viernes, 5 de febrero de 2021

anahí lazzaroni / ocho poemas









Alma y espejo

*

El mar se diluye,
canta entre las rocas,
averigua quiénes somos
y se lleva la respuesta.

~

Casualidad

*

En el preciso instante
que una estrella
cae
el poema incendia
la llanura.

~

Algunas cosas necesarias para la escritura de un poema

*

La precisión de un relojero.
El vuelo del águila.
La delicadeza de un insecto.
La zozobra del loco.
Pluma o lápiz.

~

Pánico y balas

*

En este día tan de madriguera
la ciudad descansa de una mala noticia.
Ahora cerrarán las puertas con varias llaves.
Perros negros vigilarán las casas.
Los insomnes no dejarán de escuchar disparos.
Un ebrio tambaleante
irrumpirá
en la noche.

25 de mayo de 2000

~

En todos lados se cuecen habas

*

Algunos poetas me escriben cartas
donde me cuentan que deliran por el lejano sur.
No son pocos los que me imaginan en una casa
construida con maderas claveteadas,
escribiendo sin cesar mientras la nieve cae y cae.
Hasta piensan que suelo estar sentada junto al fuego,
como si fuese un personaje de ciertas novelas decimonónicas,
y me piden que les describa el silencio porque ellos ya no lo recuerdan.
Este mediodía varias calles de la ciudad están cortadas.
Escucho bombos,
voces,
sirenas de patrulleros,
personas que gritan cada vez más alto en medio de la aglomeración.
Por ahí no se puede pasar.

Primavera de 1999

~

Graffiti

*

Alguien debería dibujar de un modo impecable
el mapa de una ciudad loca
a la que abofetea el viento.

Bordeada por un mar gris y murallas de piedra,
con gentes de poco hablar
navegando sus propios océanos.

Nombro una ciudad que no está muerta ni viva.

15 de octubre, 2003

~

La ciudad y el poema

*

Observás como enseña a hacer tempura
una cocinera japonesa en un documental,

sentís la ciudad colapsada.

Mirar una cosa y pensar en otra,
quizás en eso consista la escritura
o el poema que comienza a escribirse

a espaldas del mundo
al mejor estilo de un buen ladrón de gallinero.

Es de noche y no llueve,
no llueve por una vez en esta ciudad.

Ya hubo alerta amarilla por vientos huracanados.

Eso pasó
como pasa todo y nadie lo recuerda.

21 de abril, 2006

~

La ciudad en vísperas electorales

*

La ciudad ni siquiera posee la melancolía de los imperios que han muerto.
Se escucha un alboroto perpetuo de fiesta decadente
sin música y sin cristales para el vino.
Los comensales tiran la comida, ríen a carcajadas.
Hay amenazas, un gato muerto colgado de una reja.
Los que pueden oír, los que entrecierran los ojos para escuchar mejor
saben que lo que se escucha no es sólo el rumor del viento,
ni los pasos de esa mujer
que camina bajo la lluvia y lleva una bolsa de papel.

Es otra cosa.
Es otra cosa.

Lo que se escucha.

Es otra cosa.

***
Anahí Lazzaroni (La Plata, 1957-Ushuaia, 2019)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario