A veces como antídoto
contra el miedo a la muerte,
me como las estrellas.
Esas noches, tumbada de espaldas
las chupo de la oscuridad que apaga
Hasta que están todas, todas dentro de mí,
Como pimienta caliente y punzante.
A veces, en cambio, me revuelvo
En un universo todavía joven,
Todavía caliente como la sangre:
No hay espacio exterior, sólo espacio,
La luz de todas las que aún no son estrellas
Flota a la deriva como una niebla brillante,
Y todos nosotros, y todo
Ya está ahí
Libre de forma.
Y a veces es suficiente
Acostarse aquí en la tierra
Junto a nuestros largos huesos ancestrales
Caminar por los campos empedrados
De nuestros cráneos desechados,
Cada uno como un tesoro, como una crisálida,
Pensando: lo que estas cáscaras dejaron
Voló con alas brillantes.
Rebecca Elson (Montreal, 1960-Cambridge, 1999)
Versión de Nicolás López-Pérez
/
Antidote to fear of death
*
Sometimes as an antidote
To fear of death,
I eat the stars.
Those nights, lying on my back,
I suck them from the quenching dark
Til they are all, all inside me,
Pepper hot and sharp.
Sometimes, instead, I stir myself
Into a universe still young,
Still warm as blood:
No outer space, just space,
The light of all the not yet stars
Drifting like a bright mist,
And all of us, and everything
Already there
But unconstrained by form.
And sometime it’s enough
To lie down here on earth
Beside our long ancestral bones:
To walk across the cobble fields
Of our discarded skulls,
Each like a treasure, like a chrysalis,
Thinking: whatever left these husks
Flew off on bright wings.
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