jueves, 31 de mayo de 2018

mercedes roffé / de diario ínfimo



19 de mayo
Reminiscencias

*

hoy en el cielo hubo fuegos
y grises
y algún jirón rosado
desplegándose
sobre el río brumoso
—su horizonte

hoy fue un día de luces
y sorna y farsa
y algún mirar fastidiado

un desencuentro

un libro que alguien dejó       caer en tus manos
una pregunta
una espera

hoy     quienquiera que fuese
leyó como si amara
en la palabra el alma que la intuye
o labra
o borronea

hoy alguien susurró
al oído de alguien
un poema improbable
incierto

receloso

como una garúa

~~~

21 de julio
Labrantíos

*

ayer fue labrar
y cuando se labra cuesta
abandonar el surco

vuelvo y vuelvo
a tallar lo tallado
a pulir las rebabas
los grumos que entumecen
el sentido trazado, laborado

ayer fue labrar

difícil deshacerse       desasirse
de la tierra esculpida
como si el surco hubiese
sido cavado
en el propio
cuerpo
o la memoria

tierra fecunda

~~~

27 de diciembre
Conciliación o Celebración De La Belleza

*

prosas
como mares fecundos

no hay frontera
no hay
término que separe
reflexión y emoción
discernimiento y videncia

la intuición penetra el hontanar
de enigmas que nos cerca
como el camino define
la dirección y el sino de lo vivo
y la penuria el empleo
de lo que está por ser

trama y urdimbre
la vida es

ese destiempo    e-
sa fatiga
siemépre
a flor de piel
ese campo llagado
acometido

esa hendidura

¿no viste
cómo deviene la noche
el final de la frase
hilada en la vigilia?

¿cómo deviene el día
el desliz que delata
el sueño siempre
sofocado?

el silencio y el ritmo
¿lo mismo son?

desnudez y memoria
el infinito y el viento
y las voces
y los ecos

el trepidar del Big Bang
—o su repliegue—
vibrando aún
en cada
iluminado artificio

¿la misma cosa son?
¿el mismo don?
¿el mismo bien-
hadado
sortilegio?

***
Mercedes Roffé (Buenos Aires, 1954) Diario Ínfimo. Sevilla: La Isla de Siltolá, 2016.

miércoles, 30 de mayo de 2018

alexis figueroa / de vírgenes del sol cabaret inn



Inicio General 0.

*

Esto sucede en la ciudad/el país equis/esto sucede en la región de la utopía/esto sucede en el privado valle de Gargantúa y Pantagruel/esto sucede a donde nos vestimos con la ropa del Cinema/adonde nos vestimos con la imagen o la sombra proyectada desde el almacen de los Deseos y Necesidades cotidianas/esto sucede en pleno recorrido de la ciudad de una película (1)/esto sucede en los cuerpos abiertos/en la praxis/la novela/los Corin-juegos dorados del amor/esto sucede mientras se venden profilácticos con estampas de los incas o se espera a los mariners-astronautas que descienden ritualmente en pleno mes de octubre manejando submarinos en la Unita's Operation/esto sucede paralelo o adentro de la realidad, mientras se prepara la rosada propaganda de los sexos/esto sucede for the gentle turist and export/esto sucede aunque el suceder es de nosotros/esto sucede escrito, así sucede/esto sucede: cocinan pollos en el vientre de las embarazadas/esto sucede: un B-52 comienza a combardear un extremo de la mente/esto sucede frase, también sucede cuerpo/propaganda/cebo/luz/Carnada/esto sucede afirmado en el propio reflejo de su sombra/esto sucede escrito en un vestido/en la dermis de una metafórica mujer/que es un desierto con sus líneas/una extensa superficie que se lee/a medida que subimos en medio del espacio de los medios/esto sucede la palabra/la escritura/la image/la película/la historieta/en que los rasgos-nazca de la piel se descubren ante el ojo que los lee/esto sucede mientras cambia el ojo que los lee/esto sucede pero el suceder es de nosotros/esto sucede en la película de algo como un cuerpo/o como una ciudad/.

~~~

Inicio general No 1.





“Maria Antonieta se acuesta con Fellini”
han escrito en letra roja
adentro del
Vírgenes del Sol Inn Cabaret.




“Las parejas navegan extraviadas en el mar
de los martinis”,
corean los barman afirmados en la barra.




Luego dicen:





“El escritor invita, pagara todos los gastos,
con auspicio de la Nasa and Kennel Club.
Pasen a escuchar nuestro folletín de propaganda,
a leer el prospecto del placer”.

~~~

(Un segundo, antes de empezar)

Iconografia.



El cuerpo es un colectivo
diapositiva estructurada en la matriz de las
neuronas.
El cuerpo es paisaje de la mente.



//////////////////////////////////////////////////////////////////
/////////////ZONA DE SIGNOS///////////////////////
/////////////////////////////////////////////////////////////////

El cuerpo es un colectivo de lecturas
(del y en el lugar que nuestra historia le
ha asignado/nos asigna)
Nuestra: la nuestra, la historieta,
que acostumbra dividir y separar arte/vida
                                            cuerpo/espacio,
así como Clark Kent es superman
en el Gran Show.

~~~

Entre el humo.
Interiores.
Entre el humo oscuro:
una foto color sepia arrugada por completo.
Una página central abierta como una bandera
desplegada y prendida a la pared.
En la pared del fondo un cementerio de mujeres,
en la pared del fondo un museo de Hug Hefner.
En la pared del fondo un grupo de medusas.
En la pared del fondo el gran collage de las sirenas.
Entre el humo:
mancebos neoyorquinos visitando ruinas arqueológicas
flagelándose en las calles llenas de alta hierba y coke,
“aún no hemos visto” dice uno.
“Subiremos a ver las ruinas desde arriba” agrega el otro.
A medianoche todos exploran las huacas amerindias,
se rellenan las cavidades de los cuerpos mientras
alguien recita a un Ginsberg moribundo.
A medianoche cogidos de la mano, esperan que descienda en Huaina-picchu el nuevo sol de acero.
Entre el humo oscuro:
luces luces luces rojas.
Desfilan las parejas apretadas en el baile.
Las mujeres llevan una cinta roja, como si los viejos
alemanes
hubieran llegado otra vez repartiendo brazaletes.
Y en ellos léese “Susana” “María” “Ester” u otro,
cualquier nombre de mujer.
Algunos de los rostros, demacrados: como si la música
los amortajara, les amarrara las entrañas, les dejara
asómarse por los ojos un miedo a qué, a no sabemos qué.
Entre el humo:
de la tierra levantando el vuelo,
en el transbordador se inicia la primera orgía del espacio.
Durará cuarenta vueltas a la tierra.
Se contemplarán diversas ruinas desde las alturas.
El nuevo diluvio será blanco, por cuarenta días y sus
noches
será blanco cayendo hacia la tierra.
Entre el humo oscuro:
las muchachas se retocan afirmadas en el baño,
acodadas en el lavamanos, entre capa y capa de carmín
van fantaseándose la cara.
Algunas juegan a ser modelos de Veemer, Rubens, Boticelli
Otras pintan rayas, diablos, frutos raros y espinosos,
como si un Hieronimus Bosch cansado y ya demente
hubiese accedido a maquillarlas.
Una ha hecho descender el lápiz a lo largo de su cara
partiéndose la frente la nariz,
dividiéndose la boca con una horrible raya verde.
Pero nadie sabe, nadie las contempla cuando inauguran
este Louvre en pleno baño.
Entre el humo:
cruzan los motores rojos por un cielo rojo.
Un transbordador todo de oro sube a encontrarse con el alba.
Los mancebos medio hastiados ya, exclaman:
“deseamos, queremos ver las ruinas”.
Se escuchan risas en el aire, en todas partes, periódicas
se oyen.
Entre el humo oscuro:
el espejo queda solo.
El rouge bermellón que chorrea por las caras
parece ser restos de carne sobre el piso de un campo de
exterminio.
También las manchas en los muebles, la humedad de las
paredes,
parece ser igual despojo.
Entre las luces rojas la pieza de los bailes es un túnel
palpitante,
un ascensor lleno de cuerpos descendiendo el complejo esqueleto de la noche, un recodo,
un paredón cuadrado en lo profundo de una gruta:
ante el cual bailan siguiendo extraños ritos, arboles quemándose en un bosque,
peces asombrados sin saber como ni cuando fueron extraídos
de su mar,
mariposas tristes que intentan tocarse las antenas,
en fin distante gente-tren
que apenas asómase a los ojos
para ver pasar en dirección contraria
la oscura luz de otro convoy.
Entre el humo:
un mancebo mira por un hueco en la carlinga,
se da vuelta, ajusta los controles y levanta la copa
de champán.
Después dice, hablando a otro, “salud, hemos del volver
hacia la tierra, hemos de parar en las montañas”.
Abajo brilla el mundo recién amaneciendo,
entre sombras redondas, azules y plateadas.
Entre el humo oscuro:
muñecas de trapo que cuelgan desde el techo agitadas
a intervalos por descargas de corriente,
leen en voz alta las ofertas de la casa:
Vien benidos al salón del invierno luminoso,
vien benidos al Vírgenes del Sol Inn Cabaret.
Entre el humo:
la gran luz cruzando el alba, siguiendo una perfecta
curva parabólica,
la gran luz toda de oro la gran luz.
Entre el humo oscuro ellas:
discretamente ocultando sus jorobas, sus jibas y
excrecencias
nocturnas/voluptuosas:
dejándolas debajo de las camas, adentro de los muebles,
en los cajones, cerrando los postigos, corriendo las cortinas,
vendando sus heridas con enaguas, medias, corpiños y
vestidos.
En el amanecer, aliviada la piel de viejos golpes,
salen a la luz los parroquianos.
Pero la inmensa sombra del Columbia
descendiendo
interpónese entre ellos y el sol.

