LA RUEDA DEL MUNDO abandona su eje
como una mesa saliendo por la ventana de una cantina
se rebalsa el mar de una copa
cede como un árbol talado al borde de un precipicio
se vuelca hacia la materia oscura
que se difunde bajo nuestras camas
ese anaquel repleto de libros y botellas vacías
donde anduviera el vino y el pisco de la sobremesa
revela el desmoronarse y estallar sobre el suelo
su detrito de caracolas marinas
La realidad aguarda al fondo de esa niebla
mira hacia arriba
a las estrellas que flotan
~
Noticias de una brillante despedida
*
Bussings olvidaron la ciudad, el barrio, la vía expresa
tuvieron tal prisa
que partieron desprovistos del mínimo implemento tecnológico
digamos que estaban compuestos únicamente de carbono y grafito,
del mismo compuesto con el cual se forman las pistas de los carros chocones
En las investigaciones de científicos, escribas y detectives sobre su desaparición
se concluyó que se fueron hace casi treinta años
a buscar otras temperaturas y presiones extremas sobre sus asientos y carrocerías
se fueron a buscar otro calor en su centro
a buscar la existencia origami
que en millones de años
los vuelva diamantes.
~
En la pista del pinball
*
Tenemos el rostro de Túpac Amaru en nuestras monedas
guardo una en mi jean nevado
otra se va por el mueble negro del pinball
mis ojos son un mirador
una cabina que sigue a los enatrus alcanzando a las combis
una noche con pocos postes de luz
El pinball
es una eterna urbanización recién acabada de construir, en la cual no es permitido el paso de esos minibuses
los silenciosos motores de los Ikarus 10
y sus grandes carrocerías
los expulsan
Las calles solitarias vuelven
El crédito de mi moneda
dispara una bola plateada por la pista
Pablo Salazar-Calderón (París, 1978)
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