sábado, 9 de diciembre de 2017

francisco véjar / dos poemas













Lo que olvidé decir antes de partir

*

Soy el doble que alguien ve en la multitud
a la hora del vértigo: peso y cielos desfallecientes.
Pero cualquier cosa es motivo de alborozo;
un payaso, un organillero, el crujido de una hoja
cuando nos preguntamos para qué esperar tanto
si las nubes caen como fuegos artificiales
y yo, pantalones de pana y chaqueta de cuero,
en los bolsillos llevo un libro y una petaca
y sueño hundir mis suelas en la arena de la playa
tal si fuera el parque en donde ahora camino
entre el murmullo de un sinfín de personas
cuando Santiago se despoja de sus máscaras.
Cualquier cosa debería contentarnos;
el vapor de una taza de café,
los círculos imaginarios que haces volar en el aire,
una postal llegada desde Europa.
Este parque se parece a una ciudad cautivante
como si sus desperdicios se esfumaran ante tu mirada.
En tanto, dejas correr ríos sobre la mesa de algún restaurante.
Hay algo subterráneo en Santiago,
rostros inimaginables, muchachas rapadas, ciegos;
seres que como nosotros creen alejarse por un instante
del frío, del miedo y de la muerte.

~~~

Quiero hablar de ti

*

A lo lejos, luces que se alimentan de nuestras vidas.
Es necesario despercudirse, escapar
a los absurdos designios de la muerte, buscarse
en otros destinos, y arengar locuaz ante el espejo.
Mas hay árboles de noche, casas apenas iluminadas
por constelaciones lejanas al tedioso Santiago.
Despierto bajo un cielo color té y vino blanco.
Y tú, centinela de una magia perfectamente factible,
fiel y única amiga, escorpión del día real,
nacida en la primavera de Santiago
prolongas este viaje de vuelta a lo nuestro

***
Francisco Véjar (Viña del Mar, 1967) País Insomnio. Santiago de Chile: Pequeño Dios, 2015.

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