miércoles, 31 de marzo de 2021

mario luzi / abril-amor













El pensamiento de la muerte me acompaña
entre los muros de esta calle que sube
y pena en todos sus retornos. El frío
primaveral irrita los colores,
enrarece a la hierba, a las glicinas, casca
la piedra; bajo capas e impermeables
punza las manos secas, estremece.

Tiempo que sufre y hace sufrir, tiempo
que en claro torbellino trae flores
junto con crueles apariciones, y todas
—mientras te inquieres que pasa— desaparecen
con rapidez entre el polvo y el viento.

Se camina por parajes conocidos
pero irreales ahora
prefigurando el exilio y la muerte.
¡Tú, que eres; yo, que he llegado ser,
que merodeo en tan ventoso espacio,
hombre tras una huella fina y débil!

Es increíble que yo te busque en éste
o en otro sitio de la tierra, donde
apenas podríamos reconocernos.
Pero hay todavía una edad, la mía,
que espera de los otros
eso que está en nosotros o no existe.

El amor ayuda a vivir, a durar,
el amor anula y da principio. Y cuando
el que sufre o desmaya espera, si aún espera,
que un auxilio se anuncie desde lejos,
está en él, basta un soplo para suscitarlo.
Lo he aprendido y olvidado mil veces,
por ti resulta ahora algo muy claro,
ahora adquiere viveza y verdad.

Mi castigo es durar más allá de este instante.

***
Mario Luzi (Castello, 1914-Florencia, 2005)
Versión de Guillermo Fernández

/

Aprile-amore

*

Il pensiero della morte m’accompagna
tra i due muri di questa via che sale
e pena lungo i suoi tornanti. Il freddo
di primavera irrita i colori,
stranisce l’erba, il glicine, fa aspra
la selce; sotto cappe ed impermeabili
punge le mani secche, mette un brivido.

Tempo che soffre e fa soffrire, tempo
che in un turbine chiaro porta fiori
misti a crudeli apparizioni, e ognuna
mentre ti chiedi che cos’è sparisce
rapida nella polvere e nel vento.

Il cammino è per luoghi noti
se non che fatti irreali
prefigurano l’esilio e la morte.
Tu che sei, io che sono divenuto
che m’aggiro in così ventoso spazio,
uomo dietro una traccia fine e debole!

È incredibile ch’io ti cerchi in questo
o in altro luogo della terra dove
è molto se possiamo riconoscerci.
Ma è ancora un’età, la mia,
che s’aspetta dagli altri
quello che è in noi oppure non esiste.
L’amore aiuta a vivere, a durare,
l’amore annulla e dà principio. E quando
chi soffre o langue spera, se anche spera,
che un soccorso s’annunci di lontano,
è in lui, un soffio basta a suscitarlo.
Questo ho imparato e dimenticato mille volte,
ora da te mi torna fatto chiaro,
ora prende vivezza e verità.

La mia pena è durare oltre questo attimo.

martes, 30 de marzo de 2021

ariadna vásquez germán / como atravesando ruinas










Cada tres kilómetros en la carretera

vemos un perro muerto.

A casi todos los esquivamos en el camino.

También hay zapatos

y vestidos de niñas abandonados

y es necesario maniobrar

como atravesando ruinas.

Al pie de las montañas cuelgan alfombras de colores,

de esas que le prometí a Marian hace tres años,

cuando visité la isla en un verano.

Aquella vez no las compré.

Ahora tampoco me detengo a verlas

y las vendedoras al borde del camino,

sentadas en sus sillas de guano,

me miran pasar como si conocieran mi deuda,

como si Marian les hubiera contado

alguna tarde, de paso hacia a las Terrenas.

Vamos al velorio de Altagracia.

Hay hombres caminando a ambos lados de la carretera,

están vivos y son flacos,

todos tienen la piel de caña bronceada,

y huelen a hierbas

y a platanares escondidos.

Se arrastran con el torso encorvado de las hienas,

y van guiando a sus caballos.

El cansancio también va con ellos.

Parece que regresan de la guerra.

Aún llueve y llegamos al pueblo.

La calle es de tierra,

hierve.

El lodo parece congregarse en las puertas de las casas.

Su color ocre es un aviso de que la muerte anda cerca.

El tiempo se puede medir entre una mano y otra.

En el velorio,

la muerte es protegida por paraguas.

Hombres y mujeres, escondidos de la lluvia,

cantan a Dios y yo en silencio,

diciéndole sí a Soldileny,

“sí, es cierto que el dominicano no se moja cuando llueve”

y ella a más de doscientos kilómetros de mí,

en la Trece,

abriendo un día más el negocio de su madre muerta,

mientras en el pueblo las mujeres se cubren los cabellos

bajo la ternura de los paraguas cojos,

hay uno rojo, otro de rayas verdes,

y bajo ellos se canta,

se cierran los ojos con dulzura

para que no se quede la desdicha en los aposentos

y se vaya la muerte más al sur, a otros campos lejanos.

Se canta hosanna oh señor

como invitando a los ángeles a bajar a la enramada,

a besar y bendecir a Altagracia,

con ese tono agudo de los que piden ayuda,

y así se canta

porque además las voces alejan la desgracia,

e incluso la lluvia va desapareciendo,

también la mirada va desapareciendo.

De camino al panteón

una niña dice que Altagracia sabía cómo ayudar a la gente.

Regresamos unas horas más tarde a la ciudad.

Al llegar a la casa de mis padres

en la ducha

canto hosanna sin querer.

Luego sueño:

Altagracia camina junto a una muchacha triste.

Levanta unos perros muertos de la carretera.

Uno por uno los va colocando con cuidado sobre alfombras de colores.

***
Ariadna Vásquez Germán (Santo Domingo, 1977)

lunes, 29 de marzo de 2021

julieta arella / de "galateica"












La noche de las horas

 

Martes, 9:00 a.m.
 

Aún no me levanto. La luz no volvió desde anoche. También se llevó mis ganas. La angustia me cuelga como un anzuelo. Es preciso morir cada día. Es un esplendor la tristeza. Me introduzco cómoda en sus afanes de persistencia. Siento un rayo de esperanza al ver las maticas que salen por encima del concreto, resistiendo, naciendo por nacer, por ver la luz nuevamente. Es cierto que el mundo está jodido, pero ningún militar ha venido todavía a vaciarnos la cabeza de concreto.

 

Miércoles, 6:00 a.m.
 

Quitaron la luz temprano, no pude hacer el desayuno. Tampoco hay gas ni agua. Él se fue a buscar comida, ha tardado mucho. Yo me quedé mirándome al espejo. Me pienso siendo otra. Derechita. La panza adentro. Pierdo el tiempo escribiendo tonterías. Me peino. Me maquillo para no salir. Me pongo la ropa de fiesta que nunca uso. Intento quererme. Intento sobrevivir.

 
 
Jueves, 1:10 p.m.
 

La luz se volvió a ir, apenas vino por dos horas. Si no existieras, mi amor, el tiempo se detendría.

 

Viernes, 4:20 p.m.


Salí de casa a caminar, la luz no regresa y me atormenta que dependa de ella para trabajar. Hay una alegría melancólica en caminar durante mucho tiempo viendo rostros. Demonios, ninfas. De andar como la que siempre calla. La sanguijuela maldita, que no puede apartar de usted el corazón. Hay una alegría natural en estar sola. En escucharse los pensamientos a falta de papel, torturarse en la angustia. En el mismo dilema. Sin dinero y sin labios. Como loca. Llegar a casa y bañarse con agua fría, llorar en la ducha y acurrucarse en el suelo. Masturbarse en el corazón de la tarde. Y recordar hasta dónde hemos sido felices, hasta donde la amada se salía del cuerpo como luz. Debemos recordar. Otro olvido puede que sea la muerte.

  

Sábado, 10:30 a.m.
 

Lo único que queda es leer todo el día, hasta que la luz regrese. Nos volvimos tan básicos, nos alegramos con tener al menos agua para lavarnos la culpa de la desidia prestada.

 

Domingo, 8:40p.m.

 

Sin luz. Hablé con él hasta la madrugada. Nuestros cuerpos iluminaban la habitación. Nos quisimos mucho. La oscuridad fue toda nuestra.
 


Lunes, 6:30 a.m.

 
Me levanto temprano. Pero la luz se fue antes de mí. Trabajar nunca había sido tan difícil. Estoy agotada. Desde hace semanas duermo cuando no hay luz. Despierto cuando ella regresa. Nos han quitado hasta la naturalidad del día y su noche.
 


Martes, 5:35 p.m.
 

Pienso en qué haría mi madre, estas seis horas que se vienen sin luz. Limpio toda la casa en su nombre.


 
Miércoles, 7:15 p.m.

 
Hicimos el amor hasta la medianoche. Luego la luz llegó como si nada.

 

Jueves, 8:10 a.m.


