En la mitad de mi casa creció el árbol rojo
anudado a paredes ya amarillas
Y se abrió paso.
desde la cocina extiende sus raíces hasta tocar el jardín
A veces cuando miro sus largas ramas
me siento debajo de su sombra girando el torso
Cómo quedó atrapado en mi jardín.,
pasando por el techo de la casa
No me atrevo a moverme para que no huyan los pájaros
Pero mi casa se quebró íntegra cediendo paso al árbol
que ocupó el espacio desde las rotas raíces y los cimientos
hasta convertirse en un amplio hogar que baja mirando el suelo
áspero y mudo. Oscuro
Tal vez abra una interrogante este árbol sin manos
Tal vez esta casa deba ser abierta y reconstruida
¿qué vamos a hacer con su color rojo?
¿qué hacer con lo incesante y duro de ese color
marcial,
sonoro,
militar
Porque cuando recorro el jardín y miro la calzada
Veo sólo antebrazos y fémures. Y espaldas
Nunca una sola cara
Cuerpos fragmentados. Y escritos. en la tierra
Desde la madera a la hoja caída entre las piedras.
Eugenia Brito (Santiago de Chile, 1949)
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