viernes, 1 de abril de 2022

especial primer lustro / diez poetas

En 1946, al año siguiente de terminada la Segunda Guerra Mundial, el poeta Paul Eluard publicó un poemario hermoso, con ilustraciones de Marc Chagall, titulado le dur désir de durer (el duro deseo de durar). Tal vez la génesis de una oración, de un perdigón de significado, que suele ser cada vez menos infrecuente de ver por aquí, por allá. La referencia del poeta francés se dirigía a un amor que continúa, que persiste. Y, en esta oportunidad, la conjura tiene algo que ver con el amor, pero también con la constancia de un oficio. Me refiero a la dificultad, en mi experiencia, de ver sostenidas en el tiempo las publicaciones literarias. Es probable que los ejemplos de larga duración no sean pocos. Sin embargo, en una época donde la inmediatez y lo desechable es lo que prima, el consumo cultural sería más bien todo lo contrario a lo que escribió Eluard. Lo que se acaba una vez devorado. la comparecencia infinita sin heroísmos ni santidad, para apartarse del foco de la excepcionalidad y el encomio fácil, lleva cinco años siendo un repositorio, un archivo, una curaduría o, como se dice en la descripción, una mediateca de poesía. Nació el 1° de abril del 2017 como una inquietud de escribir el gusto propio, contra el de gustibus non est disputandum, y siguió su camino, sin mayores pugnas, como un ejercicio de fascinación provocado por poéticas afines, diferentes e incluso problemáticas. Mediar poesía como una pequeña formación de la que va quedando huella. En el andar, hubo gente que colaboró generosa y desinteresadamente, cada uno a su manera. Gracias totales. Sin la ayuda, sin la motivación, no estarían escribiéndose estas líneas y, con buena probabilidad, el paréntesis sucedido el día 11 de diciembre de 2018 no habría acabado el 11 de febrero del 2020. Las 1401 entradas precedentes son el trabajo que, independiente de que no vuelva a crecer otra flor en este jardín, quedará para la posteridad. Aquí no termina el trabajo de mediación, sino es solo una pequeña parada en regocijo de este primer lustro. Diez poetas, escogidos entre los ya publicados, con una semilla que no se encontraba antes aquí. Los primeros tres corresponden a las entradas con mayor cantidad de visitantes hasta hoy (puede corroborarse esto en la versión web del blog, en el costado derecho donde dice "lo más visto desde el origen"). Los siguientes tres son, al contrario, los que menos visitas han recibido históricamente. Y de los cuatro últimos, tres fueron elegidos con obra del azar y el que cierra, debe su presencia a motivación del mediador. 











Johann Wolfgang von Goethe
Pensamiento nocturno

**

Yo os compadezco, estrellas desdichadas,
tan bellas como sois y tan brillantes,
que alumbráis al marino en apuros,
no pagadas por dioses ni por hombres,
pues no amáis ni el amor nunca gozasteis.

Sin cesar guían las eternas horas
vuestro camino por el vasto cielo,
¡y cuánto viaje ya tenéis cumplido,
mientras yo, en los brazos de mi amada,
de vosotras y de la medianoche,
totalmente olvidado!

(Versión de Norberto Silvetti Paz)

/

Nachtgedanken

Euch bedaur ich, unglückselge Sterne,
Die ihr schön seid und so herrlich scheinet,
Dem bedrängten Schiffer gerne leuchtet,
Unbelohnt von Göttern und von Menschen:
Denn ihr liebt nicht, kanntet nie die Liebe!
Unaufhaltsam führen ewge Stunden
Eure Reihen durch den weiten Himmel.
Welche Reise habt ihr schon vollendet,
Seit ich, weilend in dem Arm der Liebsten,
Euer und der Mitternacht vergessen.

~
 









José María Memet
Epílogo

**

“Si el poeta no es un fugitivo de algo,
¿cómo podría ser poeta?
Si un fugitivo no se refugia en la poesía,
tarde o temprano le darán alcance.”

(Fotografía de Dino Ignani)

~











Alejandro Tarrab
Vidas

**

Quiero decir me, con mi voz “débil” como es, en el confín
          de lo lejano,
una radioconferencia sobre la radio y nada más.
Escuchar mi voz “débil” como es, transformada,
electrificada por la magia de la ciencia. Escuchar
          escucharlos
mi voz “débil” como es, tocada por la estática.
Quiero decir quisiera con esta voz deshecha, agredida
por un autorretrato. Figura de mí, construida por mí,
          mil veces,
y por algunos congéneres, quiero decir malasratas.
Escucharlos replicar me: tu voz “débil” como siempre ha
          sido.
Sólo ahora magnificada, arrojada hacia el confín de lo
          lejano.
Algo sobre mí, sobre mi propio autorretrato y el fenómeno
de la ciencia y la radiofonía. Una radioconferencia
          celebrada,
digamos, hacia 1925, esto es, antes o después o en el
          instante  mismo
cargado, electrificado por punzones y mi voz y la radio y
          la ciencia
y el arte inaudito de la ciencia jugando marañas con mi
          trazo,
con mi voz “débil” como es, quiero decir, y nada más.

~


Amos Oz
Pero cómo

**

Abandonarla, dices, es fácil decirlo,
abandonarla como un piloto de combate
que abandona un avión
sin control o en llamas. ¿Pero cómo se salta
de un avión caído, hecho pedazos y oxidado
o hundido en las profundidades del mar?

