domingo, 25 de junio de 2023

rodolfo häsler / souk-el-hamra










Si hubiese creado el mundo abigarrado 
y alguien me exigiese cuentas por ello, 
lo llevaría a oler la fruta aplastada en el suelo. 
Desde el inicio tenía la certeza de que las hormigas 
recorrían continuamente mis piernas, decididas, 
como luna inmóvil en el recuadro de la plaza. 
La mancha verde del gomero, por encima de la puerta, 
hundida en la sombra, es testigo de mis visitas, 
y el joven que soñaba con el cansancio de sus amantes, 
regateando a gritos, como mercadería, 
es vendido ante mis ojos en la impiedad de un gesto, 
casi pornografía. 
Qué alivio que esos aburridos europeos 
hayan dejado de fotografiar la mezquita del viernes. 
Metamorfosis de la vida, así nombro lo que los muros atesoran, 
pues una vez conoces el precio de las manzanas en el zoco 
y qué dátiles transparentan la luz, 
no hay ya modo de olvidar 
ni razón para exaltar mayor encantamiento.

***
Rodolfo Häsler (Santiago de Cuba, 1958)

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