Ni siquiera el sexo puede salvarnos. Ni los hijos. Ni el amigo. Ni el amante puede salvarnos. Resistencia. Hoy canto a la resistencia de los amaneceres sin sentido. Llegarán días en que nos beberemos el universo a sorbos. Días de internet. Días de luz sin fin. Días felices de grandes creaciones. Días de banquetes. De indigentes con trajes y dinero en efectivo.

 

Viernes, 6:30 p.m.

 
Leí hasta que el sol lentamente se despedía de mí «entre líneas que ya no alcanzaba a ver». Agradecía que al menos tuviéramos la certeza que el sol volvería mañana.

 

Sábado, 5:11 p.m.
 

Quitaron la luz. Temo que se queme la computadora. Para calmarme, empecé a darle con furia al hula-hula. Mis caderas hoy tenían un impulso nuevo, giré y giré como si volara en un espiral transparente.

  

Domingo, 3:36 p.m.

 
Otra vez un domingo por la tarde triste y sin luz. Este país no tiene reparo. Las ganas de irme se ensanchan. Nos están corriendo, mamá.

 

Lunes, 10:00 p.m.

 
Sin luz. Con hambre. Otro cigarro. Otro miedo que me fumo. Un grito que no sale. Todo es una trampa.

 

Miércoles, 9:45 p.m.


Tenía media vela. Estaba leyendo «El caballo perdido» de Felisberto Hernández. Quería terminar el cuento antes que la vela se acabara. Cuando apenas quedaba una pequeña sopa de esperma en el plato y el rabo de la vela chirriando, a mí me quedaban dos páginas. Empecé a leer rápido en competencia con la pequeña luz. Ella entendió mi urgencia terrible, por al menos concluir algo en esta miseria. Cuando leí la última línea, miré la lucecita débil y ella se apagó avergonzada.

 

Jueves, 8:21 p.m.

 
La vela se ha vuelto loca, he cerrado las ventanas y sigue danzando y no me deja leer. Ella es la única que parece estar alegre.

  

Viernes, 9:15 p.m.


Las velas también están escaseando, compré un velón, al encenderlo pensé en mi abuela, en San Miguel Arcángel, en la Virgen del Carmen. Me supe una santa como todas mis tías.

 

Sábado, 10:11 p.m.


Pienso en mi padre, cuando todo está oscuro.

 
 
Domingo, 11:11 p.m.

 
La luz se fue y no regresó más.

 
***
Julieta Arella (Caracas, 1990) Galateica. Caracas: Fundación La Poeteca, 2019.

domingo, 28 de marzo de 2021

egon bondy / de "realismo total" (más selecciones)











XIX

María me besa
pese a que estamos cansados.

~

XXI

María da a luz en un mes.
"Vamos", le dije
"Curémonos para que estemos un poco felices"
¿Qué le pasa a mi bebé?
No es mío de todas formas.

Me odia aún más que yo a ella,
porque la amo

~

XXII

Mi amor por ti no se detiene en tu vida
si después de tu muerte te amaré aún más
Cuando mueras solo podrás amarme
Lloro con inmensa tristeza
sobre la idea de lo arrepentida que estás
que ya no puedes amarme
Porque aunque no creo en el alma
Es imposible
acabas de morir
Y todo empieza desde el principio
Encontraré a mi niño narciso perdido
Primero empezaré a reconocer tu pelo
Luego miraré debajo de tus párpados
ahora no puedes tocar los ojos con tus dedos
Tus manos son muy infelices
porque no tocan las mías
No te enterraré de inmediato
Quiero ver como apestas
y esparcirte
porque no te mereces nada mas
 
Y luego estaré solo
y abandonado

~

XXIII

Por mucho tiempo tuve sueños terribles
después de hablar con María
Su antigua pareja saliendo del baño con ella
y yo buscándola por todos los pasillos
de algún pub rancio de campo
María tiene siete meses de embarazo
Entonces me curé terriblemente
y cuando quería que me culiara
ella no quiso.

~

XXIV

Estoy tan aburrido
Aburrido incluso en mis sueños
pero no estoy aburrido por inactividad
sino porque todo es inútil.

~

XV - Revolución Rusa

En el trigésimo segundo aniversario 
de la Gran Revolución Socialista de Octubre
Los huelguistas del ČKD Sokolovo cambiaron a estándares duros
La harina se liberó de la explotación atada.
Se publicó un nuevo código penal.
El camarada Kaganovich habló sobre la paz
Tuviste gripe
y finalmente dormimos juntos

***
Egon Bondy (Praga, 1930-Bratislava, 2007)
Versiones de Nicolás López-Pérez

/

XIX.

Marie m ne líbá ačkoli nás to oba unavuje

~

XXI.

Marie má za měsíc rodit
"Pojď" řekl jsem jí
"Opijeme se ať jsme trochu veselí"
Co je mi po dítěti
stejně není moje

Nenávidí mne ještě víc než já ji
neboť já ji přitom miluji

~

XXII.

Má láska k tobě nepřestává na tvém životě
možno-li po smrti tě budu milovat ještě víc
Až umřeš budeš už vůbec moci milovat jen mě
Rozpláči se příšerným smutkem
nad představou jak lituješ
že mne už nemůžeš milovat
Neboť ačkoli nevěřím v duší
je přece nemožné
abys ty umřela jen tak
A všechno začne od začátku
Najdu svůj ztracený dětský narcismus
Nejprve začnu poznávat tvé vlasy
Pak se ti podívám pod víčka
teď lze se očí dotknouti prstem
Tvé ruce jsou velmi nešťastné
neboť se nedotýkají mých
Nedám tě hned pohřbít
chci vidět jak budeš smrdět
a rozsypávat se
protože si nic jiného nezasloužíš
 
A pak budu tak sám
a opuštěn

~
 
XXIII.

Dlouho v noci se mi zdály příšerné sny
po rozhovoru s Marií
Její dřívější milenec s ní obcoval na záchodě
a já ji hledal všemi chodbami
nějaké zatuchlé venkovské hospody
Marie je v sedmém měsíci těhotenství
Pak jsem se příšerně opil
a když jsem chtěl aby se mnou souložila
nechtěla

~
 
XXIV.
 
Strašně se nudím
Nudím se dokonce i ve spánku
ale není to nuda z nečinnosti
ale protože je všechno zbytečné

~
 
XXV. - VŘSR
 
O třicátém druhém výročí
Velké říjnové socialistické revoluce
přešli úderníci ČKD Sokolovo
na tvrdé normy
Byla uvolněna mouka z vázaného hospodářství
Byl vydán nový trestní zákoník
Soudruh Kaganovič promluvil o míru
Ty jsi měla chřipku
a nakonec jsme se spolu vyspali

sábado, 27 de marzo de 2021

carolina o. fernández / emergencia










Ellas no querían cazar la noche Anne Sexton.

Ellas deseaban gozar, disfrutar la noche, días de sombra

luz y oscuridad.



María Jimena iba a clases de pedrería en la comisaría de Canto Rey / María Jimena 11 años / disfru-taba abalorios diurnos/ divertimento en su nuevo portalápices y su morral,

en sus mundos imaginados y prendas de vestir / Aquí, donde quieren matar los sueños pero no po-drán arrancar tu voz / voz que vacía las entrañas María Jimena, aquí estamos / vela encendida.



Si supieras Felipe Guaman Poma que aún

la absurda arrogancia de poseerlo todo

gobierna el mundo,

acorrala a las niñas

y con la fuerza del odio de dios

violan y asesinan



                                      (“el padre Alvadán desnudaba a su hija y le miraba el culo y el                                      coño y le metía los dedos, y en el culo le daba cuatro azoticos, 

                                                 cada mañana le hacía a todas las solteras (…) un fiscal  

                                                            atestigua que un padre verdugo lo castigó porque

                                                            tenía una india amancebada en su casa y cocina,

                                                                   y así la tuvo; y después de haberle castigado

                                                 le pidió una hija suya, que tenía y la dijo que más honra

                                                  tenía que fuese mujer del padre y no de un indio hatun

                                                  luna tributario y se llevó a la hija doncella y la desvirgó

                                                                      a la fuerza; y después de esto tornó a pedir

                                                                                                           a su hermana…” F.G.P.)



Aquí estamos viajero, en el matadero,

continuamos navegando contra la corriente

siglo tras siglo.

Aquí donde quieren matar los sueños

pero no podrán arrancar tu voz

aquí estamos apátridas

hierba encendida



Vicki Beatriz Quispe Hallasi 25 años, natural de Juliaca/ quemada con agua hirviente

en San Juan de Oro por Nicolás Albert Ccuno Perca /fue en la madrugada de un día

que dios no estuvo enfermo./ Ella preparaba el desayuno en un cuarto alquilado / ella lo amaba.

¿Amor? ¿Temor a la soledad?/ a la soledad de la noche?/ Soledad helada en las alturas de Juliaca /soledad agobiante del trabajo a destajo.

Prefería abrigarse en la cocina, preparar sangrecita para comensales de ensueño/ prefería preparar el thimpo de Carachi a base de pescado, olorosa muña y chuño entero / Así lo conoció, saborea-ron juntos vibrantes viajes/ todo cambió desde que empezó a sumergirse en la oscuridad y frialdad minera; la sorprendió arrojándole el agua hirviendo / al oído/ al cuello / al omóplato / al pecho que ayer mimaba con sus besos.



Rosa Andrade Ocagane, 67 años, mujer sabia de los pueblos resígaro y ocaina, /natural de Nueva Esperanza y Pebas en Loreto / Un 25 de noviembre de 2016/ te pienso y te imagino hermana Rosa /navegando y cantando contra la corriente en el río mas grande del mundo/ un 25 de noviembre el cuerpo de Rosa Andrade fue encontrado acribillado, torturado / autoridades de la comunidad resí-garo encontraron y entregaron al asesino que quería matar tu canto / la fiscalía provincial de la repú-blica y su “democracia” también quisieran matar tu canto hermana/ para el tribunal de la república/ la vida de Rosa Andrade no vale absolutamente nada.



Eyvi Liset Ágreda Marchena, 22 años, empleada de service /natural de Cajamarca, quemada en un bus de la línea 8 / entre la Av. 28 de Julio y Paseo de la República

ironía de dios pater

Eyvi fue quemada una mañana que dios no estuvo enfermo/ dios no estaba enfermo/ dios arrojó gasolina e incendió la vida de Eyvi / dios arrojó gasolina a Juana Mendoza/ cuantas veces pidió a su madre y su hermana que la esperaran que no la dejaran sola /cuantas veces intentó denunciar.



                       Han matado la vida

                       La luna el sol

                       Han matado a Eyvi

                       22 años

                       sueños incumplidos

                       señorita

                       22 años mi hija.



Ausencia que hace llorar a la madre / a las muchachas del barrio de la hermosa región de Cajamarca /allí donde se padecen los secuestros /cuarto de rescate con ondulantes nubarrones.



Han matado a Eyvi /A Olinda Arévalo / la abuela sabia del pueblo Shipibo-Konibo / A la pequeña Jimena de apenas 11 años / Sus vivaces ojos negros reflejan la profundidad de la noche / vela en-cendida en trinar de pequepeques.

Sueños tercos,

los sueños de Olinda,

de Eyvi,

los tuyos, los míos

son rotundamente tercos,

se multiplican,

se reencuentran en las pequeñas

y grandes palabras,

nos entrelazan,

se visten con ropa limpia.

Saben a mandarina,

a racimos de vid.



Saben a la vida vestida de enjambres violeta

y vibrantes océanos



Ellas no querían cazar la noche Anna Sexton,

ellas deseaban gozar la noche

días de sombra, luz, oscuridad.



Hoy, al borde del naufragio y esta llama que no se apaga/ Esta llama que arde, que destroza y enca-brita. /Esta llama en el cuerpo de Eyvi, de Jimena / En mi cuerpo, llama, muralla gigantesca que zar-pamos en esta república encarnada en el gran falo, del capitalismo y sus secuaces,



en esta gran prisión de niñas y mujeres

en esta gran prisión de trabajadorxs



En ti observé lo que tienen de enigmático los tiranos, decía Kafka



Hoy necesito una poco de sombra,

la sombra que siempre me aguardaba

hoy también se fue.


***
Carolina O. Fernández (Lima, Perú)

viernes, 26 de marzo de 2021

lizabel mónica / selección de textos













Voz



Entrada

Hay palabras vulva. Se esconden y se arrastran por los agujeros.

De hilo a hilo no va nada, sólo nudos. Amarres productos, amarres dimensionales, amarres bala.

La aguja adquiere la relevancia de su paso por los agujeros.

La aguja es su paso por los agujeros.

La aguja es una historia potencial. Aún antes de horadar espacio alguno.

La aguja no es, sino los agujeros.


Aguja

Laurie dice: “No mata la bala, es el agujero”.

Había un agujero antes de dispararse bala alguna.

Hay un agujero. No mata la bala.

(No mata el agujero o la bala.)

No existe el agujero receptor. El agujero fluye, es una zona cóncava, plana o elástica a conveniencia. No a conveniencia del portador de agujero –un portador de agujero es siempre y antes un portador de aguja(s)–; no a conveniencia del canalizador de bala(s)… A conveniencia de una confluencia dada tal vez, del encuentro acontecido en otra parte (no en el cuerpo del portador de agujero, no en el cuerpo bala), no se sabe bien dónde –no se sabe dónde por lo general–, porque la sustancia del encuentro es siempre el elemento –¿la baraja?– menos visible.

No mata el agujero o la bala.

Entonces pues, lo que mata es la visita.

 
Entrada

El recorrido. A través de los agujeros. Es lo que irá describiendo direcciones o no, pero que dejará defunciones y/o nacimientos a su paso. A la manera en que cualquier forma de vida describe una trayectoria.

Habría que ocuparse pues, de los sucesos, no de la sucesión. Habría que particularizar en los agujeros.

Y hay palabras vulva. Diseminadas. Por doquier.

Tienen la intuición y la condición del agujero. En este y muchos otros sentidos, se podría convenir con Sartre cuando dice: “Semi-víctimas, semi-cómplices, como todo el mundo”. (Frase colocada por Simone en su libro El segundo sexo. La experiencia vivida). La incisión fría de nuestra lectura –una aguja, cual herramienta usada para el análisis ginecostétrico, es siempre pieza de metal– es llevada a cabo en la segunda zona de la frase: “…como todo el mundo”, dice Simone que Sartre dice. Es nuestro cuerpo, nuestra experiencia, quien se coloca en tela de juicio. Simone habla (de) Simone desde Sartre. Sartre habla (de) Simone desde Sartre. Simone utiliza la referencia para autoenunciarse desde el otro. Hay un juego de máscaras, pero en definitiva, un zurcido. Hay un incidir sobre lo propio con la frialdad aparente y siempre extraña de una tercera mirada. Ni Sartre ni Simone. Tampoco el tercer ojo. Horadar a través de la aguja/ realizar la tensión del hueco produciendo otro hueco: el hilo no es un puente ni es nada. El hilo es la sustancia finita que aparenta sostener la ausencia.

El hilo una excusa.

Una vestidura para engañar al ojo.

Ni siquiera como mapa, el destejido es inútil desde el hilo. Ha sido el hilo, pero han sido también los engañosos nudos, la huida. El empate. La emergencia. Se teje desde una estancia inmóvil pero ilocalizable. Se teje. Allí el tránsito es imprescindible, de hueco a hueco, como a horcajadas: sobre nuestras cabezas, las armas vacilantes de los hombres. Sobre nuestras cabezas. Sobre nuestras cabezas. (Mi cabeza no es la cabeza de más nadie, sin embargo. Pequeñísima cabeza de alfiler.) Es la aguja la visita. (La aguja no arroja líneas, sino cortes.) La aguja, como de hermana a hermana, incita. Las hermanas perdonan, hacen vista gorda. Para las faltas. Ortográficas y silábicas, táctiles y enunciadas. Y la aguja corta entonces. Para terminar ellas mismas, parcas, el destino, otra vez y falazmente. Librarse por un segundo, con un nudo, con un tijeretazo, con un cambio de tela, con el murmullo reconocible y seco de la superposición de texturas, de la incertidumbre.

Simone horada el cuerpo femenino de Simone desde la boca (de) Sartre. Y no sabemos bien –¿acaso Simone podía / quería saber?– cuál es la naturaleza de la visita. Sin embargo, la marca ha sido hecha. Otra vez ha sido “hecho”, a través de la aguja y su frialdad convenientemente antiséptica, convenientemente presentable, la reiteración del agujero. Como un antifaz tras el antifaz tras el antifaz, la persistencia de la costura, su obstinación, consiste en salir del encasillamiento de superficie poniendo en práctica la polisemia del encasillamiento. La costura es invisible para el que no ha hecho uso de la aguja sobre las vestiduras. Quedan entre las manos, en el tejido de la piel que hizo contacto con la pequeñísima herramienta metálica, las historias del cosido, las ilaciones abortadas, las rupturas, el entrecruzarse, el azar descrito por los nudos. La aguja calla más que dice. La aguja juega a ocultar. Y sobre todo juega a que desconoce el agujero y sus entradas.


Nudo

una mujer
una mujer es una mujer es una mujer es un blumer es una sayasosa babosa planta sobre piernas cúbicas y destituidas líneas del frente englobo hinchados poticocos es una baticasa es un campo heredado para cosechas de hijos es una santa es una apalea da da y todo se lo debemos a ella 


Nudo

Cariño, ¿ya diste de comer a los niños? Cariño, ¿ya diste de comer a los niños? Cariño, ¿ya diste de comer a los niños? Cariño, ¿ya diste de comer a los niños? Cariño, ¿ya diste de comer a los niños? Cariño, ¿ya diste de comer a los niños?

