jueves, 30 de junio de 2022

novalis / cuando figura y número no sean













Cuando figura y número no sean
cifra de seres en totalidad
y aquellos que se besan mientras cantan
superen en saber al erudito,
cuando a la vida libre nuevamente,
y al mundo también libre, el mundo vuelva,
en claridad perfecta se apareen,
cuando en poema o cuento se registre
el verdadero acontecer del mundo
ante una sola y mágica palabra
todo lo absurdo y falso desaparecerá.

***
Novalis (Wiederstedt, 1772-Weißenfels, 1801)
Versión de Ernst-Edmund Keil y Jenaro Talens
Pintura de Franz Gareis

/

Wenn nicht mehr Zahlen und Figuren

*

Wenn nicht mehr Zahlen und Figuren
Sind Schlüssel aller Kreaturen
Wenn die so singen, oder küssen,
Mehr als die Tiefgelehrten wissen,
Wenn sich die Welt ins freie Leben
Und in die Welt wird zurück begeben,
Wenn dann sich wieder Licht und Schatten
Zu echter Klarheit wieder gatten,
Und man in Märchen und Gedichten
Erkennt die wahren Weltgeschichten,
Dann fliegt vor einem geheimen Wort
Das ganze verkehrte Wesen fort.

miércoles, 29 de junio de 2022

corina / dos poemas













«Y a los bienaventurados al punto las Musas
ordenaron llevar su voto
secreto a los cántaros de dorados
brillos; se levantaron todos juntos;
más votos logró el Citerón.
Rápidamente Hermes proclamó
a gritos que había alcanzado la deseada
victoria y con coronas
… le adornaron
los bienaventurados; y su espíritu se alegró»

~

«De la recién casada Báucide soy (el sepulcro); si pasas por la muy llorada
lápida dile al Hades que está bajo tierra
“Envidioso eres, Hades” y, al ver los hermosos símbolos
la muy cruel suerte de Bauco conocerás,
cómo a la niña, con las antorchas con las que cantó un himeneo,
 el suegro quemó en el fuego.
Y tú, oh Himeneo, tu afinada canción de bodas
tornaste en un resonar lastimoso de trenos.»

***
Corina de Tanagra (siglo V a. C., Tanagra)
Versiones de Manuel Fernández-Galiano
Pintura de Frederic Leighton

/

μάκαρας δ’ αὐτίκα Μώση
φ]ερέμεν ψᾶφον ἔ[τ]αττον
κρ]ουφίαν κάλπιδας ἐν χρου-
(⸏)σοφαῖς· τὺ δ’ ἅμα πάντε[ς] ὦρθεν·
πλίονας δ’ εἷλε Κιθηρών·
τάχα δ’ Ἑρμᾶς ἀνέφαν[έν
νι]ν ἀούσας ἐρατὰν ὡς
ἕ]λε νίκαν στεφ[ά]νυσιν
…].(.)ατώ.ανεκόσμιον
(⸏) μάκα]ρες· τῶ δὲ νόος γεγάθι·» (PMG 654a, 19-28)

~

«Νύμφας Βαυκίδος εἰμί· πολυκλαύταν δὲ παρέρπων
στάλαν τῷ κατὰ γᾶς τοῦτο λέγοις Ἀίδᾳ·
“Βάσκανός ἐσσ’, Ἀίδα.” τὰ δέ τοι καλὰ σάμαθ’ ὁρῶντι
ὠμοτάταν Βαυκοῦς ἀγγελέοντι τύχαν,
ὡς τὰν παῖδ’, ὑμέναιος ἐφ’ αἷς ἀείδετο πεύκαις,
ταῖσδ’ ἐπὶ καδεστὰς ἔφλεγε πυρκαϊᾷ·
καὶ σὺ μέν, ὦ Ὑμέναιε, γάμων μολπαῖον ἀοιδὰν
ἐς θρήνων γοερὸν φθέγμα μεθαρμόσαο.» (AP VII, 712)

martes, 28 de junio de 2022

filippo tommaso marinetti / canción del automóvil









                    A mon pégase l'automobile

                                                            Dieu véhément d'une race J'acier,
                                                            automobilt ivre d'espact,
                                                            qui piétines d'angoisse, le mors aux dtnts stridentes!.


¡Dios vehemente de una raza de acero,
automóvil ebrio de espacio,
que piafas de angustia, con el freno en los dientes estridentes!
Oh formidable monstruo japonés de ojos de fragua,
nutrido de llamas y aceites minerales,
hambriento de horizontes y presas siderales,
tu corazón se expande en su taf-taf diabólico
y tus recios neumáticos se hinchen para las danzas
que bailan por las blancas carreteras del mundo.
Suelto, por fin, tus bridas metálicas.., ¡Te lanzas
con embriaguez al Infinito liberador!

Al estrépito del aullar de tu voz...
he aquí que el Sol poniente va imitando
tu andar veloz, acelerando su palpitación
sanguinolenta a ras del horizonte...
¡Míralo galopar al fondo de los bosques!...

¡Qué importa, hermoso demonio!
A tu merced me encuentro... ¡Tómame!
Sobre la tierra ensordecida a pesar de todos sus ecos,
bajo el cielo que ciega a pesar de sus astros de oro,
camino exasperando mi fiebre y mi deseo,
con el puñal del frío en pleno rostro.
De vez en vez alzo mi cuerpo
para sentir en mi cuello, que tiembla,
la presión de los brazos helados
y aterciopelados del viento.

¡Son tus brazos encantadores y lejanos que me atraen!
Este viento es tu aliento devorante,
¡insondable Infinito que me absorbes con gozo!...
¡Ah! los negros molinos desmanganillados
parece de pronto
que, sobre sus aspas de tela emballenada,
emprenden una loca carrera
como sobre unos piernas desmesuradas...

He aquí que las Montañas se aprestan a lanzar
sobre mi fuga capas de frescor soñoliento...
¡Allá! ¡Allá! ¡mirad! ¡en ese recodo siniestro!...
¡Oh Montañas, Rebaño monstruoso, Mnmmuths
que trotáis pesadamente, arqueando los lomos inmensos,
ya desfilasteis... ya estáis ahogadas
en la madeja de las brumas!...
Y vagamente escucho
el estruendo rechinante producido en las carreteras
por vuestras piernas colosales de las botas de siete leguas...

