El final del largo e inútil día se apaga.
La misma esperanza que hubo se derrumba,
generosa... La vida es un mendigo ebrio
que extiende la mano a su propia sombra.
~
Venimos de la nada sin saber hacia dónde,
preguntamos, y nada nos responde.
La verdad y la mentira son hermanas:
¿Qué es lo que lo evidente nos esconde?
~
¿He amado o no he amado? No lo sé decir.
¿He deseado o no he deseado? No lo sé sentir.
Lo que fue y lo que fuera que sucedió
están en la misma tumba. ¿Y qué es morir?
~
Cada día me trae con qué esperar
lo que ningún día podrá dar.
Cada día me fatiga la esperanza...
Pero vivir es esperar y no descansar.
~
No pienses, no medites, no emplees
un esfuerzo en lo que niegues o ames.
Nada es nuestro -ni nosotros-, un Hado extraño
manda. No vas por el camino: sólo lo sigues.
~
¡Ah, bebe! La vida no es buena o mala,
lo que le dimos es lo que nos da.
Todo se devuelve a lo que no fue,
y nadie sabe lo que es o lo que habrá.
~
En el interminable curso del mundo
donde no hay duración ni ser profundo
hay todavía un sol que lo dora todo:
Qué este sea su telón de fondo.
~
La vida es tierra y el vivirla es lodo.
Todo es manera, diferencia o modo.
En todo cuanto hagas sé sólo tú,
en todo cuanto hagas sé tú del todo.
Fernando Pessoa (Lisboa, 1988-1935) Rubaiyat. Canciones para beber. Bilbao: El Gallo de Oro, 2015.
Versiones de Beñat Arginzoniz
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