viernes, 15 de septiembre de 2023

jorge fondebrider / infatuación













De vivir en París, podría decir 
que el paso de los barcos por el Sena 
constituye el ritmo circadiano que le es propio a esa ciudad, 
y en Roma, en motoneta, 
el ritmo está marcado por los pinos y campanas,
en Nápoles serían traghetti o  aliscafi que surcan el Tirreno y van a Capri, 
en Praga son los puentes.
Pero escribo en Buenos Aires, que es snob, 
y hablar aquí del ritmo circadiano que impone el colectivo. 
suena tan falso como quien dice potlatch 
sin haber leído a Marcel Mauss. Misterio
que se infla con misterio, 
infatuación, miseria del misterio.

Para todo hay siempre público.

***
Jorge Fondebrider (Buenos Aires, 1956)

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