¡Montañas de las frescas capas de cielo!...
¡Bellos ríos que respiráis al claro de luna!...
¡Llanuras tenebrosas! Yo os paso al gran galope
de este monstruo enloquecido... Estrellas, Estrellas mías,
¿oís sus pasos, el estrépito de sus ladridos
y el estertor sin fin de sus pulmones de cobre?
¡Acepto con Vosotras la opuesta,... Estrellas mías!...
¡Más pronto!... ¡Todavía más pronto!
¡Sin una tregua! ¡Sin ningún reposo!
¡Soltad los frenos!... ¡Qué! ¿JIO podéis?...
¡Rompedlos!... ¡Pronto!
¡Que el pulso del motor centuplique su impulso!

¡Hurra! ¡no más contacto con nuestra tierra inmunda!...
¡Por fin me aparto de ella y vuelo serenamente
por la escintilante plenitud
de los Astros que tiemblan en su gran lecho azul!

***
Filippo Tommaso Marinetti (Alejandría, 1876-Bellagio, 1944)
Versión de Miguel Romero Martínez

/

All’Automobile da corsa 

*

Veemente Dio d’una razza d’acciaio,
Automobile ebbrrra di spazio,
che scalpiti e frrremi d’angoscia
rodendo il morso con striduli denti…
Formidabile mostro giapponese,
dagli occhi di fucina,
nutrito di fiamma
e d’olî minerali,
avido d’orizzonti e di prede siderali…
io scateno il tuo cuore che tonfa diabolicamente,
scateno i tuoi giganteschi pneumatici,
per la danza che tu sai danzare
via per le bianche strade di tutto il mondo!…
Allento finalmente
le tue metalliche redini,
e tu con voluttà ti slanci
nell’Infinito liberatore!
All’abbaiare della tua grande voce
ecco il sol che tramonta inseguirti veloce
accelerando il suo sanguinolento
palpito, all’orizzonte…
Guarda, come galoppa, in fondo ai boschi, laggiù!…
Che importa, mio dèmone bello?
Io sono in tua balìa!… Prrrendimi!… Prrrendimi!…
Sulla terra assordata, benché tutta vibri
d’echi loquaci;
sotto il cielo accecato, benché folto di stelle,
io vado esasperando la mia febbre
ed il mio desiderio,
scudisciandoli a gran colpi di spada.
E a quando a quando alzo il capo
per sentirmi sul collo
in soffice stretta le braccia
folli del vento, vellutate e freschissime…
Sono tue quelle braccia ammalianti e lontane
che mi attirano, e il vento
non è che il tuo alito d’abisso,
o Infinito senza fondo che con gioia m’assorbi!…
Ah! ah! vedo a un tratto mulini
neri, dinoccolati,
che sembran correr su l’ali
di tela vertebrata
come su gambe prolisse…
Ora le montagne già stanno per gettare
sulla mia fuga mantelli di sonnolenta frescura,
là, a quella svolta bieca.
Montagne! Mammut, in mostruosa mandra,
che pesanti trottate, inarcando
le vostre immense groppe,
eccovi superate, eccovi avvolte
dalla grigia matassa delle nebbie!…
E odo il vago echeggiante rumore
che sulle strade stampano
i favolosi stivali da sette leghe
dei vostri piedi colossali…
O montagne dai freschi mantelli turchini!…
O bei fiumi che respirate
beatamente al chiaro di luna!
O tenebrose pianure!… Io vi sorpasso a galoppo
su questo mio mostro impazzito!…
Stelle! mie stelle! l’udite
il precipitar dei suoi passi?…
Udite voi la sua voce, cui la collera spacca…
la sua voce scoppiante, che abbaia, che abbaia…
e il tuonar de’ suoi ferrei polmoni
crrrrollanti a prrrrecipizio
interrrrrminabilmente?…
Accetto la sfida, o mie stelle!…
Più presto!… Ancora più presto!…
E senza posa, né riposo!…
Molla i freni! Non puoi?
Schiàntali, dunque,
che il polso del motore centuplichi i suoi slanci!
Urrrrà! Non più contatti con questa terra immonda!
Io me ne stacco alfine, ed agilmente volo
sull’inebriante fiume degli astri
che si gonfia in piena nel gran letto celeste!

lunes, 27 de junio de 2022

ida gramcko / dos poemas











Caracol, el hermano

*
 
Caracol, el hermano,
el mismo yo, mas caracol. Concisa
su forma sigue sin barniz ni estrago
para que el hombre sufra un alma rica,
un alma suya con el vellón y el gajo,
íntima, inmensa, siempre en sed y ahíta.
Así construimos un lugar humano,
pero tan lleno de él como de brisa.
una pared de cal… ¡y tan distinta!
Un muro nuevo, ¿raro? Solo en su fresca soledad continua.
—¿Soledad, otra vez lo solitario, otra vez la distancia? ¿Y la caricia?—
Cálmate, amor; lo nuestro es lo lejano, toca el largo perfil, la piedra lisa
dice por voz de su vigor: yo te amo.
La forma singular es la infinita.
 
Atienda aquel que dijo hallar
dicha y sosiego
en un sueño beatífico y tranquilo;
atienda a lo que digo y lo que creo.
¿Sabes, nocturno amigo,
a qué cosa en verdad llamamos sueño?
Atiende, hermano mío,
sin pena y sin recelo.
Yo, que he soñado, yo, que no he dormido,
te pregunto sin voz desde mi lecho:
¿crees que el sueño protege del abismo,
rescata del asalto y del incendio?
Yo, soñadora inmóvil, no he creído
en mi rostro apacible cuando duermo.
Lucho soñando, sórdida, conmigo,
con un pájaro extraño, con el viento,
con un agudo y afilado pico
que me horada las sienes y el cerebro
y dejo sangre en el cojín y heridos
flotan ardiendo, aullando, mis cabellos.
Soñador y sonámbulo es lo mismo.
Se va entre nieblas, huérfano.
¿Quién hiló las almohadas? ¿El olvido?
La mano movediza del recuerdo con un sombrío ovillo
y tejió la crisálida del lienzo
con una larga víbora de lino
que se enrosca en el alma y en el cuerpo.
Atienda aquel que alguna vez me dijo
hallar quietud seráfica en el sueño;
  atienda a mi creencia, a mi pregunta,
que es la de todo soñador despierto.
Creo en mi corazón, su llama oculta
bajo las sábanas, ardiendo.
Creo en mi sangre muda
corriendo como un río del infierno.
¿Cree alguien en la calma de las tumbas,
en la paz de los muertos?
Quieren creer…¡No lo han creído nunca!
Descansa en paz, solo es un gran deseo.
Descansa en paz, pero la paz no escucha;
descansa en paz, pero el descanso es ciego.
La muerte, insomne, mira hacia la lucha
y el sueño es el más íntimo desvelo.  Nadie escoge su olvido.  
¿Para qué si la ausencia
recuerda lo que fue y el raudo nido
prosigue sin cesar en la apetencia?
¡Vuelve!, grita el amor, y lo que ha sido
es en su grito nueva transparencia.
Inmenso ser inmerso en el pedido
devuelta está tu voz, tu confidencia,
tu secreto, tu piel, tu repetido
fiel hontanar que nunca es la carencia
sino el cambio de sitio, el transferido
sitial a otro dulzor, a otra potencia.
No, devolverte no. Lo mantenido
queda aunque escape su vivaz secuencia.
Vives aquí y allá, tan trascendido…
Amor, no estás y bulle tu presencia.
Nada dice: prohibido.
¡Entrad!, dicen las puertas de la ausencia.