~~~

Canción de las Girl-friends (Maria Madonna)

Soda pop soda pop soda pop en las maiianas
soda pop soda pop Bianca (blanca) yo soy.
soda pop soda pop ven a mis brazos
soda pop soda pop Bianca yo soy.

Soda pop soda pop chica pin-pon
soda pop soda pop chica pon-pon (Pon)
soda pop soda pop chica pin-up
chica pin chica ap (up) and soda pop.

Soda pop soda pop soda pop son mis orgasmos
soda pop soda pop soy vespertina
soda pop soda pop vivo de noche
hasta ver las luces
hasta ver las luces
matutinas.

Soda pop soda pop soda pop en fin mientras aguante
soda pop soda pop chica pin-pon
soda pop soda pop soy reyna, princess, bianca
                                                               (blanca)
soda pop soda pop chica Pon-Pon.

~~~

Susana en la calle.
Día de Salida.
Mayúsculas.
El cine: Intersección Broadway.
Mundo-Show. El proyector.

3 PM.

Susana en la calle, levantando las manos para hacerse
                                                      sombra bajo el sol
detenida ante el semáforo la mente mitad dentro mitad fuera
                                                      del cuerpo
Parada sobre las rayas amarillas pintadas encima del
                                                      cemento
pareciendo un aborigen a caballo sobre un tigre,
el cuerpo mitad fuera mitad dentro de la tibia luz del día.

4 PM.

Susana estacionada y contemplando las vitrinas,
después avanzando; inmóvil; caminando;
como una bandera flameando entre la gente,
como la llama de un farol a punto de apagarse,
siguiendo un errante derrotero entre la luz,
igual que un barco derivando sin las velas ni el timón.

5 PM.

Susana en la calle, levantando sus dos manos para hacerse
                                                      visera bajo el sol,
irguiendo la cabeza, contemplando el Gran Mar Superior de
                                                      Nuestra Atmósfera.

(descubriendo el diminuto huso de metal cruzando el aire),
pasando frente a la entrada de algún cine,
comprando palomitas de maíz, fichas de flipers:

“Haciendose una bola de deseos que sin cauce,
rueda sobre el cotidiano camino de las horas”.

Pero entonces, abriendo la cartera,
contando las monedas
                            (de pronto mirando sus zapatos,
                            hundiéndose la vista en esa pobre
                            imitación de cuero y yacaré)
detenida, volviendose de pronto, andando
y comprando decidida el papel celeste de la entrada.

6.45 PM.

(Casi en pantalla):
Sentada acomodándose la falda la mente mitad dentro mitad
fuera de la sala oscurecida
aunque a veces todavía caminando
o a caballo sobre un tigre de rayas amarillas
o parándose en la esquina o contemplando los afiches;
posando en el silencio a lo Catherine Deneuve,
sonriendo en la butaca a lo Jackeline Bisset,
a lo Maria Schneider sacudiendo su melena.
Pero entonces:
                            mitad fuera mitad dentro (dentro)
                            de la cinta:
caminando Broadway adelante
                            (alistándose controles para la
                                                     intersection’s mind)
sacándose la blusa por la larga calle emblanquecida
(usada de camastro por la nieve)
sonriendo estilo Vamp,
colocándose lentes de contacto con pupilas de Bette Davis,
pintándose los labios de carmín en un pobre café de la
                                                    Gran City,
soñando a patinar en Central Park
(aunque en realidad ni siquiera el hielo es de verdad,
que si no estaría congelada, helada en vida o)
soñándose en las luces que anuncian los nombres y señales,
de otras bellas carnes exhibidas en la gran vitrina
                                                    congelada.

8 PM.

(En pantalla)
Se pone el sol detras de la estatua del progreso
en plena entrada del puerto de New York,
mientras ella


                   (CON LA PIEL TODA DORADA
                   la protagonista, en plena acción)
corre por la acera en primer plano,
entra en la estación que se ve a fondo,
saca el ticket y se dirige hacia el anden.
Enseguida toma el tren a los suburbios.
Una vez arriba, mirase a espejo de los vidrios.
Entonces busca el baño, allí se mete:
a retocarse con pintura,
a marcarse nuevamente los rasgos de la cara,
a delinearse otra vez los trazos de los ojos,
la huella de la boca,
a dibujarse el rostro a cada instante
que pareciera hecho de partículas de sueño
y que sin el rouge sin los polvos sin el rimmel
la saliva y el sudor se comen todo,
dejando anchos surcos transparentes a su paso,
dejando allí donde antes había piel,
                  ahora amplios huecos como enfermos.

8.45 PM.

(Casi en pantalla)
Entonces tu (Tu) saltando en el asiento comprendiendo
ahora la película, sabiendo que por mas que (uno)
                                                    se decore,
                                                    se maquille,
el celuloide esta llegando al fin,
y todos sin poder chillar y sin gritar, sin poder
                                                    apagar el proyector
todo siendo como un barco con peste entrando a puerto,
como la lava de un volcán (veloz) subiendo por el
                                                    cráter:
                                  Entonces tu/mirando como ella:
                                  mitad fuera mitad dentro del cuerpo,
                                  camina por las calles de su Broadway
                                  demasiado ensimismada/la mente mitad
                                  fuera mitad dentro/levantando la vista
                                  hacia las nubes,
                                  incapaz de descubrir las letras rojas
                                  (dibujadas en el cielo, estampadas en
                                                                    la cinta)

que estructuran a grandes rasgos el The End en las palabras
en una lengua que no entiende,
aunque ahora camine mitad dentro y mitad dentro
de su Broadway por entero enloquecido,
diluyéndose en un negro en que ni ella ni ese existen más.

9 PM.

Los cuerpos caminan por las calles sin oportunidad de
apagar el proyector.
Se reflejan en los charcos, en la luz de toda sombra.

                               Ahora llueve
                               Ahora llueve:

Vien Benidos a salón del invierno luminoso,
Welcome To The Paradise Of The Heavenly Bodies.

***
Alexis Figueroa (Concepción, 1956) Vírgenes del Sol Cabaret Inn. Santiago de Chile: Papeles del Andalicán, 1986

martes, 29 de mayo de 2018

sophia de mello breyner andresen / muerta

Muerta,
Qué clara eres,
Qué frescura quedó entre tus dedos...

Eres una fuente
Con piedras blancas en el fondo,
Eres una fuente que de noche canta
y silenciosamente
vienen peces de plata a la superficie de agua.

Muerta qué clara eres,
y florecida...

Eres la brisa
Que en un gesto de adiós pasa en las hojas,
Eres la brisa que lleva los perfumes y los derrama,
¡Eres los pasos leves de la brisa
Cuando en las calles ya nadie pasa!

Eres una rama de tilo donde el silencio florece,
Eres un lago donde las imágenes se inquietan,
Eres la secreta nostalgia de una fiesta
Que en los jardines murmura.

Cantando
Deslizando las manos por los muros
Pasas recogiendo
La sangre bermeja y madura de las moras.

Vas y vienes
Solitaria y transparente
y la memoria de las cosas te acompaña.

Muerta qué clara eres,
¡Y perdida!

Eres la medianoche de la noche,
Eres la terraza que da al viento,
Eres una pena solitaria y franca,

Las sombras vuelven a bailar,
El perfume de las algas sacia el aire
y las ramas se recuestan sobre las ventanas:

Suaves cabellos de pena tiene la brisa.
Sola pasas al fondo de las avenidas.
No muestras tu rostro,
Pasas de espaldas con un vestido blanco.

¡Eres leve y dulce como un sueño!
El soplo de la noche se llena de angustia
y de mí surgen palabras solitarias:

Eres el perfume de infancia que hay en las rocas,
Eres el vestido de infancia que hay en los campos,
Eres la pena de infancia que hay en la noche.

Súbitamente
Alcanzo pierdo la forma de tu rostro:

¡Qué fresca eres!
Pasas y de tus dedos corren fuentes.
¡Qué leve eres,
Más leve que una danza!

Apenas llegaste, apenas volviste, apenas te vi
Ya en el fondo de los caminos te extinguiste:

Arena lisa y blanca que ningún paso pisa
Pena franca
Angustia fuente fresca y brisa.

***
Sophia de Mello Breyner Andresen (Porto, 1919-Lisboa, 2004)
Versión de Diana Bellessi

/

Morta

*

Morta, 
como és clara, 
que frescura ficou entre os teus dedos... 

És uma fonte, 
com pedras brancas no fundo, 
és uma fonte que de noite canta 
e silenciosamente 
vêm peixes de prata à tona de água. 

Morta como és clara, 
e florida... 

És a brisa 
que num gesto de adeus passa nas folhas, 
és a brisa que leva os perfumes e os entorna, 
és os passos leves da brisa 
quando nas ruas não passa mais ninguém! 

És um ramo de tília onde o silêncio floresce, 
és um lago onde as imagens se inquietam, 
és a secreta nostalgia duma festa 
que nos jardins murmura. 

Cantando 
com as mãos deslizando pelos muros 
passas colhendo 
o sangue vermelho e maduro das amoras 

vais e vens 
solitária e transparente 
e a memória das coisas te acompanha. 

Morta como és clara, 
e perdida! 

És a meia-noite da noite, 

és a varanda voltada para o vento, 
és uma pena solitária e lisa, 

as sombras recomeçam a dançar, 
o perfume das algas enche o ar 
e as ramagens encostam-se às janelas: 

suaves cabelos de pena tem a brisa. 
Sozinha passas no fim das avenidas. 
Não mostras o teu rosto, 
passas de costas com um vestido branco. 

Como tu és leve e doce como um sono! 
O sopro da noite enche-se de angústia 
e de mim sobem palavras solitárias: 

és o perfume de infância que há nos campos, 
és a pena de infância que há na noite. 

Subitamente 
agarro perco a forma do teu rosto: 

Como tu és fresca! 
Passas e dos teus dedos correm fontes. 
Como tu és leve, 
mais leve que uma dança! 

Mal chegaste, mal voltaste, mal te vi 
já no fundo dos caminhos te extinguiste: 

areia lisa e branca que nenhum passo pisa 
pena lisa 

angústia fonte fresca e brisa. 

lunes, 28 de mayo de 2018

latifa meskini / residencia











El gemido es un canto que se cubre con el trance.
Si el gemido fuese una morada me alojaría en ella,
coloraría su interior y exterior
con los colores del trance.
En aquel gemido
me entré entera,
de mí salió entera,
se calló enteramente.
La sangre gime en la arteria
Revela su expresión cuando alcanza el corazón
se calla cuando alcanza la mente.
El gemido de la memoria es una revelación sin palabras
cuando escuchas su voz
amarra tus orejas, descuida sus notas.
Ninguna travesía pudo limitar el gemido
que se perdió solitario,
por el eco resonó, por el silencio sucedió
¡Delimita el límite entre el gemido y el silencio
Para que no pierdas la voz!
El gemido desafía a la expresión.

***
Latifa Meskini (Fez, 1970)
Versión desde el árabe de Reddad Cherati

domingo, 27 de mayo de 2018

raúl zurita / un matrimonio en el campo
















