domingo, 13 de septiembre de 2020

vladimir nabokov / traduciendo eugene oneguin













1

Pues bien, entonces, ¿qué será la traducción?
Sobre un plato, la pálida cabeza escrutadora
De un poeta, de un mono la voz parloteadora,
El chillido de un loro, y la profanación

De los muertos. Oh Pushkin, si obtengo tu perdón,
Tus odiados parásitos han de ser perdonados,
Gracias a mi artificio: lentamente he bajado
Por tu secreto tallo, y absorbí mi ración

En tus raíces; luego, levanté otro follaje,
Transformé lo que fuera la perfección del neto
Diseño de tu estrofa modelada en soneto,
A través de mi nuevo, aprendido lenguaje,

En esta honesta, llana y callejera prosa,
Toda ella espinas, pero prima al fin de tu rosa.

2

El temblor parpadeante que produce un reflejo
De palabras, semeja a esa lumbre tendida
Que en un río se quiebra sobre su negro espejo
Mientras brilla en la bruma la ciudad encendida.

Perseverante ―¡Pushkin elusivo!―, el pendiente
De Tatiana aún recojo, y viajo todavía
Junto a tu libertino y su melancolía.
Medito alguna falla, la de otro ser sufriente,

Las aliteraciones analizo que dan
Tanta gracia a tus fiestas y ensombrecen la gran
Cuarta estrofa de tu Canto Octavo. Mi meta
Humilde es una larga paciencia de poeta

Mezclada a una escolástica pasión: acre fermento
De manchas de palomas sobre tu monumento.

***
Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899-Montreux, 1976)
Versión de Pablo Anadón

/

On translating Eugene Oneguin

1

What is translation? On a platter
A poet's pale and glaring head,
A parrot's screech, a monkey's chatter,
And profanation of the dead.

The parasites you were so hard on
Are pardoned if I have your pardon,
O, Pushkin, for my stratagem:
I traveled down your secret stem,

And reached the root, and fed upon it;
Then, in a language newly learned,
I grew another stalk and turned
Your stanza patterned on a sonnet,

Into my honest roadside prose―
All thorn, but cousin to your rose.

2

Reflected words can only shiver
Like elognated lights that twist
In the black mirror of a river
Between the city and the mist.

Elusive Pushkin! Persevering,
I still pick up Tatiana's earring,
Still travel with your sullen rake.
I find another man's mistake,

I analyze alliterations that grace
Your feasts and haunt the great
Fourth stanza of your Canto Eight.
This is my task―a poet's patience

And scholastic passion blent:
Dove-droppings on your monument.

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