***
Lizabel Mónica (La Habana, 1981)

jueves, 25 de marzo de 2021

heriberto yépez / de "contrapoemas"










un golpe seco
–como el de un gato
planchado por el tráfico.
“UN VAGO SE TIRÓ DE UN PUENTE” y falló.
Nadie lo vio embarrado en el pavimento
debajo del Puente Constitución.
Nadie
vio al bulto
–excepto un perro sarnoso que huyó
despavorido–
ni la madrugada telefoneó
a ninguna de sus ambulancias.
El magullado se arrastró solo
por la escalera
mordiéndose
los dedos para no gritar
no el dolor del alma, pues no tiene
alma, sino
la desaparición de sus huesos
(cada uno de ellos no tiene una, sino
varias pulverizaciones).
El hombre tardó treinta minutos en arrastrarse
de nuevo
arriba del puente.
Cuando se aventó por segunda vez
esta vez murió
APLASTADO
por un trailer
que no lo vio
debajo del Puente Constitución
Vaya dolor, vaya manera de no querer seguir aquí, ¿por qué? ¿Por qué se tiró el vago? y se tiró dos veces, no puede haber duda: le urgía morir. Por lo demás, a nadie importó, hasta ahora nadie lo ha comentado, ni en la oficina, ni en la calle, ¿será porque ni alma tenía?
¿Yo tendré alma?
¿Qué verá Heriberto en las calles de su natal Tijuana? ¿Qué lo moverá a plasmar el dolor de manera tan lenta y cándida? Nadie se arrastra treinta minutos con el esqueleto despedazado, a no ser que haya que salvar el pellejo.

~

Después de atrapar al ilegal
lo metieron a un lugar
donde no le dieron agua
en un día y medio
temiendo que alguno
de sus compañeros hacinados
quisiera golpearlo para
confiscarle
los miados
no le dieron agua
en dos días
no le dieron agua
. . . .
“no te preocupes
muy peores desiertos he visto”

Así de simple, así de terrible puede ser la sed (la sed de todo lo que no se tiene). Puede erigirse ante nosotros como un roble siniestro y confiscarnos el habla.

Ser ilegal en el planeta tierra. Ser ilegal ante Dios. Ser ciudadano del desierto.

Nacionalidad: Desierta (sin derecho a tomar agua)

De dónde nos vendrá todo esto, de dónde tanta ilegalidad en la existencia.

***
Heriberto Yépez (Tijuana, 1974)

miércoles, 24 de marzo de 2021

pier paolo pasolini / reglas para una vida inventada









Aun en trance, viviéndola totalmente fuera de sus límites,
como un ratón que busca, salido de su agujero,
aun en ese caso, la vida se refleja en sí misma;
y es inútil ser santos; se vuelve a masticar el mismo bocado,
nos revolcamos en el mismo fango, si es cuestión de fango.
Seguí adelante, mientras el universo se volcaba en mi vida.
No sucedía nada, en realidad,
porque yo estaba al mismo tiempo ANTES y DESPUÉS de esa historia
que hacía de aquel atento observador un muchacho pobre,
destinado como un perrito a precoces experiencias,
tiernamente sediento de ganancias.
El aire volvió a dominar con sus cosas de aquí
que eran los signos del universo: un vago olor de verano
en el agua; en las piedras antiguas. Luego fue la costumbre
la que condujo al animal a su madriguera: donde ahora se encuentra.
Querría decir a ese pequeño fantasma, lleno de la esperanza
con la que un caníbal observa a su víctima:
"Rebélate contra tus malditos patrones, sobre quienes
deberías saber muchas más cosas que yo"; y en cambio
pienso que aquella boca no sirve para otra cosa
que para besar. Castidad e incontinencia son la misma cosa
para quien se ha salido de la vida para reencontrársela después;
pero es lindo estar en trance, aunque sea inútilmente.

***
Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922- Ostia, 1975)
Versión de Jorge Aulicino

/

Regole per una vita inventata

*

Anche in trance, vivendola tutta fuori da suoi limiti,
come un topo que cerca, uscendo dalla buca,
anche in tal caso, la vita si rispecchia in se stessa;
ed è inutile essere santi; si rimastica sempre lo stesso boccone,
ci si rivolta sempre dentro lo stesso fango, s'è questione di fango.
Gli passai davanti, mentre l'universo si rovesciava nella mia vita.
Non succedeva niente, in realtà,
perché io ero insieme PRIMA e DOPPO quella storia
che faceva di quell'attento osservattore un ragazzo povero,
distinato come un cagnolino a precoci esperienze,
assetato teneramente di guadagno.
L'aria riprese a dominare con le sue cose di qui
che erano i segni dell'universo: un vago odore d'estate
nell'acqua; nelle pietre antiche. Poi fu l'abitudine
a condurre l'animale nella sua tana: dove ora si trova.
Vorrebbe dire a quel piccolo fantasma, pieno della speranza
con cui un canibale osserva la sua vittima:
"Ribellati ai tuoi maledetti padroni, su cui
tu dovresti sapere tante cose più di me"; e invece
penso che quella bocca ad altro no serve
che a baciare. Castità e incontinenza sono un'unica cosa,
per chi è uscito dalla vita, per ritrovarsela davanti;
me è bello essere in trance, anche se inutilmente.

martes, 23 de marzo de 2021

elsye suquilanda / cuatro poemas













Cucarachas sobrevivientes after muro


Infierno
Perdón
invierno del 2009
menos 21 grados
calles congeladas
miles de caderas descaderadas
piernas rotas
brazos en posición desposesionada
 
abrigo sin cierre
cebollita style
neumonía
quiere que la haga mía
me besa
mientras me bebo una cerveza
Pata de perro 
me pide que no lo deje
que filme sus anécdotas que el río congela
El papel higiénico como la bufanda de Tatiana
me envuelve los orificios inacabables de mi nariz de palo
Los dedos se me caen
Tocan fondo
La cámara se infarta
nos deja su último respiro
el celuloide huye en metro
la nieve lo atrapa con cinco metros por encima de su cabeza
Cucarachas sobrevivientes pasamos la prueba
Un mal cambio de aceite en la temperatura
Le bajó la frialdad                                                               
 
~

Alcachofa time

 
En una de las piscinas de mi mente cuerpo inerte en movimiento
suspendido en el limbo
venas largas me ata la respiración
me infla los glóbulos terráqueos
 
~

Musiquita para un vertebrazo dominical

*

Agárrate de Marte
Saturnéa el esqueleto
Dj Mercuria
Toca Tierra
Pégate un pasito Urano
Jupitéa Jupitéa Jupitéa
Neptunea la imaginación
Ponle salsa a la meditación
Con saltashpa sal de la depresión
Venus vals en tu corazón
                                                                                  
~

Huacos ahuyentando malas energías

*

Ventanales
y sus largas orejas
césped
cresta punkera
Gallinas
y su cloqueo terráqueo
invocan
Un trago con la luna rosada
El fuego se eleva
hasta los horizontes
de lo inacabable                                           
Se debilita la angustia
el dolor desaparece
el maizal es morfina
cada grano es un café por las mañanas
sus hojas dialogan con los glóbulos rojos
nunca más estará sola
 
***
Elsye Suquilanda (Quito, 1979)

lunes, 22 de marzo de 2021

peter orlovsky / rpimer poema










Un arco iris chorrea por mi ventana, estoy electrizado.
Las canciones estallan desde mi pecho, todo mi llanto termina, mistoria llena el aire.
Busco mis sapatos debajo de la cama.
Una gorda mujer de color se convierte en mi madre.
Todavía no tengo dientes postizos. De repente, diez chicos se sientan en mi regazo.
La barba me crece en un día.
Bebo una botella de vino entera con los ojos cerrados.
Dibujo sobre papel y siento que soy dos otra vez. Quiero que todos me hablen.
Vacío la basura sobre la meza.
Invito a miles de botellas a mi cuarto, las llamo escarabajos.
Uso la máquina de escribir como almohada.
Una cuchara se transforma en tenedor ante mis ojos.
Los vagabundos me dan todo su dinero.
Todo lo que necesito es un espejo para el resto de mi vida.
Mis rpimeros cinco años viví a sopa de pollo con poca panceta.
Mi madre mostraba su cara de bruja por la noche y contaba el cuento de Barbazul.
Mis sueños me elevaban sobre la cama.
Soñé que saltaba dentro del caño de una pistola para pelear con una bala.
Me encontré a Kafka y saltó por encima de un edificio para escapar de mí.
Mi cuerpo se volvió azúcar, vertido en el té descubrí el significado de la vida.
Todo lo que necesitaba era tinta para ser un chico negro.
Caminé por la calle buscando ojos que acariciaran mi rostro.
Canté en los ascensores creyendo que iba al cielo.
Me bajé en el piso 86, caminé por el pasillo buscando culos frescos.
Mis acabadas se convierten en un dólar de plata sobre la cama.
Miro por la ventana y no veo a nadie, bajo a la calle, miro a mi ventana y no veo a nadie.
Así que le hablo a la boca de incendios, le pregunto: “¿Tenés lágrimas más grandes que las mías?”
Nadie alrededor, meo en cualquier parte.
Mis cuernos de Gabriel, mis cuernos de Gabriel: desplieguen las alegrías, mi júbilo gay.