~~~

Quienes han notado los vastos espacios incoloros  ?






    I.—   Quienes han notado los vastos espacios incoloros
             donde las vacas huyendo desaparecen
             reunidas    mugientes    delante   de   ellos   ?

   II.—   No hay domingos para la vaca:
              solitaria despierta en un espacio vacío
              babeante    gorda    sobre estos pastos     imaginarios

~~~

Las había visto pastando en el radiante λóγος






    I.—  Algunas vacas se perdieron en la lógica

   II.—  Otras huyeron por un sub-espacio
             donde solamente existen biologías

  III.—  Esas otras   finalmente    vienen vagando
             desde hace como un millón de años
             pero no podrán ser nunca vistas por sus vaqueros
             pues viven en las geometrías no euclideanas

~~~

Comprended las fúnebres manchas de la vaca
los vaqueros
lloran frente a esos nichos



    I.—  Esta vaca es una insoluble paradoja
            pernocta bajo las estrellas
            pero se alimenta de logos
            y sus manchitas finitas son símbolos

   II.—  Esa     en cambio   odia los colores
             se fue a pastar a un tiempo
             donde el único color que existe es el negro

             Ahora los vaqueros no saben que hacer con esa vaca
             pues sus manchas no son otra cosa
             que la misma sombra de sus perseguidores

~~~

Oh el increíble acoso de la vaca
La muerte
no turba su mirada



    I.—  Sus manchas finalmente
             van a perderse en otros mundos

   II.—  Esa vaca muge pero se morirá y su mugido será
             "Eli Eli /   lamma sabacthani"  para que el
             vaquero le dé un lanzazo en el costado y esa
             lanza llegue al más allá

  III.—  Sabía Ud. que las manchas de esas vacas quedarán
             vacías y que los vaqueros estarán entonces
             en el otro mundo   videntes   laceando en esos
             hoyos malditos   ?

~~~

Sabía Ud. algo de las verdes áreas regidas  ?



Sabía Ud. algo de las verdes áreas regidas por los vaqueros
y las blancas áreas no regidas que las vacas huyendo dejan
compactas    cerradas    detrás    de   ellas    ?

    I.—  Esa área verde regida se intersecta
            con la primera área blanca no regida

   II.—  Ese cruce de áreas verdes y blancas se intersecta
            con la segunda área blanca no regida

  III.—  Las áreas verdes regidas y las blancas áreas
            no regidas se siguen intersectando hasta acabarse
            las áreas blancas no regidas

Sabía Ud. que ya sin áreas que se intersecten comienzan a
cruzarse todos los símbolos entre sí y que es Ud. ahora el
área blanca que huyendo de las vacas dejan a merced del área del
más allá de Ud.    verde   regida por los mismos vaqueros locos  ?

~~~

Quién daría algo por esas auras manchadas  ? 



Quién daría algo por esas auras manchadas
mugiendo dejan libres en los blancos espacios no regidos
de la muerte de sus perseguidores

    I.—  La fuga de esas vacas es en la muerte no regida
            del vaquero    por eso no mugen y son símbolicas

   II.—  Iluminadas     en la muerte de sus perseguidores
             Agrupando símbolos 

  III.—  Retornando de esos blancos espacios no regidos
             a través de los blancos espacios de la muerte
             de Ud.    que está loco   al revés    delante de ellas

Daría Ud. algo por esas azules auras que las vacas mugiendo
dejan libres    cerradas   y donde Ud. está en su propio más
allá   muerto   imaginario    regresando de esas persecuciones   ?

~~~

EPÍLOGO    

Hoy laceamos este animal imaginario 
                                                    que correteaba por el color blanco

***
Raúl Zurita (Santiago de Chile, 1950)

Fuente

sábado, 26 de mayo de 2018

erica jong / dos poemas













Los mandamientos

*

               No querrás de veras ser poet(is)a. Primero,
               si eres mujer, tienes que ser tres veces mejor
               que cualquiera de los hombres. Segundo, tienes
               que acostarte con todo el mundo. Y tercero,
               tienes que haberte muerto.
                                  Poeta masculino, en conversación.

Si una mujer quiere ser poeta,
    debe dormir cerca de la luna a cara abierta;
    debe caminar a través de sí misma estudiando el paisaje;
    no debe escribir sus poemas con sangre menstrual.

Si una mujer quiere ser poeta,
    debe correr hacia atrás en torno al volcán;
    debe palpar el movimiento a lo largo de sus grietas;
    no debe conseguir un doctorado en sismografía.