(Versión de Raquel García Lozano)

~


Matsuo Bashō
de "Haiku de las cuatro estaciones"

**

Sólo soy un hombre
comiendo su sopa
ante la flor de asagao

(Versión de Francisco Villalba)

~


Matilda Södergran
Todo lenguaje es

**

Todo lenguaje es fingido.

Todo trabajo se malogra.

Por todo lo que alguna vez conseguimos
deberemos responder algún día,

y cuando alguien pregunta informamos,

y si no basta nos unimos en muchedumbres.

(Versión de David Guijosa Aeberhard)

/

Allt språk är låtsat.

Allt arbete förlorat.

Allt vi någonsin har åstadkommit
ska vi komma att ställas till svars för,
 
och när någon frågar redogör vi,

och om det inte räcker till sällar vi oss till skaran.
 
~


Elizabeth Bishop
Un arte

**

No es difícil dominar el arte de perder:
tantas cosas parecen llenas del propósito de ser perdidas,
que su pérdida no es ningún desastre.

Perder alguna cosa cada día. Aceptar aturdirse por la pérdida
de las llaves de la puerta, de la hora malgastada.
No es difícil dominar el arte de perder.

Después practicar perder más lejos y más rápido:
los lugares, y los nombres, y dónde pretendías
viajar. Nada de todo esto te traerá desastre alguno.

He perdido el reloj de mi madre. Y, ¡mira!, voy por la última
—quizás por la penúltima— de tres casas amadas.
No es difícil dominar el arte de perder.

He perdido dos ciudades, las dos preciosas. Y, más vastos,
poseí algunos reinos, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue ningún desastre.

Incluso habiéndote perdido a ti (tu voz bromeando, un gesto
que amo) no habré mentido. Por supuesto,
no es difícil dominar el arte de perder, por más que a veces
pueda parecernos (¡escríbelo!) un desastre.

(Versión de Sam Abrams y Joan Margarit)

/

One art

The art of losing isn’t hard to master;
 so many things seem filled with the intent to be
 lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
 of lost door keys, the hour badly spent. The art
 of losing isn’t hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother’s watch. And look! my last,
or next-to-last, of three loved houses went. The
art of losing isn’t hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
 some realms I owned, two rivers, a continent
 I miss them, but it wasn’t a disaster.

—Even losing you (the joking voice, a gesture
 I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master though it may
look like (Write it!) like disaster.

~


Luis Hernández
Abel

**

Abel, Abel, qué hiciste de tu hermano,
Di, qué hiciste,
Con el tallo de tu cuerpo siempre pito
Las sandalias lustradas y tus veintes.

No mirabas las ubres de las vacas
Ni el coloquio escondido de tus perros,
Sólo el humo de tu ofrenda que ascendía
Como ascienden las moscas hacia el cielo.

Sin embargo
Yo he visto a tu hermano y lo conozco
Persiguiendo la cólera entre vainas
Entre campos de trigo
Con los sucios vapores de su llanto
Reposando en la tierra

Como pronos cadáveres sin deudos
Dime entonces qué hiciste
Hoy que yace tu hermano tan al este.
Tú que nunca pensaste que para otro
Era duro de roer el Paraíso

~


Ida Gramcko
La mariposa disecada

**

Eras en el jardín, sobre los ramos,
ensueño real que aprisionara un niño
en un cesto de mimbre que su mano
agitaba por sendas y macizos.
Hoy eres cromo rígido del campo,
un paisaje minúsculo en un nicho.
Ataúd de cristal vela tus párpados
—oro y azul— dormidos.
Los lirios están lejos, y los pájaros.
Las mariposas viven en los lirios.
Mueven el ala pura en el espacio
como en un dedo pálido un anillo.
Y tú estás sola, inmóvil, en un marco,
como el retrato de un velero antiguo.
Alas de sol. Antenas de amaranto.
Rosa caída en aluvión marchito.
La red del hombre vio cómo tu raudo
corazón se embriagaba en un pistilo
y te clavó, con estilete amargo,
en la cana de un viejo pergamino.
Ángel de terciopelo, castigado
a la pared, a la quietud, al vidrio.

~


Yevgeny Yevtushenko
El último intento

**

                                     A Masha

El último intento de ser feliz
ciñéndome a todas tus curvas, todas tus sinuosidades,
a la blancura trémula y balbuceante
y a las bayas con el opio del saúco.

El último intento de ser feliz
como si mi fantasma, al filo del abismo,
quisiera saltar huyendo de todas las ofensas,
allá donde hace mucho estaba yo arruinado.

Allí sobre mis huesos rotos
se posa una libélula,
y las hormigas visitan tranquilamente
las cuencas de lo que ayer fueron mis ojos.

Ya me hice alma. Ya no estoy en mi cuerpo.
Escapé a mi prisión de huesos
pero me hastían los fantasmas
y otra vez me llaman los abismos.

Un fantasma enamorado ahuyenta más que un cadáver.
Pero tú no te asustaste sino que comprendiste
y juntos nos hemos arrojado como a un abismo
y el abismo desplegó unas blancas alas
que nos levantó sobre la niebla.

Y estamos tendidos juntos, no en la cama
sino en la niebla que apenas nos sostiene.
Soy un fantasma. Ya no se quiebra mi cuerpo
pero tú estás viva y temo por ti.

Otra vez revolotea el cuervo fúnebre
en espera de carne fresca, como en el campo de batalla.
El último intento de ser feliz.
El último intento de amar.

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