sábado, 16 de mayo de 2020

lila calderón / dos poemas













Identidad

*

Un inquietante cruce de sol y sombras la azotó esa mañana
Al descubrir que entre sus recientes escamas
Se había fosilizado una caracola
Aparentemente la joya marina tenia un millón de años
Pero a nadie le preocupó
Era demasiado antigua para ser recordada
Demasiado natural para erigirle un altar
En la memoria común lo importante ahora
Era cómo demostrar que el lugar
El mar ese mar donde había dormido
Durante su última noche
Era un mar del principio de la vida
Y la formación de la tierra
Se detuvo entre el humo y la luz artificial
Y recuperó el aliento
El vidrio que simulaba ser una cúpula sobre su cabeza
Dejaba ver los pies de los transeúntes que cruzaban la tierra
Como alfiles sonámbulos
En medio de esa nube hipnótica
Un portal lleno de notas se abría entre las galerías
Y escaleras del infierno urbano
Se vive intensamente a pesar de todo
Se recuerda a los muertos que improvisaron bajo la lluvia
O cerraron los ojos en la estación del metro al final
El absurdo es un alud de viento que trae sonidos gastados
De vigencia y ecos ecos ecos
Que preguntan si tiene sentido mirar hacia atrás
Si no es mejor salir a buscar algo que no está en esta casa
En ninguna casa de la historia confusa y maquillada
Ha ocurrido demasiado tiempo dicen
Y el pasado es lento para prestarle oídos
Hay que levantarse y salir a tirar monedas
A recoger monedas
A escapar del recuerdo de las ciudades celestes
De los peligrosos arquetipos rodando agotados de tragedias
Sobre la arena movediza o el telón sin fin
Donde actúan personajes que desaparecen al cortar la luz
Entonces otra vez todo es desfile y trajes de gala acribillados
Sin embargo hay mañanas en las que abro las cortinas
Y siento que puedo cambiar el curso del planeta
La historia universal siento que puedo alargar la vida
Resucitar a los enfermos
Que puedo hacer estallar mi corazón y ponerle sangre a las estrellas
Porque el despertar de la terrible muerte es un alud de cielo
Que me lleva sin miedo dando vueltas de campana
Tras el despertar de la luz por las fisuras del tiempo
Con las caracolas extinguidas
Saludando a la corte de dioses y fósiles milenarios
Errando por la vida infinita

~

La Casa siempre gana

*

Hace días que aguanto las ganas de expulsar esta bruma que me atrapa/ Me estrangula silenciosamente para que nadie lo note y estoy/ a punto de darme por vencida para ver qué pasa/ No tengo estrategias razonables para vencer esa fuerza de pesadilla que me grita/ Te gané/ Aunque no sea cierto/ Pero está aquí haciéndome ver que me vendió su juego/ que dejé rodar las fichas hasta su máquina feroz/ donde me doy vueltas pensando que cada día es igual a cierta cifra de intereses/ Que la rueda de la fortuna gira en dólares euros y unidades de fomento/ Que el sol sale para dejar en evidencia la locura de la burbuja en que rotamos/ Cuando hablo todos me dicen ver lo mismo/ entonces qué va a pasar y cuándo/ me pregunto/ En qué redes estamos atrapados/ Pero qué hacer si entre grandes apostadores no hay lugar para aprendices/ aaaaaaayyyy este país con vista al mar se va a ahogar y ya no vale la pena construir arcas/ para qué/ para que todos los animales comiencen a traficar pieles y a plantar coca hidropónica/ a ofrecer carne del nuevo cerdo/ a arreglar tardes de cacería de ballenas como si el arca fuera un crucero para peces gordos/ Yo no sé si delirar sea una buena forma de espantar esta guerra interior que me exige acción/ Acción en una escena virtual a puertas cerradas/ Escribir en un agujero negro para resistir/ aunque la letra sin sangre sea letra muerta y sólo gane tiempo la deuda que se acumula/ y no hay deuda que no se pague o arriba las manos contra los paredones de Dicom/ Cuándo íbamos a sospechar tanta crueldad/ La letra chica estaba en todas partes pero no se veía/ Y la presbicia aumenta y cuanto más viejos nos ponemos/ mayor es el riesgo de caer en una vulgar trampa para ratones/ Cómo mantener la esperanza qué futuro proyectar desde esta pantalla/ Tanto tiempo invertido en buscarle salidas al laberinto/ para descubrir al aire libre una nueva esclavitud insoportable/ el horario completo a bajo precio y una gran incertidumbre de regalo/ para envejecer con sabiduría/ ...porque así es la caza/ Y la Casa siempre gana.

***
Lila Calderón (La Serena, 1956)

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