Nov. 24, 1957, París

***
Peter Orlovsky (Nueva York, 1933-Williston, 2010)
Versión de Griselda García

/

Frist poem

*

A rainbow comes pouring into my window, I am electrified. 
Songs burst from my breast, all my crying stops, mistory fills the air. 
I look for my shues under my bed. 
A fat colored woman becomes my mother. 
I have no false teeth yet. Suddenly ten children sit on my lap. 
I grow a beard in one day. 
I drink a hole bottle of wine with my eyes shut. 
I draw on paper and I feel I am two again. I want everybody to talk to me. 
I empty the garbage on the tabol. 
I invite thousands of bottles into my room, June bugs I call them. 
I use the typewritter as my pillow. 
A spoon becomes a fork before my eyes. 
Bums give all their money to me. 
All I need is a mirror for the rest of my life. 
My frist five years I lived in chicken coups with not enough bacon. 
My mother showed her witch face in the night and told stories of blue beards. 
My dreams lifted me right out of my bed. 
I dreamt I jumped into the nozzle of a gun to fight it out with a bullet. 
I met Kafka and he jumped over a building to get away from me. 
My body turned into sugar, poured into tea I found the meaning of life 
All I needed was ink to be a black boy. 
I walk on the street looking for eyes that will caress my face. 
I sang in the elevators believing I was going to heaven. 
I got off at the 86th floor, walked down the corridor looking for fresh butts. 
My comes turns into a silver dollar on the bed. 
I look out the window and see nobody, I go down to the street, look up at my window and see nobody. 
So I talk to the fire hydrant, asking "Do you have bigger tears then I do?" 
Nobody around, I piss anywhere. 
My Gabriel horns, my Gabriel horns: unfold the cheerfulies, my gay jubilation.

Nov. 24th, 1957, Paris

domingo, 21 de marzo de 2021

jan kerouac / hey, jack!










¡Hey, Jack! ¡Hey Jack! ¿Sos vos?
Soy Jan Michele, tu hija.

¿Te acordás?
Soy tu hija, ¿te acordás?
Creo que nos cruzamos dos veces en el Stew Pot.
Sí, soy yo.
Me gustaría hablar con el gato que me engendró, ¿entendés?
Escuché tu voz viajando por la línea
Desde el negro universo telefónico
Y me sentí como Víctor, el perro del aviso de RCA.
Sí.

Oh, ser un alegre Chico Loco de vuelta en las brumas de la inocencia
Un Beat que todavía se incuba en el útero inmaculado del Beathood
Donde los únicos espectros de la muerte eran “dos gatos calvos
Que podrían tocar un botón y volarnos a todos ya mismo de acá!”
Y ahora, esas payasadas imaginadas de Jruschov e Ike
Se disolvieron hace tiempo en el suero de la historia.
Inmortalizadas por Mad Magazine
Que yo solía robar en la tienda de dulces de la esquina
Bombas de hidrógeno representadas en tantas caricaturas
Se han convertido en la misma caricatura, o a lo sumo la unidad mínima
De la potencia del fuego nuclear en la Tierra.
Nadie parece darse cuenta, pero te voy a contar un secreto:
La bomba de hidrógeno, me parece, es el secreto éxito de Japón.
Sí.

Si una de esas dulces y Beatíficas Chicas de antes
Se hubiera levantado y profetizado esto hace tres décadas
Un fanático iraní habría retenido a todo el mundo editorial como rehén
Si alguna hubiera dicho
Que habrían bandas de narcotraficantes haitianos agrupados en Kansas City
O condones anunciados en la televisión
Virus de computadoras
Agujas distribuidas en las esquinas
Si se hubiera atrevido a sugerir
Que a finales de los 80

Los soviéticos serían más pacíficos que los estadounidenses
Y que habría un gran agujero en la capa de ozono
Debido a las latas de aerosol
La hubieran metido en una camisa de fuerza
Y encerrado en un manicomio.
Y allá, en el loquero,
Podría haber escrito una monstruosa obra de fantasía y ciencia ficción
Para hacer que “1984” de George Orwell parezca “El Mago de Oz”.

Ah, mi pobre padre
Era todo un Bebé Grande cabeza de chorlito
Demasiado colgado para existir en este mundo de miedo geométrico
Demasiado animal con cabeza de santo
Demasiado animal con capucha de santo
Era demasiado santo para arrastrarse entre esos laberintos de ratas de hormigón de pensamiento tortuoso.
Lo sé.
Soy el mismo tipo de Bebé cabeza de chorlito.
Porque puedo sentirlo en mis huesos
Estoy llegando a conocerlo.
Estoy llegando a conocer al Pequeño Bebé Azul desde adentro hacia afuera.

Corriendo hacia abajo, cayendo en la torpe locura
Sobre Madison Avenue hasta Manhattan
Helándome en el frío cruel, me envuelvo como un árabe
Sombrero azul y bufanda cual velo y, en el apuro,
Veo fugazmente las vidrieras de las tiendas.
Me veía como una Tuareg loca o un miembro de la tribu Bereber del Sahara
Yendo a toda velocidad inclinada sobre un caballo
O tal vez incluso un camello
Pero en el viento frío de la ciudad.
Acá al otro lado del Atlántico
Lo que me recordó a la antigua casa, hundida
De madera de deriva continental
Desayuno continental.

Ah, los humanos debemos ser bastante resistentes
para amontonarnos por todo este viejo y pobre globo, una y otra vez
Fuertes, como dinastías de cucarachas
En esos conventillos donde yo solía vivir.
¿Te acordás, Jack?
Viniste a visitarme.

Apuesto a que no viste ninguna cucaracha
No, estabas demasiado borracho.
Bueno, todo bien.
De todos modos,
Decís,
Todos sus padres usaban sombreros de paja como W. C. Fields
Bien,
Desearía poder decir lo mismo
Pero, como ves,
Mi padre era el hombre invisible
Pero no voy a usar eso en tu contra.

***
Jan Kerouac (Albany, 1952 - Albuquerque, 1995)
Versión de Camila Evia

/

Hey, Jack!

Hey, Jack! Hey, Jack! Is that you?
This is Jan Michele, your daughter.

Remember?
This is your daughter, remember?
I believe we met twice down in the Stew Pot.
Yeah, it’s me.
I’d like to talk to the cat that begat me, you dig?
I heard your voice come over the line
From out there in black telephone universe land
And I felt like the RCA Victor dog.
Yeah.

Oh, to be a gleeful Mad Boy back to the mists of innocence
A Beat still incubating in the unsullied womb of Beathood
Where the only specters of doom were “two bald-headed cats
Who, like, could push a button and blow us all outta here, man!”
And now, those imagined antics of Khrushchev and Ike
Have long since dissolved in the serum of history.
Immortalized by Mad Magazine
Which I used to steal from the corner candy store
H bombs drawn in so many cartoons
It’s become a cartoon, or at most the smallest measurement
Of nuclear firepower on earth.
No one seems to realize it, but I’ll tell you a secret:
The H bomb, I think, is the success secret of Japan.
Yeah.

If one of those sweet Beatitudinous Babes of yore
Had stood up and prophesied that in three decades
An Iranian fanatic would hold the entire publishing world hostage
If he had said
That there’d be Haitian drug gangs called posses in Kansas City
Or condoms advertised on TV
Computer viruses
Hypos handed out on street corners
If he had dared to suggest
That in the late 80s

Soviets would be more peace-minded than the Americans
And that there would be a huge hole in the ozone from spray cans
They would have put him in a straitjacket
And carted him away to an asylum.
And there, in the nuthouse,
He might have written a monstrous work of fantasy science fiction
To make George Orwell’s 1984 look like the Wizard of Oz by comparison.

Ah, my poor father
He was such a Big Baby Noodlebrain
Too noodlebrained to exist in this world of geometric fear
Too animal saintly-headed
Too animal saintly-hooded
He was too saintly to crawl through those concrete rat mazes of tortured thought.
I know.
I’m the same kind of Baby Noodlebrain.
‘Cause I can feel him in my bones
I’m getting to know him.
I’m getting to know Little Boy Blue from the inside out.

Racing down, down madness-awkward
On Madison Avenue to Madhattan today
Freezing in the cruel cold, I wrap myself up like an Arab
Blue hat and scarf like veils and, while rushing,
Caught a glimpse in store windows.
I looked like a mad Tuareg or Berber tribesman of the Sahara
Hurtling at full tilt on a horse
Or maybe even a camel
Turquoise shrouds and veils flapping in the hot desert wind.
Only this was cold city wind
Here on the other side of the Atlantic
Which reminded me of the ancient, sunken home
Of continental driftwood
Continental breakfasthood.

