domingo, 19 de noviembre de 2023

adriana paredes pinda / tres poemas










Relámpago

*

Heme aquí atravesada por el
Relámpago.
Muge el toro del amanecer sus presagios tibios.
"Meli pu pillan meli pu pillan" - dice
la dueña de mi furia y de mi nieve.

Muchos escaparon al silabario de la estirpe
enterraron sus cabellos en casas extranjeras.
hora que viene
el mar
montado en las blancas caderas de la luna

a pedir niños febriles, cerros vírgenes
dónde iremos, kai-kai filu,
para no ahogarnos en tu rito de miedo y espesura?

Mi abuela me dio de comer
cuando todo estaba enterrado
sorbió mi corazón
quiso sembrarlo junto al suyo.

Los volcanes hambrientos de luciérnagas

amamantan
niños que se resisten a morir. Desmigajando
sueñan el pan de las primeras estrellas. Dormidos
nos hablaron. Tantas lunas que anduvimos perdidos
ustedes con sus toros, sus pumas, sus culebras.
El tatuaje del miedo
quemadura en el ojo mendigo del tiempo. Yo,
Oreja de Treile,
no sabía del bosque incendiado por los durmientes.

Fue tomado nuestro árbol
Bajamos entonces con metawe. Abrieron
sus gallos balbuceantes
las vertientes. "Traigan mvrke, muzay, traigan.
Prepárenme una cazuela, una conversación
buenas palabras. Son muchas las lunas
que nos separan". Dime ahora
Relámpago perdido entre pluma y pewma
si el último mate fue cebado por la noche
dime
si no tiene cueros mi alma
y a punto de ponerse el sol entrego
mis cabellos.

¿Cómo tejo la flor del yuyo
en estas montañas
que obligadas fueron a perderse sin sus pájaros?

La tierra arde Tranamil "nos vamos
a hundir en juego o agua". Ya no
hay bosques que empujen las vertientes.

El Trapial pide su monte, sorbe
desde Icalma
Llvfken su semilla ciega. Somos
un Rewe abrazado por la furia.
Foye Newen Kvsé Foye Newen Fvchá
fuego de Kultrúng
al amanecer mis ojos sueñan. Veo
a mi padre montado en su lanza
es un niño verde en las frutas del copihue.
"Kvlapang" es quien viene-me cuenta
amanece la Puigua montada en sus tres pumas
Ralum noctámbulo alumbra
sus pálidas torcazas. La rabia está anunciando
torva
sus pardos ríos nupciales. Venga
a danzar-me dice-venga
y mientras ardemos
vuelva a reunirse con su padre enmontañado por el
"Trueno"


Del exilio

*

Untada a mi cordón sin estrella
vine al mundo. Parí mis brotes
no tuve siete venas ni chaiwe
se me negó deshojar canelos junto
a mis hermanas. Sabiendo que una exiliada
no merece el poder. Me di.

A mi madre no le dijo la comadrona
que en su tripa de los sueños
habían doce nudos. No la atendió la méica
por chiñurra. Y a pesar de Doralisa
Huenuleo
alumbró a sus doce
"la mala yerba"
como venía escrito con semen williche
en el cordón nupcial de los amaneceres.

Ya no sueño mamita
desde la última vez que me vi
untada y me vino la enfermedad. Ya no huelo la espesura
ni me invitan a ver la nieve. Yo quería
subir al cerro como mi abuela
pero ni una vkvlla me dejaron.

¿Y ahora me pides que vuelva?

Te dijo que amor en williche
se dice Lemunantu.
Lemünantu, el olvido está primero que la muerte.
Lemiinantu.

~

Sanación

*

Fuchotun
es lo que falta. Laurel limpie estos aires
aclare los caminos.
La que me guía
vuelca foye en la penumbra erupciona
una luna mordiendo los espíritus. Ella dirá cuándo.
Por ahora tengo los olores
despierto con la nariz pegajosa
a las vertientes
la lamedura del sueño.
Fuchotu fuchotu
pieyfey tañi ñaña
amulerkeita pu chollvñ mamvll.

Cantará la niña su canto antiguo si conoce
la madre de su raíz si llena su boca
con yerbas sanadoras. Tusílago
para la pena que se le derrama
en tos asmática por el pecho, palke
para la cabeza afiebrada sin trarilonko
matico cicatrizará herida de parturienta
cuando venga su luz.
Ahora los ojos se le quedan en cementos
no hay lunas maternales en los edificios
no entra sol ni aire ni fuego.
La muchacha tendrá que hacer machitún.
Los brotes de las maderas
pujan en su lengua
un pewen de aroma en parto.

Se le había ido el espíritu, dicen.
Le hicimos fuego con luna llena a su ruka
sus brazos no querían mapuche por eso la pena
pero se rendió con foye
mientras cantábamos. Trutruka
pvfvllka trompe antiguo con raulí
para enamorarla.
Un muchacho pedía por su regreso
porque la libráramos de los perros negros.
Ya no quería ser secuestrada la muchacha
en otro mundo, pero su corazón estaba partido
en dos
por eso la pena y piojos blancos.
Pedimos a la mamita le sobara la partidura
allí donde moría. Vinieron entonces buenos olores
tierra de Treng-Treng llenó sus manos
volvía espíritu de chiquilla enferma
porque la madre fue por él.
"Tuve que ir a buscarlo por donde se perdió"

Algo le falta a esta casa -me han dicho.
Habrá pues que habitarla
la ronda el tigre viejo.
Pu aliwen.
Abran las piezas murmurantes déjenlo
tomar lo suyo. Enmontañarse
en los pulsos secretos.
Que venga Kvtral nos consuma en su rescoldo vivo
el humo las secreciones milenarias.

Yo te permito tigre viejo peinarme los cabellos.

***
Adriana Paredes Pinda (Osorno, 1970)

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