~

Voz

*

Hay alguien que llama desde remotas cimas,
hay una voz profunda que me pide estar cerca.
Los aires se arremansan en corrientes continuas
hasta fundir los ecos en la dormida piedra.
El camino es un paso que dio el gigante mundo
con sus botas de angustia, pensativas y negras;
era un viajero entonces, desamparado y rudo,
y con su andar de nave fue duplicando huellas.
A veces tengo alas. Los cabellos furtivos
se fugan entre ratos de las furias del viento,
las manos, como arañas, van tejiendo en sus giros
una red infinita de locura y de ensueño.
¡Llegaré hasta la cumbre! Tendré todas las flores
azules y mojadas que habitan en las cuevas,
y habrá un concierto claro de pájaros y voces
en la garganta virgen de la desnuda tierra.
Hay alguien que me llama desde remotas cimas
y voy tras su llamado como la humilde sierva:
manos y pies descalzos…entre luces y vidas,
hasta la voz profunda que me pide estar cerca.

***
Ida Gramcko (Puerto Cabello, 1924-Caracas, 1994)

domingo, 26 de junio de 2022

gloria gervitz / de "migraciones"










avalancha de hojas
y su lamento seco y rojo

 

el río se inclina
hacia su sed
                   el tiempo va más aprisa que yo

 

la noche se desgaja
toco su desnudez de agua
                                      y ella grita dentro del grito

 

 

 

 

 
y tú y tú

 

ella flota en el vientre de la tierra
boca abajo como los suicidas

 

 

 

 

 
tócame adentro de ti
con esa contención que se desborda

 

tócame
en esta oscuridad del pensamiento

 

en lo incomprensible de mí
en esa otra incomprensible yo

 

                     ah si pudieras tatuarme
si te quedaras ahí
si tan sólo te quedaras

 

como una perra ciega
amamantando

 

quédate
dame las palabras

 

 

 

 

 

he de arrancarte
he de pisarte

 

tú frágil
tú que tiemblas

 

reconcíliame conmigo
para que la tierra me sea leve

 

no sé cómo seguir
estoy seca

 

 

 

 

 

 

hablo para ti hablo desde ti
y el dolor resbalando como una gota de agua

 

 

 

 

 

 

y dije tu nombre
y el lugar era de aire

 

y la palabra
la presa

 

en la desolación de la fe

 

y la palabra               cierva
en la amplitud del silencio
se desploma
dócil en su infinita contradicción
en su misericordia

 

y el corazón se cierra
y el corazón se abre
deslumbrándose

 

 

 

 

 

 

soy la última
en estar con ella

 

en asistirla
en morirla

 

suéltala —me dicen

 
pero si pudiera le daría mi pulso
si pudiera cubriría de flores su espanto

 

si pudiera le pediría a la mismísima tierra
que la absuelva

 

                  y la perdone

 

perdóname tú a mí
perdonada

 

 

 

 

 

 

beso tu miedo
beso lo solo de tu miedo

 

tu huérfano miedo
tu para siempre miedo

 

tu miedo dentro de mí

 

                  y la devoción como una hoja de obsidiana
                                                                               corta

 

 

 

 

 

 

y quizás
       y esto que soy
                            y cambia
       y está en el centro


la intensidad de lo que es
                            así entra ella en la Mikveh
                            así se sumerje
                            así la ofrenda
                                              así
                                              en el corazón del agua

 

 

 

 

 

 

amanece

 

la ventana
se llena de luz

 

        y el día
   irrevocable
     en la humanísima
                        mañana
                                  se abre
 
     y yo despierto
 
 
 

 

 

 

y las palabras
                           doblándose
                                              dóciles


                 temblándose
                         dóciles

 

          desampárandose

 

             y en ese desamparo
                           en lo dócil

 

                   la mirada
                          y ahí besa

 

                          en ese desamparo besa
en eso desamparado besa

 

y abierta
     invadida por la mirada
                                    ella gime



 

 

 

 

y me quedo en eso roto y huérfano
con la lealtad de un perro

 

 

 

 

 

 
y mi mamá se hizo vieja y en un domingo
se puso un zapato azul y un zapato negro
y ella sin darse cuenta y con sus perlas
y su broche de jade y el absurdo de esos zapatos
y la desolada desoladísima desolación de esos zapatos
 
 
 

 

 

 

tuve respuestas más recónditas que las preguntas
lo que de veras soy escapa a mi entendimiento
no sé quién en mí decide por mí
y salto al abismo de las alturas
y me enredo en mis propias alas

 

 

 

 
 
 

y cada día es único imprevisible imperfecto
sólo el vacío es perfecto
y la vida está llena de imperfecciones
y no sé cómo vivirla


***
Gloria Gervitz (Ciudad de México, 1943-2022) Migraciones. Ciudad de México: Mangos de Hacha, 2018.

sábado, 25 de junio de 2022

herberto hélder / dos poemas













No sé cómo decirte

*

No sé cómo decirte que mi voz te busca y la atención comienza a florecer, cuando la noche espléndida y vasta continúa. No sé qué decir, cuando al final tus pulsaciones se llenan de un precioso brillo y te estremeces como un pensamiento cercano. Cuando, comenzando en el campo, el centeno inmaduro ondea tocado por el presentimiento de un tiempo lejano, y en la tierra crecida los hombres entonan la cosecha - no sé cómo decirte que cien ideas, dentro de mí te buscan.
Cuando 
las hojas de la melancolía se enfrían con las estrellas
junto al espacio
y el corazón es una semilla inventada
en sus oscuras profundidades y en el torbellino de un día
que arrasas con los caminos de mi soledad
como si toda la casa estuviera ardiendo en la noche.
- Y entonces no sé qué decir
junto al cuenco de piedra de tu tan joven silencio.

