viernes, 21 de mayo de 2021

nicolás lópez-pérez / iquique significa lugar de sueños

Qué hacer salvo mirar atrás.
Recordar. O soñar, tal vez.
¿Cuál es la diferencia?
El pedazo de película es otro.
Corre vídeo. Manos de niño.
Sonrisa cándida. Tienes una noticia.
Has sido escogido para leer.
Un poema sobre el 21 de mayo.
En frente de la clase. De memoria.

Qué hacer salvo mirar atrás.
El niño tomó las palabras de otro.
Las inscribió en su cerebro.
Bien. A este tiempo nada quedó.
El poema era un canto a los gallardos.
Los fratricidas más fratricidas. 
Mar adentro. Dos barcos.
Cañones. Boom. Cañonazos. 
La Esmeralda y el Huáscar. 
Uno se hundió. El otro, flotó.

Qué hacer salvo mirar atrás.
El poema decía Arturo Prat saltó.
De un barco hundiéndose. 
Por la patria. Qué pena.
Para matar o morir. Cómo todos. 
Murió a los 31. A los pies de Iquique. 
Cayó en la cubierta del Huáscar.
Y nada acabó allí. No cesó la ira.
Grau tomó los enseres del caído.
Y los envió a la viuda. Lo lamentó.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
Un par de versos con clichés.
Cada año vuelve el heroísmo añejo.
¿Y preocuparnos por las vidas que continúan?
A las glorias navales, un minuto de ficción.
Para que otro heroísmo sea posible. 

Qué hacer salvo mirar atrás. 
A todos los héroes. Y buscar opciones.
La resistencia y una nueva vida para ellos.
Ese niño memorizó en vano.
Jamás pensó en otro heroísmo.
Quizás eso pudo hacer la diferencia. 
Para ser quien deseaba ser.
Su propio héroe imaginario.
Un hombre sin vergüenza.
Los héroes como Prat ya no existen.
Ni los griegos. Ni los rebeldes.
Qué suerte. Ya no vale matar.
Ni morir por un estandarte.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
El niño y el poema ya evaporado.
Recitó el niño. Sin nerviosismo.
Cantó, cantó al heroísmo marcial.
Y al orgullo de ser valiente.
¿Cómo esa valentía no quedó en él?
A Prat le habría gustado vivir.
Y no elogiar su violencia.
Y que el niño distinga.
Entre la razón y la fuerza.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
La historia no cambia.
Se interpreta. Se entiende.
La historia nos cambia.
Nos madura un poco.
Sin botarnos del árbol.
Sin dejarnos partir de cero.

Qué hacer salvo mirar atrás. 
Escoger el afecto. 
Y ofrecer una disculpa.
Para soñar otro 21 de mayo.

***
Nicolás López-Pérez (Rancagua, 1990) Inédito.

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