Petroperú y yo nos ignoramos,
paso por el zanjón (de sur a norte)
y miro al cielo (azul de flamencos surcado),
en sus 3.000 ventanas no hay humano
que guarde rosa o sapo para mí,
estamos a mano, babalú,
ni pío, ni qué tal, ni por tu casa,
y yo como las huevas,
bonzo sin gasolina (tricomona)
por la escondida senda
de los pocos sabios
que en el mundo han sido
(jacarandá poblado de unicornios,
crepúsculo de almendras
a un cuarto pa las cuatro
en Lima Town).
Antonio Cisneros (Lima, 1942-2012)
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