Cuando los niños se despiertan en las lunas asombradas
Que a veces se estrellan en medio del tiempo
- No sé cómo decirte que la pureza
dentro de mí te busca.
Durante 
toda la primavera aprendo
los tréboles, el agua sobrenatural, la luz y el abstracto
flujo del espacio -
y creo que voy a decir algo lleno de razón,
pero cuando la sombra cae de la curva sensual de mis labios,
Siento que me falta
un girasol, una piedra, un pájaro - cualquier cosa
algo extraordinario.
Porque no sé cómo decírtelo sin una milésima
que dentro de mí está el sol, el fruto
el niño, el agua, el dios, la leche, la madre,
que te buscan.

~

No toques los objetos inmediatos

*

No toques los objetos inmediatos.
La armonía arde.
Por muy ligera que sea una tetera o una taza,
todos los objetos están locos.
Un jarrón con un crisantemo transparente
tiene un temblor oculto.
Es terrible en la oscuridad.
Hasta su nombre, solo con miedo puedes decirlo
y la boca se vuelve llaga.

***
Herberto Hélder (Funchal, 1930-Cascais, 2015)
Versiones de Nicolás López-Pérez

/

Não sei como dizer-te

*

Não sei como dizer-te que minha voz te procura e a atenção começa a florir, quando sucede a noite esplêndida e vasta. Não sei o que dizer, quando longamente teus pulsos se enchem de um brilho precioso e estremeces como um pensamento chegado. Quando, iniciado o campo, o centeio imaturo ondula tocado pelo pressentir de um tempo distante, e na terra crescida os homens entoam a vindima - eu não sei como dizer-te que cem ideiias, dentro de mim te procuram.
Quando as
folhas da melancolia arrefecem com astros
ao lado do espaço
e o coração é uma semente inventada
em seu escuro fundo e em seu turbilhão de um dia,
tu arrebatas os caminhos da minha solidão
como se toda a casa ardesse pousada na noite.
- E então não sei o que dizer
junto à taça de pedra do teu tão jovem silêncio.

Quando as crianças acordam nas luas espantadas
que às vezes se despenham no meio do tempo
- não sei como dizer-te que a pureza,
dentro de mim, te procura.
Durante a
primavera inteira aprendo
os trevos, a água sobrenatural, o leve e abstracto
correr do espaço –
e penso que vou dizer algo cheio de razão,
mas quando a sombra cai da curva sôfrega dos meus lábios,
sinto que me faltam
um girassol, uma pedra, uma ave – qualquer
coisa extraordinária.
Porque não sei como dizer-te sem milgares
que dentro de mim é o sol, o fruto,
a criança, a água, o deus, o leite, a mãe,
que te procuram.

~

Não toques nos objectos imediatos

*

Não toques nos objectos imediatos.
A harmonia queima.
Por mais leve que seja um bule ou uma chávena,
são loucos todos os objectos.
Uma jarra com um crisântemo transparente
tem um tremor oculto.
É terrível no escuro.
Mesmo o seu nome, só a medo o podes dizer
a boca fica em chaga.

viernes, 24 de junio de 2022

angela melim / los buenos poemas son









Los buenos poemas son
prosa abrupta
y cortante.
Inmediatamente se comprende
la furia
o la calma imperturbable
que hay en ellos.
En el estrépito está 
el juego de las palabras˗
choque y balanceo de vagones enganchados.
Detrás de los vidrios se deslizan los paisajes
que la multitud apretada no avista: 
devastaciones ritmadas tan sonámbulas
como aceleradas.
Nada es difícil en el aire acondicionado
pero la prisa horizontal del raíl
urge
y dentro de ella
nadie cede el asiento a las mujeres
ni a los ancianos.

***
Angela Melim (Porto Alegre, Brasil, 1952)
Versión de Galo Torres

/

Os bons poemas são
prosa abrupta
cortante.
Imediatamente se entende
a fúria
ou a calma imperturbável
deles.
No estrépito está
o jogo das palavras –
choque e sacolejo de vagões engatados.
Atrás dos vidros deslizam as paisagens
que a turba comprimida não avista:
devastações ritmadas tão sonâmbulas
quanto aceleradas.
Nada é difícil no ar condicionado
mas uma pressa horizontal de trilho
urge
e dentro dela
ninguém cede o assento a mulheres
nem velhos.

jueves, 23 de junio de 2022

fernando pessoa / oda triunfal










A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica
Tengo fiebre y escribo.
Escribo rechinando los dientes, fiera por la belleza de esto,
Por la belleza de esto totalmente desconocido por los antiguos.

¡Oh ruedas, oh engranajes, r-r-r-r-r-r-r eterno!
¡Fuerte espasmo retenido por los maquinismos en furia!
En furia fuera y dentro de mí,
Por todos mis nervios disecados fuera,
¡Por todas las papilas fuera de todo con que yo siento!
Tengo los labios secos, oh grandes ruidos modernos,
De oíros demasiadamente de cerca,
Y me arde la cabeza de quereros cantar con un exceso
De expresión de todas mis sensaciones,
Con un exceso contemporáneo de vosotros, ¡oh, máquinas!

En fiebre y mirando los motores como a una Naturaleza tropical —
Grandes trópicos humanos de hierro y fuego y fuerza —
Canto, y canto el presente, y también el pasado y el futuro,
Porque el presente es todo el pasado y todo el futuro
Y hay Platón y Virgilio dentro de las máquinas y de las luces eléctricas
Sólo porque los hubo otrora y fueron humanos Virgilio y Platón,
Y pedazos de Alejandro Magno del siglo tal vez cincuenta,
Átomos que han de ir a dar fiebre al cerebro de Esquilo del siglo cien,
Andan por estas correas de transmisión y por estos émbolos y por estos volantes,
Rugiendo, rechinando, murmurando, atronando, jaraneando,
Haciéndome un acceso de caricias al cuerpo en una sola caricia al alma.

¡Ah, poder expresarme todo como un motor se expresa!
¡Ser completo como una máquina!
¡Poder ir por la vida triunfante como un automóvil último-modelo!
¡Poder al menos penetrarme físicamente de todo esto,
Rasgarme todo, abrirme completamente, volverme poroso
A todos los perfumes de óleos y calores y carbones
De esta flora estupenda, negra, artificial e insaciable!

