martes, 8 de mayo de 2018

juan carreño / cuatro poemas













Al sol, licores suizos

*
                                                 a Soledad Fariña

ahora estás en Tilcara a la espera de camiones
golpeas la pila y tu recuerdo, una tormenta tropical
árboles derribados, y tus rodillas, míralas:
andas puro pelándote en el potrero
las manchas de pasto en los codos
tapado en moscas en los terminales de buses
la carnosidad del labio, piénsalo
escribimos, a guata pelada, al sol
ojos verdes en busca de un lugar dónde dormir
ella quedó en Tarija y nosotros, acá
a pura ketamina, tapados en bencina, amor
de espaldas en el pasto, una imagen:
apúnate en este pelado, en el baño de este bus
háceme la Chungará, querida
pégame un Tingiririca en lo más Arica del camino
(acampemos en Camarones y Caldera
las huellas de los jeeps en el desierto
indican dónde no debemos dormirnos)
bajemos la cortina y mordámonos
hagámonos ladrar, mi camino de tierra
el gato atropellado en la boca
sostén este tomate y estrújalo
hácele chupete, achúntame todo este jugoseo
en el sector más vigilado de la automotora
y riamos, encendamos fuegos artificiales
besémonos en la barricada y que la gente
de la otra población, por nuestra columna de humo
se entere de nuestro amor
oye, el licor suizo que dejaste en mi bolsillo
cuando Pato Patín estaba sobre el alambre
lo caminamos con la manada como un maná
la calle estaba llena de pokemones
y todo el dinero lo invertimos en pitchers
porque somos la mansa odisea
y estamos pasados a coito en esta provincia
porque hay sol y no podremos morir
sin que antes las corrientes de aire
pacifiquen este goteo de sangre sobre el teclado
soledad estoy contigo en el feciso
soledad estoy contigo en un café
cuando me compraste los comprofierros
y dijiste zurita y dijiste bertoni
pero sobre todo dijiste adriazola y sepúlveda
soledad estoy contigo en santo tomás
estoy contigo luego de la radio
y caminamos por el forestal
como amantes luego del trabajo
propugnando la necesidad del amor
y lo factible de la lucha armada
soledad estoy contigo en la guerra
porque somos parte de ella
pero ahora estoy en Tacna
estoy en todos los cibers de sudamérica
abriendo páginas pasadas a pornografía
estoy a la espera de que llegue el Herman
a buscar el data y el telón
hoy tenemos completada para luchar contra el cáncer
ese es nuestro cine
soledad sería bacán
que nos pintaras a todos la cara con rush
y que camináramos la noche como petroglifos
recién besados, más colorados que pichula de perro
puro tragando calle
lo más espiritual que tengo es el vapor de esta casa
y el hervidor eléctrico
al que nos arrimamos con los chiquillos
cuando somos tan un largometraje, soledad

~~~

Desaparición de la población Santo Tomás, La Pintana

*

Conocí a la Chica días antes
del fin del mundo.
Cristo había llegado hace tiempo
y vivía en la Santo Tomás.
Por esos días la gente andaba en la magia
aplaudiéndose la cabeza.
Éramos pura bulla.
Vimos los supermercados transformarse en perreras
y los carros de sopaipillas
en palomares.
Sólo alcanzaba para quedarnos escuchando árboles.
Por esos días ya estábamos todos tan
solos
que ni nos dimos cuenta
cuando de un sablazo
el cielo
se nos rajó.-

