como el aire en que viven.
 
No me importa la muerte si es justo mi combate.
Por el amor no por el odio he de sobrevivir.
Yo canto en las matanzas, yo bailo
junto al fuego, yo construyo
mi país con palabras.

***
Washington Delgado (Cusco, 1927-Lima, 2003)

sábado, 6 de abril de 2024

julia wong / año del cangrejo











No aparezcas más, Cangrejo
Tus pinzas aprietan mi encéfalo y mi peritoneo
Seduces nuestros ojos nublados de ciudad.

Vagamos en el sueño que tu hambre dibuja.
El mundo es frío, desvaído y me avasallas
en tu ola. Avanzas hacia atrás: un camino seguro.

Los que no pueden ver los amaneceres en Pisco
estremecerse lentamente en la hojarasca
ni los crujidos que se retuercen bajo las piedras

Los que no oyen tu rumor cuando enrojece el cielo
no saben que tuyo es el reino de este tiempo.

Ulula tu sombra en los Vecindarios,
se asombra de tu rostro el panadero, las flores
y los códigos susurran tu danza

Amanezco, voy al doctor, con su usual santidad:
Me peso con ternura, siento el gélido vocablo
estallar entre mis labios, la siento con su volumen
de ganglio revueltas bajo el pavor y el cansancio.

No sé por qué la lengua vibra: cáncer es
un símbolo de amor. El mejor signo del zodiaco.
Dice 1 horóscopo de mil:

“Representa las altas y bajas emocionales que se
mueven como el cangrejo y que finalmente se
esconden en su caparazón. La maternidad, los partos,
el amor maternal, la familia, la patria, la casa, la
cocina, las masas, las mujeres, los ríos, el sentimiento
y la imaginación”.

He imaginado al mundo sin casa, sin amor, sin familia,
sin patria, sin cocina, sin masa, sin hombres, sin río
ni serpiente ni estrella
y es allí donde aparece el Cangrejo
elevando su tenaza, sosteniendo su caparazón.

Nada más estúpido: llamar cáncer a un malestar
que usa el dolor para manifestarse
cuando es un crustáceo con muchas patas.
La falta de rio, la falta de río me mata.
Nadie lo sabe. Ya tengo un río cerca de otra casa,
de otra patria donde soy menos amarilla,
menos negra. Más legal.

Pago mis impuestos y respetan los horarios del
Intestino Dorsal-simetría de la paz
ansiosamente buscada- en cada visita al consultorio
salgo menos mujer y más una ficha médica
con un código que recibe indicaciones.

Esa no soy yo, ese linfoma no es mío
Ese cáncer es de la señora que acaba de pasar
Del joven que huye a ver a su enamorada
Del heladero solitario que cruza el parque
De Susana, mi mejor amiga de la infancia.

Quisiera devolverle señor su patria, su familia,
Sus panes calientes, sus torrejas de atún
Sus juguetes de plástico, sus adornos
made in china devolverle su ilusión de tener
un barco camino a Venecia.

En la sala de espera, las moscas se retuercen
alrededor de los oxidados ventiladores. Los pacientes
Aguardan. Titilan anaranjados faroles. Nadie posee
calma.

Sueñan otra Venecia, no con su familia. El viaje de sus
cuerpos
estallando en otras aguas, de repente
solitarios errando en otra ciudad.

No saben amasar pan ni cortar algodón para hacer
oraciones
Es quebradizo y telúrico este tiempo
Incendios, caos, vidas convertidas en códigos.

Es el tiempo de un crustáceo que pudre los cuerpos
Ya perdí un pedazo de mí , hilachas de tumores,
dos huevos, dos ganglios

Muchas radiaciones y muchos presidentes
Sin comprender el cuerpo ni la dicha del hombre
        Ni el cuerpo ni la dicha de la mujer
        Ni los cuerpos de arena
        Ni los gladiolos en Guerra en Ucrania
        Ni la convulsión de nuestra mente
                                    mirando el Amanecer.

Entonces construyen un dron que sea capaz de
aniquilar la Historia

Todo estalla. Subes la luna del taxi. Los koalas maman
fuego,
            se incendian en su inocencia
Su inocencia es un puñado de hojas rosadas flotando en el
            asfalto
Sucumbimos ante un pie de limón lleno de azúcar
mortal
y ante un amigo que nos dibuja
una felicidad perfecta para cerdos con crayolas
            -la dulce vida-
el Cangrejo se llevará la casa, los hijos, la mujer , los
hombres buenos, los besos, el pan, las torrejas de
maíz, las arepas, los alfajores
            y nuestros huesos sin abrazo.
Ni siquiera servirán de alegoría para los
embriones que
                    hoy se ondulan en una noche de
fiesta
                    estallarán buscando
                   latas frías de cerveza frente a un
                    atardecer ocre.

Huelo el pasto de la ciudad, sus gritos.
Se desvanecen los rumores del tráfico.

Ellos serán embestidos por una manada de canguros
sin hijos
Enloquecidos en su desesperada búsqueda de agua
Aferrados a dioses y sueños Extraviados de sí mismos
Que regentan los drones dirigidos por otros príncipes
del desierto.

Del último hielo
                    Vendrá la escritura de Siberia que
dice
Tara, mi amor, Tara diosa de la verdad y la belleza
                    No dejes que el imperio de la
química me
                    subsuma en su basurero glaciar
                    Y un cangrejo pequeñito, jocoso y
voraz
                    como una rosa
                    será el único sobreviviente
                    de la especie.

***
Julia Wong (Chepén, 1965-Lima, 2024)