miércoles, 4 de abril de 2018

herta müller / de los pálidos señores con las tazas de moca













1

en la pequeña playa allí venían de nuevo
los finos socios juntos el
director general el putero y
su supuesta tita, el narigón
de mal sueño el
taxista liebre-miedoso el
inaudito probador de pieles el
flautista de zapatos blancos el
descansado doctor de reuma el
representante del zoo y algo más tarde
dos soldados que cada lunes
tenían permiso cuando se les contaba
en el comedor faltaba uno
el pantalón comprado demasiado pequeño estaba
allí sobre el banco su dueño era
un carpintero de veranda puede ser
que se ahogara

2

uno de los vecinos murió dos veces en la cama en enero
el mismo día incluso en este y en el siguiente
año el otro estaba sentado con su tablero de ajedrez
delante de la casa se quitó la gorra de borla y el tiempo
grande fuera rió desconcertado para que la atmósfera se pusiera
mejor yo por mi parte no me preocupé mucho casi menos
que vosotros de mí así de joven sólo tiró de la
cortina y corrió a través de la ventana al entierro
como música de acompañamiento tuve que llorar al
sochantre goteó mi nariz en el zapato hasta
que le pareció demasiado y entonces desgarró uno de sus cantos fúnebres
de su cuaderno musical me lo dio como pañuelo
y dijo cuando se seque me lo quedo de nuevo
está claro?

3

Madre se convirtió en una ortiga
Padre se convirtió en un álamo
en lugar de esto me dijo uno
durante la cena
todo amor se nos convierte en lampazo
yo sé en lo que él se convirtió
y cómo yo me empaqueto
pero me gustaría ser la espuma
en la boquilla del clarinete
el penumbroso dinero de los ladrones
o el flaco ladrido de los perros
contra la marca de las costillas de una chaqueta.

4

A mediodía llegó este cliente con la
pesada cabeza de madera pelada se sentó relajado delante
en el taburete y dijo al señor Klenk que
le cortara el pelo él iba a pagar toda la cuenta
y después iría en coche a una
boda
el señor Klenk dijo estamos de acuerdo
detrás del hombre comenzó con diez encorvados
dedos a viajar a través de lo vacío y con
la boca a zumbar como una herramienta

5

Conozco el fresno ese el 
borde del día y la cesta con dos
ruedas conozco también
en mirada redonda el
cuadrado de residencia cuando nadie
mira entonces cambiamos atolondrada
mente la piel

6

Y nada acaba
en el alfabeto de la angustia
tan cabezacaninamente pesado
y a la vez lagartijamente delicado
como el presente

***
Herta Müller (Niţchidorf, 1953)  Los pálidos señores con las tazas de moca. Málaga: EDA Libros, 2010.
Versiones de José Luis Reina Palazón

/

von Die blassen Herren mit den Mokkatassen

1

am kleinen Strand da kamen wieder
die feinen Mitglieder zusammen der
Hauptvorsteher der Fremgeher und
dessen sogenante Tante der langnasige
Schlafgestörte der
angsthasige Taxifahrer der
unerhörter Pelzprobierer der
weissbeschuhte Flötenspieler der
ausgeruhte Rheumadoktor der
Zoovertreter und etwas später
zwei Soldaten die jeden Montag 
Urlaub harren als man sie
beim Essen zählte fehlte einer
die su klein gekaufte Hose lag
dort auf der Bank ihr Herr war
ein Verandaschreiner kann sein
dass er ertrank   

2

der eine Nachbar starb zweimal im Bett im Januar
am selben Tag sogar in diesem und in nächsten
Jahr der andere sass mit seinem Schachbrett 
vorm Haus zog die Quastenmütze und die Zelt
gross raus lachte  verwirrt damit das Wetter besser 
wird ich wiederum hielt eh nicht viel schier weniger 
als ihr von mir So derart jung zog nur den
Vorhang an und lief durchs Fenster zur Beerdigung
zum Begleitmusik musste ich weinen dem einen
Kantor tropfte meine Nase auf den Shuh bis
es ihm zu wider war da riss er eins der Grablieder
aus seinem Notenbuch gab es mir als Taschentuch
und sagte wenns trocken ist krieg ich es wieder
ist das klar  

3

Mutter wurde eine Nessel 
Vater wurde eine Pappel
stattdessen sagte einer
mir beim Abendessen
alle Liebe wird uns mal zur Klette
weiss ich was er wurde
und wie ich mich verpacke
aber ich wäre gern der Schaum
am Lippenstück der Klarinette
das dämmerige Geld der Diebe
oder das magere Gebell der Hunde
gegen das Rippenmuster einer Jacke 

4

zur Mittagsstunde kam dieser Kunde mit dem
schweren holzkahlen Kopf setzte sich locker vorn
auf  den Hocker und sagte Herrn Klenk er
solle ihn scheren er wolle die volle Rechnung 
bezahlen und dann zu einer Hochzeit
Fahren
Herr Klenk sagte wir sind uns im Klaren
begann hinter de Mann mit zehn krummen
Fingern durchs Leere zu fahren und mit 
dem Mund wie ein Werkzeug zu brummen 

5

die Esche kenn ich die den
Tagrand und die gehtasche die
zwei räder hat kenne ich auch
im runde Blick das
Bleibquadrat wenn niemand
schaut dann tauschen wir Hals
über Kopf die Haut

6

und nichts gerät
im Alphabet der Angst 
so hundeköpfig plump
und gleichzeitig eidechsig zart
wie die Gegenwart

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