¡Fraternidad con todas las dinámicas!
Promiscua furia de ser parte-agente
Del rodar férreo y cosmopolita
De los trenes estrenuos,
De la faena transportadora-de-cargas de los navíos,
Del giro lúbrico y lento de los guindastes,
Del tumulto disciplinado de las fábricas,
¡Y del casi-silencio murmurante y monótono de las correas de transmisión!

¡Horas europeas, productoras, entalladas
Entre maquinismos y quehaceres útiles
Grandes ciudades paradas en los cafés,
En los cafés — oasis de inutilidades ruidosas
Donde se cristalizan y se precipitan
Los rumores y los gestos de lo Útil
Y las ruedas, y las ruedas-dentadas y las chumaceras de lo Progresivo!
¡Nueva Minerva sin-alma de los muelles y de los andenes!
¡Nuevos entusiasmos de estatura del Momento!
¡Quillas de chapas de hierro sonriendo encostadas a las docas,
O en seco, erguidas, en los planos-inclinados de los puertos!
¡Actividad internacional, transatlántica, Canadian-Pacific!
Luces y febriles pérdidas de tiempo en los bares, en los hoteles,
En los Longchamps y en los Derbis y en los Ascots,
Y Piccadillies y Avenues de L’Opéra que entran
Por mi alma adentro!

¡Hale las calles, hale las plazas, hale-jop la foule!
¡Todo lo que pasa, todo lo que para en los escaparates!
¡Comerciantes; varios; escrocs exageradamente bien-vestidos;
Miembros evidentes de clubes aristocráticos;
Escuálidas figuras dudosas; jefes de familia vagamente felices
Y paternales hasta en la cadena de oro que atraviesa el chaleco
De aljibera a aljibera!
¡Todo lo que pasa, todo lo que pasa y nunca pasa!
Presencia demasiadamente acentuada de las señoronas
Banalidad interesante (¿y quién sabe qué por dentro?)

De las burguesitas, madre e hija generalmente,
Que andan por la calle con un fin cualquier;
La gracia femenil y falsa de los pederastas que pasan, lentos;
Y toda la gente sencillamente elegante que pasea y se muestra
Y al final ¡tiene alma ahí dentro!

(¡Ah, cómo desearía yo ser el sostén de todo esto!)

¡La maravillosa belleza de las corrupciones políticas,
Deliciosos escándalos financieros y diplomáticos,
Agresiones políticas en las calles,
Y de vez en cuando el cometa de un regicidio
Que ilumina de Prodigio y Fanfarria los cielos
Usuales y lúcidos de la Civilización cotidiana!

Noticias desmentidas en los periódicos,
Artículos políticos insinceramente sinceros,
Noticias passez à-la-caisse, grandes crímenes —
¡Dos columnas pasando a la segunda página!
¡El olor fresco a tinta de tipografía!
¡Los carteles puestos hace poco, mojados!
¡Vients-de-paraître amarillos como una cinta branca!
¡Cómo os amo yo a todos, a todos, a todos,
Cómo os amo de todas las maneras,
Con los ojos y con los oídos y con el olfato
Y con el tacto (¡lo que representa palparos para mí!)
¡Y con la inteligencia como una antena que hacéis vibrar!
¡Ah, cómo todos mis sentidos tienen celos de vosotros!

¡Abonos, trilladoras a vapor, progresos de la agricultura!
¡Química agrícola, y el comercio casi una ciencia!
¡Oh, muestrarios de los cajeros-viajantes,
De los cajeros-viajantes, caballeros-andantes de la Industria,
Prolongamientos humanos de las fábricas y de los tranquilos despachos!

¡Oh telas en los escaparates! ¡Oh maniquíes! ¡Oh últimos modelos!
¡Oh artículos inútiles que toda la gente quiere comprar!

¡Hola grandes almacenes con varias secciones!
¡Hola anuncios eléctricos que vienen y están y desaparecen!
¡Hola todo con lo que hoy se construye, con lo que hoy se es diferente de ayer!
¡Eh, cemento armado, masilla de cemento, nuevos procesos!
¡Progresos de los armamentos gloriosamente mortíferos!
¡Corazas, cañones, ametralladoras, submarinos, aeroplanos!
Os amo a todos, a todo, como una fiera.
Os amo carnívoramente.
Pervertidamente y enroscando mi vista
¡En vosotros, oh cosas grandes, banales, útiles, inútiles,
Oh cosas todas modernas,
Oh mis contemporáneas, forma actual y próxima
Del sistema inmediato del Universo!
¡Nueva Revelación metálica y dinámica de Dios!

Oh fábricas, oh laboratorios, oh music-halls, oh Luna-Parks,
Oh acorazados, oh puentes, oh muelles flotantes —
En mi mente turbulenta y encandecida
Os poseo como a una mujer bella,
Completamente os poseo como a una mujer bella que no se ama,
Que se encuentra casualmente y parece interesantísima.

¡Hale-jop fachadas de las grandes tiendas!
¡Hale-jop ascensores de los grandes edificios!
¡Hale-jop recomposiciones ministeriales!
Parlamentos, políticas, relatores de presupuestos,
¡Presupuestos falsificados!
(Un presupuesto es tan natural como un árbol
Y un parlamento tan bello como una mariposa).

Hale el interés por todo en la vida,
Porque todo es la vida, desde los brillantes en los escaparates
Hasta por la noche puente misterioso entre los astros
Y el mar antiguo y solemne, lavando las espaldas
Y siendo misericordiosamente el mismo
Que era cuando Platón era realmente Platón
En su presencia real y en su carne con el alma dentro,
Y hablaba con Aristóteles, que no había de ser discípulo suyo.

Yo podría morir triturado por un motor
Con el sentimiento de deliciosa entrega de una mujer poseída.
¡Tiradme para dentro das fornallas!
¡Metedme debajo de los trenes!
¡Empaquetadme a bordo de navíos!
¡Masoquismo a través de maquinismos!
¡Sadismo de no sé qué moderno y yo y ruido!

¡Hale-jop jockey que has ganado el Derby,
Mordiendo entre dientes tu cap de dos colores!

(¡Ser tan alto que no pudiese entrar por ninguna porta!
¡Ah, mirar es en mí una perversión sexual!)

¡Hale, hale, hale, catedrales!
Dejadme partirme la cabeza contra vuestras esquinas.

¡Y ser llevado por la calle olor a sangre
Sin que nadie sepa quién soy yo!