Si una mujer quiere ser poeta,
    no debe acostarse con manuscritos incircuncisos;
    no debe escribir odas a sus abortos;
    no debe hacer caldos de vieja carne de unicornio.

Si una mujer quiere ser poeta,
    debe leer libros de cocina francesa y legumbres chinas;
    debe chupar poetas franceses para refrescar su aliento;
    no debe masturbarse en talleres de poesía.

Si una mujer quiere ser poeta,
    debe pelar los vellos de sus pupilas;
    debe escuchar la respiración de hombres durmientes;
    debe escuchar los espacios entre esa respiración.

Si una mujer quiere ser poeta,
    no debe escribir sus poemas con pene artificial;
    debe rezar para que sus hijos sean mujeres;
    debe perdonar a su padre su esperma más valiente.

~~~

Envidia del pene

*

Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad
el cuerpo de una mujer,
que esperan que su anhelo
haga un niño,
que su oquedad misma
fertilice lo oscuro.

Las mujeres no se hacen ilusiones sobre esto,
ya que son a la vez
casas y túneles,
copas y las que escancian el vino,
ya que conocen el vacío como estado temporal
entre dos plenitudes,
y no ven en ello ningún romance.

Si yo fuera hombre,
condenado a esa infinita vaciedad,
y no teniendo alternativa,
encontraría, como los otros, sin duda,
una mujer
para bautizarla Vientre de Luna,
Madona, Diosa del Cabello de Oro
y hacerla tienda de mi deseo,
paracaídas de seda de mi lujuria,
icono ojiazul de mi sagrada comezón sexual,
madre de mi hambre.

Pero ya que soy mujer,
debo no sólo inspirar el poema
sino también escribirlo a máquina,
no sólo concebir al niño
sino también darlo a luz,
no sólo dar a luz al niño
sino también bañarlo,
no sólo bañar al niño
sino también alimentarlo,
no sólo alimentar al niño
sino también llevarlo
a todas partes, a todas partes...

mientras que los hombres escriben poemas
sobre los misterios de la maternidad.

Envidio a los hombres que pueden anhelar
con infinita vaciedad.

***
Erica Jong (Nueva York, 1942)
Versiones de Beth Miller

/

The Commandments

*

“You don’t really want to be a poet. First of all, if you’re a woman, you have to be three times as good as any of the men. Secondly, you have to fuck everyone. And thirdly, you have to be dead.” - a male poet, in conversation

If a woman wants to be a poet, 
   she should sleep near the moon with her face open; 
   she should walk through herself studying the landscape; 
   she should not write her poems in menstrual blood. 

If a woman wants to be a poet, 
   she should run backwards circling the volcano; 
   she should feel for the movement along her faults; 
   she should not get a Ph.D. in seismography.

If a woman wants to be a poet,
    she should not sleep with uncircumcised manuscripts;
    she should not write odes to her abortions;
    she should not make stew of old unicorn meat.

If a woman wants to be a poet,
    she should read French cookbooks and Chinese vegetables;
    she should suck on French poets to freshen her breath;
    she should not masturbate in writing seminars.

If a woman wants to be a poet,
    she should peel back the hair from her eyeballs;
    she should listen to the breathing of sleeping men;
    she should listen to the spaces between that breathing.

If a woman wants to be a poet,
    she should not write her poems with a dildo;
    she should pray that her daughters are woman;
    she should forgive her father for his bravest sperm.

~~~

Penis Envy

*

I envy men who can yearn
with infinite emptiness
toward the body of a woman,

hoping that the yearning
will make a child,
that the emptiness itself
will fertilize the darkness.

Women have no illusions about this,
being at once
houses, tunnels,
cups & cupbearers,
knowing emptiness as a temporary state
between two fullnesses,
& seeing no romance in it.

If I were a man
doomed to that infinite emptiness,
& having no choice in the matter,
I would, like the rest, no doubt,
find a woman
& christen her moonbelly,
madonna, gold-haired goddess
& make her the tent of my longing, 
the silk parachute of my lust,
the blue-eyed icon of my sacred sexual itch,
the mother of my hunger.

But since I am a woman,
I must not only inspire the poem
but also type it,
not only conceive the child
but also bear it,
not only bear the child
but also bathe it,
not only bathe the child
but also feed it,
not only feed the child
but also carry it
everywhere, evertwhere...

while men write poems
on the mysteries of motherhood.

I envy men who can yearn

with infinite emptiness

viernes, 25 de mayo de 2018

wallace stevens / trece maneras de mirar un mirlo










1
Entre veinte cerros nevados
lo único que se movía
era el ojo de un mirlo.

2
Yo era de tres pareceres,
como un árbol
en el que hay tres mirlos.

3
En el viento de otoño giraba el mirlo.
Tenía un papel muy breve en la pantomima.

4
Un hombre y una mujer
son uno.
Un hombre y una mujer y un mirlo
son uno.

5
Yo no sé si prefiero
la belleza de las inflexiones
o la belleza de las insinuaciones,
si el nido silbando
o después.

6
El hielo cubría el ventanal
de cristales bárbaros.
La sombra del mirlo
lo cruzaba de un lado a otro.
La fantasía
trazaba en la sombra
una causa indescifrable.

7
Oh, delgados hombres de Haddam,
¿por qué imagináis pájaros dorados?
¿No veis cómo el mirlo
anda entre los pies
de las mujeres que os rodean?

8
Conozco nobles acentos
e inevitables ritmos lúcidos;
pero también conozco
que el mirlo anda complicado
en lo que conozco.

9
Cuando el mirlo se perdió de vista
señaló el límite
de un círculo entre otros muchos.

10
Al ver mirlos
volar en la luz verde,
hasta los charlatanes de la eufonía
gritarían agudamente.

11
Viajaba por Connecticut
en un coche de cristal.
Una vez le entró el miedo,
por haber confundido
la sombra de su equipaje
con mirlos.

12
El río se mueve.
Estará volando el mirlo.

13
Toda la tarde fue de noche.
Nevaba,
iba a seguir nevando.
El mirlo se detuvo
en la rama del cedro.

***
Wallace Stevens (Reading, 1879-Hartford, 1955)
Versión Raúl Gustavo Aguirre

/

Thirteen Ways of Looking at a Blackbird

*

I
Among twenty snowy mountains,   
The only moving thing   
Was the eye of the blackbird.   

II
I was of three minds,   
Like a tree   
In which there are three blackbirds.   

III
The blackbird whirled in the autumn winds.   
It was a small part of the pantomime.   

IV
A man and a woman   
Are one.   
A man and a woman and a blackbird   
Are one.   

V
I do not know which to prefer,   
The beauty of inflections   
Or the beauty of innuendoes,   
The blackbird whistling   
Or just after.   

VI
Icicles filled the long window   
With barbaric glass.   
The shadow of the blackbird   
Crossed it, to and fro.   
The mood   
Traced in the shadow   
An indecipherable cause.   

VII
O thin men of Haddam,   
Why do you imagine golden birds?   
Do you not see how the blackbird   
Walks around the feet   
Of the women about you?   

VIII
I know noble accents   
And lucid, inescapable rhythms;   
But I know, too,   
That the blackbird is involved   
In what I know.   

IX
When the blackbird flew out of sight,   
It marked the edge   
Of one of many circles.   

X
At the sight of blackbirds   
Flying in a green light,   
Even the bawds of euphony   
Would cry out sharply.   

XI
He rode over Connecticut   
In a glass coach.   
Once, a fear pierced him,   
In that he mistook   
The shadow of his equipage   
For blackbirds.   

XII
The river is moving.   
The blackbird must be flying.   

XIII
It was evening all afternoon.   
It was snowing   
And it was going to snow.   
The blackbird sat   
In the cedar-limbs.

jueves, 24 de mayo de 2018

cesare pavese / dos poemas










Alter Ego

*

Desde la mañana al ocaso, yo veía el tatuaje
en su pecho sedoso: una mujer rojiza
incrustada, como en un prado, entre el pelo. Allí
     debajo
brama a veces un tumulto que sobresalta a la mujer.
Transcurría el día entre blasfemias y silencios.
Si la mujer no fuese un tatuaje y estuviese viva
y aferrada a su pecho peludo, ese hombre
bramaría aún fuerte en su pequeña celda.

