El mundo comienza en la mesa de la cocina. No importa qué, debemos comer para vivir.
Los dones de la tierra son traídos y preparados, puestos en la mesa. Así ha sido desde la creación, y así seguirá.
Perseguimos pollos o perros, los alejamos de ella. Los bebés dientan en las esquinas. Se raspan las rodillas debajo de ella.
Es aquí donde los niños reciben instrucciones sobre lo que significa ser humano. Hacemos hombres en ella, hacemos mujeres.
En esta mesa intrigamos, recordamos enemigos y fantasmas de amantes.
Nuestros sueños beben café con nosotros mientras abrazan a nuestros hijos. Se ríen con nosotros ante nuestras pobres caídas, mientras de nuevo nos restauramos en la mesa.
Esta mesa ha sido una casa bajo la lluvia, una sombrilla bajo el sol.
Guerras han comenzado y terminado en esta mesa. Es un lugar para esconderse a la sombra del terror. Un lugar para celebrar la terrible victoria.
Hemos dado a luz en esta mesa, y aquí hemos preparado a nuestros padres para su entierro.
En esta mesa cantamos con alegría, con tristeza. Oramos por el sufrimiento y la contrición.
Damos gracias.
Quizás el mundo terminará en la mesa de la cocina, mientras reímos y lloramos, comiendo el último bocado dulce.
Joy Harjo (Tulsa, 1951)
Versión de Beverly Pérez-Rego
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Perhaps the World Ends Here
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The world begins at a kitchen table. No matter what, we must eat to live.
The gifts of earth are brought and prepared, set on the table. So it has been since creation, and it will go on.
We chase chickens or dogs away from it. Babies teethe at the corners. They scrape their knees under it.
It is here that children are given instructions on what it means to be human. We make men at it, we make women.
At this table we gossip, recall enemies and the ghosts of lovers.
Our dreams drink coffee with us as they put their arms around our children. They laugh with us at our poor falling-down selves and as we put ourselves back together once again at the table.
This table has been a house in the rain, an umbrella in the sun.
Wars have begun and ended at this table. It is a place to hide in the shadow of terror. A place to celebrate the terrible victory.
We have given birth on this table, and have prepared our parents for burial here.
At this table we sing with joy, with sorrow. We pray of suffering and remorse. We give thanks.
Perhaps the world will end at the kitchen table, while we are laughing and crying, eating of the last sweet bite.
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