jueves, 8 de abril de 2021

maría gabriela llansol / mientras la lluvia no dejaba de caer a raudales













Mientras la lluvia no dejaba de caer a raudales,
Comenzaron a aparecer rayas de tinta en la fotografía
El techo de la lluvia rompió el refugio de su alma
Y el verde fluía atravesando las plantas.
Elvira dejaba caer sus ojos de lente en las
Hojas verdes. Ella verificó que estaba en ellos y como
Siempre miraba a la naturaleza. Para ver la realidad
En las hojas era quererla sin interrupción. Esta
Contigüidad acabó tejiendo una red
Que sea tan cercana como diferente,
Y la lluvia no era lluvia, se translucía. Aquí, pensó.
Por qué llueve en la fotografía, por qué llueve
¿En las corrientes de las hojas?

*

Si las siete notas de las siete de la mañana fueran una
Figura, y los sonidos de la calle su sirviente, sería posible
Encontrar la relación que existe por la acústica
Entre mariposa y mariposa protegiendo
En vano su vida y su color. No hay nada extraño
En esta relación figurada. Por ejemplo, Pita
(Y fue su primera vez) pudo sentirse en una tela
Blanca que dócil lloraba la resistencia efectiva
A las lágrimas que la habitan con furia.

*

No puedes convencerte de que la escritura y la vida van de la mano,
descontando las diferencias de velocidad y algo
de coraje en el tiempo. El cuerpo tarda en experimentar.
Lo usas. Es el hecho de los afectos. ¿Entró en la vida? Entró
A la escritura floral de los creyentes del amor. Pero no quiso.
Abrirla, ni menos leerla. Y tan obstinadamente lo hace
Que apenas un nuevo perfume entre la sed y la planta
Se levantará de su tallo. Oh, chica, ¿cuándo va a oler
la luz de la luna libidinal?

*

Convertir la voz en papel,
O del ladrido a la rosaleda.
Trova, es escribir. Estaba
Él, asombrado, al no ver
Cómo tantas palabras
Encajan en la rosaleda.
Era obvio que una de ellas
Serviría como apoyo,
Y el resto como rosas
En el tallo que está por venir.
Cuando el verso ruge,
No hay otro remedio.

*

La boca se aireó en voz alta, haciendo uso
De sus otros instrumentos, el paladar, la lengua
Y los dientes. Del movimiento surgieron ruidos,
Intersticios y una gran órbita del nombrar.
Lo diferente es el punto central de lo urbano. Surcos
Y recuerdos convergen para una iluminación
Incipiente. En lo urbano, el aparato fónico
Es excedente.

***
María Gabriela Llansol (Lisboa, 1931-Sintra, 2008)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

Como a chuva não cessasse de cair em caudais

*

Como a chuva não cessasse de cair em caudais,
Tiras de tinta começaram a aparecer na fotografia
O tecto da chuva rompera o abrigo da sua alma
E o verde circulava a deriva rompendo as plantas.
Elvira deixara cair seus olhos de objectiva nas
Folhas verdes. Verificava que era sobre elas e como
Elas que sempre olhara a natureza. Ver o real
Em folhas era amá-lo ininterruptamente. Essa
Contiguidade acabara por compor uma rede
Que tinha tanto de próximo como de diferente,
E a chuva não era chuva, transparecia. Eis, pensou.
Por que chove na fotografia, por que chove
Em correntes sobre as folhas?

*

Se as sete notas das sete da manhã fossem uma
Figura, e os sons da rua sua serva, seria possível
Encontrar a relação que existe por acústica
Entre uma borboleta e uma borboleta protegendo
Em vão sua vida e cor. Não há nada de estranho
Nessa relação figural. Por exemplo, Pita
(E é a sua primeira vez) pôde sentir num tecido
Branco que chorava manso a efectiva resistência
Às lágrimas que a habita em fúria.

*

Não se convence que a escrita e a vida vão a par,
Descontadas diferenças de velocidade e alguma
Galhardia no tempo. O corpo demora a experimentar.
Usa-se. É o facto dos afectos. Entrou na vida? Entrou
Na escrita floral dos fiéis de amor. Não quer, todavia,
Abri-la, ainda menos lê-la. E tão teimosamente o faz
Que dificilmente um novo perfume entre sede e planta
Lhe subirá pelo caule. Ó rapariga, quando te irá cheirar
A luar libidinal?

*

Passar a voz ao papel,
Ou do ladrar à rosácea,
Trova, é escrever. Estava
Ele, atônito, não vislumbrando
Como ia tanta palavra
Caber na rosácea.
Era óbvio que uma delas
Serviria de estaca,
E as restantes de rosas
No caule ainda por vir.
Quando a frase rosna,
Não há outro remédio.

*

A boca aerticulava em voz alta, servindo-se
Dos seus outros instrumentos, o palato, a língua
E os dentes. Do movimento, brotavam rumores,
Interstícios e uma grande orbita de nomeação.
Diferente é o ponto fulcral do urbano. Sulcos
E memórias confluem para uma iluminação
Incipiente. No urbano, o aparelho fônico
É excedente.

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