Castillo de naipes
*
Os extraño, tardes de invierno
con vuestras luces tenues.
Los labios cerrados de mi madre
y nuestra respiración contenida
cuando nos sentábamos a la mesa del comedor.
Los largos y finos dedos de ella
apilando los naipes,
después esperando que cayesen.
El sonido de botas en la calle
hacía que nos quedáramos quietos por un instante.
No hay mucho más que contar.
La puerta está cerrada con llave,
y en una ventana coloreada de rojo
un único árbol en el jardín,
sin hojas y contrahecho.
~
Nuevas aventuras de Charles Simic
*
¿Tiene nuestro Charles Simic miedo de la muerte?
Sí, Charles Simic tiene miedo de la muerte.
¿Se arrodilla y reza por una vida eterna?
No, está ocupado dibujando una tarjeta con un lápiz de color.
Pálido como una cebolla recién cortada en rodajas,
repasa los agravios que ha cometido.
Su consciencia, ¿le hace perder la calma?
Sólo cuando se acuesta por la noche para descansar.
¿Siente las llamas del infierno acercarse a él?
No, pero oye los ladridos de los perros de caza.
¿Eleva humildemente la mirada en busca de perdón?
El amor de ella fue su juez, su furia el jurado.
Una noche oscura, rezando al Señor en lo alto,
su propia lengua le cortará el cuello.
Charles Simic (Belgrado, 1938-Dover, 2023)
Versiones de Jonio González
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House of Cards
*
I miss you winter evenings
With your dim lights.
The shut lips of my mother
And our held-breaths
As we sat at a dining room table.
Her long, thin fingers
Stacking the cards,
Then waiting for them to fall.
The sound of boots in the street
Making us still for a moment.
There’s no more to tell.
The door is locked,
And in one red-tinted window,
A single tree in the yard,
Leafless and misshapen.
~
Further Adventures of Charles Simic
*
Is our Charles Simic afraid of death?
Yes, Charles Simic is afraid of death.
Does he kneel and pray for eternal life?
No, he's busy drawing a valentine with a crayon.
Pale as a freshly chopped onion,
He goes over the wrongs he committed.
His conscience, does it bother him much?
Only when he lies down to get a night's rest.
The hellfires, does he feel them closing in?
No, but he hears the hounds barking.
Does he lift his eyes humbly in forgiveness?
Her love was his judge, her wrath the jury.
Some dark night, praying to the Lord above,
His own tongue will slash his throat.
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