martes, 25 de enero de 2022

julio barco / de "magnetismo"













Elon Musk tuvo un sueño donde Nicola Tesla le hablaba

*

La parábola del cielo conduce al hombre a la locura, 
¿Y si en otros planetas hay vida?
¿Y si en otros planetas la sucesión de emisiones eléctricas no es sino un himno desesperado?

La energía es una extensión de nosotros mismos, Musk, 
y ahora tú conoces cómo llegar a la Luna,
lanzar en una máquina metálica y filiforme los ángulos de teorema,
y te toca colonizar Marte. 

Algunas casas en anillos concéntricos sobre árboles alrededor
De compartimientos de metal con La antena parabólica es directamente proporcional
al uso de la energía humana como ecuación de progreso.

Y llevarás la energía de auto en auto, mientras
en las oficinas sudan de matemáticas las empleadas,
un viejo jardinero lee a Marcuse como quién le da duro a un jazz sentimental
y máquinas metálicas con ruedas dan vueltas sin usar petróleo
entre innumerables edificios. 

La realidad de los símbolos desfallece y tú 
Mandarás naves a otros planetas, casas metálicas
Que Facebook replicará en sus contenidos las mañanas de los lunes.

Ahí de presente perpetuo: máquina de potencia. 

Ahora no duermas, oye mi voz, te hablo yo, Tesla. 
Maquinas que darán like algunos anacoretas destrozados por el
Sinsentido de la Época.

La parábola del cielo conduce al hombre a la locura.
Y yo, sueño con mundos imposibles.
Condenadme a soñar estas fórmulas eléctricas que doblegan la espiga.

Mente como artefacto sobre piel tecnológica da al cuerpo un estado de 
Energía perfecta para el gozo.
La ecuación es que prevalezca mente y cuerpo sea digitalizado. 

El humano solo puede sobrevivir viajando de cuerpo en cuerpo. 
La teoría del gen egoísta sobre vive a lo real.
Gente sola en Marte, gente poblando Júpiter. 
Naves eléctricas cruzando el espacio. 

Juega con tu mente a convertirla en una realidad simbólica infinita.
La realidad de juego es la invención del ahora. 

¿Qué es la mente para el universo?
Nos cabe esperar,
Una casa lejos de la Tierra, un bello atardecer rojísimo 
Entre dunas verdes, y la mirada abierta frente a nosotros. 

¿El futuro que es pasado funciona por Wi-Fi?

~

El sistema polifácico

*

Cuando sueño en futuros inventos, la muerte no existe. Mi invento más grande será ser eterno. Cuando la eternidad crezca en mis enjutos ojos negros y sean estas palomas que me permitan comprender que volábamos, que no solo fuimos un limitado ser congregado al suelo, a la ansiedad y a los fluidos, ser al que la luz nacía de la soledad y la penumbra: agitaré mis alas. Cuando creo mi arte, no hay futuro ni pasado, solo energía fluyendo por mi mente. Cuando sueño en la comprensión. Cuando sueño. Cuando sueño, primero cojo de las palomas su canto, hermosísimo como invento de Gramme. Primero elevo entre las constelaciones eléctricas mi voz de unicornio dando vueltas; en ellas va la retahíla de mi música. El paisaje es otro y siempre el mismo. Y se abre a un sistema de realidades concéntrica, suavemente esbozada en la órbita de la realidad del digito cuántico que elabora su sabia coloidal en la galaxia.

~

Poeta en Marte

*

Desde aquí la Tierra apenas es un punto que a veces
brilla en el espacio. 
No tengo perfectas palabras para zumbar esta noche.
No hay patria ni cultura en Marte solo mis pulmones sosteniéndome en el vacío. 
Podría escribir un haiku mientras divago en los desiertos. 
Mi soledad es un planeta vacío.
No hay Shakespeare ni Homero en Marte.
Salgo a dar vueltas alrededor de las llanuras.
Observo la simetría de las noches.
Mi cuaderno se llena de garabatos encendidos.
No flotan aves.
Solo mi corazón tiembla. Solo mi vacío.
La nave se destruyó hace cinco años.
Entonces empecé a dibujar en las paredes de mi caverna.
Estos son los apuntes de mi propio desconcierto.
Toda la poética es la sílaba que atraviesa mi papel.
Yo perseguía cuerpos en la Tierra.
Pensaba en amores perdidos o en la flor alquímica.
Ahora soy el amo de la nada.
No hay peces fosforescentes en Marte.
No hay árboles lilas en Marte. 
No hay agua ni aire ni aves en Marte.
Solo mi corazón que no se finiquita.
Mi voz como Crusoe  brillando en la materia cósmica. 
Abandonamos un Paraíso y llegamos a un infierno.
La tierra es nuestra semilla.
No hay modo de poblar las horas.
Floto con los balones de oxígeno que quedan.
El cielo es lila negro amarillo rojo encendido.
Mis poemas son estas oraciones
Que raudamente anoto para estudio fósil en cincuenta mil años.
De Marte, conozco sus ríos secos
El escándalo lascivo del frenesí.
Música de mi sangre.
Todavía tengo sangre detrás de los trajes 
Que uso para no morir ahogado.
Me ahoga el vacío del universo.
Mi voz es un satélite encendido en sí mismo.
Trabajo palabras que crucen los siglos.
Estoy perdido.
Ayer logré encender esta máquina.
La Tierra es 
Mi madre, mis hermanas y esta humedad
Cuando sé que no volveré.
Muerte es todo el espacio. 
Madre es todo el cuerpo.
La sustancia de los sueños termina 
Precisamente cuando nos alejamos y tocamos lo real. 
Las flores que quedan todavía
Guardan la mecánica del oro de la naturaleza.
Me marchito entre las máquinas oxidadas
Entre la penumbra
De estos dinteles.
Cuando abran la puerta
Verán mi cuerpo putrefacto. 
Este montón de anotaciones húmedas y caóticas.
Mi sed era otra. 
Ahora solo permanezco sentado. 
Me canso de no dormir. 
Sé que mi voz se abrirá en cualquier mente.
Cualquier mente es como una casa.
Yo habitaré ese planeta.
Ese espacio en expansión que es una mente.
Sócrates apuró el veneno. 
Rousseau luchó contra la inquina.
Yo, yazco a solas, entre versos en un planeta vacío. 
Quede aquí mi poética
Como un átomo aciago. 

***
Julio Barco (Lima, 1991) Magnetismo (poemas a Nicola Tesla y la ebullición poética). Inéditos.
Fotografía por Dirk Skiba

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