¡Oh tramways, funiculares, metropolitanos,
Rozaros por mí hasta el espasmo!
¡Hale! ¡hale! ¡hale-jop!
¡Dadme carcajadas en plena cara,
Oh automóviles apiñados de juerguistas y de putas,
Oh multitudes cotidianas ni alegres ni tristes de las calles,
Río multicolor anónimo y donde yo me puedo bañar como querría!
¡Ah, que vidas complejas, que cosas ahí en las casas de todo esto!
¡Ah, saberles las vidas a todos, las dificultades de dinero,
Las disensiones domésticas, los libertinajes que no se sospechan,
Los pensamientos que cada uno tiene a solas en su habitación
Y los gestos que hace cuando nadie puede ver!
¡No saber todo esto es ignorar todo, oh rabia,
Oh rabia que como una fiebre y un celo y un hambre
Me deja flaco el rostro y me agita a veces las manos
En crispaciones absurdas en pleno medio de las turbas
En las calles llenas de empujones!

¡Ah, y la gente ordinaria y sucia, que parece siempre la misma,
Que utiliza palabrotas como palabras usuales,
Cuyos hijos roban a las puertas de los colmados
Y cuyas hijas a los ocho años — ¡y a mí me parece eso bello y lo amo! —
Masturban a hombres de aspecto decente en los vanos de escalera.
La gentuza que anda por los andamios y que se va a casa
Por callejuelas casi irreales de estrechez y podredumbre.
Maravillosamente gente humana que vive como los perros
Que está por debajo de todos los sistemas morales,
Para quien ninguna religión se hizo,
Ningún arte creado,
Ninguna política destinada a ellos!
¡Cómo os amo yo a todos, porque sois así,
Ni inmorales de tan bajos que sois, ni buenos ni malos,
Intangibles por todos los progresos,
Fauna maravillosa del fondo del mar de la vida!

(En la noria del patio de mi casa
El burro da vueltas, da vueltas,
Y el misterio del mundo es del tamaño de esto.
Limpia el sudor con el brazo, trabajador descontento.
La luz del sol acalla el silencio de las esferas
Y hemos de morir todos,
Oh pinares sombríos al crepúsculo,
Pinares donde mi infancia era otra cosa
De lo que yo soy hoy...)

Pero, ¡ah otra vez la rabia mecánica constante!
Otra vez la obsesión agitada de los autobuses.
Y otra vez la furia de estar yendo al mismo tiempo dentro de todos los trenes
De todas las partes del mundo,
De estar diciendo adiós a bordo de todos los navíos,
Que a estas horas están levantando anclas o alejándose de los muelles.
Oh hierro, oh acero, oh aluminio, oh chapas de hierro ondulado!

Oh muelles, oh puertos, oh trenes, oh guindastes, oh remolcadores!
¡Hale, grandes accidentes de trenes!
¡Hale, derrumbes de galerías de minas!
¡Hale, naufragios deliciosos de los grandes transatlánticos!
¡Hale-jop revoluciones aquí, ahí, allá,
Alteraciones de constituciones, guerras, tratados, invasiones,
Ruido, injusticias, violencias, y tal vez en breve el fin,
La gran invasión de los bárbaros amarillos por Europa,
Y otro Sol en el nuevo Horizonte!

¿Qué importa todo esto, pero qué importa todo esto
Al fúlgido y ardiente ruido contemporáneo,
Al ruido cruel y delicioso de la civilización de hoy?
Todo eso lo borra todo, salvo el Momento,
El Momento de torso denudo y caliente como un pirotécnico,
El Momento estridentemente ruidoso y mecánico,
El Momento dinámico pasaje de todas las bacantes
Del hierro y del bronce y de la borrachera de los metales.

¡Hale trenes, hale puentes, hale hoteles a la hora de cenar,
Hale aparatos de todas las especies, férreos, brutos, mínimos,
Instrumentos de precisión, aparatos de triturar, de cavar,
Ingenios brocas, máquinas rotativas!
¡Hale! ¡hale! ¡hale!
¡Hale electricidad, nervios enfermos de la Materia!
¡Hale telegrafía-sin-cables, simpatía metálica del Inconsciente!
¡Hale túneles, hale canales, Panamá, Kiel, Suez!
¡Hale todo el pasado dentro del presente!
¡Hale todo el futuro ya dentro de nosotros! ¡Hale!
¡Hale! ¡hale! ¡hale!
¡Frutos de hierro y útil del árbol-fábrica cosmopolita!
¡Hale! ¡hale! ¡hale! ¡Hale-jooop!
Ni sé que existo para dentro. Giro, rodeo, me ingenio.
Me enganchan en todos los trenes.
Me izan en todos los muelles.
Giro dentro de las hélices de todos los navíos.
¡Hale! ¡Hale-jop! ¡hale!
¡Hale! soy el calor mecánico y la electricidad!

¡Hale! ¡y los rails y las salas de máquinas y Europa!
Hale y hurra por mí-todo y todo, máquinas trabajando, ¡Hale!
¡Saltar con todo por encima de todo! ¡Aúpa!

¡Aúpa, aúpa, aúpa-jop, aúpa!
¡Hale! ¡Hale-jop! ¡J-o-o-o-p!
¡Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!

¡Ah no ser yo toda la gente y todas partes!

Londres, 1914 - junio

Nota del mediador: En enero de 2019, este poema hizo noticia en Portugal. Tras ser incluido en el libro de texto escolar para el 12mo año escolar, Encontros, publicado por la editorial Porto, fue cercenado por esta última en tres de sus versos, por estimarse que manejaban un lenguaje obsceno. Cabe señalar que el libro de texto fue aprobado previamente por el Ministerio de Educación de Portugal y por más de 90 escuelas. Los versos removidos en cuestión eran los siguientes: "Oh automóviles apiñados de juerguistas y de putas (...) Y cuyas hijas a los ocho años — ¡y a mí me parece eso bello y lo amo! — / Masturban a hombres de aspecto decente en los vanos de escalera". Puede consultarse, a mayor abundamiento, la nota en el periódico luso Expresso.

***
Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935) - Álvaro de Campos
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

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Ode triunfal

*

À dolorosa luz das grandes lâmpadas eléctricas da fábrica

Tenho febre e escrevo.

Escrevo rangendo os dentes, fera para a beleza disto,

Para a beleza disto totalmente desconhecida dos antigos.

 

Ó rodas, ó engrenagens, r-r-r-r-r-r-r eterno!

