Una palabra insiste en despertarme
No un grito
No un ruido No
Un chasquido de luz sobre la penumbra del bosque
Una palabra que está dentro de mí
Como el eco de mi sangre al recorrer mi cuerpo
Que es también el tuyo cuando estoy en ti
O lejos de ti Amor mío:
Los años han traído a nuestra puerta los restos de un diluvio
Que no ocurrió jamás
Y que quizás no ocurrirá
Un accidente de tiempo escrito en cualquier casa
Heridas las paredes y herido el despertar
Se caen los silencios azules y escarpados
Se duermen en un bosque amarrado a un barco
Y el barco parte
Y el mar regresa
Sobre un vasto precipicio herido por la nada
Pende una multitud
Callada y lejana
Algo late dentro de ella
Ella muere dos veces y renace tres
Cuatro mil veces renace cuando se hunde
Renace mientras vuelve a morir
En mí
Una vez despierto me doy cuenta
Que las palabras se borran apenas las pronuncias.
Juan de la Fuente Umetsu (Lima, 1963)
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