Callaba, tendido en el lecho, con los ojos abiertos.
Un profundo hálito de mar ascendía
de su cuerpo de huesos grandes y recios: estaba
     tendido
al igual que en cubierta. Pesaba sobre el lecho
como quien ha despertado y podría saltar de él.
Su cuerpo, salado por la espuma, chorreaba
un sudor solar. La pequeña celda
era insuficiente para el alcance de una mirada suya.
Al verle las manos, se pensaba en la mujer.

~~~

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

*

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino.

***
Cesare Pavese (San Stefano Belbo, 1908-Turín, 1950)
Versiones de Carles José i Solsora

/

Alter Ego

*

Dal mattino alla sera vedevo il tatuaggio 
sul suo petto setoso: una donna rossastra 
fitta, come in un prato, nel pelo. Là sotto 
rugge a volte un tumulto, che la donna sussulta.
La giornata passava in bestemmie e silenzi. 
Se la donna non fosse un tatuaggio, ma viva 
aggrappata sul petto peloso, quest'uomo 
muggirebbe più forte, nella piccola cella. 

Occhi aperti, disteso nel letto taceva. 
Un respiro profondo di mare saliva 
dal suo corpo di grandi ossa salde: era steso 
come sopra una tolda. Pesava sul letto 
come chi s'è svegliato e potrebbe balzare. 
li suo corpo, salato di schiuma, grondava 
un sudore solare. La piccola cella 
non bastava all'ampíezza d'una sola sua occhiata. 

A vedergli le mani si pensava alla donna. 

~~~

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi

*

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi –
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola,
un grido taciuto, un silenzio.
Così li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla

Per tutti la morte ha uno sguardo.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.

miércoles, 23 de mayo de 2018

domingo de ramos / tres poemas









El Viaje

*

Viajo irreversiblemente viajo
viajo en esa combi negra empapada de luz vertical
viajo súbitamente en esta nave pedestre en el río Anidre
por donde me interno como una sonda abrasadora que no embellece
los cálculos las piedras el emplasto con que se cubre esta enorme ciudad
como un cuerpo abandonado
Viajo en esta negra combi y no hay niños ni perros a quien cargar ni llevar
Viajo contra mí mismo en esta negra combi que me ata y me lleva abolsonado
acucharado en vilo esposado que cruza el Estigia como un reo contumaz
como un pastelero de esquina
Estoy derramado Me baño en las viejas costas del Amaurote soy esclavo
del príncipe Ademus donde me encapuchan intolerablemente por hablar otro
idioma por orar echado por sudar arcaicamente y gritar desde una torre
¿puedo viajar tranquilamente aspirando spray sobre las pardas ondas
transparentes ennublarme y seguir las flechas que manchan el aire los líquidos caminos
al sordo rebramar de sus olas? ¿Puedo viajar desde dentro vermiforme pajita
concentrado y redondo por esta tierra que no es tierra que no es cielo que no sé qué
puede ser salvo unos postes y casas que dejo atrás como la vida que no se adelanta
sino se atrasa sin verlo más sin recordarlo más?
Viajo en esta negra combi al volante mirando por el retrovisor a mis pasajeros
Que solo yo los saludo cada mañana cuando toman y alzan el dedo sin yema y se
suben como pidiendo disculpas tan pesados que hunden las llantas por sus deseos
mas blancos que sus huesos que sus enredados pelos en las carreteras que las
pasan durmiendo embabando el parabrisas el espejo donde no miran sino las estaciones
que se suceden como gañidos en sus oprimidos pechos arrastrando sus quijadas
como garras silvando en el viento pero todo se desvanece en el camino
como el pasado de estos seres de estos burócratas que en sus tiempos libres fueron
rebeldes mas ahora yo los conduzco a su destino como si los tuvieran en esta negra
combi babélico sodomista gomorrista que se detiene contra un árbol como un perro
para orinar en sus raíces en esa pared donde las putas revientan las cucarachas y las
mariposas con sus zapatitos de punta mientras recuerdo a Marcel Duchamp con su
Desnudo bajando una escalera y a esta chica violada y panzona que recojo como
un buen samaritano pero yo no soy un buen samaritano tampoco un gángster
la noche no hace distingos a mi costado está el asesino de uniforme el coimero y
el sátrapa Estas almas que me los llevo que me he puesto yo como una hernia en la
cintura a 150 kilómetros por hora derritiéndome sin paradero fijo nocturnal con sus
rostros arrandados por el viento y sus palpitaciones que remueven los asientos Los
llevo a sus oikos al hoyo donde tal vez jamás los vea eso no importa eso no importa
bajan y bajan y me estoy aliviando como si estuviera defecando y la canción de la Piaf
me anuncia un nuevo día respiro la bruma amarro y flameo lo que queda de mi De este
largo viaje que recién empieza o que termina miserablemente
Me he ablandado cada viaje es una pérdida una nostalgia una dedicación a mis
Semejantes una profilaxia un desgaste amical una borrachera un beso esquivo una
muerte un retrato goyesco de mi abuela una punzante compasión en el estómago
Cada uno de mis miembros están solitarios solitarios como ensayando para cavar una
zanja y rellenarlo con las facciones de una cara que no recuerdo
Cada día es una enfermedad nueva y virulenta Y hay ganas de hachar y martillar
los gladiolos de tu boca y hay ganas de quemar fotografiar mi desgano y hay ganas
de ir al volante y hundirlo todo
Leo Los adoradores del fondo del mar ¿Tendré algún fondo? Mi cabeza no puede
alucinar hierve corruptamente por una mujer Respiro nuevamente después de las 12
Respiro nuevamente sobre un paisaje en cero duchado como una piedra destilada
Me arrimo al asiento toco el acelerador y jalo la palanca El mundo rueda sobre otros
cuerpos como un bufido tenso me adentro en sus forros Ya no se que hacer la cuerda
pandeada se estira como un láser en el ojo Y ninguna ave me recuerda haberla visto
virgen desde una tanqueta que dispara
Viajo irreversiblemente viajo
¿Los muertos viajan
viajan los muertos?

~~~

Chacalón

*

Porque eres a través del día una ruma suavemente adormecida
Como una canción de Paul Anka como una freak inútil
Como accionar que tu corazón se mueva homosexualmente
A través de una anticipación que lo anula todo
Tú debes tener un transeúnte que te mira infantilmente
En diagonal a plano y por revés
Un extraño dentro de tu extrañeza
Limpia acostada y lampiña como una maja
Caminando sola y abierta frente al lente de un paparazzi
Detenida y perra
Fracturada íntegramente como esta lengua entre tribus vaporosos
Desplazada en el vídeo clip
De Chacalón in the city
Music & soul of The Comas donde estas pedaleando contra el suelo
En coreografía con peces rabiosos a la sombra de árboles mayores que yo
Mientras muero in flammas puerilmente como un perro de Lautréamont
Muero a propósito a duras penas azulejado por tus pezones que se disgregan
Como rocallas en las esquinas Estas imposible negra mía
pita de mis trompos Oh fly ruca mía fly pacharacaza mía fly fly
entre los cascajos rojo-indio de ese cerro
ahora gris como tu pelo al viento
al viento marrón-bizarro
que levanta tu vestido como tu errante camino
como derrubiando tu edad
que reluce tiernamente entre las piedras
Tú eres mi destejida náusea
Mi sonrisa paraquense
Vertiginando en mis concavidades

~~~

Black Love

*
                                                A Erika Meier, a modo de un adiós