~~~

Joteo N° 284: Las chicas más guapas de la feria ignoran al proletariado

*

grabar el sonido del fuego con el pendraiv
repasar el crepitar en la montaña
aquí no habrán ojos que atraviesen el litre
y sobre esta roca que asoma hacia el vacío
y sobre esta roca que junta tanto sol
acumular el silencio tarkovski y su choreza
(había que pintar el primer libro, pero
cuál pintar mi arcillosa terracota)
en un principio todo fue oscuridad
y dios hizo la luz y vio que era bueno
luego vino chile y el incesto
ciruelas verdes en una cancha de tierra
y hombre y hombre
mujer y mujer en la tierra
a un costado de las concesiones carreteras
ah, gluab gluav los sopapos
fruti di mare y escuchar desde el molusco
el origen del mundo, olas y olas
olas, barbas de espuma que denotan la rabia
el repaso y el repaso de la máquina
que demarca la línea blanca de carretera
bajo la cascada, ducha divina
practicar el tiro del tigre (ella,
la steve kiuga) y el derrumbe de lo hendido
cascadas a lo blanco, carroñas por la feria
y los tiuques y el apareamiento de los perros
que excitan a los niños y hace a los vecinos
sacar sus mangueras, la sangre como yodo se evidencia
en las sábanas como un mapa de Oceanía
no sé si al llegar estarás ahí
soy tan joven me voy tan rápido, amor
que digo en un siglo que ya no es este siglo
mi signo es de raza inferior
no pertenezco a la cuadratura de este ensanche
ni me desvisto en camarines luego de este hándbol
ahora viene la calle, la lluvia, la carretera
king crimson y lo nazi triste de no saber
de no cachar, a dónde va la micro
pero amanece y estamos en este cementerio
los artesanos huelen a palo santo en el bosque
y no son parte de este rito: una conejeada
inspirada por el singani y la luna sobre el mármol
como en la canción la boca se vuelve anillo
por las acequias, las pensiones, sólo tengo
30 días o 30 páginas para cruzar nuevamente
esta frontera que es un río, la insistencia
de lo líquido por la lengua, ah, gluab guav
ríos anchos y perezosos donde perderse en arenales
bajo bosques de aromos y jugar a la escondida
manantiales donde practicar lo mamífero del afán
champas como napas no intervenidas por mineros
ah, ah, ah, bajo sauces te hacen chicha como inca
y sale el sol y sólo quedan escamas, ni el carbono 14
dará cuenta de esta obra, hombre y hombre
mujer y mujer desde el fiordo asoman
lanchas de fibra de vidrio con motores adaptados
penetran las áreas de manejo, esta noche
los cultivos de locos sin tamaño para las cocinerías
serán nuestros, estamos bajo el mar
y nos importa una raja
lo sustentable de este choreo

~~~

bomba bencina

*

                   “Odio los viajes y los exploradores.”
                                             Claude Lévi-Strauss.

Un camionero atrapado en la frontera
con insomnio de coca
mira la nieve atascarse
en el parabrisas de la máquina.
Restos de familia en Madrid
despiertan para limpiar
las alcantarillas de la ciudad.
Yo en La Pintana tomo pisco puro.
Violeta se dispara en mi cabeza:

bendice
Señor Maravilloso
la iluminación
de una iglesia en llamas
la herencia de un cura
que juega con su sexo
a la gallina ciega
sobre un pendejo
que llora
con una tortuga muerta
en la mano

-amanece en Micronesia-

-amanece en La Pintana-

así como nosotros
cantamos entre llamas
bendícete a lo bonzo
Señor Maravilloso:

cuando somos palabras y huesos

y toca recitar frente al fuego
que la lluvia cae a la antigua
que nada puede hacerse

entre pulmones y oxigeno
entre gravedad y lágrima:

-amanece en Tucumán-

-amanece en Malloa-

-amanece en Potosí-

amanece mi hermano con tevecable
 y frases que repiten
se me pudre la cabeza
y
no

lo
que
son
los
carruseles.

Bendice lo que eres
Señor Maravilloso
recolectores en la niebla
por ser fusilados:

es culpa de todos
en la pantalla
bailando
mientras coagulamos
con la mano negra
en la calle
al perseguir una vida de balazos
una escritura del ahora:

-bajo tierra todos nos parecemos
mira correr la sangre
sobre escaleras de pensiones por
inundarse-

mientras escucho el amor pastero
en mi muralla
y cualquier pájaro en la cabeza
deja la lija para hablar
de un olor a Mudanza:

-amanece en Tarija-

-amanece en Carrizal Bajo-

en una calle mojada
cuando no se quiere decir
-el poema es un abandono dice don
Mauricio-

dame lucidez de abismo
una noche más
una carretera vacía

-amanece en Caleta Angustia-

tres cigarros
un poco de cacao
grafitis mohosos
luces verdes
ascensores detenidos

-amanece en Catamarca-

candidatos vomitando
frente a un espejo

-amanece en Popayán-

una luna roja
una lluvia de cenizas
los andes nevados
alguien pensando
en la dirección del viento
alguien que diga
el perro está inválido
sus ojos en los nuestros
los nuestros en el vidrio
no somos lo que vemos
llueve y lluevo

-amanece en Tulahuén-

llueve y escribo.

***
Juan Carreño (Rancagua, 1986)

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