Forte espasmo retido dos maquinismos em fúria!

Em fúria fora e dentro de mim,

Por todos os meus nervos dissecados fora,

Por todas as papilas fora de tudo com que eu sinto!

Tenho os lábios secos, ó grandes ruídos modernos,

De vos ouvir demasiadamente de perto,

E arde-me a cabeça de vos querer cantar com um excesso

De expressão de todas as minhas sensações,

Com um excesso contemporâneo de vós, ó máquinas!

 

Em febre e olhando os motores como a uma Natureza tropical —

Grandes trópicos humanos de ferro e fogo e força —

Canto, e canto o presente, e também o passado e o futuro,

Porque o presente é todo o passado e todo o futuro

E há Platão e Virgílio dentro das máquinas e das luzes eléctricas

Só porque houve outrora e foram humanos Virgílio e Platão,

E pedaços do Alexandre Magno do século talvez cinquenta,

Átomos que hão-de ir ter febre para o cérebro do Ésquilo do século cem,

Andam por estas correias de transmissão e por estes êmbolos e por estes volantes,

Rugindo, rangendo, ciciando, estrugindo, ferreando,

Fazendo-me um acesso de carícias ao corpo numa só carícia à alma.

 

Ah, poder exprimir-me todo como um motor se exprime!

Ser completo como uma máquina!

Poder ir na vida triunfante como um automóvel último-modelo!

Poder ao menos penetrar-me fisicamente de tudo isto,

Rasgar-me todo, abrir-me completamente, tornar-me passento

A todos os perfumes de óleos e calores e carvões

Desta flora estupenda, negra, artificial e insaciável!

 

Fraternidade com todas as dinâmicas!

Promíscua fúria de ser parte-agente

Do rodar férreo e cosmopolita

Dos comboios estrénuos,

Da faina transportadora-de-cargas dos navios,

Do giro lúbrico e lento dos guindastes,

Do tumulto disciplinado das fábricas,

E do quase-silêncio ciciante e monótono das correias de transmissão!

 

Horas europeias, produtoras, entaladas

Entre maquinismos e afazeres úteis!

Grandes cidades paradas nos cafés,

Nos cafés — oásis de inutilidades ruidosas

Onde se cristalizam e se precipitam

Os rumores e os gestos do Útil

E as rodas, e as rodas-dentadas e as chumaceiras do Progressivo!

Nova Minerva sem-alma dos cais e das gares!

Novos entusiasmos de estatura do Momento!

Quilhas de chapas de ferro sorrindo encostadas às docas,

Ou a seco, erguidas, nos planos-inclinados dos portos!

Actividade internacional, transatlântica, Canadian-Pacific!

Luzes e febris perdas de tempo nos bares, nos hotéis,

Nos Longchamps e nos Derbies e nos Ascots,

E Piccadillies e Avenues de L’Opéra que entram

Pela minh’alma dentro!

 

Hé-lá as ruas, hé-lá as praças, hé-lá-hô la foule!

Tudo o que passa, tudo o que pára às montras!

Comerciantes; vários; escrocs exageradamente bem-vestidos;

Membros evidentes de clubes aristocráticos;

Esquálidas figuras dúbias; chefes de família vagamente felizes

E paternais até na corrente de oiro que atravessa o colete

De algibeira a algibeira!

Tudo o que passa, tudo o que passa e nunca passa!

Presença demasiadamente acentuada das cocotes

Banalidade interessante (e quem sabe o quê por dentro?)

Das burguesinhas, mãe e filha geralmente,

Que andam na rua com um fim qualquer;

A graça feminil e falsa dos pederastas que passam, lentos;

E toda a gente simplesmente elegante que passeia e se mostra

E afinal tem alma lá dentro!

 

(Ah, como eu desejaria ser o souteneur disto tudo!)

 

A maravilhosa beleza das corrupções políticas,

Deliciosos escândalos financeiros e diplomáticos,

Agressões políticas nas ruas,

E de vez em quando o cometa dum regicídio

Que ilumina de Prodígio e Fanfarra os céus

Usuais e lúcidos da Civilização quotidiana!

 

Notícias desmentidas dos jornais,

Artigos políticos insinceramente sinceros,

Notícias passez à-la-caisse, grandes crimes —

Duas colunas deles passando para a segunda página!

O cheiro fresco a tinta de tipografia!

Os cartazes postos há pouco, molhados!

Vients-de-paraître amarelos como uma cinta branca!

Como eu vos amo a todos, a todos, a todos,

Como eu vos amo de todas as maneiras,

Com os olhos e com os ouvidos e com o olfacto

E com o tacto (o que palpar-vos representa para mim!)

E com a inteligência como uma antena que fazeis vibrar!

Ah, como todos os meus sentidos têm cio de vós!

 

Adubos, debulhadoras a vapor, progressos da agricultura!

Química agrícola, e o comércio quase uma ciência!

Ó mostruários dos caixeiros-viajantes,

Dos caixeiros-viajantes, cavaleiros-andantes da Indústria,

Prolongamentos humanos das fábricas e dos calmos escritórios!

 

Ó fazendas nas montras! Ó manequins! Ó últimos figurinos!

Ó artigos inúteis que toda a gente quer comprar!

Olá grandes armazéns com várias secções!

Olá anúncios eléctricos que vêm e estão e desaparecem!

Olá tudo com que hoje se constrói, com que hoje se é diferente de ontem!

Eh, cimento armado, beton de cimento, novos processos!

Progressos dos armamentos gloriosamente mortíferos!

Couraças, canhões, metralhadoras, submarinos, aeroplanos!

Amo-vos a todos, a tudo, como uma fera.

Amo-vos carnivoramente.

Pervertidamente e enroscando a minha vista

Em vós, ó coisas grandes, banais, úteis, inúteis,

Ó coisas todas modernas,

Ó minhas contemporâneas, forma actual e próxima

Do sistema imediato do Universo!

Nova Revelação metálica e dinâmica de Deus!

 

Ó fábricas, ó laboratórios, ó music-halls, ó Luna-Parks,

Ó couraçados, ó pontes, ó docas flutuantes —

Na minha mente turbulenta e encandescida

Possuo-vos como a uma mulher bela,

Completamente vos possuo como a uma mulher bela que não se ama,

Que se encontra casualmente e se acha interessantíssima.

 

Eh-lá-hô fachadas das grandes lojas!

Eh-lá-hô elevadores dos grandes edifícios!

Eh-lá-hô recomposições ministeriais!

