Canción de la intensidad
de haber sido un
cuerpo y su furor
de las calles andadas
del cielo abajo arriba del viento
enarbolado de los árboles
de la av. Nicolás de Piérola
oscuramente silenciosa
de nuestro corazón proclamando
la destrucción del vacío
Canción de las calles vastísimas
y semáforos
del río y del dolor
Canción de los cuerpos
de sus pasiones
y bitácoras de sus ojos
abriéndose tras la madrugada
eléctrica
Canción de los corazones sinceros
al pie del asfalto
destrozados de dicha
a la espera de un taxi
que los salve del delirio
de su propia mente
Canción de los laberintos
del lenguaje en la mente
del siguiente poeta
parado frente a todos
escribiendo un mapa
de su propio caos
Canción de la intensidad
de estar eternamente
solo
en Jirón de la Unión
Canción de la intensidad
de los poetas de mi ciudad
a orillas de la neblina tóxica
bajo el cielo lila
buscando flores lúcidas
escribiendo su amor
en corazones rotos
en la destrucción de su esperanza
en la bandera de su desasosiego
en el río de sus bocas
en la vehemencia de su sangre
en los semáforos herrumbrosos
en la fiebre de vivir
en la habitación del hotel
que delata el tiempo
en su devenir
escandalosamente vivo
reptando en sus bocas
Canción de la intensidad
de dos amantes
bajo el cielo de Lima
buscándose encontrándose
amándose tierna delicadamente
para sucumbir ante el fuego
irresoluto de su existencia
Canción de la intensidad
de los cuerpos que fueron
amor y formaron
el único poema perdido
bajo la garúa de la existencia
Canción de la intensidad
de la desesperación de ser
uno entre los muchos
habitantes del planeta invisible
de tristeza y de cucharas
y bocas y estómagos vacíos
que se arremolinan
contra las costumbres quiméricas
Canción de la intensidad
de nacer para morir
de vivir para escribir
de escribir para no morir
de escribir para respirar
de respirar para arder
de arder para no morir
de no morir para ser vida
en la voracidad del siguiente
poema prendido a tu PC
como alquimia en el click
que conduce el caos
de tu corazón
de lepidóptero indómito
Canción de la intensidad
de vagar y morar
las calles la av. Colmena
Evitamiento
los puentes Balta
y el tráfico de las seis
que amenaza todo programa
poético
y de abrir latas de atún
contra los programas de TV
organizados para la destrucción
de la creatividad interna
Canción de la intensidad
de la crisis poética
que es mi corazón cantando
versos
en medio de instituciones famélicas
y derruidas por su burocracia
Canción de la intensidad
de las farmacias podridas del
espanto, de los niños
pobres al pie de las veredas
de las cucarachas fosforescentes
del aire andino
encerrando
lamiendo la herida del absurdo
de las copas y los hombres
al borde de las mañanas
destrozadas
en el grito de la resurrección
Canción de la intensidad
del coraje de seguir vivos
en medio del caos
de la tristeza
de la depresión
de haber sobrevivido
huelgas y pandemias
como flores rancias
ajando el cielo
de nuestra pasión
Canción de la intensidad
del irremediable
deseo de unos ojos
en su fulgor y el verano
galopando en la sangre
como verso
que nadie puede asir
Canción de la intensidad
de las galaxias
y cuerpos arremetidos
contra el desasosiego
y en plena vigencia
de nuestro resplandor
Canción de la intensidad
de girasoles y espinas
de silenciosos hábitos
que terminaron
escribiedo la ruta de nuestro
renacimiento
de nuestra pasión
esculpida en los vericuetos
de la mente
Canción de la intensidad
de hacer poesía
en esta ciudad
en esta destrucción
en esta furia
llamada país
llamada soledad
llamada desesperación
en las teclas
de la sangre de todos
escribiendo este poema.
Julio Barco (Lima, 1991). Inédito. El poema se leyó y presentó en sociedad, en una versión de bolsillo limitada, entregada a quienes asistieron al estreno del documental Canción de la intensidad de Cristbond, basado en la vida y obra del poeta, el pasado 25 de agosto en el Centro Cultural de España en Lima. La proyección audiovisual puede verse aquí.
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