miércoles, 23 de julio de 2025

tuğrul tanyol / dos poemas













Los laberintos de agosto

*

Los laberintos de agosto, el agua mezclada al vino
Pasamos como una sombra por el patio de tu mano
Y el sol sobre nuestras frentes,
Tus ojos que evocan los temblores de la tierra
Eran desvestidos por una lluvia fina
Este ruido, esta luz, este despertar sobresaltado
El día que gotea suavemente bajo el calor del mediodía
Entre dos palmadas
Queda encerrado en nuestros párpados.

Es de un mar lejano que hablamos
Como una ola que se estrella a tus pies
Un vasto agosto es un laberinto cuando lo dejas atrás
Y caminas hacia el bosque
El día culmina donde te detienes.

Por ejemplo tus párpados allí donde se abren de repente
Cae el telón
Y termina nuestra escena
Supongamos que es un día jamás iniciado
Que son esperanzas nunca realizadas durante nuestras pobres noches
Y una fortaleza antigua se derrumba lentamente detrás de él.

Ahora el edificio tiembla bajos golpes pesados
Las alas de mi caballo caen, las puertas se hunden
el tiempo es un sueño de largo cuello
Mientras que mis miradas golpean una lluvia de arena y vuelven
Ahora se encuentran esos pasos cadenciosos tras una vitrina
Esa larga fila de esclavos en caravana
Con sus pies salidos de un laberinto polvoriento.

Los laberintos de agosto, olores de acero y de óxido
¿Quién puede medir las heces del vino?
Y ¿cómo se puede acrecentar la soledad?
Esta bandada de pájaros sobre las rejas de la tarde
No se sabe qué noche se envolverá en ellas.

No debes rechazar así lo que has acumulado
Eres niño, la oscuridad te engañaría
Toma tus ojos y luego olvida tu voz
En el seno de una calle
En la ebriedad de un momento

Es una sonrisa roja agosto.

~

El fin de los días amigos

*

Alma gitana mía, frena ya tu caballo.
No hay lugar adónde  ir desde aquí.
Cae la noche, un pájaro con alas de viento
que baja lentamente, ahora es el momento
en que se anulan los viajes.

Inclínate, mira en mi rostro
los viejos mapas trazados en mis ojos.
Esos viejos caminos salpicados de estrellas.
No queda rastro allí.
De los ríos donde acampan
caravanas largas y lentas
ni de cálidas noches de verano
de errantes ebriedades.

Es el tejido de la noche desplegándose.
La belleza femenina de la creación.
Hemos llegado al final de los días,
libres, altivos y amigos.
Cuando dormíamos bajo miles de cielos
hacíamos el amor y nos multiplicábamos.
¿Qué es este anhelo que nos devora
en habitaciones medio abiertas donde las velas se consumían?
¿Qué hora es, dónde estamos, este muro alambrado de quién es?
¿Quién es el autor de esta oscura calle,
esta mortaja blanca como la nieve, este tiempo perdido
que murió repentinamente?
Si yo lanzo una flecha y hago descender la noche
los días luminosos se arrodillarán a mis pies
con las heridas recién lavadas.
En nuestros pechos desnudos y en la rama más alta del árbol
mi corazón se abrirá con un estruendo.

Alma gitana mía, frena ya tu caballo
hemos llegado ya al final del camino.

***
Tuğrul Tanyol (Estambul, 1953)
Versiones de Neyyeré Gül Isik y Jimena Londoño

No hay comentarios.:

Publicar un comentario