Escribo y el lápiz me acompaña
en el apuro de soñar contigo,
con las velas al viento y los cabellos flojos,
con todo el decorado del lecho
y la sábana blanca y el temor dulce
de verme sin ropas,
oprimirme a ti, costado a costado,
y esperar en fragua el beso en la nuca
voltearme, tomarte la oreja,
que mi boca juegue con ella y
anhelar que respondas
con el rojo de tus ojos
quemando mi tamaño.
Tal vez habremos llegado a las olas
más altas, a la torre, a la copa,
para lanzarnos veloces detrás del deseo
del amor hecho sauce.
¿Veremos qué tienes, qué tengo en el cuello,
serán tus ojos, tus brazos o todo tu cuerpo?
¿Y esa tierra de uvas ya es nuestra?
Quizá el vino no corra por las calles todavía,
ni la caña alumbre nuestras bocas.
Te espero amor, vino y caña,
con el temor del gusto grande, con el
vaso torpe y con la boca abierta.
***
María Marián (Huancayo, 1927)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario