Había una luna de plata y sangre
en cada mano.
Era Abril.
Había un viento
que empujaba nuestra mirada
y un momento de agua clara escurriendo
por el rostro de las madres cansadas.
Era Abril
que bajaba a trompicones
por las laderas de la ciudad.
Abril
tiñendo de perfume los hospitales
y pegando un verso blanco en cada uniforme.
Era Abril
el mes imprescindible que traía
un sueño de granos de granada
y el aire
con sabor a frambuesas.
Abril
un mes de flores concretas
colocadas en la espoleta del deseo
flores pesadas de savia y cánticos azules
un mes de flores
un mes.
Había barcos volviendo
de ninguna parte
en Abril
y hombres que excavaban la tierra
buscando la vertical.
Ardían las palabras
En ese mes
y se vieron
diccionarios volando
y mujeres que se desnudaban abrazando
la piel de los olivos.
Era Abril que vino y que partió.
Abril
dejando semillas plateadas
germinando ampliamente
en la mirada de los niños por haber.
José Fanha (Lisboa, 1951)
Versión de Raquel Madrigal Martínez
/
Abril
*
Havia uma lua de prata e sangue
em cada mão.
Era Abril.
Havia um vento
que empurrava o nosso olhar
e um momento de água clara a escorrer
pelo rosto das mães cansadas.
Era Abril
que descia aos tropeções
pelas ladeiras da cidade.
Abril
tingindo de perfume os hospitais
e colando um verso branco em cada farda.
Era Abril
o mês imprescindível que trazia
um sonho de bagos de romã
e o ar
a saber a framboesas.
Abril
um mês de flores concretas
colocadas na espoleta do desejo
flores pesadas de seiva e cânticos azuis
um mês de flores
um mês.
Havia barcos a voltar
de parte nenhuma
em Abril
e homens que escavavam a terra
em busca da vertical.
Ardiam as palavras
Nesse mês
e foram vistos
dicionários a voar
e mulheres que se despiam abraçando
a pele das oliveiras.
Era Abril que veio e que partiu.
Abril
a deixar sementes prateadas
germinando longamente
no olhar dos meninos por haver.
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