Anuncio

El 11 de diciembre de 2025, la comparecencia infinita terminó su fase de actualizaciones diarias. Agradecemos a todxs lxs lectorxs e colaboradorxs. Sin su apoyo no habría seguido adelante este proyecto que nació en abril de 2017 y que vivió un período de inactividad desde el 12 de diciembre de 2018 hasta el 10 de febrero de 2020. Este año homenajeamos también a Jorge Aulicino, escritor y poeta argentino que nos ha dejado el pasado julio, sin el cual no habríamos llegado al formato de actualizaciones diarias. La siguiente fase de la comparecencia infinita será de actualizaciones inusitadas, destellos e intermitencias en la bandeja de correo de cientos de suscriptorxs y de miles de lectorxs. A lxs colaboradorxs pedimos que sigan enviando material, será, como siempre, bien recibido. Volveremos, pero a pequeñas dosis esporádicas. Hasta cuando sea, gracias totales.

sábado, 1 de marzo de 2025

vicente huidobro / por esto y aquello









Por el rumor que viene como una memoria
El profundo horizonte
Por la flor que horada el recuerdo
Por la paz que se baña en el cielo de la tarde
La paz está a la altura de aquellos ojos que vimos un día
Está a la altura de un canto que cubre el vértigo interno

Por las nubes que ocupan ese sitio del cielo donde mirábamos ayer
Por los días que se engastan en su semana
y ruedan como lágrimas a lo largo del año
Por las campanas encarnadas en el aire
O el aire que toma carne en las campanas
Por el otoño que se deshace
Llega el alma a la cumbre de sí misma

Por el pájaro envuelto en sus vuelos
Y que no puede salir de sus vuelos
Por la música que no puede salir más allá de sí misma
Por las barcas mecidas sobre las rodillas del mar
Por la caricia de la noche colgando de la luna
Por esa estrella que cabecea en el silencio
Llega el alma a la cumbre del alma

Un viento con olor a suicidio
La muerte es clara y precisa
La muerte se hunde en su silencio propio
Nadie tiene la cara más inocente
Los dedos más inocentes
Ni un agua más inocente al fondo de los ojos

Una bruma después
Una risa siniestra entre la bruma
O un llanto en las lámparas internas
Las lágrimas caen como soldados
Una ventana que se cierra en todas partes
y luego el rincón infinito
La muerte es clara y precisa
La muerte se hunde en sí misma

El marfil y la cera alargándose a través de los siglos

***
Vicente Huidobro (Santiago de Chile, 1893-Cartagena, 1948)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario