lunes, 22 de enero de 2024

antónio manuel couto viana / cuatro poemas













Dieciséis años, tal vez

*

Dieciséis años, tal vez.
La veo, en el café, cada mañana,
Ojeando, atenta, un compendio de inglés,
Con un perfume a Escuela y a manzana.

No me canso de mirarla. A veces, mira
(¡Un viejo!), en un desvío de atención,
Y luego pasa la página,
Mientras moja
el bizcocho en el «galão» (1).

Yo salgo, con pesar, bebida la «bica» (2)
.

Ella es mi mañana,
Tan natural, tan clara... que ahí se queda.

- ¡Qué nostalgia de la Escuela! ¡Qué hambre de manzana!

N. de la T.
(1) Café con leche.
(2) Café solo.

~

Piedra tumular

*

Mi generación se escapó de la guerra,
Por eso la paz que trae no tiene sentido:
Está hecha de ignorancia y de castigo,
Tan rígida y tan fría como la piedra.

Se les deshacen las manos en gestos frágiles,
De una verdad inútil por vacía,
Y la lengua inmóvil le niega el sonido a la vida,
Por hábito o por falta de valentía.

Si hay rumores ahí fuera, a veces, recuerda:
¿Por qué late el corazón del mundo,
Precipitado, angustioso, ardiente?

Pero deprisa se sumerge en la indiferencia
- Que le dieron un túmulo seguro;
Y el reloj le da las horas ciertas, siempre.

~

Es tarde

*

Futuro, he pasado la edad
De pasar a nuevo rumbo:
Preso en esta sociedad
Me consumo.

¿Todavía me restan restos
De poesía y de valentía?
No sirven para manifiestos
Ni mensajes.

Se irán en la próxima bandada,
Cuando el pan sea raro y vago.
Después, en el hambre de la tiniebla,
Tiemblo y callo.

Futuro, ¿qué quieres de mí?
He cerrado para demolición
Escribo fe, leo fin.
Y tú no.
— 2 de mayo de 1970 —

~

Interior

*

Detrás de los muros de nuestra casa
Estamos tao juntos que nos tocamos:
El viento es brisa y la brisa es ala.
Detrás de los muros de nuestra casa
Todos los frutos se quedan en las ramas.

Vivamos, pues, dentro de nosotros,
Dejando a los otros el gesto y la voz.

3-noviembre-49

***
António Manuel Couto Viana (Viana do Castelo, 1923-Lisboa, 2010)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

Dezasseis anos, talvez

*

Dezasseis anos, talvez.
Vejo-a, no café, cada manhã,
A folhear, atenta, um compêndio de inglês,
Com um perfume a Escola e a maçã.

Não me canso de a olhar. Às vezes, olha
(Um velho!), num desvio de atenção,
E logo volta a folha,
Enquanto molha
o bolo no «galão».

Eu saio, com pesar, bebida a «bica».
Ela é a minha manhã,
Tão natural, tão clara... que ali fica.

- Que saudades da Escola! Que fome de maçã!

in Café de Subúrbio

~

Pedra tumular

*

A minha geração fugiu à guerra,
Por isso a paz que traz não tem sentido:
É feita de ignorância e de castigo,
Tão rígida e tão fria como a pedra.

Desfazem-se-lhe as mãos em gestos frágeis,
Duma verdade inútil por vazia,
E a língua imóvel nega o som à vida,
Por hábito ou por falta de coragem.

Se há rumores lá de fora, às vezes, lembra:
Porque é que pulsa o coração do mundo,
Precipitado, angustioso, ardente?

Mas depressa submerge na indiferença
- Que lhe deram um túmulo seguro;
E o relógio dá-lhe horas certas, sempre.

in Mancha Solar

~

É tarde

*

Futuro, passei a idade
De passar a novo rumo:
Preso nesta sociedade
Me consumo.

Ainda me restam restos
De poesia e de coragem?
Não servem pra manifestos
Nem mensagens.

Irão na próxima leva,
Quando o pão for raro e ralo.
Depois, na fome da treva,
Tremo e calo.

Futuro, que queres de mim?
Fechei pra demolição
Escrevo fé, leio fim.
E tu não.
— 2 de Maio de 1970 —

in Pátria Exausta.

~

Interior

*

Por trás dos muros da nossa casa
Estamos tão juntos que nos tocamos:
O vento é brisa e a brisa é asa.
Por trás dos muros da nossa casa
Todos os frutos ficam nos ramos.

Vivamos, pois, dentro de nós,
Deixando aos outros o gesto e a voz.

3-novembro-49

in Távola Redonda

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