jueves, 15 de diciembre de 2022

alda merini / dos poemas








Hay pintores que escriben con rimas
y dibujan forestas en las cuales
van a vivir con sus amores.
Con un solo pensamiento se contentan,
lo cubren de rubíes y
creen que es un rey.
Los poetas no creen en las fechas,
creen que su historia comienza
por la presencia.

~

La carne y el suspiro

*

Yo soy tu carne,
la carne elevada de tu espíritu.
Nunca podrás visitarme en el día
antes que el lavado del sueño
me haya incinerada
para restituirme a ti en páginas de poesía,
en suspiros de larga espera.
Temo por mi dolor
como si tu dulzura
pudiese hacerlo morir
y así privarme de ese paisaje misterioso
que son los recuerdos.
Estoy llena de ritos
y de la lógica de los recuerdos
que viene después, cuando a mi vida se asoma
el recuento de la verdad cotidiana,
el sueño ahogado en el agua.
Soy misteriosa como todos
cada movimiento mío es un milagro
y tú lo sabes,
pero el gran paso
que yo pueda dar es ir hacia ti
(un viaje infinito sin descanso
tal vez un viaje que me llevaría a morir
porque yo soy el canto y la calle larga).
El canto muere, va a morir
en las vísceras de la tierra
porque yo soy la medida
de tu gran espectáculo de hombre;
soy la viva espectadora
de tus remembranzas, también el insecto,
el animal que sueña y que devora.
Antes de la poesía viene la paz,
un lago sempiterno y lleno
sobre el cual no pasa nada
ni siquiera un velero;
antes de la poesía viene la muerte
algo que bota y rebota
sobre las aguas; el largo camino
de una multitud de genio y malicia
que va lejos
pero yo y tú estamos solos
como si estuviésemos creados
de los primeros y por primera vez;
yo y tú hemos reemergido del barro de la multitud
y cada día intentamos quedar solos
en esta resma de papel
que es el gran espectáculo de los vivos.
Yo y tú estamos exangües,
sin ganas de terminar este hechizo
Incoloros e indómitos, estamos solos
en el limbo de nuestro placer
porque yo y tú
estamos llenos de amor carnal,
yo y tú.

***
Alda Merini (Milán, 1931-2009)
Versiones de Jorge Aulicino y Nicolás López-Pérez respectivamente.

/

Ci sono pittori che scrivono con le rime 
e disegnano foreste entro cui
vanno a vivere con i loro amori.
 Si contentano di un solo pensiero, 
lo vestono di rubini e 
credono che sia un re.
I poeti non credono alle date, 
credono che la loro storia cominci
dalla presenza.

~

La carne e il sospiro

*

Io sono la tua carne,
la carne eletta del tuo spirito.
Non potrai mai visitarmi nel giorno
prima che il puro lavacro del sogno
mi abbia incenerita
per restituirmi a te in pagine di poesia,
in sospiri di lunga attesa.
Temo per il mio dolore,
come se la tua dolcezza
potesse farlo morire
e privarmi così di quel paesaggio misterioso
che sono i ricordi.
Sono piena di riti
e della logica dei ricordi
che viene dopo, quando si affaccia alla mia vita
il rendiconto della verità giornaliera,
il sogno affogato nell’acqua.
Sono misteriosa come tutti,
ogni mio movimento è un miracolo
e tu lo sai,
ma il grande passo
che io possa fare  è quello di venire da te
(un viaggio infinito  senza ristoro,
forse un viaggio che mi porterebbe a morire
perchè io sono il canto e la lunga strada).
Il canto muore, va a morire
nelle viscere della terra
perchè io sono la misura
del tuo grande spettacolo di uomo;
sono lo spettatore vivo
delle tue rimembranze ma anche l’insetto,
l’animale che sogna e che divora.
Prima della poesia viene la pace,
un lago sempiterno e pieno
sopra il quale non passa nulla,
neanche un veliero;
prima della poesia viene la morte,
qualche cosa che balza e rimbalza
sopra le acque; il lungo cammino
di una folla di genio e di malizia
che porta lontano,
ma io e te siamo soli
come si fossimo stati creati
primi e per la prima volta;
io e te siamo riemersi dal fango della folla
e giornalmente tentiamo di rimanere soli
in questa risma di carte
che è il grande spettacolo dei vivi.
Io e te siamo esangui,
senza voglia di finire questo incantesimo.
Incolori e indomiti, siamo soli
nel limbo del nostro piacere
perchè io e te
siamo pieni di amore carnale
io e te.

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