No alcancé a usar pluma de ganso.
Fui escolar de pluma de acero y pomo de tinta.
Ave de pluma de cristal, de pluma fuerte. En mi tinta
azul se miraban el cielo y el mar y mi traje
dominguero.
(¿Quién no tiene un traje azul?)
La reemplazó el bolígrafo. Creció el mundo y crecí yo.
Llegué, veloz, en locomotora, a la máquina de escribir.
Me volví gallo: picoteaba las teclas con un dedo,
imaginándolas granos de maíz. Remington Rand,
te sabrás de memoria mis primeros poemas.
Oigo hasta hoy tus conciertos de piano: Bach,
Beethoven, Mozard, Chopin, Vivaldi. Tren de
escritorio (Delux Model 5) avanzando por las cuatro
estaciones.
Arturo Corcuera (Salaverry, 1935-Lima, 2017)
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