Y te dijeron que lo hacías bien
o que lo hacías mal
Que eras la gran promesa
para un tiempo próspero que nunca llegaría
o que mejor te dedicaras a lo de siempre
tomar cerveza y comentar libros
con aquellos pocos amigos que también leían
a los que conociste en un momento extraño
antes de que madurar fuese obligatorio
Y pensaste que los poemas eran la vida
Y te dejó de importar la misma
porque sentiste que una muralla se rompía
que en la escritura ocurría algo desconocido
y te permitía mirar la realidad desde dentro
Y era un sentimiento tan intenso
que te pusiste a gritarlo en el paradero de las micros
para que todos lo experimentaran
Pero notaste que era imposible
y buscaste amigos nuevos que como tú vibraran
Y supiste que más temprano que tarde
debías escribir un poema dedicado a ti mismo
para dejarte una huella
que te permitiera no olvidar jamás el camino
Y decidiste estudiar literatura ciencias o nada
como complemento
sumarle vida a la vida y por ende al poema
Y te llenaste de un montón de frases lindas
de pequeños balbuceos que en ese mismo momento entendiste
que encontrarías ridículos de grande
y que para protegerte apelarías a que te volviste viejo
Solo para seguir creyendo en que nada fue en vano
que también hiciste algo con sentido
Y te aprovechaste de ser considerado raro
en espacios donde el raro era considerado genio
porque no parabas de alucinar con que algo te debía el mundo
Y tuviste que criar a uno o más hijos
o hacerte responsable de cuestiones terribles
Y sintiéndote absolutamente fuera de algo que ni siquiera imaginaste
apagaste por montón cigarrillos encima tus brazos
y dormiste borrachísimo sobre las bancas de las plazas
para ver si era verdad lo que comentaban
respecto a dejarte envolver por las estrellas
Y quisiste publicar un libro
Y quisiste ganar un premio
porque aunque no lo confesaras
sentías envidia
Y mágicamente te entró el gusto estético
Y hasta te dieron nauseas cuando se decía que eran buenos
los que encontrabas malos
esos que eran puro lobby
los amigos de los amigos
Y se llenaron tus textos de errores básicos
porque también te entró una ansiedad gigante
Y clasificaste libros y autores según te convenía
Mentiste
Dijiste haberlo leído todo cuando con suerte te alcanzaba la cabeza
para azotarla contra las contratapas
Y sin vergüenza expusiste tus impresiones
en todas las reuniones sociales
esperando una chance
que alguno de los que tenía una columnita insignificante en las revistas de turno
te hicieran un guiño
Y si no fuiste considerado reclamaste en secreto
que todavía no llegaba tu tiempo
que todavía no era tu época
Y así te hundiste hasta donde ni tú supiste
Y unos pocos te admiraron
Y a los veinte creíste tener cien años
Y te arrepentiste porque algo impronunciable te volvía a partir el pecho
Y aunque con el tiempo lo negarías
a todos adoraste
Y quisiste ser como ellos
Y abusaste de la cocaína las pastillas y el vino
porque te convencieron de que allí habitarías otro ritmo
un pálpito desconocido para los oficinistas
para las grandes multinacionales
Y quisiste enseñarle a los más chicos ese supuesto hechizo
siendo que ya no lo querías
siendo que ni siquiera lo soportabas
Y quisiste aprender mística psicoanálisis y filosofía
para autogestionar el trauma que arrastrabas desde la infancia
pero sólo descubriste una herida más allá de tu existencia
Y miraste hacia atrás
te sentaste súper caricatura frente a la página en blanco
y te sentiste atrapado en un lugar tan extraño
Y de puro alcohol y rabia vomitaste
Y dejaste de escribir por un montón de tiempo
Y te dedicaste al trabajo
Y le diste espacio a un amor más sano
Y algunos te preguntaron qué te pasaba
y no les respondiste
Y teorizaste respecto al poder de la literatura
Y estando tan pero tan cansado
quisiste ingresar a la academia
porque te permitía ya no habitar esa tragedia
Y creíste que algo en ti se transformaba
pero se te fueron algunos de los seres más queridos
y el camino se volvió inmensamente triste
así que de nuevo te pusiste a escribir poemas
Y quisiste morir un montón de veces
Y recordaste que en algún momento escuchaste
que las palabras no nombraban nada
que con suerte se aproximan
Y comenzaste a burlarte de lo mismo de pura pena
Y ya no pudiste contar las oportunidades
en que sentiste que enloquecías
Y no dormiste
Nunca más dormiste
Fabián Burgos (Santiago de Chile, 1987)
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