mediateca de poesía personal-universal del ayer y del mañana desde MMXVII/
jueves, 7 de junio de 2018
hilde domin / tres poemas
Vademécum
*
El muerto es el único en quien se puede confiar.
Está en nosotros
acurrucado en sí mismo
como una bola suavecita
un embrión
o un pequeño animal
al que se mete en una caja con hoyos
y se la esconde en el bolso
solo que mucho más cómodo.
Él no ocupa casi espacio
no gasta en transporte
ni significa sobrepeso de equipaje
en los vuelos transcontinentales.
Él siempre está ahí.
Responde todas las preguntas
y no hace ninguna.
Nos ve cuando lo vemos
y da vuelta la cara si miramos para otro lado
no exige nada
no decepciona
apenas se queja
cuando un día lo olvidamos
o una semana.
Y cuando nos sentimos solos
y lo pensamos
brilla cálidamente de vuelta
como una estufa eléctrica.
El muerto no miente
ni será engañado
tampoco formará parte
de los acuerdos.
Él no vende
ni es mercancía
en las liquidaciones del miedo.
Si eres la mano
el brazo
el corazón
de otro ser vivo:
muere pronto.
Al muerto le es permitida la totalidad.
Apúrate en ser un muerto
al muerto
se le mantienen las promesas.
~~~
Isla mediodía
*
Somos extraños
de isla
en isla.
Pero a mediodía, cuando el mar
muestra el fondo
y el pasado
se escurre por los tobillos
como olas en retirada
y las algas muertas en la playa
se vuelven árboles dorados
entonces no nos sostiene más nada
a la red del recuerdo
nos escurrimos a través
en las recónditas calles de los pescadores
y los mapas de la profundidad
que ya no nos sirven.
~~~
No grites
*
Llévate el dedo a la boca.
No grites.
Quédate parada.
Quizás debieras recostarte en el polvo.
Entonces verás el cielo
serás una con la calle
y el que te muestre la espalda
que pueda irse como si no estuviera dejando a nadie.
Es más fácil si estás acostada que parada
si callas que si gritas.
Mira las nubes pasar.
Sé discreta, no te aferres.
Se deshacen.
También tú eres ligera
tampoco tú vas a durar mucho.
Vale la pena no tener miedo
del abandono, cuando sopla el viento
que mueve las nubes.
***
Hilde Domin (Colonia, 1909-2006)
Versiones de Alejandra del Río
Fuente
/
Vademecum
*
Der Tote ist unser sichrer verlass.
Er sitz in uns
in sich gerollt
wie ein geschmeidiges Knäuel
ode rein Embryo
oder so wie ein kleines Tier,
das man in eine Büchse
mit Luftlöchern
in eine Tasche steckt,
nur viel bequemer.
Er verdrängt keinen Raum
und kostet keine Fahrkarte
und kein Extragepäck
in den Transkontinentallen Flügen
er ist immer da.
Er beantwortet alle Fragen
und fragt nicht
er sieht uns an, wenn wir hinsen
und dreht sich um, wenn wir wegsehen
er verlangt nichts,
er enttäuscht nicht,
und er beklagt sich kaum,
wenn wir ihn einen Tag
oder eine Woche vergessen.
Und wenn wir einsam sind
und ihn anstrahen,
leuchtet er wärme zurück
wie ein Radiator aus Nickel.
Der Tote lügt nicht
und wird nicht belogen
und nimmt nicht Teil
an Ausverkäufen der Angst.
Bist du die Hand,
bist du der Arm,
bist du das Herz
eines andern Lebenden,
stirbt schnell.
Dem Toten ist ganzheit erlaubt.
Beeile dich ein Toter zu sein,
dem Toten
wird das versprechen gehalten
~~~
Inselmittag
*
Wir sind fremde
von Insel
zu Insel.
Aber am Mittag, wenn uns das Meer
bis ins Bett steigt
und die Vergangenheit
wie kiel Wasser
an unseren Fersen abläuft
und das Tote Meerkraut am Strand
zu goldenen Bäumen wird,
dann halt un skein Netz
der Erinnerung mehr
wir gleiten
hinaus,
und die Tiefenkarten
gelten nacht
für uns
~~~
Rufe nicht
*
Lege den Finger auf den Mund.
Rufe nicht.
Beliebe stehen
am Wegrand
vielleicht solltest du dich hinlegen
in den Staub.
Dan siehst du in den Himmel
und bist eins nit der Strasse.
und wer sich umdrecht nach dir
kann gehen als lasse er Niemand zurück.
Es geht sich Leichter fort,
wenn du liegst als wenn du stehst,
wenn du schweigst als wenn du rufst.
Sieh die Wolken ziehen.
Sei bescheiden, halte nichts Fest.
Sie lösen sich auf.
Auch du bist sehr leicht.
Auch du wirst nicht dauern.
Es lohnt sicht nicht Angst zu haben
von Verlassenheit,
wenn schon der Wind steigt
und die Wolke
verweht.
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