Pero el amor es un largo adiós
En el bar de las luces apagadas
Me he vuelto como un anciano
A revolverlo todo
He vuelto Odiseo sin nadie que le sirva
Algo de tus migajas de tu tenacidad de ablandar las cosas
Y vagar y vagar en mi cuarto sin luz
Y recordar sin despertarme todavía
Como este recuerdo de ti de tu perfume loco de subterráneas aguas
Que se violentan desde tu nuca
Como aviones nocturnos en mi pecho
(En el techo los gatos ronronean a la luz de la tarde)
Y bajo la noche impar como ojos blancos como una costra rasguñada
Moviéndose en la mar
Entre rapadas sonrisas y devorado sueño
Que me embiste con su sobriedad macabra
Estrechándome los cuencos de los ojos
Como si fueran vendajes sicóticos
Y cambiante realidad
Donde veo tu rostro resplandeciendo en un plato
Construyendo mi lengua en andamiajes efímeros
Y donde algo de mí como algo roto desde su origen sobre sillas negras sobre mesas negras cayera tan
vulgarmente como si fueran ilusiones traicionadas y dormir lo que no puedo dormir pegado como
Un retrato negro como si fuera el cuero
Que reviste esta tarde con hienas en el follaje crespo
(En la televisión la cantante negra mira sus cartas mira su cuerpo)
Y me despierto Como un ángel descongelado
En el antijardín de una azotea mirando el inicio de una
Derruida iglesia como una revelación
Pero aliñado en crecida barba me voy de vueltas
Como un conde que no soy que nunca fui
Piedras barro que se cimentaron
En casas desolados por un amor
Consternado retorciéndose en la pared
Oh este loco ermitaño que llevo cajonea mi espalda
Se racima como un cáncer y miro al viejo que se atragantó
Que se embruteció que se emputeció con estas constelaciones
Discursos para neófitos imberbes que combaten
Desde su cama a la muerte
La muerte en paquetes de cigarros que fumas al amanecer y la ausencia de este hombre que
Te mira como una bocanada turbia en la ventana
Que hace señales rusticas a medianoche
Que llama y llama y timbran y timbran sin que nadie lo escuche
Que escribe y sueña sin que nadie le sueñe
Cansado sumamente agotado emprende su aislamiento
Del mundo y espera a una extraña mujer con emoción
Y con emoción se arrastra hasta envejecer
Como un asno y junto a otros al unísono nos fuimos al mar donde me senté a llorar
(Oh los pájaros de origami parecen cantar y picotear en la pantalla)
No seguí tu olor tu bruto pantalón hasta los tobillos
Tu piel como rasguños blancos en el sofá
Que arranco insistentemente comprendiendo
Que esto acaba que esto acaba
Corre el viento suavemente en el jardín
Calma mi ardor esta desviscerada soledad
Bebo y no bebo en estos días que
Tomo y no tengo que tomar
En la barra negra cenizas un ovalado corazón
Copas vasos coágulos de un amor imposible
El jazz de las moscas
Aligeradas en las bombillas de luz
Desnudas hasta lo negro
Gránulos de una blanca mujer que amé
En un hotel del sur
Polvo de una bestia que no recuerda
Escuchando B-52
De rodillas para que tú lamas
El romo esplendor de mis ojos
Volando entre el humo de yerba
Bajo la errancia de un Sagitario
Caí como un cuerpo que cae
Y sin trabajo
Así en tu terco recinto
En tus caderas que saben matar
Que saben morir
Arquitectura de un gemido
Arpa negra en mi animal helado
Erecto imparcialmente
Y sin trabajo recluso solo y acostado
Todo un mes oyendo tascando Dianas
Rasgando tu preciosa perla con la lengua
Tu sonrosado tajo por donde voy hormiga
Y cinta nativo y triste como un sobaco
Con mordeduras lentas y violentas
Como una cleopatra en yeso
Que me destapó los ojos muertos
Mojado y cuello en camisas
Fino eléctrico y repentino
Como un beso robusto de carpintería
Allí estoy flotando como un 1
Incorregible y a la distancia
Todo sangre todo ruina y sin arrastre
Reposo lunar?
Mis pies estan en reposo?
Resplandor de cuervos contra el cielo calvo
Botellas restos grises
Moho dactilar en la pared
(Miren manadas de gliptodontes En la Soledad del arcopunko)
chateo solo a lo monje
pelando una caña negra
hay soldaduras dolientes en tu pelo rubio y esponjoso
En la hora incierta de antes de la mañana
Rumorosa en que florea crespones de paz
Que está manchando el tinte claro de tus labios
Y tú regresas presa de un futuro en ascuas
Desde el pánico
Después de la oscura paloma
Del canto de los gallos en los aleros
Ahogándose en la niebla de invierno
Regreso Odiseo de los bares
Encañonando a una rayada tarde de mayo
Donde me he puesto a leer a Kierkergaard que es una tarántula negra
Que nos envenena nos empecina con su ser
Como tus muslos largos y duros
Que amo sin saber qué decir o sentir
Viro mis lecturas pero ya es muy tarde
Muy tarde para salir desde dentro de ti
O fuera de ti
Ahora que la niebla arropa la tarde
Y las fronteras entre tú y yo se ensanchan
Pero convencido e impaciente como esos
Gallinazos que merodean tus calles ennegrecidas
Quemando en su vuelo agitando sombras
De lo que fui después como pisoteado periódico
Lamentando un suicidio cuyos ecos
Rebotan en el sexto piso y esta hermosa mujer que desciende y vuelve a su cuarto
Y pone un cd en la computadora
E inhala la mañana cargada de nubes mira el techo como un útero con imágenes preconscientes de horror y
vacío barbitúricos o tumba drogas y la habitual extrañeza del día
oh el pesimismo es un collarín sucio en la lengua del amante
El horrible canto de la comunidad
El eco negro del cisne
En mi subsuelo negro inflamado
Como tu vientre elástico que todo lo disuelve
La solidez llanera de esa luna en batallas
Con raquíticos hierros armas negras piel mudada
Tu vello rubio antes del beso musgo pelífero
Caricias ácidas de todo una noche
Como una cueva en soberbia pose cerradura de dedos
Garza lucífera circundando mi esfera
Pero tras las trincheras oscuras bajo tus muslos hay
Un rumor de tigres como engullendo falos
Salivares como la pólvora deshaciendo lo alto
Como si fueran aplacadas por el sermón de un Heidegger que hablaba de las
SS o de Holderlin que hacía agujeros a la catedral de ese cuerpo que se desploma
Suavemente en el paisaje en el aroma que ondula tus ranuras
El vestigio de lo que fue tromba susurrada
oh eso fue un engaño de la SS decía alguien
Suciedad and Suciedad Metaphysick en revolution que arrojaron al fuego
Como muñecos de trapo o cubos para borrachos hedonistas
O de pervertidas tropas para qué pensar en ti, Mayo del 68? o el muro de Berlín?
Simplemente le abrí las piernas y la bese
(La Nacional Geografic desempolva los
Cantos de Rey Salomón)
La luna gira y gira para encontrarnos
En flacura de espejos
Bebo y no bebo
Ser y no ser 3 martinis puro para despejar la mañana
tres para francis bacon que todo lo ve borroso barroso pensando o sentado en el
Colony Room donde lee y ve y no toca al afeminado agente de la bolsa de valores que lo aqueja
bebo y no bebo
ser y no ser
para qué es esto de existir?
Los esbozos de la yerba
Como plumones de ala al mediodía
Rozan mis pies
(En el ártico las ballenas azules cantan una triste canción lunar)
Testículos en soledad
Noche enana
Un ser en marrón me observa desde la puerta
Como un Velásquez falangista
En tiempos de emboscadas
Un beso y una bala es lo mismo
(En la radio recitan
Cuando tu llegaste como una contradanza con pañuelos
Que caen como tus manos en mi bragueta)
El mismo nacionalismo con que se cubre mis boleros
Negros que se fugan al solsticio bajo tierra
Xaballo largo como larga es la noche escandinava
Donde olvidé el rostro de una mujer
Más dulce que una urticaria
Oh video negro punta
En la mirada erecta del ojo
De mis ojos negros como no son los tuyos
Mi alba mujer de 30 plegarias de cada mes
Como una zorra gris al amanecer
Camina en la pálida arena lana ardiendo
En los huérfanos hielos
Oh mi mujer triste como un plato
Que recorre como un instrumental mi cuerpo
Y este cuerpo colgado y descolgado
Resplandeciendo en tus pupilas como erizos
Y esa luz como un chasquido como un scherzo
En la mansión pintada por Arnold Bucklin
Atempestada con reminiscentes llamas donde se cría un
Vorvokola hermoso
Como un David de Miguel Angel
Y las ramas desnudas pueblan los jardines del sur
Y las campesinas iban y venían hablando de José María
Bordando coronas de yantén con cantos y lamentos
Este canto se pasma
Como un tubo de canciones tristes
Canciones campesinas
Ser o no ser beber o no beber
Estoy centrífugo
Y sé que una súplica tuya
Me hará añicos
Barriéndome de este lamento ruinoso como una quimera.

***
Domingo de Ramos (Ica, 1960)

martes, 22 de mayo de 2018

nicole cecilia delgado / dos poemas













destinatarios múltiples o poema para luis

para L.T.

quisiera poder regalarte
todos los pájaros míticos de la alegría
todos los colores
no sé si salir al parque o cambiarme de ciudad
ahora, que esta primavera marchita
termina por descomponerse
doy pasos lentos y extendidos
como si el hecho solamente de moverse
fuera a cambiar de dirección los vientos
porque la muerte acecha
por todas las ventanas estos días
su presencia llega demasiado cerca
como una ola que nos moja los pies
en la radio invitan a desconfiarnos
todo contacto tiene matiz de contagio
pero la muerte está en otra parte
sospecho que es mentira
yo me siento cada vez más vulnerable
los viajes tampoco te hacen fuerte
ya no tengo ganas de ir en verano a nueva york
ni siquiera le tengo ahora tanto deseo a los conciertos
aquí, entre nosotros, pasó algo
aún no podemos precisar
qué quién cuándo dónde cómo por qué
pero tú sin embargo haces mandalas y laberintos
en la pared de una casa
y esta es la entrada a la que tuviste tanto miedo
la década ha sido una catástrofe
estamos destruidos
tiene que haber más tiempo
debajo de las piedras de los ríos
adentro de los caracoles
qué vamos a hacer de tanto periódico embustero
cuántos rincones de la ciudad puedo mostrarte
todavía
sé que es posible otro mundo arriba de mi cama
invítame a dormir contigo
en un país con maquinillas y moviolas
qué malo pensar
que es sólo el principio de la guerra
y nos toca estar en este mundo
para oler juntos y azorados
el horror de las hormigas
de qué vale sintonizarse en los oráculos
o este hondo dolor que da politizarse
los círculos están descoloridos y apagados los hornos
en dónde quedó nuestro humor negro
qué haremos con tanto libro seco en los armarios
no tiene que ver con que hoy sea domingo
y se superpongan mi música y la de todos los vecinos
volvería a caminar de noche contigo otra vez
vivamos juntos en un país sin nieve
en una ciudad con menos escaleras
tengo la memoria llena
de momentos explosivos y de calles vacías
luis
este delirio dactilar es para ti:
voy sola a sentarme en un parque
voy a escribir poemas antibalas
no puede ser que los pájaros míticos de la felicidad
no existan

~~~

asesinatos
           
                 para I.L. y L.I.

a cuatro calles de mi calle:
contrabando de órganos humanos
narcomenudeo, prostitución infantil
un ingeniero se viste de mujer
para toquetear señoras en el metro
tacos de carne de perro
cucarachas monumentales merodean la basura
en esta esquina con frisos barrocos
se cometió un crimen pasional
y un ave fénix resurge
entre montañas de colillas de cigarro
he perdido la inocencia en esta ciudad
llena de niños solos que hacen preguntas filosóficas
camino
reconozco las señales de la guerra en los semáforos
hay consignas de aerosol en todas partes
a cuatro calles, el espacio se bifurca bajo tierra
una ciudad más sanguinaria
se hunde debajo de mis pasos
otros niños rotos se disputan cloacas con ratones
el mercado vende hasta el luto de sus madres lejanas
a veces pienso
que la palabra sicario tiene demasiada melodía
y que el centro histórico oculta el terror más feroz
detrás de cada malabar baila un asesino
sólo hay que llegar a tiempo para ver la acción
y todavía
aunque sé que matan, que asaltan
que los taxis de noche
son una ruleta inminentemente rusa
la ciudad me hace cosquillas
ayer colgamos del balcón un letrero que dice
bésame mucho
para invitar a todos los vecinos al desarme
(mejor vivir entre paredes que tiemblan beso a beso
que contar cicatrices de plomo en las ventanas)
por eso, no puedo decirte asesíname amor
porque los muertos no besan y necesitamos
estar vivos
para empezar a hacer belleza con todos los escombros

***
Nicole Cecilia Delgado (Puerto Rico, 1980)

lunes, 21 de mayo de 2018

matilde casazola / los obscuros



La fruta estaba hecha
para que la gustáramos,
para olerla y gozar su lozanía;
pero nosotros no podíamos comprarla.

El sol estaba hecho
para amar nuestra piel,
estremecer la vida de todo nuestro cuerpo;
pero a nuestra guarida el sol no entraba.

El pan de cada día, en fin, estaba hecho
para hablarnos todas las mañanas
de campos fecundados;
pero sólo comíamos con mendrugos duros y agrios.

También había música y otras cosas dulces,
pero habitaban en el aire alto
y nosotros sólo captábamos sus ecos.

Nos debatíamos en la cueva obscura,
en el cuartucho húmedo
donde la única verdad es la Miseria.

Entonces, no aprendimos
el himno de alabanza,
y la sonrisa en nuestros labios
era una flor enferma.

Dicen que Dios hizo a los hombres iguales
y semejantes a él en armonía y en belleza,
¿cómo es entonces, que ahora
formemos este vértice inmundo
del que huyen todas las miradas
y contra el que se vuelven bruscamente las espaldas?

-Hablo por boca del que se arrastra
por húmedos rincones
de morada siniestra.
Dice que de él también era la tierra.-

¿Quién hurtóme el rojo clavel,
llamarada impetuosa;
quién bloqueó mis salidas
quién me esperaba
aún antes de pensar nacer
con la triste cadena?

No estuvo equilibrada en mi balanza
la desdicha, con la bienaventuranza.

Te regalo de antemano mis huesos,
para que hagas con ellos
trémulas flautas
que canten elegías
mientras a blanca mesa se sientan prósperas familias

y hay sol,
y hay pan,
hay fruta.

Pero llora, es verdad, en todo el aire
trémula flauta, su llanto innumerable.

***
Matilde Casazola (Sucre, 1943)

domingo, 20 de mayo de 2018

astrid fugellie / cinco poemas











Raulina Yagán Yagán

*

Raulina Yagán Yagán, la última yámana de Tekenica y de Ukika, poblados de nutrias y sembraderos vecinos a la crueldad de las redes y el mar, murió un diez y siete de abril de mil novecientos ochenta y siete.
Raulina Yagán Yagán no dejó más descendencia que uno que otro tejido a telar, que la infeliz, hubo de aprender para sobrevivir, porque el mínimo empleo repelió su oficio de entrelazadora de canastos y canoas en miniatura.
Y así, Raulina Yagán Yagán, la última yámana de Tekenica y de Ukika subió a los cielos donde Pedro, en nombre del Dios Padre Todo Poderoso la recibió:
• ¿Tu nombre?
• Raulina Yagán Yagán, repuso la indígena con la cabeza gacha, y luego agregó, Annu lalayala…
• ¿Qué dices?, interrogó el Blanco Santo.
• ¡Los he dejado!, ¡Ya los he dejado!, ¿Dónde puedo encontrar a mi padre dios yámana?
• ¿Tu padre dios yámana?, ¿Te refieres al dios padre de los yaganes?, insistió algo desconcertado el bueno de Pedro.
• ¡Sí!, sisí, se esperanzó Raulina Yagán Yagán.
• Murió, Raulina, tu padre dios murió el diez y siete de abril de mil novecientos ochenta y siete, en la tarde.

~~~

Misa

*

La vela está opaca, la vela solo oscurece.
En este juego de santos judas,
los enanos se arrodillan presuntos y cojos
y las prostitutas rezaban el vía crucis, melancólicas.
Tendría que haber alguna misa en que enanos
y prostitutas se congreguen para orar
por sus muertos, por sus sueños.
Los enanos bailarían sobre las teclas del órgano, y harían piruetas en columnas y confesionarios.
Las manos delirantes de las prostitutas
lanzarían sus entrañas al campanario
donde siempre hubo esperma de cirios.
Tendrían que existir algunas capillas
para los destrozados del alma:
Las capillas de los dioses marginales,
las capillas de los fantasmas de greda,
las capillas de los ojos de loza, sin nombre.
Esa Iglesia de los cielos lastimados.

~~~

Las brujas del apocalipsis

*

Cuando mi bisabuela muerta parió seca, las parteras no pudieron hacer a la luz a mi abuela. Ella nació ahorcada por el cordón umbilical de la santa vieja.
Cuando mi abuela muerta dio a luz a mi madre, la frágil calavera de mi antecesora ya estaba colgada en el perchero entre la mampara ovalada y el diván de felpa roja.
Cuando mi madre muerta me trajo, entre dolor y llantos, por ser yo demasiado gruesa, mi mortaja estuvo sentada frente al espejo de la cómoda de ébano.
Cuando muerta alcancé la edad madura de la menstruación, vino mi hija yerta y blanca y se quedó para siempre en la habitación de balcones por donde la noche entraba muda.
Así nuestra dinastía jamás compartió ni un desayuno con la lectura de Baudelaire, o el final de cena con la música de Bach.
De tal suerte aconteció, porque cuando nació mi bisabuela muerta guardó en su armario estilo rococó, una mariposa nocturna dentro de una caja redonda y amarilla parecida a la luna. Se dijo que la mariposa era un dios hecho polvo.
Fue así como ninguna de las cinco muertas, nos atrevimos a abrir esa caja redonda y amarilla parecida a la luna. De algún modo, tuvimos miedo a ser obligadas a nacer vivas en medio de esa casa de adobe y tierra.