Ah, we humans must be a pretty hardy lot
to swarm all over this poor old globe, time after time
Strong as dynasties of cockroaches
In those tenements I used to live in.
Remember, Jack?
You came to visit me in a tenement.

I bet you didn’t see any cockroaches
No, you were too drunk.
Well, never mind.
Anyway, so
You say,
All your fathers wore straw hats like W. C. Fields
Well,
I wish I could say that
But, you see,
My father was the Invisible Man
But I won’t hold that against you.

sábado, 20 de marzo de 2021

al berto / dos poemas










Y al anochecer

*

y al anochecer adquieres nombre de isla o de volcán
dejas vivir sobre la piel un niño de lumbre
y en la fría lava de la noche enseñas al cuerpo
la paciencia el amor el abandono de las palabras
el silencio
y el difícil arte de la melancolía

~

Cuando aquí no estás

*

Cuando aquí no estás
lo que nos rodeó se pone a morir
la ventana que se abre hacia el mar
continúa cerrada sólo en los sueños
me yergo
la abro
dejo la frescura y la fuerza de la mañana
escurren por los dedos prisioneros
de la tristeza
despierto
con la cegadora claridad de las olas
un rostro se desarrolla nítido
allí
rasando la sal de la inmensa ausencia
una voz
quiero morir
con una sobredosis de belleza
y en un susurro el cuerpo apaciguado
indaga ese corazón
ese
solitario cazador

***
Al Berto (Coímbra, 1948-Lisboa, 1997)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

E ao anoitecer

*

e ao anoitecer adquires nome de ilha ou de vulcão
deixas viver sobre a pele uma criança de lume
e na fria lava da noite ensinas ao corpo
a paciência o amor o abandono das palavras
o silêncio
e a difícil arte da melancolia

~

Quando aqui não estás

*

Quando aqui não estás
o que nos rodeou põe-se a morrer
a janela que abre para o mar
continua fechada só nos sonhos
me ergo
abro-a
deixo a frescura e a força da manhã
escorrem pelos dedos prisioneiros
da tristeza
acordo
para a cegante claridade das ondas
um rosto desenvolve-se nítido
além
rasando o sal da imensa ausência
uma voz
quero morrer
com uma overdose de beleza
e num sussurro o corpo apaziguado
perscruta esse coração
esse
solitário caçador

viernes, 19 de marzo de 2021

tristan tzara / viaje











Derrúmbate casa tardía
sobre la tumba de una muchacha;
por el humo lentamente deshilachado
por el cielo manchado y por las gallinas presurosas,
la lluvia nos envía señales
quisieras encontrar pobres con canas para darles limosna

Tus ojos son demasiado grandes, tus labios están fríos
Preguntas raras veces al espejo si eres de su agrado
Aquí hay cuatro hombres decididos a irse
hacia cuatro lugares desconocidos

En el camino hay plantaciones de amapolas, hay chopos por relámpagos
Hay puentes echados sobre ríos imperiales
sobre arena amarilla como el azufre donde no crecen
ni las malas hierbas en las faldas de las montañas hay aldeas nuevas y limpias
con aves en el corral, con frutas en los jardines
con campanarios, molinos de viento, patios de terratenientes
al borde de la tierra las colinas están rotas
hay trilladoras y graneros con cereales

En la pequeña estación donde bajaremos nosotros solos
nos está esperando el viejo cochero
me preguntarás por aldeas y ventas en el camino
por cosas a las que no te contestaré porque no lo sé

Viviremos en una casa con tejado de junco
en el que anidan las cigüeñas
recibiremos huéspedes, visitaremos al alcalde, la escuela
haremos colección con los insectos del cielo

En nuestro bosque hay osos, ardillas, ciervos.
La casa del guardabosques está vacía
desde ahí veremos toda la aldea
y esperaremos el correo de Dumbraveni.

Estoy viajando, sin fin, en este tren con una enferma de nervios
como no se salva uno de la profundidad de las ciénagas y de las malas hierbas.

*** 
Tristan Tzara (Moineşti, 1896-París, 1963)
Versión de Darie Novácenau

jueves, 18 de marzo de 2021

muriel rukeyser / dos poemas










Dormida y despierta

*
 
Dormida y despierta, yo velo.
No he escrito nunca
lo que tengo que decir.
Ningún poema ofrece de mí
mi significado principal:
   he danzado hacia mi denominación
   y danzado a lo lejos.

Me muevo ahora a lo largo de mis sueños:
dejan pasar una procesión de
cambiantes imágenes.
Quiero decir el claro
el intrincado lugar del encuentro
de todas las cosas con todos los deseos:
cortados por el riesgo en la raíz
donde es dada cada cosa.
Los descubrimientos del niño,
las voces perdidas, el canto de todos
los que perciben su sentido.
Comienzan a cantar.
 
Mortal, despierta, canto y digo
que todo es inmortal, todo,
salvo la personalidad.
Sí, tu pasión, sí, el tiempo de una flor.
Muévete en todos tus significados,
ve alumbrado por muchos fuegos.
Profundos en los fuegos secretos

todos hablan a todos.
 
La vida profunda vive y muere,
varía, canta y canta.
Habla antes de que me duerma,
antes de que las consignas hayan sido dadas,
encuentro mi tiempo, y hablo,
llevada hacia el amor y la música,
música de formas y deseos.

~

El poema como máscara

*

Orfeo

Cuando escribí sobre mujeres danzarinas y
        salvajes, fue una máscara,
en su montaña, cazando dioses, cantando, en orgía,
fue una máscara: cuando escribí sobre el dios
fragmentado, exiliado de sí mismo, de su vida, del amor hundido
        con canciones
era yo misma, bifurcada, incapaz de hablar, en el exilio
      de mi misma.

No hay montaña, no hay dios, solo memoria
de mi vida desgarrada, yo misma fragmentada en el sueño, la niña
      rescatada
a mi lado entre médicos y una palabra
salvadora desde los ojos grandes.

¡Basta de máscaras! ¡Basta de mitologías!
  
Ahora, por primera vez, el dios levanta su mano,
los fragmentos se juntan en mí con su propia música.

***
Muriel Rukeyser (Nueva York, 1913-1980)
Versiones de Alberto Girri y Nicolás López-Pérez.

/

Asleep and awake

*

Asleep and awake, I wake.
Never having written
What I have to say.
No poem offers of me
My central meaning,
I have danced to my naming
And danced away.

Now I move past my dreams:

They yield processions of
Changing images.
I want to speak the clear
The intricate meeting-place
Of all things with all desires:
Cut down by risk to the root
Where everything is given.
The finding of the child,
The lost voices, songs of all
Who take their meanings.
They are beginning the songs.

Mortal, awake, I sing and say
All is immortal, all
Save personality.
Yes, your passion, yes, the time of a flower.
Move in all your meanings,
Go lit by many fires,
Deep in the secret fires
All speak to all.
The deep life lives and dies
Changes, sings, and sings.
Speak before I sleep,
Before the keepings are given,
I find my time, and speak,
Driven toward love and music,
Music of forms and desires.

~

The poem as a mask

*

Orpheus

When I wrote of the women in their dances and 
      wildness, it was a mask,
on their mountain, god-hunting, singing, in orgy,
it was a mask; when I wrote of the god,
fragmented, exiled from himself, his life, the love gone
      down with song,
it was myself, split open, unable to speak, in exile from
      myself.
  
There is no mountain, there is no god, there is memory
of my torn life, myself split open in sleep, the rescued
      child
beside me among the doctors, and a word
of rescue from the great eyes.

No more masks! No more mythologies!

Now, for the first time, the god lifts his hand,
the fragments join in me with their own music.

miércoles, 17 de marzo de 2021

cesare pavese / casa en construcción









Con las cañitas, despareció también la sombra. Ya el sol, al sesgo,
atraviesa las arcadas y se descarga por los huecos
que serán ventanas. Trabajan un poco los albañiles,
tanto cuanto dura la mañana. De vez en cuando se lamentan
por el tiempo en que aquí susurraban las cañas
y un caminante acalorado podía tirarse sobre el pasto.

Los muchachos comienzan a llegar cuando el sol está más alto.
No le temen al calor. Los pilares aislados contra el cielo
son un campo de juego mejor que los árboles
o la calle de siempre. Los ladrillos desnudos
se llenan de azul, para cuando los huecos
sean cerrados, y para ellos es una dicha mirarse desde abajo
la cabeza sobre los recuadros de cielo. Lástima el buen tiempo,
porque un chaparrón allá arriba, en aquellos vanos,
les gustaría a los muchachos. Sería lavar la casa.

