viernes, 25 de mayo de 2018

wallace stevens / trece maneras de mirar un mirlo










1
Entre veinte cerros nevados
lo único que se movía
era el ojo de un mirlo.

2
Yo era de tres pareceres,
como un árbol
en el que hay tres mirlos.

3
En el viento de otoño giraba el mirlo.
Tenía un papel muy breve en la pantomima.

4
Un hombre y una mujer
son uno.
Un hombre y una mujer y un mirlo
son uno.

5
Yo no sé si prefiero
la belleza de las inflexiones
o la belleza de las insinuaciones,
si el nido silbando
o después.

6
El hielo cubría el ventanal
de cristales bárbaros.
La sombra del mirlo
lo cruzaba de un lado a otro.
La fantasía
trazaba en la sombra
una causa indescifrable.

7
Oh, delgados hombres de Haddam,
¿por qué imagináis pájaros dorados?
¿No veis cómo el mirlo
anda entre los pies
de las mujeres que os rodean?

8
Conozco nobles acentos
e inevitables ritmos lúcidos;
pero también conozco
que el mirlo anda complicado
en lo que conozco.

9
Cuando el mirlo se perdió de vista
señaló el límite
de un círculo entre otros muchos.

10
Al ver mirlos
volar en la luz verde,
hasta los charlatanes de la eufonía
gritarían agudamente.

11
Viajaba por Connecticut
en un coche de cristal.
Una vez le entró el miedo,
por haber confundido
la sombra de su equipaje
con mirlos.

12
El río se mueve.
Estará volando el mirlo.

13
Toda la tarde fue de noche.
Nevaba,
iba a seguir nevando.
El mirlo se detuvo
en la rama del cedro.

***
Wallace Stevens (Reading, 1879-Hartford, 1955)
Versión Raúl Gustavo Aguirre

/

Thirteen Ways of Looking at a Blackbird

*

I
Among twenty snowy mountains,   
The only moving thing   
Was the eye of the blackbird.   

II
I was of three minds,   
Like a tree   
In which there are three blackbirds.   

III
The blackbird whirled in the autumn winds.   
It was a small part of the pantomime.   

IV
A man and a woman   
Are one.   
A man and a woman and a blackbird   
Are one.   

V
I do not know which to prefer,   
The beauty of inflections   
Or the beauty of innuendoes,   
The blackbird whistling   
Or just after.   

VI
Icicles filled the long window   
With barbaric glass.   
The shadow of the blackbird   
Crossed it, to and fro.   
The mood   
Traced in the shadow   
An indecipherable cause.   

VII
O thin men of Haddam,   
Why do you imagine golden birds?   
Do you not see how the blackbird   
Walks around the feet   
Of the women about you?   

VIII
I know noble accents   
And lucid, inescapable rhythms;   
But I know, too,   
That the blackbird is involved   
In what I know.   

IX
When the blackbird flew out of sight,   
It marked the edge   
Of one of many circles.   

X
At the sight of blackbirds   
Flying in a green light,   
Even the bawds of euphony   
Would cry out sharply.   

XI
He rode over Connecticut   
In a glass coach.   
Once, a fear pierced him,   
In that he mistook   
The shadow of his equipage   
For blackbirds.   

XII
The river is moving.   
The blackbird must be flying.   

XIII
It was evening all afternoon.   
It was snowing   
And it was going to snow.   
The blackbird sat   
In the cedar-limbs.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario