miércoles, 26 de febrero de 2020

jorge eduardo eielson / tres poemas










Ceremonia solitaria en compañía de mí mismo

*

Si entre esferas me acuesto
                                Si entre esferas me despierto
Es porque tu sexo
                                Es porque mi sexo
Se parece tanto al mío
                                Se parece tanto al tuyo
Que no conozco nada
                                Que no conozco nada
Más oscuro ni más tibio
                                Más oscuro ni más tibio
Más redondo ni más puro
                                Más redondo ni más puro
Un obelisco de dulzura
                                Un abismo de ternura
Un animal escamoso en la mañana
                                Otro suavísimo en la noche
Un corazón en cambio
                                Un corazón
Significa sólo fuego
                                Significa sólo fuego
Una pared de ceniza
                                Entre tu cuerpo y el mío
Un fragmento de mejilla
                                La redondez de tu ombligo
Una calavera que me espera
                                Una calavera que te espera
Y yo que te pienso diverso
                                Yo que te pienso diverso
Cada día me parezco más a ti
                                 Cada día me parezco más a ti
Que no te pareces a mí.

~

Oda al invierno

*

El invierno es todo frutas y linternas
Olvidadas y esqueletos santos de palomas
En el bosque. El invierno besa, enamorado,
Los labios gloriosos de la vid con sus labios
De granizo, y se duerme sobre ella.
El invierno puede venir un día, blandamente,
Por el valle y, cual un fósforo en la mano,
Llevarse una vida a su ciudad como un ladrón.
El invierno enjoya al hombre tristemente,
El invierno lava tumbas de monarcas
Y mendigos, y corona el áureo y viejo otoño
Con un rayo de ceniza en la cabeza. Respetad
Al invierno, la antigüedad de sus plantas,
Su cetro de rocío en la espesura; respetad
Los rostros eternos de los árboles y el viento
En su dominio, cuando cesa todo en torno
Y él se inclina, carcomido y sonoro, como un piano
En un estanque o como un muerto en una tumba.

~

Doble diamante

*

¿Conoces tu cuerpo          esfera de la noche
esfera de la noche
Huracán solar        conoces tu cuerpo
Conoces tu cuerpo      conoces
Tu admirable cabeza tus piernas moviendo
El centro miserable
De mis ojos de oro
Mis ojos de oro de mirarte
De oro de soñarte
De llorarte?

¿Conoces tu cuerpo
Fuerza de los años
Calor de los planetas?

¡Ah criatura! Tu desnudez me ahoga
Tus zapatos me queman
Días imantados son mis noches
Vacío       colmo encontrado     asilo frío. Contigo
Los astros me aburren
Las especies lloran
Muero     me levanto     clamo     vuelvo a morir
Clamando grito    entre ramas orino y fumo     caigo
Como un rayo fácilmente en tu garganta. Contigo
Sólo silencio     placa de horrores    sedimentos
Cascada inmóvil    piedra cerrada
Abismos de oro nos persiguen
Rabiosos amigos

A través de rayos    cantos    blasfemias
Soles y serpientes mundos de vidrio
Pomos perdidos
Amaneceres con lluvia       lluvia de sangre
Temperatura y tristeza.

¡Ah misteriosa! Odio tu cabeza pura
Imbécil terciopelo tigre de las alturas
Odio el círculo salado
En que te pienso oculta
Odio el peso de los días
Los pulpos que me beben gota a gota
Bebiéndote a la vez ¡somos rocío!
Los pulpos luminosos que gobiernas
Los cedros empapados por tu aliento
Los siglos de hermosura en que agonizo
La luna y mis deseos de matar
La imagen de tus labios frescos     los ríos y los montes
Los pasos encantados de mi mano
En tu garganta.
¡Ah mis 30 000 flores vivas
Suave ejército vespertino batallón perfumado!

Rotación de mi cuerpo
Hazme volver a mi cuerpo
Destrúyeme los ojos en el acto
Las uñas y los dientes sobre el fruto
Conviérteme en silencio.

Deja rodar mis lágrimas en cambio
Sobre el espejo que adoro
Sobre la viva  atroz  remota  clara
Desnudez que me disuelve
Sobre el diamante igual que me aniquila
sobre tantísimo cielo y tanta perfección enemiga
Sobre tanta inútil hermosura
Tanto fuego planetario
Tanto deseo mío.

***
Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924-Milán, 2006)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario