domingo, 4 de octubre de 2020

violeta parra / dos poemas













Qué pena siente el alma

*

Qué pena siente el alma
cuando la suerte impía
se opone a los deseos
que anhela el corazón.

Qué amargas son las horas
de la existencia mía
sin olvidar tus ojos
sin escuchar tu voz.

Pero me embarga a veces
la sombra de la duda
que por mi mente pasa
como fatal visión

Qué pena siente el alma
Cuando la suerte impía
Se opone a los deseos
Que anhela el corazón

~

Arriba quemando el sol

*

Cuando fui para la pampa
llevaba mi corazón
contento como un chirihue
pero allá se me murió
primero perdí las plumas
y luego perdí la voz.
Y arriba quemando el sol.

Cuando vi de los mineros
dentro de su habitación
me dije mejor habita
en su concha el caracol
o a la sombra de las leyes
el refinado ladrón.

Las hileras de casuchas
frente a frente sí señor
las hileras de mujeres
frente al único pilón
cada una con su balde
con su cara de aflicción.
Y arriba quemando el sol

Paso por un pueblo muerto
se me nubla el corazón
aunque donde habita gente
la muerte es mucho mayor
enterraron la justicia
enterraron la razón.
Y arriba quemando el sol.

Si alguien dice que yo sueño
cuentos de ponderación
digo que esto pasa en Chuqui
pero en Santa Juana es peor.
El minero ya no sabe
lo que vale su dolor.
Y arriba quemando el sol.

Me volví para Santiago
sin comprender el color
con que pintan la noticia
cuando el pobre dice no.
Abajo la noche oscura
oro, salitre y carbón.
Y arriba quemando el sol.

***
Violeta Parra (San Fabián de Alinco, 1917-Santiago de Chile, 1967)

Qué pena siente el alma
Arriba quemando el sol

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