He olvidado cómo se grita
*
He olvidado cómo se grita y en qué idioma.
Eterna sospechosa de anunciar falsos lobos
silbo acostada de espaldas en multitud de flautas
una misma canción hueca
y con ojos vidriosos de sabiduría contemplo
cómo las ovejas se devoran entre sí.
~
La pluma y el pincel
*
La pluma de la ofensa es mucho más potente
que el pincel del placer.
Su roce agudo hiende el mapa
con los punzantes ángulos del recuerdo.
El pincel del placer navega en un lago interminable
entre islas que cantan con voz de alto y soprano,
se mueve con la liviandad de un niño corriendo en cubierta,
extiende redondeadas capas de acuarela
casi transparentes que han de desteñirse mañana.
Dibuja el mapa de otro país.
~
Nombres
*
Nombres y más nombres multiplicados, triturados, melodiosos,
quien los pronuncia relincha como un caballo que llora en sueños.
Nombres de calles, compañeros de escuela y sus hermanas,
quien los pronuncia penetra en el espacio del clamor
Nombres que revolotean por el aire y cantan con rara insistencia,
como preservando un sitio prohibido,
más allá de la risa y el llanto –
Así sonaban las conversaciones de mis padres con sus paisanos
acerca de lo que fue.
***
Hamutal Bar Josef (Kibbutz Tel Yosef, 1940)
Versiones de Mario Wainstein y Florinda Goldberg
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