Parlamentos, políticas, relatores de orçamentos,

Orçamentos falsificados!

(Um orçamento é tão natural como uma árvore

E um parlamento tão belo como uma borboleta).

 

Eh-lá o interesse por tudo na vida,

Porque tudo é a vida, desde os brilhantes nas montras

Até à noite ponte misteriosa entre os astros

E o mar antigo e solene, lavando as costas

E sendo misericordiosamente o mesmo

Que era quando Platão era realmente Platão

Na sua presença real e na sua carne com a alma dentro,

E falava com Aristóteles, que havia de não ser discípulo dele.

 

Eu podia morrer triturado por um motor

Com o sentimento de deliciosa entrega duma mulher possuída.

Atirem-me para dentro das fornalhas!

Metam-me debaixo dos comboios!

Espanquem-me a bordo de navios!

Masoquismo através de maquinismos!

Sadismo de não sei quê moderno e eu e barulho!

 

Up-lá hô jockey que ganhaste o Derby,

Morder entre dentes o teu cap de duas cores!

 

(Ser tão alto que não pudesse entrar por nenhuma porta!

Ah, olhar é em mim uma perversão sexual!)

 

Eh-lá, eh-lá, eh-lá, catedrais!

Deixai-me partir a cabeça de encontro às vossas esquinas.

 

E ser levado da rua cheio de sangue

Sem ninguém saber quem eu sou!

 

Ó tramways, funiculares, metropolitanos,

Roçai-vos por mim até ao espasmo!

Hilla! hilla! hilla-hô!

Dai-me gargalhadas em plena cara,

Ó automóveis apinhados de pândegos e de putas,

Ó multidões quotidianas nem alegres nem tristes das ruas,

Rio multicolor anónimo e onde eu me posso banhar como quereria!

Ah, que vidas complexas, que coisas lá pelas casas de tudo isto!

Ah, saber-lhes as vidas a todos, as dificuldades de dinheiro,

As dissensões domésticas, os deboches que não se suspeitam,

Os pensamentos que cada um tem a sós consigo no seu quarto

E os gestos que faz quando ninguém pode ver!

Não saber tudo isto é ignorar tudo, ó raiva,

Ó raiva que como uma febre e um cio e uma fome

Me põe a magro o rosto e me agita às vezes as mãos

Em crispações absurdas em pleno meio das turbas

Nas ruas cheias de encontrões!

 

Ah, e a gente ordinária e suja, que parece sempre a mesma,

Que emprega palavrões como palavras usuais,

Cujos filhos roubam às portas das mercearias

E cujas filhas aos oito anos — e eu acho isto belo e amo-o! —

Masturbam homens de aspecto decente nos vãos de escada.

A gentalha que anda pelos andaimes e que vai para casa

Por vielas quase irreais de estreiteza e podridão.

Maravilhosamente gente humana que vive como os cães

Que está abaixo de todos os sistemas morais,

Para quem nenhuma religião foi feita,

Nenhuma arte criada,

Nenhuma política destinada para eles!

Como eu vos amo a todos, porque sois assim,

Nem imorais de tão baixos que sois, nem bons nem maus,

Inatingíveis por todos os progressos,

Fauna maravilhosa do fundo do mar da vida!

 

(Na nora do quintal da minha casa

O burro anda à roda, anda à roda,

E o mistério do mundo é do tamanho disto.

Limpa o suor com o braço, trabalhador descontente.

A luz do sol abafa o silêncio das esferas

E havemos todos de morrer,

Ó pinheirais sombrios ao crepúsculo,

Pinheirais onde a minha infância era outra coisa

Do que eu sou hoje...)

 

Mas, ah outra vez a raiva mecânica constante!

Outra vez a obsessão movimentada dos ónibus.

E outra vez a fúria de estar indo ao mesmo tempo dentro de todos os comboios

De todas as partes do mundo,

De estar dizendo adeus de bordo de todos os navios,

Que a estas horas estão levantando ferro ou afastando-se das docas.

Ó ferro, ó aço, ó alumínio, ó chapas de ferro ondulado!

Ó cais, ó portos, ó comboios, ó guindastes, ó rebocadores!

 

Eh-lá grandes desastres de comboios!

Eh-lá desabamentos de galerias de minas!

Eh-lá naufrágios deliciosos dos grandes transatlânticos!

Eh-lá-hô revoluções aqui, ali, acolá,

Alterações de constituições, guerras, tratados, invasões,

Ruído, injustiças, violências, e talvez para breve o fim,

A grande invasão dos bárbaros amarelos pela Europa,

E outro Sol no novo Horizonte!

 

Que importa tudo isto, mas que importa tudo isto

Ao fúlgido e rubro ruído contemporâneo,

Ao ruído cruel e delicioso da civilização de hoje?

Tudo isso apaga tudo, salvo o Momento,

O Momento de tronco nu e quente como um fogueiro,

O Momento estridentemente ruidoso e mecânico,

O Momento dinâmico passagem de todas as bacantes

Do ferro e do bronze e da bebedeira dos metais.

 

Eia comboios, eia pontes, eia hotéis à hora do jantar,

Eia aparelhos de todas as espécies, férreos, brutos, mínimos, Instrumentos de precisão, aparelhos de triturar, de cavar,

Engenhos brocas, máquinas rotativas!

 

Eia! eia! eia!

Eia electricidade, nervos doentes da Matéria!

Eia telegrafia-sem-fios, simpatia metálica do Inconsciente!

Eia túneis, eia canais, Panamá, Kiel, Suez!

Eia todo o passado dentro do presente!

Eia todo o futuro já dentro de nós! eia!

Eia! eia! eia!

Frutos de ferro e útil da árvore-fábrica cosmopolita!

Eia! eia! eia! eia-hô-ô-ô!

Nem sei que existo para dentro. Giro, rodeio, engenho-me.

Engatam-me em todos os comboios.

Içam-me em todos os cais.

Giro dentro das hélices de todos os navios.

Eia! eia-hô! eia!

Eia! sou o calor mecânico e a electricidade!

 

Eia! e os rails e as casas de máquinas e a Europa!

Eia e hurrah por mim-tudo e tudo, máquinas a trabalhar, eia!

 

Galgar com tudo por cima de tudo! Hup-lá!

 

Hup-lá, hup-lá, hup-lá-hô, hup-lá!

Hé-la! He-hô! H-o-o-o-o!

Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!

 

Ah não ser eu toda a gente e toda a parte!

 

                        Londres, 1914 — Junho.