Ciertamente anoche -se puede ir- era mejor:
el rocío bañaba los ladrillos y, tendidos entre los muros,
veían las estrellas. Hasta podían encender
un buen fuego, y alguno atacarlos y agarrarse a piedrazos.
Una piedra, de noche, puede matar sin ruido.
Están, además, las culebras que bajan por los muros
y que caen como una piedra, sólo que más blandas.
Qué sucede de noche allí adentro, lo sabe solo el viejo,
al que se ve por la mañana bajando las colinas.
Deja brasas allí adentro y tiene la barba chamuscada
por la llama y ya absorbió tanta agua que, como el terreno,
no podría cambiar de color. Hacer reír a todos
porque dice que los otros se hacen la casa
con sudor, y él duerme allí sin sudar. Pero un viejo
no debería permanecer en la noche al aire libre.
Se entiende de una pareja en un prado: están el hombre y la mujer
que se tienen apretados y después vuelven a casa.
Pero este viejo no tiene una casa y se mueve a duras penas.
Realmente algo le sucede allí adentro,
porque todavía a la mañana barbotea para sí.

Después de un rato, los albañiles se tiran a la sombra.
Es el momento en que el sol ha impregnado cada cosa
y cada ladrillo quema las manos al tocarlo.
Se ha visto ya una culebra desplomarse, huyendo,
en el pozo de cal: es el momento en que el calor
enloquece hasta a los animales. Se bebe una vuelta
y se ven las colinas todo alrededor, quemadas,
tremolar en el sol. Solamente un tonto
seguiría trabajando y, de hecho, aquel viejo
a esta hora atraviesa las viñas robando zapallos.
Pero hay muchachos sobre los andamios, que suben y bajan.
Una vez una piedra terminó sobre el cráneo
del patrón, y todos interrumpieron el trabajo
para llevarlo al torrente y lavarle la cara.

***
Cesare Pavese (San Stefano Belbo, 1908-Turín, 1950) Trabajar cansa. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Buenos Aires: Griselda García Editora, Del Dock, 2018.
Versión de Jorge Aulicino

/

Casa in costruzione

*

Coi canneti è scomparsa anche l'ombra. Già il sole, di sghembo,
attraversa le arcate e si sfoga per i vuoti
che saranno finestre: lavorano un po’ i muratori,
fin che dura il mattino. Ogni tanto rimpiangono
quando qui ci frusciavano ancora le canne,
e un passante accaldato poteva gettarsi sull'erba.

I ragazzi cominciano a giungere a sole più alto.
Non lo temono il caldo. I pilastri isolati del cielo
sono un campo di gioco migliore che gli alberi
o la solita strada. I mattoni scoperti
si riempion d'azzurro, per quando le volte
saran chiuse, e ai ragazzi è una gioia vedersi dal fondo
sopra il capo i riquadri di cielo. Peccato il sereno,
che un rovescio di pioggia lassù da quei vuoti
piacerebbe ai ragazzi. Sarebbe un lavare la casa.

Certamente stanotte -poterci venire- era meglio:
la rugiada bagnava i mattoni e, distesi tra i muri,
si vedevan le stelle. Magari potevano accendere
un bel fuoco e qualcuno assalirli e pigliarse a sassate.
Una pietra di notte può uccidre senza rumore.
Poi ci sono le biscie che scendeno i muri
e che cadono como una pietra, soltanto piú molli.

Cosa accada di notte là dentro, lo sa solo il vecchio
che al matino si vede discendere per le colline.
Lascia braci di fuoco là dentro e ha la barba strinata
dalla vampa e ha già preso tant'acqua, che, como il terreno,
non potrebbe cambiare colore. Fa ridere tutti
perché dice che gli altri si fanno la casa
col sudore e lui senza sudare ci dorme. Ma un vecchio
non dovrebbe durare alla notte scoperta. 
Si capisce una coppia in un prato: c'è l'uomo e la donna
che si tengono stretti, e poi tornano a casa.
Ma quel vecchio non ha piú una casa e si muove a fatica.
Certamente qualcosa gi accade lì dentro,
perché ancora al mattino borbotta tra sé.

Dopo un po’ i muratori si buttano all'ombra.
È il momento che il sole ha investito ogni cosa
e un mattone a toccarlo ci scotta le mani.
S'è già visto una biscia piombare fuggendo
nella pozza di calce: è il momento che il caldo
fa impazzire perfino le bestie. Si beve una volta
e si vedono le altre colline ogn'intorno, bruciate,
tremolare nel sole. Soltanto uno scemo
resterebbe al lavoro e difatti quel vecchio
a quest'ora traversa le vigne, rubando le zucche.
Poi ci sono i ragazzi sui ponti, che salgono e scendeno.
Una volta una pietra è finita sul cranio
del padrone e hanno tutti interrotto il lavoro
per portarlo al torrente e lavargli la faccia.

martes, 16 de marzo de 2021

frieda hughes / mi madre










Están matándola otra vez.
Ella dijo que lo hizo
Un año de cada diez
Pero ellos lo hacen anual, semanalmente.
Algunos lo hacen incluso a diario,
Cargando su muerte sobre sus cabezas
Y practicándola. Ella los salva
El problema de los suyos:
Pueden morir a través de ella
Sin nunca tomar
La decisión. Mi madre enterrada
es exhumada para repetir la performance.

Ahora ellos quieren hacer una película
Para cualquiera que no tenga la habilidad
De imaginar el cuerpo, la cabeza en el horno,
Los niños huérfanos. Entonces
Se puede rebobinar
Para que puedan verla morir
De nuevo desde el principio.

Los comemaníes, entretenidos
Con la muerte de mi madre, irán a casa,
Cada uno con el recuerdo de ella
sin vida  – un suvenir.
Quizás compren el vídeo.

Ver a alguien en la tele
Significa que apretar "pausa"
Es todo lo que tienen que hacer
Si quieren hervir una tetera,
Mientras mi mamá aguanta la respiración en cámara
Para morir después del té.
Los realizadores han recolectado
Las partes del cuerpo
Quieren que las vea.
Piden ropa para cubrir las articulaciones
Y para disfrazar las prótesis
En su remake de mi madre.
Quieren usar su poesía
Como puntadas y suturas
Para darle credibilidad.
Piensan que debería amarlo–
Tenerla de vuelta otra vez, ellos piensan
Que debería darles las palabras de mi madre
Para llenar la boca de su monstruo,
Su Muñeca Suicida Sylvia
La que caminará y hablará
Y morirá a voluntad
Y morirá, y morirá
Y siempre estará muriendo.

***
Frieda Hughes (Londres, 1960)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

My mother

*

They are killing her again.
She said she did it
One year in every ten,
But they do it annually, or weekly,
Some even do it daily,
Carrying her death around in their heads
And practising it. She saves them
The trouble of their own;
They can die through her
Without ever making
The decision. My buried mother
Is up-dug for repeat performances.

Now they want to make a film
For anyone lacking the ability
To imagine the body, head in oven,
Orphaning children. Then
It can be rewound
So they can watch her die
Right from the beginning again.

The peanut eaters, entertained
At my mother’s death, will go home,
Each carrying their memory of her,
Lifeless – a souvenir.
Maybe they’ll buy the video.

Watching someone on TV
Means all they have to do
Is press ‘pause’
If they want to boil a kettle,
While my mother holds her breath on screen
To finish dying after tea.
The filmmakers have collected
The body parts,
They want me to see.
They require dressings to cover the joins
And disguise the prosthetics
In their remake of my mother.
They want to use her poetry
As stitching and sutures
To give it credibility.
They think I should love it –
Having her back again, they think
I should give them my mother’s words
To fill the mouth of their monster,
Their Sylvia Suicide Doll,
Who will walk and talk
And die at will,
And die, and die
And forever be dying.

lunes, 15 de marzo de 2021

javier alvarado / tres poemas










Los huesos del tren

*

                                                                Acaso, dijiste,
                                                                haya travesías por realizar en soledad
                                                                                        Hans van de Waarsenburg

Ese es el final, soltar el cordel y dar paso a las otras vidas,
Rayar en los espejos esos soplos de felicidad, esas lenguas que conjuran al rocío,
Esa agua que cambia, ese espejo disonante, ese bosque
Que bosteza y se marcha y abre los manglares
Con sus dotes; ese mar que desdibujamos con la tentación de las islas
Y que ya no volverá a existir, ahora que nadamos en exceso.
 