~~~

Gabriela Mistral

*

Adosado al muro de la cocina aquel reloj era único y admirable.
Su camino fue siempre pasar de familia en familia:
Mi abuela, mojada de aguas, se lo obsequió a mi madre,
mi madre, fría de lluvias, me lo entregó.
Lo dicho sucedió en un abrir y cerrar de ojos
porque la vida es fugaz.
Lo colgué en la pared de la cocina.
Por sus movimientos uniformes cantaban los grillos.
Me deleitaba mirarlo cómo medía los tiempos, cuando
en esos domingos de guardar, yo preparaba el almuerzo
para los hijos y los nietos.
Lo recuerdo perfectamente.
Era redondo, con leves destellos dorados.
Le había jurado a mi madre que, recogida en humedad,
se lo daría a mi hija;
pero sucedió de repente;
yo huí de la casa asolada una noche imprevista
y el reloj se quedó largamente impávido esperando
colgado a la muralla de esa cocina.

~~~

La muerte de Varinia

*

Del corredor, Varinia,
queda la tierra.
Angosturas de alambre
deshojan el pasto
donde mudé tu cuerpo.

El camino que las manos recorrieron,
es la flor que nace de los ojos.
De la pieza, Varinia,
queda lo blanco,
la torre,
los cubos.
Planto la cruz en tu espacio.
De la casa, Varinia,
la piedra fértil,
tu sueño.

***
Astrid Fugellie (Punta Arenas, 1949)

sábado, 19 de mayo de 2018

saint-john perse / la ciudad









La pizarra cubre sus techos, o bien la teja en que
vegetan los musgos.
   Su aliento se vierte por el tiro de las chimeneas.
   ¡Grasas!
   ¡Olor de los hombres urgidos, como de un soso matadero!,
¡agrios cuerpos de las mujeres bajo las faldas!
   ¡Oh ciudad contra el cielo!
   Grasas, aspirados alientos, y el vaho de un pueblo
contaminado — pues toda ciudad se ciñe de inmundicia.

   Sobre la lumbrera del tenderete — sobre los cubos
de basura del hospicio — sobre el olor de vino azul
del barrio de los marineros — sobre la fuente que solloza
en los patios de la policía — sobre las estatuas
de piedra mohosa y sobre los perros vagabundos —
sobre el chiquillo que silba, y el mendigo cuyas mejillas
tiemblan en la cavidad de las mandíbulas,
sobre la gata enferma que tiene tres pliegues en la
frente,
la noche desciende, entre el vaho de los hombres. .
.
— La Ciudad por el río mana hacia el mar como un
absceso. .
   ¡Crusoe! Esta noche, cerca de tu Isla, el cielo que se
aproxima loará al mar, y el silencio multiplicará la
exclamación de los astros solitarios.
   Corre las cortinas; no enciendas:
   Es la noche sobre tu Isla y en su contorno, aquí y
allá, dondequiera se curva el impecable vaso del mar;
es la noche color de párpados, sobre los caminos entretejidos
del cielo y del mar.

   Todo es salado, todo es viscoso y pesado como la
vida de los plasmas.
   El pájaro se arrulla en su pluma, bajo un sueño aceitoso;
el fruto vano, sordo de insectos, cae en el agua
de las caletas, cavando su ruido.
   La isla se adormece entre el circo de vastas aguas,
lavada por cálidas corrientes y grasas lechadas, en la
frecuentación de légamos suntuosos.
      Bajo los manglares que lo fecundan, lentos peces
entre el cieno han descargado burbujas de su cabeza
chata; y otros que son lentos, manchados como reptiles,
velan. — Los légamos son fecundados. — Oye
chasquear a las huecas bestias en sus conchas. —
Sobre un trozo del cielo verde hay un humo apresurado
que es el enmarañado vuelo de los mosquitos.—
Los grillos bajo las hojas se llaman dulcemente.— Y
otras bestias que son dulces, atentas a la noche, cantan
un canto más puro que el anuncio de las lluvias: es la
deglutición de dos perlas hinchando su gollete amarillo...
   ¡Vagido de las aguas girantes y luminosas!
   ¡Corolas, bocas de moaré: el duelo que apunta y se
ensancha! Son grandes flores móviles en viaje, flores
vivientes para siempre, y que no cesarán de crecer por
el mundo. . .
   ¡Oh el color de las brisas circulando sobre las aguas
calmas,
las palmas de las palmeras que se menean!
   Y ni un lejano ladrido de perro que signifique la
choza; que signifique la choza y el humo de la tarde y
las tres piedras negras bajo el olor de pimiento.
   Pero los murciélagos cortan la noche blanda con
pequeños gritos.
   ¡Alegría!, ¡oh alegría desatada en las alturas del
cielo!
...¡Crusoe!, ¡estás ahí! Y tu rostro se ofrece a los
signos de la noche, como una invertida palma de la
mano.

***
Saint-John Perse (Pointe-à-Pitre, Guadalupe, 1887- Hyères, 1975)
Versión de Jorge Zalamea Borda

/

La ville

*

     L’ardoise couvre leurs toitures, ou bien la tuile où végètent les mousses.
     Leur haleine se déverse par le canal des cheminées.
     Graisses !
     Odeurs des hommes pressés, comme d’un abattoir fade ! aigres corps des
femmes sous les jupes !
     Ô Ville sur le ciel !
     Graisses ! haleines reprises, et la fumée d’un peuple très suspect – car toute
ville ceint l’ordure.
     Sur la lucarne de l’échoppe – sur les poubelles de l’hospice – sur l’odeur du
vin bleu du quartier des matelots – sur la fontaine qui sanglote dans les cours de
police – sur les statues de pierre blette et sur les chiens errants – sur le petit enfant
qui siffle, et le mendiant dont les joues tremblent au creux des mâchoires,
     sur la chatte malade qui a trois plis au front,
     le soir descend, dans la fumée des hommes…
     - La Ville par le fleuve coule à la mer comme un abcès…

     Crusoé ! – ce soir près de ton Île, le ciel qui se rapproche louangera la mer, et
le silence multipliera l’exclamation des astres solitaires.

     Tire les rideaux ; n’allume point :

     C’est le soir sur ton Île et à l’entour, ici et là, partout où s’arrondit le vase
sans défaut de la mer ; c’est le soir couleur de paupières, sur les chemins tissés
du ciel et de la mer.
     Tout est salé, tout est visqueux et lourd comme la vie des plasmes.
  
     L’oiseau se berce dans sa plume, sous un rêve huileux ; le fruit
creux, sourd d’insectes, tombe dans l’eau des criques fouillant son
bruit.
     L’île s’endort au cirque des eaux vastes, lavée des courants chauds
et des laitances grasses, dans la fréquentation des vases somptueuses.
     Sous les palétuviers qui la propagent ,des poissons lents  parmi la
boue ont délivré des bulles avec leur tête plate ; et d’autres qui sont
lents, tachés comme des reptiles, veillent. – Les vases sont fécondées –
Entends claquer les bêtes creuses dans leurs coques – Il y a sur un
morceau de ciel vert une fumée hâtive qui est le vol emmêlé des
moustiques – Les criquets sous les feuilles s’appellent doucement –
Et d’autres bêtes qui sont douces, attentives au soir, chantent un chant
plus pur que l’annonce des pluies : c’est la déglutition de deux perles
gonflant leur gosier jaune…
     Vagissement des eaux tournantes et lumineuses !
     Corolles, bouches des moires : le deuil qui point et s’épanouit !
Ce sont de grandes fleurs mouvantes en voyage, des fleurs vivantes à
jamais, et qui ne cesseront de croître par le monde…
     O la couleur des brises circulant sur les eaux calmes,
     les palmes des palmiers qui bougent !
     Et pas un aboiement lointain de chien qui signifie la hutte ; qui
signifie la hutte et la fumée du soir et les trois pierres noires sous
l’odeur de piment.
     Mais les chauves-souris découpent le soir mol à petits cris.

     Joie ! ô joie déliée dans les hauteurs du ciel !
     … Crusoé ! tu es là ! Et ta face est offerte aux signes de la nuit,
comme une paume renversée.