domingo, 26 de diciembre de 2021

henriqueta lisboa / tres poemas








Humildad

*

Hace mucho tiempo, Vida, prometiste
traer a mi camino una loca alegría
hecha de espíritu y de llama,
una alegría rebosante, lo mismo que ese
resplandor blanco que desprende
la orla festiva de las ensenadas,
y entre reflejos de oro se derrama
del cántaro de las madrugadas.
Yo, que nací para un destino manso,
de cosas suaves, silenciosas, imprecisas,
yo que me siento bien en mi oscuro remanso
donde apenas se infiltra un perfume de brisas,
imagino temblando: ¡que sería de mí
si esa alegría
espléndida, algún día,
hubiese sorprendido mi propia inexperiencia!...

La vida me engañó, mas fue sabia en su esencia.

Mi alegría debiera ser así:
pequeñita dulzura delicada,
gota de orvallo en pétalo de flor,
siempre serena lámpara velada
que aclaras la bruma en mi interior.

Siempre serena lámpara velada,
símbolo de mi sueño predilecto...
Si tú pendes mañana de mi techo
aureolando mi última ilusión,
— para que viva en tu amor y tu paz,
deja un rastro de sombra por el suelo...

¡En esa sombra me me querré esconder
cuando sienta la falta que me hace
la otra alegría que no pudo ser!

~

Arte

*

Entre falsedades,
tú la verdadera.

Fiebre de mentiras
la boca te quema.

Reniegas los pechos        
que te alimentaron.

Y en el fondo, pérfida,
tú la verdadera.

Cabalgas abismos
no sé con qué frenos.

Jardines estériles
son tus connivencias.

Y cuando el ajuste,
tú la verdadera.

Confusión extrema
de éxtasis, sarcasmos,
rechinar de dientes.

Demonio triunfante,
demonio aplastado,
¿por qué calcanhares?

Misterio, misterio.
Cesaron de súbito
risas y sollozos.

No hay en la ciudad
piedra sobre piedra.

Verdades se arrasan
por ti, Verdadera.

~         

Amor

*

Un nombre lo puede decir todo
al claro del crepúsculo.
De maremoto y tierra estéril
de vergeles y de pétalos
de antigualla y antegozo
de comienzos y fines.
Un hombre en el aire en el azul en la arena
a respirar desierto y oasis.
En auras de ira y de ternura
un nombre con sabor a tâmara
en calientes lágrimas turbias
suspenso inscrito lacerado
entre nubes y el caos.
Un nombre lo puede decir todo
si tus labios lo callan.

***
Henriqueta Lisboa (Lambari, 1901-Belo Horizonte, 1985)
Versiones de Adovaldo Fernandes Sampaio

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