sábado, 22 de mayo de 2021

ingeborg bachmann / dos poemas








El tiempo postergado

*

Se vienen días más duros.
El tiempo postergado 
se irá por el horizonte.
Pronto deberás atarte los zapatos
y traer a los perros de regreso
a las granjas pantanosas.
Ya que las tripas de los peces
se han enfriado con el viento.
La luz de los altramuces arde mezquina.
Tu mirada escurre en la niebla:
el tiempo postergado
se irá por el horizonte.

Allí, tu amada se hunde en la arena
sube por su pelo suelto al viento
la interrumpe
le ordena callarse
descubre que ella es mortal
y está dispuesta a dejarte
después de cada abrazo.

No mires atrás.
Átate los zapatos.
Trae a los perros de regreso.
Arroja los pescados al mar.
¡Apaga los altramuces!

Se vienen días más duros.

~

Explícame, amor

*

Tu sombrero se levante discreto, saluda, levita en el viento,
tu cabeza descubierta enamora a las nubes,
tu corazón tiene que hacer en otro lado,
tu boca se adueña de nuevas lenguas,
las brizas en la tierra crecen,
el verano abre y cierra las flores estrella* con un soplo,
cegado por los copos, levantas la cara
ríes y lloras y te hundes en ti
¿qué más ha de pasarte? 

¡Explícame, amor!

El pavo real, con solemne asombro, hace la rueda,
la paloma levanta su collar de plumas,
y el aire, rebosante de arrullos, se levanta,
grita el azulón, la tierra toda
se sirve de la miel silvestre, también en el sereno parque
los parterres se rodean de polvo dorado.

El pez se sonroja, se adelanta a la bandada
y se sumerge entre grutas en los lechos de coral.
El escorpión baila tímido con la música de la arena plateada.
El escarabajo huele lo más glorioso desde lejos;
¡si yo tuviera su sentido común, también sentiría
que las alas debajo de sus conchas brillan,
y tomaría el camino hacia el árbol de frutillas más lejano! 

¡Explícame, amor!

El agua sabe hablar,
la ola toma a la ola de la mano,
en la viña el racimo se hincha, salta y cae.
¡Qué confiado sale el caracol de casa!

¡Una piedra sabe cómo conmover a otra!

Explícame, amor, lo que no puedo explicar:
¿acaso debería en este tiempo breve y espantoso
solo tener que lidiar con pensamientos y solo yo
no conoceré ni haré nada con amor?
¿Debe uno pensar? ¿No le echarán de menos?

Dices: otro espíritu cuenta con él…
No me expliques nada. Veo a la salamandra
pasar por cada uno de los fuegos.
Ningún escalofrío la persigue y nada le hace daño.

* N. del T. En sentido estricto, las “flores estrella” hacen referencia a las ipheiones. Por motivo de ritmo del poema, la descripción exacta hace perder el ritmo al verso y su precisión se queda en el encabalgamiento de la lectura. La ipheion crece en Sudamérica, en específico, Perú y Argentina. 

***
Ingeborg Bachmann (Klagenfurt, 1926-Roma, 1973)
Versiones de Nicolás López-Pérez

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Die gestundete Zeit

*

Es kommen härtere Tage.
Die auf Widerruf gestundete Zeit
wird sichtbar am Horizont.
Bald mußt du den Schuh schnüren
und die Hunde zurückjagen in die Marschhöfe.
Denn die Eingeweide der Fische
sind kalt geworden im Wind.
Ärmlich brennt das Licht der Lupinen.
Dein Blick spurt im Nebel:
die auf Widerruf gestundete Zeit
wird sichtbar am Horizont.

Drüben versinkt dir die Geliebte im Sand,
er steigt um ihr wehendes Haar,
er fällt ihr ins Wort,
er befiehlt ihr zu schweigen,
er findet sie sterblich
und willig dem Abschied
nach jeder Umarmung.

Sieh dich nicht um.
Schnür deinen Schuh.
Jag die Hunde zurück.
Wirf die Fische ins Meer.
Lösch die Lupinen!

Es kommen härtere Tage.

~

Erklär mir, Liebe

*

Dein Hut lüftet sich leis, grüßt, schwebt im Wind,
dein unbedeckter Kopf hat’s Wolken angetan,
dein Herz hat anderswo zu tun,
dein Mund verleibt sich neue Sprachen ein,
das Zittergras im Land nimmt überhand,
Sternblumen bläst der Sommer an und aus,
von Flocken blind erhebst du dein Gesicht,
du lachst und weinst und gehst an dir zugrund,
was soll dir noch geschehen –

Erklär mir, Liebe!

Der Pfau, in feierlichem Staunen, schlägt sein Rad,
die Taube schlägt den Federkragen hoch,
vom Gurren überfüllt, dehnt sich die Luft,
der Entrich schreit, vom wilden Honig nimmt
das ganze Land, auch im gesetzten Park
hat jedes Beet ein goldner Staub umsäumt.

Der Fisch errötet, überholt den Schwarm
und stürzt durch Grotten ins Korallenbett.
Zur Silbersandmusik tanzt scheu der Skorpion.
Der Käfer riecht die Herrlichste von weit;
hätt ich nur seinen Sinn, ich fühlte auch,
daß Flügel unter ihrem Panzer schimmern,
und nähm den Weg zum fernen Erdbeerstrauch!

Erklär mir, Liebe!

Wasser weiß zu reden,
die Welle nimmt die Welle an der Hand,
im Weinberg schwillt die Traube, springt und fällt.
So arglos tritt die Schnecke aus dem Haus!

Ein Stein weiß einen andern zu erweichen!

Erklär mir, Liebe, was ich nicht erklären kann:
sollt ich die kurze schauerliche Zeit
nur mit Gedanken Umgang haben und allein
nichts Liebes kennen und nichts Liebes tun?
Muß einer denken? Wird er nicht vermißt?

Du sagst: es zählt ein andrer Geist auf ihn ...
Erklär mir nichts. Ich seh den Salamander
durch jedes Feuer gehen.
Kein Schauer jagt ihn, und es schmerzt ihn nichts.

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