domingo, 31 de mayo de 2020

kenneth goldsmith / manifiesto por la poesía actual











A nadie le gusta la poesía. ¿Y por qué habría de gustarles? ¿Acaso necesitamos otro poema que describa la forma en que la luz cae en tu escritorio como una metáfora para la quimioterapia de tu madre? Claro que no.

Y a pesar de todo, los artistas están acudiendo a la poesía por estos días, precisamente porque es un espacio huérfano y desocupado, listo para ser reutilizado con una poesía que no se parece en nada al tipo de poesía que ves (pero que no lees) escurriendo por las páginas del The New Yorker. En lugar de sonetos, vemos apps, imágenes macro, imágenes hackeadas photoshopeadas, lenguaje encontrado, programación hardcore y vídeos de YouTube posteados como poesía. De repente, la poesía luce interesante de nuevo.

En esta carpeta, hay dos mujeres jóvenes, un hombre muerto y un artista callejero anónimo. Todos ellos a su manera, expanden radicalmente nuestra idea de lo que puede ser la poesía. Visual, lingüística y emocionalmente.

Internet es el poema más grande nunca antes escrito, ilegible en su mayoría por su tamaño. Nos estamos ahogando en lenguaje. Los mejores poetas serán aquellos que mejor puedan reutilizar ese lenguaje y lo rearticulen como poesía. La poesía será hecha por todos.

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Kenneth Goldsmith (Freeport, 1961)
Versión de Nicolás López-Pérez

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Manifesto for poetry now

Nobody likes poetry. And why would they? Do we need another poem that describes the way that light falls on your writing desk as a metaphor for your mother's cancer operation? Absolutely not.

And yet artists are flocking to poetry these days precisely because it's an orphaned and evacuated space, ready to be repurposed with poetry that looks nothing like the kind of poetry you see (but don't read) drizzled across the pages of The New Yorker. Instead of sonnets, we see apps, image macros, hacked photoshopped images, found language, hardcore programming, and YouTube videos posing as poetry. Suddenly, poetry looks interesting again.

In this portfolio, there are two living young women, one dead man, and one anonymous street artist. They all, in their own way, radically expand our idea of what poetry can be: visually, linguistically, and emotionally.   

The internet is the greatest poem ever written, unreadable mostly because of its size. We are drowning in language. The best poets are those who can best repurpose that language, reframing it as poetry. Poetry will be made by all.

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