domingo, 18 de octubre de 2020

su tung-po / siete poemas









La habitación orientada al sur con vista al río

*

La habitación está preparada, ya ha ardido el incienso.
Cierro las persianas antes de cerrar los párpados.
El dibujo del cubrecama imita las olas del río.
La cortina de gasa es como una niebla.
Un sueño viene a mí y cuando despierto, ya no sé dónde estoy.
Abro la ventana del poniente y contemplo las olas
Extendiéndose una y otra vez sobre el horizonte.

~

Luna, flores, hombre

*

Levanto mi copa e invito
A la luna a bajar desde el cielo.
Espero que me acepte.
Levanto mi copa, y le pido a las flores,
Cargadas de flores, que tomen conmigo.
Les deseo larga vida y prometo nunca cortarlas.
En compañía de la luna y las estrellas,
Me embriago, y ninguno de nosotros
Se preocupa ya de lo bueno o de lo malo.
¿Cuántas personas podrán comprender nuestro gozo?
Tengo vino, luna y flores.
¿Acaso necesito de alguien más?

~

Begonias

*

El viento del este sopla suavemente.
Los rayos nacientes flotan
Entre el denso perfume de la neblina.
La luna aparece, justo ahí,
En la esquina del balcón.
Solo temo, que en lo profundo de la noche,
Las flores se duerman.
Sujeto con mis manos una vela que brilla
Para alumbrar esa belleza escarlata.


Noche de primavera

*

Los minutos de una noche de primavera,
Son más valiosos que diez mil monedas de oro.
El perfume de las flores es tan intenso,
La sombra de la luna es tan nítida.
En el pabellón suenan voces y flautas tan suaves, tan alegres.
En el jardín, una hamaca se mece en la noche quieta y oscura.

~

A un viajero

*

El año pasado cuando te acompañé
Hasta la puerta de Yang Chou,
La nieve volaba como un algodón de sauce blanco.
Este año la Primavera nuevamente llegó,
Y ahora, el algodón blanco del sauce se parece a la nieve.
Sin embargo, tú aún no has regresado.
Solo ante la ventana,
Levanto mi copa hacia la brillante luna.
El viento, húmedo por el rocío de la tarde,
Mueve las cortinas de gaza.
Quizás la diosa lunar Chang-O
Se apiade de esta golondrina solitaria,
Y nos una con un hilo de luz,
que se deslice por debajo de las cornisas de tu hogar.


Ofrendas de la cosecha

*

La cosecha ya está recogida.
El trabajo de este año parece terminar.
Si no tienes vasijas de bronce para la ofrenda,
Puedes pedirlas prestadas. Otros tienen muchas.
Las montañas y los ríos ya han entregado su parte,
En variadas cantidades para ricos y para pobres.
Algunos ofrecen bandejas llenas de frutas,
Otros cestas con conejos.
Los ricos ofrecen banquetes,
Brocados de seda decoran sus salones.
Otros en cambio apenas tienen que ofrecer,
Y por el contrario se esconden
del recaudador de impuestos.
Soy extranjero en esta zona,
En donde alegres procesiones llenan calles y pasillos.
Sin embargo, también canto las viejas canciones populares,
A pesar que nadie me acompañe.

~

Meditaciones en el exilio

*

Levanto mi cabeza y observo
Al fénix y al cisne cruzar el cielo en sus migraciones.
Riquezas, cargos, empleos, ya nada significan para mi.
En exilio, en otoño,
Me estoy volviendo cada vez más indiferente.
Los humanos siempre se tratan de la misma manera,
A mi no me han permitido visitar el Lago del Oeste.
Sin embargo, nadie puede impedirme escribir poemas
Sobre las montañas y los ríos de Wu.

***
Su Tung-Po (Prefectura Mei, 1037-Prefectura Chang, 1101)
Versiones de Ileana Elordi, desde la traducción del chino al inglés de Kenneth Rexroth.

/

The southern room over the river

*

The room is prepared, the incense burned.
I close the shutters before I close my eyelids.
The patterns of the quilt repeat the waves of the river.
The gauze curtain is like a mist.
Then a dream comes to me and when I awake
I no longer know where I am.
I open the western window and watch the waves
Stretching on and on to the horizon.

~

Moon, flowers, man

*

I raise my cup and invite
The moon to come down from the
Sky. I hope she will accept
Me. I raise my cup and ask
The branches, heavy with flowers,
To drink with me. I wish them
Long life and promise never
To pick them. In company
With the moon and the flowers,
I get drunk, and none of us
Ever worries about good
Or bad. How many people
Can comprehend our joy? I
Have wine and moon and flowers.
Who else do I want for drinking companions?

~

Begonias

*

The East wind blows gently.
The rising rays float
On the thick perfumed mist.
The moon appears, right there,
At the corner of the balcony.
I only fear in the depth of night
The flowers will fall asleep.
I hold up a gilded candle
To shine on their scarlet beauty.

~

Spring night

*

The few minutes of a Spring night
Are worth ten thousand pieces of gold.
The perfume of the flowers is so pure.
The shadows of the moon are so black.
In the pavilion the voices and flutes are so high and light.
In the garden a hammock rocks
In the night so deep, so profound.

~

To a traveler

*

Last year when I accompanied you
As far as the Yang Chou Gate,
The snow was flying, like white willow cotton.
This year, Spring has come again,
And the willow cotton is like snow.
But you have not come back.
Alone before the open window,
I raise my wine cup to the shining moon.
The wind, moist with evening dew,
Blows the gauze curtains.
Maybe Chang-O the moon goddess,
Will pity this single swallow
And join us together with the cord of light
That reaches beneath the painted eaves of your home.

~

Harvest sacrifice

*

The crops are all gathered.
The work of the year draws to an end.
If you have no bronze vessels for sacrifice
You can always borrow them. Others have plenty.
Mountains and rivers have given up their produce,
In varying quantities to the poor and the rich.
Some offer plates of fat carp.
Some offer baskets with pairs of rabbits.
The rich prepare banquets.
Silk and bright brocade decorate their halls.
The poor have hardly anything to offer.
Instead, they try to hide
The family mortar from the tax assessor.
I am a stranger in this neighborhood,
Where gay processions fill the streets and alleys.
I too sing the old folksongs,
But I sing to myself, no one sings with me.

~

Thoughts in exile

*

I lift my head and watch
The phoenix and the snowy swan
Cross the heavens in their migrations.
Wealth, office, position,
After all these years, mean nothing to me.
The foundered horse no longer
Hopes to travel a thousand miles.
In exile, in autumn,
I grow lazy and indifferent.
In history men have
Always been treated like this.
I am forbidden to visit the Western Lake.
There is no place else I want to go.
The wise man, no matter how he is treated,
Knows that Heaven does nothing without reason.
But nobody can stop me
From writing poems about the
Mountains and rivers of Wu.

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