Leyenda
*
Desnuda
la rosa subrepticia
guarda silencio
secreto
entre los dioses.
Su quietud asedia
la copa del día.
Tiñamos de sangre
sus espinas.
Que nos hieran.
Quebremos la rosa
escondida,
libre
en algún corazón.
Silencio.
Es el dios del silencio.
La rosa es silencio
y siempre será
la única rosa.
Ella misma
será el fuego
siempre en la memoria.
Los dioses compasivos
persiguen con sus flechas.
Amor – acaso ya
en eterno silencio
¿Quién es
el guardián de la rosa?
~
Sábado de gloria
*
A Luz María Sarria
Allí sobre el césped
está titilando
el corazón del tigre
y el hijo de la reina
fornica en la nieve
de país que no le pertenece.
Negros insectos crocantes
extraen los ojos,
guijarro sobre guijarro
hacen una montaña que rumia
y borbotea.
El corazón del tigre entibia
el hielo bajo la hierba.
Nos dice de la otra fiera nacida
en el tambor secreto,
de su otro corazón y su coágulo,
de su furiosa materia
afelinándose entre las moscas.
Cómo se fabrica todo aquello
que esclaviza cuando está naciendo
y agotada la fuerza, nos destila.
Ni piel de tigre ni de leopardo,
yo volio, volio fuertemente
piel de tigre, las garras
antes que se seque la humedad del pincel.
Porque es hermoso tener
un corazón de tigre
a la luz del sol a la desluz
de la luna. O ser una gacela blanca
disparada en la grisura.
Tantas cosas
cuando abro la puerta
hacia la calle en vaciedad
y silencio, y ver cosas escapadas
de algún bolsillo
con sigiloso resplandor.
Cecilia Bustamante (Lima, 1956)
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