Ya podrás recordar ese Camino Real y ese Camino de Cruces
Cuando tomes un tren en suelo extranjero, cuando colmes las hojas
Y haya una nostalgia de árbol trepando un sueño dentro de otro sueño
Donde te sentirás más lejos, donde titubearás ante ese núcleo solitario
Ante esa desbandada de los que se conceden la automiseria,
La humillación de la música.
¿A dónde fueron a parar los huesos?
¿A dónde están los cráneos de aquellos obreros que excavaron Panamá
Y hallaron esa vez los minerales de la muerte?
¿A dónde están sus cadáveres y esqueletos conservados
Que nadie reclamó y que fueron a dar a la punta del escalpelo, a los recuerdos deforestados
de la casa
A las escuelas de medicina donde las autopsias son un recuerdo monorrimo?
¿A dónde todo el dolor y la aventura de ese tren retórico?  Yo tomo una tibia y me voy a acurrucar
en las piernas de mi madre y en las piernas de mi madre hay ese mismo sonido, esa misma
música del hueso,  ese hueso maternal y paternal de los rieles y de los durmientes que salen a acosarme,
ese llanto del guayacán  a oscuras, del tren que intermedia la noche, donde encontramos esa estación
del miedo y del trópico bisbiseante;  ese jadeo de los astros y de la ropa como letreros ahogados:
Gorgona, Gamboa y Bas Obispo,
La Línea, Ahorca Lagarto, Gatún, Bujio, Barbacoas, Bailamonos, Matachin, y Summit,
Donde aún perduran la majestuosidad del hueso y la prontitud ajena del cardumen,
¿A dónde está el llanto de los personajes y personajas de los pueblos perdidos?
¿A dónde este rayo de ser y el lugar que deconstruye?
Es inmediata la tarea de recolectar los huesos, esos huesos que principian
Los demonios y los ángeles que amamos,
Esos huesos carcomidos por el amor y el sexo
Y por las sandias que roemos con furia (aproximándonos a una temporada de marcha,
a un fuego de  estación).
Mientras mordemos la sandía con José Manuel Luna y escupimos las semillas
A Jack Oliver (que cae por el exceso de la bebida y vuelve a ser una soga más abandonada
en el puerto)
Y la historia sigue sedienta
Como esa interminable tajada de sandía
Que sigue engordando,
Como la muerte en los hueos.

~

La poesía se reduce a fuego, a inmigración


Nombrar al nacimiento y al chamuscamiento, seta de imágenes,
sucesos que se advienen al añico y al polvo medular
como quien nos crea, el arbitrio cenagoso de la plantilla y el origen,
apareamiento de átomos, ya se traviste una partícula, una familia homoparental en una
tolerancia heteroparental,
lo que cubre la danza cuando los pies se endilgan a volar sobre ese cuerpo y otro cuerpo
y se nos apoderan de las manos otras manos discursivas
ante el carámbano soñante.
El cerebro se encoge y los recuerdos
se pulverizan en la algarabía de la tierra que golpea como un estilete clásico.
Cuerpos, cuerpos en medio de la luz cerúlea,
cuerpos al alba, entre los hervidores y los apagones de aire,
como una memoria que se arquea entre los árboles y el viento,
Va ganando el transatlántico otra costa,
otra velocidad del mar y sigue fulgente el versificador con su pipa electrónica y su narguile
pronosticando las rebeliones del humo;
una tormenta de arena, la poesía épica, la poesía de trova, el siglo de oro, el siglo de plata,
el siglo de cobre, la poesía lírica e intimista, la poesía neobarroca engorda sobre frutas tropicales y enumera de a diario
señala el búcaro de a diario
donde las rosas del desierto y los pomelos de cuarzo se despeñan por los bordes ásperos
y el chasquido de los dedos va arrinconando a la piedra y su música murada.
Yo me quedo como una imagen sin restaurar en un mosaico,
en una superficie lívida que no se quiere marchar como los gestos y las marchas y las
muecas humanas,
Máscaras de oro y sol, máscaras de escarcha y luna y la mente envuelta en telas de ricos
colores
se propala en un movimiento disyuntivo, impenetrable,
la vida se ama más en la muerte de los otros, nos aferramos o nos soltamos en el deslave de
la mente,
Lo cognitivo es rapaz (una idea devora a otra idea o sigue luchando con las otras,
Rompemos o amamos tradiciones, alguien deja caer un diccionario
Y salen como ratas huyendo las palabras u otras van a un jardín y se convocan al oficio de
los topos u otras se van a hacer girar su reloj escondrijo o la rueda de algún experimento,
menos en el poema creación que viene del fango y al fango regresa en su ecuación perfecta.
Otros creen que pueden dar de comer a esas ratas con su poesía forzada y estreñida (aduce
lo eficaz de un intertexto) o con grafitis con frases rebuscadas o con no mala, perversa
verborrea.)
La rata es un vocablo y es inflamable como el material de los planetas que se van a pique
en nuestra praxis,
un encalado de estrellas gozosas, piadosas y vengativas en el destino de los hombres y de
las mujeres que proclaman su llama
o su extinción
En medio de la selva.  Combustión.  Combustión.  Petróleo roto.   Con sus pavanas negras, sus resurrecciones de tiempo y el residuario de los años que hay que salvar, oh fiera, oh moraleja inmortal.

~

Urracá transitando las islas

*

                                                Ya el otoño recorre las islas no cuidadas, guarnecidas.
                                                                            Lezama, Muerte de Narciso

                                               Y éstas son aún mis reuniones contigo,
                                                el deshielo que en la noche
                                                deshace tu máscara y la pierde.
                                                                            José Carlos Becerra, El otoño recorre las islas


Urracá se esparce a solas por la tierra, toma los caminos del agua,
Viene desde una piragua hasta sus cumbres,
Vuelve al mar
Donde lo esperan unos ojos, un cuerpo transparente
Que desbordan las llanuras como las estatuas en los líquenes del sueño.

Los ríos de Veraguas conocen su idioma, conocen el peso
De su canoa como las corrientes del mediodía
Que invaden nuestros cauces.

Urracá espera la luz en el bramido de las rocas,
En una estela azul aguardando la lealtad del firmamento,
Esas huestes limítrofes, esas huestes aliadas, esas ranas de oro puro
Que croan hasta el cansancio, hasta enarbolar una burbuja
De color
Que traspase las ranuras del aire, las estrías del aire,
Las marchas olfateadas del aire, donde buscamos
La noche equiparada del almendro, esos almendros que crecen
En la costa y dialogan en hermandad con las palmeras. Urracá viene
Como un río, como un destino, viene desde la cordillera
En su piragua, en su cayac o en alguna embarcación
De pesca artesanal, de pesca deportiva, en un paquete para solitarios
O en un paquete racional para turistas,
Pero él va a puro remo hasta las orillas paradisiacas de Coiba.
Coiba es una tormenta en medio del mar, una garra de salitre,
Una garra que succiona a las aves redimiendo la alquimia
De su cielo, una nube donde empollan las águilas
Con toda su majestuosidad y espanto, donde incuban
Los sangretoros y los azulejos y alguna garza que va zurciendo
La espuma con chillidos seculares.

Él se viene a las islas del Pacífico como un papo
Creciendo en el altar del calor más denso.
Su canoa es una medusa gravitando en las manos,
Zigzagueando en nuestras frentes.

Decidme dónde está el camino, dónde están las islas Secas.
Dónde está la isla Boca Brava sobre el arrecife, sobre la Bahía de Muertos.
Esos muertos que buscamos y se zambullen en los artilugios del agua,
Los que abren la boca y reciben los ríos, aunque los ríos enumeren
Todos los mapas abiertos de la tregua, aunque todos los soles
Acudan a ese llamamiento de la sangre, a ese venablo donde discurre un relámpago
Una carta abierta, un milagro sobre los pastos verdes de Isla Cébaco,
La isla Gobernadora es un caudal, un ser que libamos desde el sueño
En el Golfo de Montijo, una vastedad que nos seduce
Con voz larga, con una espada corta
La isla Sevilla con su oleaje como un aposento confidencial donde va a redimir la sangre
En Isla Otoque se esconden los duendes dentro de su cajita
Y dentro de esa cajita están los cinco dedos como duendes
En la Isla Palenque los pescadores retoman una danza desde la humedad
Hasta la orientación de las sales de Taboga, donde Sinán conversa con Linda Oldsen sobre el desove de los peces
Y en Saboga hay un cementerio mineral de creencias, de esqueletos
Que aún tantean la masa colosal de los diluvios
Y Taborcillo revive desde la anáfora, su tambor caliente,
Sus escenas del oeste donde John Wayne dispara al convidado;
En Contadora aún resuenan las perlas, aún resuenan las perlas,
Aún ruedan las perlas, aún ruedan las perlas que se quedaron
Y las que se fueron llevando;
La Isla del Rey se enfurece con remos de cálamo y estrella,
La Isla Iguana te saca la lengua y te adhiere a sus arenas como un peto de tortuga,
La Isla de Cañas va a la deriva como los astros que hacen girar
El trapiche de las existencias;
En la Isla de San José alguna sangre va con su hilito originario a confundirse con el mar.

Tal vez mi sangre quedó allí en ese archipiélago.
Tal vez Urracá encontró a Itabé
Y se quedó entre una isla y otra
Y se hizo archipiélago.
Tal vez se hundan y emerjan otras islas
Y tal vez siga esa terredad transmutada en archipiélago.

Tal vez aquí está mi poesía con saudades de archipiélago.

***
Javier Alvarado (Santiago de Veraguas, 1982)