viernes, 1 de junio de 2018

joseph brodsky / dos poemas










Una postal

*

El país es tan populoso que los polígamos y asesinos
en serie son puestos en libertad, y los accidentes aéreos
sólo se reportan (casi siempre en el noticiero nocturno)
       cuando ocurren
en zonas boscosas –al difícil acceso se suma la cuestión
del medio ambiente, que hace todo más trágico.
Los teatros están abarrotados, tanto la platea como el
        escenario.
Un aria nunca es cantada por un solo tenor:
normalmente son seis, o uno tan gordo como seis.
Lo mismo vale para el Gobierno, cuyas oficinas están
       toda la noche
iluminadas, trabajando por turnos, como las fábricas,
rehenes del censo. Aquí todo es pandémico:
lo que le gusta a uno gusta también a muchos,
ya sea un atleta, un perfume o una bullabesa.
Por tanto, todo lo que digas o hagas implica lealtad.
También la Naturaleza parece haber tomado nota del
       denominador común,
y cada vez que llueve, lo que no es muy frecuente,
       las nubes se quedan
no sobre el estadio militar y naval, sino sobre el cementerio.

~~~

A Urania

*

Tiene un límite todo, incluso la tristeza.
La mirada tropieza en la ventana,
como una hoja con la empalizada.
Se puede verter agua. Hacer sonar las llaves.
La soledad es el hombre al cuadrado.
El dromedario husmea los rieles y frunce el hocico.
Se descorre, el vacío, como una cortina.
¿Y qué cosa es el espacio en general,
sino ausencia de cuerpo en cada punto?
Por eso Urania es más vieja que Clío.
De día, y a la luz de los tenues candiles,
ves que no esconde nada.
Y al mirar el globo sólo ves una nuca.
Ahí están: los bosques llenos de mirtillo,
ríos donde se pueden pescar esturiones con la mano,
una ciudad que ya no te incluye
en su directorio telefónico. Y allá, hacia el sur
es decir, al sudoeste, las montañas se oscurecen,
vagan entre la hierba los potros prechevali;
amarillean los rostros. Y más allá navegan
las fragatas, y el espacio azulea
como la ropa blanca con encajes.

***
Joseph Brodsky (Leningrado, 1940-Nueva York, 1996)
Versiones de Ernesto Hernández Busto

/

A postcard

*

The country is so populous that polygamists and serial
killers get off scot-free and airplane crashes
are reported (usually on the evening news) only when
         they occur
in a wooded area –the difficulty of access
is most grievous if it’s tinged with feelings for the environment.
Theaters are packed, both stalls and
         stage.
An aria is never sung by a single tenor:
normally they use six at once, or one that’s as fat as six.
And the same goes for the government, whose offices stay
         lit up
through the night, working in shifts, like factories,
hostage to the census. Everything is pandemic.
What is loved by one is loved by many,
be it an athlete, a perfume or a bouillabaisse.
Thecfore, no matter what you say or do is loyal.
Nature too seems to have taken note of the common
         denominator
and whenever it rains, which is seldom, clouds linger
         longest over
not the army and navy stadium but the cemetery

~~~

К Урании

*

У всего есть предел: в том числе у печали.
Взгляд застревает в окне, точно лист – в ограде.
Можно налить воды. Позвенеть ключами.
Одиночество есть человек в квадрате.
Так дромадер нюхает, морщась, рельсы.
Пустота раздвигается, как портьера.
Да и что вообще есть пространство, если
не отсутствие в каж всë дой точке тела?
Оттого-то Урания старше Клио.
Днем, и при свете слепых коптилок,
видишь: она ничего не скрыла,
и, глядя на глобус, глядишь в затылок.
Вон они, те леса, где полно черники,
реки, где ловят рукой белугу,
либо – город, в чьей телефонной книге
ты уже не числишься. Дальше, к югу,
то есть к юго-востоку, коричневеют горы,
бродят в осоке лошади-пржевали;
лица желтеют. А дальше – плывут линкоры,
и простор голубеет, как белье с кружевами.

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