martes, 11 de mayo de 2021

natasha sardzoska / dos poemas













Muro de los lamentos

*

                                si yo soy porque yo soy yo,
                                y tú eres tú porque eres tú, entonces yo soy yo y tú eres tú
                                pero si yo soy yo porque tú eres tú
                                y tú eres porque yo soy yo,
                                entonces yo no soy yo y tú no eres tú.

                                Menachem Mendel Morgensztern de Kotzk


estoy escribiendo a mi padre
un mensaje en un papel rosa
y la tinta se borra

de mis lagrimas

pero estoy escribiendo de nuevo
y de nuevo un punto de ebullición hierve
lo meto allá por dentro con ansias

en la orilla opuesta

en la pared de los llantos

y la hoja se cae

pero lo levanto

y lo enfilo de nuevo

y de nuevo me arrastra

el vacío dentro de mí
 

este lugar no es seguro

pero quiero estar en ambas costas

donde pocos estuvieron

para mirar hacia ti

en un punto parada

a un solo paso

atrás en el tiempo

atrás en mí misma

aunque lo sé:

cuando miro el abismo
y también el me mira

                                Jerusalén, 2018

~

Muñeca en cuerdas

*

Caminando por el asfalto
Mientras que los conejos silvestres están gritando en agua hirviendo
Sacrificadas conspiraciones
Palabras no reveladas
En cada paso que tomo inhalo sangre para vivir
Estoy acostada en el chorro de las flores desconcertadas
Fluyen en mi cabello
Tu y yo
Incalculables pasos de la carne
Una ciudad come cualquier otra que caminamos
Y no sabíamos
Y no nos conocíamos
Cuando todo estaba fermentando vivo en el agua vertiginosa
De las lenguas de los dragones muertos para decirnos que te diga
Estoy aquí
Te sigo desde cada puerta de el aeropuerto
Sé cuando escucho tu nombre
Es una música con ritmo desconocido
Y tiemblo de tu mirada
Y perdí mi voz cuando viniste a mi
Y mi piel se estaba volviendo más oscura
Después de cada paso desconcertado de la tuya
Mis pezones cada vez mayores
Mis labios ardientes en el invierno:

Sabía que éramos una misma ciudad
Una misma sombra
Una misma lluvia
Y la noche anterior a que te conocí estaba llorando como una niña
En mí podía oír gritando a todos los animales sacrificados
Y yo estaba creciendo descaradamente muda
Piernas abiertas de par en par
Una capa de trigo fértil en sus susurros abrumadora
Humildemente te levantas
por encima de las burlas erradicadas
de la pasión purpura.

***
Natasha Sardzoska (Skopje, 1979)
Fotografía por Irena Mila

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